Series, series, series

Mucho se habla por los mundos internetiles sobre las posibilidades o no que tiene Juego de tronos de ganar el Emmy a Mejor Drama. En mi opinión, y mira que me gusta la serie de HBO (aunque soy más fan de los libros), creo que la que debería alzarse con el galardón es Breaking Bad. Aún no ha comenzado su última remesa de episodios pero todos sabemos ya que es el final, que una vez terminen se acabó lo que se daba, y va siendo hora de premiar como se merece a la que probablemente sea la mejor serie de los últimos tiempos, a nivel técnico, de trama y de actores; y no lo olvidemos, una serie que ha ido in crescendo y se encuentra en su mejor momento. Una serie que no debe irse sin ese premio y que está en su última oportunidad.

Además, no nos olvidemos que está protagonizada por el que probablemente sea el mejor actor del momento, Bryan Cranston, al que puede que sigan de cerca otros como Walton Googins (y si alguien lo duda que vaya a ver Justified y se maraville con sus poses de cowboy y su manera de hablar, o que vea su aparición estelar como travestido con tetas y todo en Sons of Anarchy), o Peter Dinklage (que seamos sinceros, en esta tercera temporada de Juego de tronos no ha brillado como en las anteriores pues sus tramas eran más sosas, cosa que los lectores del libro ya sabíamos, y aún así nos ha regalado momentazos como el juego de las sillas…

Dexter también termina este verano, es cierto. Pero Dexter no está en su mejor momento (de hecho, lejos queda Trinity) y ha tenido altos y bajos que no la hacen, en mi opinión, tan merecedora del galardón como a la serie de la meta azul. Sobre Mad Men no opino, pues no la sigo ni me llama la atención. ¿Homeland? Bueno, disfruté como un enano de las idas y venidas de la trama en la primera temporada, y aunque me pareció excesivo que ganara el Emmy, no me pareció incorrecto. Volverlo a ganar, creo, sería una locura. La segunda temporada no ha estado tan bien como la primera, aún tiene cuerda, sí, pero si lo comparo con Breaking bad es como mirar a un elefante y al lado a un perro. Ambos molan y están bien, pero joder, el elefante aplasta al perro si quiere.

¿Qué más series he visto este año, aunque no tengan que ver con la carrera hacia los Emmy? Pues mira por donde, he seguido con Revenge, aunque esta segunda temporada he tenido ganas de bajarme del barco en al menos dos o tres ocasiones. El final ha sido un buen espectáculo de pirotecnia y deja el carril listo para la tercera temporada, pero mucho tiene que mejorar para que no termine de hundirse. Me he reido con los puteríos de Nashville y su trama culebronada. He acompañado al superhéroe por el que babean las quinceañeras (y algunas que no lo son, como mi mujer) en Arrow. Sons of Anarchy y Justified siguen en plena forma y espero que les dure el carrete. Por el contrario, otra que dicen que puede dar la sorpresa en los Emmy, The Americans, me resultó soporífera y no pasé del cuarto capítulo. Me ha gustado Broadchurch, a pesar de ser también bastante lenta. Me lo estoy pasando como un enano con esa frikada que es Utopia. Y por cierto, sigo pensando que Misfits mola aunque sí, echo mucho de menos a Nathan. Ayer mismo arranqué con Orphan black, y su piloto me pareció de lo más sugerente, espero que siga por ese camino. Ah, y para mí uno de los mejores estrenos del año ha sido Banshee, la serie por la que Alan Ball dejó True Blood (cuya sexta temporada ha arrancado muy bien, por cierto).

Eso es todo. Seguro que me dejo algo en el tintero… ah, sí, claro… siendo yo no podía faltar: Survivor sigue siendo el mejor programa de televisión de la historia y este año además nos ha dejado dos grandes temporadas que vuelven a reflotar el formato (llevaba un par de temporadas más flojitas). Tanto Filipinas, con sus tres tribus iniciales y el viaje del héroe que vivimos en ella, como Caramoan y ese «Fans contra favoritos 2.0» han sido dos temporadas enormes. Y el anuncio de la siguiente (temporada 27, ahí es nada) invita a soñar con cosas grandes.

Lo mejor de este año, sin embargo, el anuncio del regreso de Jack Bauer y Verónica Mars.

Continuará.

The vampire diaries season 3

Cuando esta serie arrancó en The CW no quise verla porque no me atraía la idea de seguir una serie de vampiros de instituto y amores de chica pijilla. Después de leer mil críticas positivas, decidí ver un par de capítulos y decidir. Por aquel entonces ya estaban emitiendo la segunda temporada.
Me vi aquellos dos capítulos. Dos semanas después había alcanzado la emisión americana y comprobado por mí mismo que sí, que es una serie con protagonista femenina odiable y asesinable que se enamora de un vampiro que vuelve al instituto y tiene un triángulo amoroso con el hermano malvado de éste. Ok, sí, pero The vampire diares tiene un ritmo que ya lo quisieran para sí muchas series. Sus tramas van a toda ostia, pasan mil cosas en cada capítulo, nadie está a salvo en Mistic Falls, todos son susceptibles de morir (y bien sabe dios que me gusta eso…) y además han sabido alejarse del instituto excepto para justificar algunas fiestas. Porque esa es otra, en Mistic Falls hay una fiesta casi semanalmente.
En fin, así era al menos hasta la segunda temporada. El ritmo brutal y el estar todos en peligro hacía de la serie un placer culpable excepcional. Y esta tercera temporada… se han estancado. Gran parte de la culpa la tiene el haber localizado a un enemigo tan sumamente poderoso como Klaus, al que, por muchas justificaciones que nos den, no tiene ningún sentido que Klaus les deje vivir continuamente cuando lo suyo es que les mate y se quite los problemas. Hemos perdido también esa sensación de peligro perpetuo. Ahora solo los secundarios parecen estar en peligro continuo. Al menos hasta los últimos capítulos, que han sido impresionantes. Un verdadero hurra del ritmo acelerado. Y con un final que abre una excelente puerta para la cuarta temporada.
Pero si tuviera que definir la tercera temporada diría que ha sido tirando a floja.

Homeland: Primer vistazo

Tras haber visto el piloto, declaro con gusto que soy fan de esta serie.
El piloto me ha parecido genial. La nueva serie de Showtime trae intriga, acción y conspiración al más alto nivel, decorado con un terceto protagonista de lujo. Claire Danes, que está magnífica en el papel de la obsesiva protagonista (y a la que ya han marcado varias tonalidades de gris en su construcción, a ver cuando aprenden las series españolas), Damian Lewis, que borda a ese hombre del que no sabes si está traumatizado o es uno de los mayores peligros existentes en el momento, y Morena Baccarin, que demuestra en un sólo episodio que aquella cara de lagarta que ponía en V era absolutamente a propósito y que es capaz de transmitir, y mucho, con su mirada.
Y la trama… ya me tiene enganchado. Y puede parecer que ya han desvelado muchas de sus cartas, pero no creo que sean tontos, así que… si esto era el piloto, qué nos tendrán preparado…
Si te gustó 24, si te molan las conspiraciones a ritmo interesante (y sí, me estoy metiendo con aquel tostón que fue Rubicon), si te gustan las intrigas gubernamentales, entonces Homeland te va a gustar.
Seguiremos informando.

Teen Wolf (y van dos…)

No todos los días hay True Blood o Breaking Bad, y estoy intentando estirar al máximo la cuarta temporada de Batlestar Galactica, así que, entre medias, sin prisa, aprovechando días muertos sin nada que ver (y sobre todo los viajes en AVE a Valencia los fines de semana) al final he terminado tragándome enterita la serie de Teen Wolf que revisitaba aquel clásico ochentero protagonizado por Michael J. Fox.

En este enlace, la crítica que hice cuando apenas llevaba tres capítulos…

La cosa no difiera mucho de aquella primera crítica. Es una serie para adolescentes sobre un chaval que se enamora de una chavala. Lo de que le muerda un hombre lobo no deja de ser una tontuna cualquiera, como podría haber sido un vampiro, una tortuga ninja o un extraterrestre.

La serie tarda muchísimo en arrancar de verdad. No aprietan el acelerador con la trama hasta bien entrada la temporada, lo cual en estos tiempos donde The Vampire Diaries nos ha demostrado que en las series de adolescentes las cosas pueden ir a toda velocidad (recordemos que se cargaban a una de las protagonistas en el capítulos cuatro o cinco), pues como que te deja un poco indiferente. Además, el protagonista no es excesivamente carismático. Por no decir que a veces te dan ganas de pegarle una colleja para que espabile. Si algo bueno tiene The Vampire Diaries es que no importa si te hablan de una plaga vampírica que asolará el mundo o de si este vestido y esos zapatos no conjuntan para la fiesta a la que van a ir esa noche, porque todo es un gran problema al que esa adolescente protagonista que es Helena debe enfrentarse. Y al final, todo se centra en ella, como debe ser, porque los adolescentes deben pensar que ellos son los que mayores problemas tienen en el universo (y por supuestísimo los adultos no les entienden) pero al final, son ellos los únicos que pueden resolverlos.

Teen Wolf falla en eso también. Scott es un tipo bastante soso, y sus problemas no dejan de ser, continuamente, si ahora me quiere o no me quiere. Unido a esa falta de carisma que comentaba antes y a esa velocidad lenta en la trama, al final no pasa de ser una serie que se deja ver pero que sin más.

Ah, y con unos efectos especiales de lo más chusqueros. Terroríficos. Mucho más que un hombre lobo.

No todo es basura. El capítulo donde los protagonistas se quedan encerrados en el instituto y son asediados por el Alfa es de lo mejor de la temporada, sólo sobrepasado por los dos capítulos finales. Aprietan el acelerador como debe ser al final de temporada, y la cosa se pone interesante. Evidentemente, plantan sus semillas para la segunda temporada. ¿La habrá? Ni idea, no me he informado sobre ello.

Lo mejor, para mi, el amigo de Scott. Su histrionismo me hacía recordar en ocasiones al gran Logan de Verónica Mars (valgan las distancias, por dios santísimo). Desde luego, el mejor actor de toda la serie. Además de contrapunto cómico.

Frak!

Maldigo una y mil veces por haber tardado tanto tiempo en conocer Battlestar Galactica. Bueno, me corrijo, en «aceptar conocer» sería más acertado, porque debido a una indiferencia casi total por las series de naves espaciales, siempre me negué a ver BSG a pesar de los comentarios que la alababan.

Pero bueno, harto de oír que era una gran serie y que bla y que bla, al final decidí darle una oportunidad. Supongo que lo hice para poder criticarla con todas las de la ley… y tuve que comerme mis pensamientos con patatas.

No todo es maravilloso, pero en general es una pedazo de serie.

En apenas un par de meses, y dilatándola a propósito, me he visto tres temporadas. Me queda una, y me da mucha rabia que sólo me quede una, así que es posible que la dilate más aún. Si soy capaz. Que no estoy seguro.

A lo que voy, BSG es definida en muchos foros como una serie sobre «religión y naves espaciales». Creo que a esa frase le falta, sobre todo, la palabra «política». Hay muchas cosas que hacen grande a BSG, y en concreto el tema de las naves espaciales acaba siendo lo de menos la gran mayoría del tiempo.

Sustentada en unos personajes brutales y llenos de matices y aristas, creo que es en ellos donde reside parte del éxito de esta serie. Sirva como ejemplo uno de los mejores personajes de la serie, Khara Trace, héroe indiscutible de la flota cuyo comportamiento temperamental y orgullo la llevan a cometer actos de moral dudosa, e incluso pasa por una etapa en la que es retirada del servicio por su poco interés por la vida. Pero vamos, otro de los mejores personajes de la serie es Gaius Baltar, y a medida que le vas conociendo su cobardía, egocentrismo y locura hacen que planee sobre él la duda de la traición y un absoluto desprecio.

Para los no iniciados, BSG empieza su historia contándote, de forma resumida, que hace años la humanidad creó una raza de robots, los Cylon, capaces de pensar por sí mismo. Las máquinas se rebelaron, hubo una guerra, y los Cylon se exiliaron. Desde entonces, todo intento de contactar con ellos ha dado con el mayor de los vacíos… hasta ahora. La serie comienza con los Cylon dando nuevas señales de vida y devastando las doce colonias humanas con bombas nucleares. Apenas 44000 personas logran evitar la muerte, los que se encontraban a bordo de las pocas naves que escapan del ataque. Todas son naves civiles, excepto la Battlestar Galactica, una nave de combate vieja y a punto de pasar a la historia como museo y que se convierte de repente en la única defensa de esas naves civiles que llevan a bordo lo poco que queda de la humanidad.

Bajo ataque constante de los Cylon, el Comandante William Adama y su tripulación emprenden una huída a través del espacio siguiendo los pasos de una antigua profecía que hablaba de encontrar el camino de regreso a un mítico planeta llamado Tierra.

Y así, señores, empieza BSG, una serie con una mitología tan potente como fue en su momento la de Lost, con unos personajes muy interesantes y con un devenir cada vez más atractivo. La religión, el amor, y sobbre todo la política, juegan un papel verdaderamente importante. En la balanza de juego, la supervivencia de la humanidad.

En su contra, ese afán por hacer capítulos excesivamente capitulares mezclados con capítulos seriados hace que algunos de los capitulares supongan una piedra en el camino y que incluso algunos resulten terriblemente aburridos. Me pasó en la primera temporada, y sobre todo en la tercera, donde hay tres o cuatro seguidos que son para asesinar guionistas. Por suerte, cuando la serie vuelve a coger ritmo es inmejorable, y los finales de temporada, al menos de la uno, la dos y la tres, son brutales. Vamos, con el de la tercera se me quedó la boca abierta un ratito…

Disfruté como un enano de la primera mitad de la segunda temporada, con esa sublevación militar y ese cuasi golpe de estado (impagable el personaje del Coronel Tight y su absoluta incapacidad para mostrarse lider cuando es necesario y sin recurrir al alcohol), disfruté como un enano con la primera mitad de la tercera temporada (impagable Gaius Baltar y su puta cobardía que te hace odiarle como nunca) y disfruté como un enano con los dos últimos capítulos de la tercera temporada, sencillamente geniales. Hay más momentos que disfruté como un enano, la llegada de la Pegasus y todo lo que implica fueron capítulos impresionantes, y algunos otros capítulos que funcionan sueltos como pequeñas obras de arte.

En general, una gran serie que me alegro de estar disfrutando aún.

Misfits

Hace un par de semanas que quiero hablar de Misfits, una serie británica que terminé de ver hace poco y que me ha encantado. Apenas son dos temporadas, por el momento, de seis y siete capítulos. La trama, tan en principio manida como un grupo de jóvenes que se encuentran cumpliendo servicio comunitario por pequeños delitos y que, de repente, reciben super poderes… casi todos ellos, porque el poder de Alisha no lo querría yo para mi…
Y sí, en principio no suena como algo novedoso o atractivo, pero Misfits guarda en su interior una verdadera joya del entretenimiento. En gran parte gracias a Nathan, interpretado por un genial Robert Sheehan que tiende a la sobreactuación y se roba cada secuencia en la que interviene, un personaje tan desfasado, gesticulante y desagradable que acaba por convertirse en el motor y alma de la serie.
Pero no sólo de Nathan vive Misfits. Hay que reconocer que, con bastante poco, los ingleses han logrado crear una gran historia, sin grandes presupuestos ni alaracas, con una trama bien desarrollada, unos personajes muy bien estructurados y la suficiente fuerza dramática como para tenerte enganchado durante su corto pero intenso recorrido.
Y encima, como regalo, la segunda temporada acaba con el mejor, y más apóstata, capítulo navideño que he visto en mi vida. Creo que no me he reído tanto desde hace tiempo, gracias en parte a ese «We have to kill Jesus» y el «nacimiento del alien» (el que haya visto la serie entenderá la referencia).
Una serie que recomiendo con los ojos cerrados. Un verdadero disfrute.

Community

Si tuviera que definir Community con una sola palabra sería «surrealista». No hay capítulo que acabe y no me haga decir «se les va la pinza muchísimo». La mayoría los veo con la boca abierta de pasmo y entre carcajadas. Porque otra cosa no, pero graciosa, es un rato.
De buenas a primeras parece una sitcom facilita, de veinte minutos por capítulo y con personajes extremos que desarrollan personalidades tan fuertes que permiten que las tramas se desarrollen sin problemas… pero Community no está rodada con el sistema clásico de una sitcom, y eso le da bastante más vida. Además, se permiten el lujo de hacer completas y absolutas locuras de vez en cuando. El capítulo del paintball fue una demostración de eso, pero no ha sido la única.
Lo mejor de esta serie, por supuesto, son los personajes. Porque no hay ninguno que sobre, y hasta los secundarios son cojonudos. Evidentemente el mejor puesto se lo lleva, de lejos, Chevy Chase, que interpreta a Pierce, un hombre que no acepta la edad que tiene, se cree joven, y todas las bromas que hace son racistas o sobre penes. Pero siguiendole de cerca, y robando el protagonismo en muchos de los capítulos al que en teoría es frontman de la serie, Jeff, está Abed, el árabe incapaz de expresar sus sentimientos a menos que sea a través de comparaciones con películas y series.
Abed dota a Community de una atmósfera freak, de cultura pop, y llena los diálogos y situaciones de referencias a películas y series que todos conocemos (por ejemplo, siempre que habla de Jeff y Brita les compara con Ross y Rachel), y eso es así, hasta tal punto, que los guionistas han optado por tomar ese rumbo por bandera y ya ni siquiera excusan en Abed las referencias audiovisuales, hasta tal punto que el leit motiv de numerosos capítulos se basa en algo… por ejemplo, hicieron un capítulo sobre conspiraciones, otro sobre el espacio (con referencias a Armageddon, Apollo 13, etc), sobre el mar, sobre los superhéroes, incluso sobre zombies, etc… todo ello enlazándolo de las formas más surrealistas posibles a la vida regular de un colegio comunitario americano.
Yo desde luego, hoy por hoy, no me rio tanto con ninguna otra serie. Intentad verla porque os gustará. Seguro.

Justified

Impresionante serie emitida por el canal FX, el mismo de The shield y Sons of anarchy. Justified se erige en la programación americana como un western actual y sale realmente victoriosa con su primera, y muy potente, temporada.
Siguiendo el mismo esquema que muchas de las series de canales de pago, como las ya citadas The shield, Sons of anarchy o Dexter, Justified comienza su andadura de forma que parece ser una serie capitular, con casos que empiezan y finalizan en el mismo capítulo, pero apenas cuando lleva cinco, te das cuenta de que por detrás existe una trama que va cogiendo carrerilla y que ocupa el cien por cien de la serie en su recta final.
Es un western, como ya he dicho, pero además, es un western con todas las de la ley. No sólo porque el protagonista lleve un sombrero de cowboy y se mueva como Clint Eastwood (por cierto, Timothy Oliphant está IMPRESIONANTE), sino porque deliberadamente buscan ese tono del salvaje Oeste. La primera secuencia de la serie es toda una declaración de intenciones. Un duelo al sol en lo alto de una azotea en Miami. Impresionante secuencia. Creo que es imposible ver esa secuencia y después dejar Justified a un lado.
Pero no acaba ahí la cosa. A lo largo de la temporada tendremos todos los elementos característicos de los westerns. Duelos de pistola, tiroteos con escopetas, damiselas en peligro, e incluso un asedio a una cabaña en un acojonante último capítulo.
Detrás del proyecto tenemos a un Elmore Leonard que sienta las bases de la novela negra y crea una trama que sorprende en más de una ocasión ante giros bien planteados y que no desubican ni alarman porque resultan coherentes. Pero sobre todo, ha construído una historia en torno a unos personajes fantásticamente creados.
Para empezar, el marshall Rayland, genialmente interpretado por Oliphant, un hombre de gatillo fácil capaz de desenfundar más rapido que Lucky Luck, de caracter pausado y andares de tipo duro. Rayland es destinado a Kentucky tras el tiroteo inicial como medida de castigo, y allí se reencontrará con la gente que pobló su infancia. Desde su ex-mujer, que le abandonó para irse con un agente de bienes raices, hasta la chica que estuvo enamorada de él durante su juventud, pasando por su padre, al que detesta por haber estado siempre envuelto en asuntos turbios y que dará más de un quebradero de cabeza… y después, el clan de los Bowder…
Boyd Bowder es probablemente uno de los mejores personajes de la serie, junto al marshall Rayland. Es un personaje histrionico que sufre una transformación tan brutal a lo largo de los trece capítulos, que la mayoría del tiempo te la pasas preguntándote qué parte es real y qué parte es falsa.
Recomiendo encarecidamente esta serie. No sólo tiene una calidad técnica altísima, sino que también tiene una trama muy interesante. Y aunque sólo sea para disfrutar de la actuación de Timothy Oliphant ya valdría la pena.

Haciendo review del inicio de temporada 10-11

Con la temporada llegando al parón navideño, voy a hacer un repaso por las series que he visto en estos tres meses:

1) Survivor. La temporada 21 del reality por excelencia sigue demostrando por qué sigue siendo EL JUEGO con mayúsculas. Y sí, esta temporada ha tenido momentos agridulces y no superará al Héroes contra Villanos que fue la temporada 20, pero eso ya lo suponíamos. Sigue resultando interesante y adictivo… y ojalá los rumores que hay para la temporada 22 sean ciertos…

2) The amazing race. Temporada 17 y la gymkana por excelencia sigue teniendo pulso. La temporada 15 fue un coñazo, la 16 fue impresionante y ésta va a medio camino. La final, eso sí, se plantea impresionante…

3) Sons of anarchy. Sin duda, el descubrimiento de la temporada. Me ventilé las tres temporadas en unas semanas y ha entrado sin duda en mi lista de series favoritas.

4) Breaking bad. Estoy viendo la tercera temporada y realmente me engancha esta mezcla de thriller con drama absoluto, aunque a veces peca en exceso de ese revolcar en la mierda a sus personajes. Walter White es uno de esos personajes que luchan constantemente contra decisiones morales, y eso lo hace más interesante.

5) Glee. Uno de esos placeres culpables que se disfrutan debido a su frescura y a su escaso nivel de exigencia. En realidad la trama es lo de menos en esta serie.

6) The event. Empezó con un primer capítulo espectacular y se planteaba como una ficción elaborada y llena de tensión. Mi impresión es que se ha desinflado de forma alarmante y mi duda es si conseguirá mantenerse en el nivel donde está, que es el del mero entretenimiento. Sinceramente, dudo que logre alcanzar los niveles de adicción que prometía.

7) Supernatural. El final de la temporada cinco estaba hecho para finiquitar la serie con clase y con un nivel altísimo. Entonces tomaron la decisión de hacer una sexta temporada y los diez capítulos que llevan de momento no están llegando al nivel, la verdad. Es una de esas series que se amontonan a la espera de un momento libre.

8) Fringe. Recuerdo que cuando empezó me parecía normalita y poco más. A día de hoy, es una de las series que espero con más ganas cada semana. Y las está pasando tan putas a nivel de audiencia que tengo miedo por su futuro. Pero es una de las mejores series que hay en pantalla ahora mismo.

9) Chuck. Cuarta temporada y sigue haciéndome llorar de la risa. Valga como ejemplo los homenajes a la Jungla de cristal de la semana pasada.

10) Outsourced. Una sitcom entretenida.

11) The defenders. Sí, es cierto, no suelen gustarme los procedimentales, pero The Defenders se ha hecho un hueco gracias a la fuerza de sus guiones, al humor y a sus maravillosos y carismáticos protagonistas.

12) Chase. Un procedimental que no pasé del capítulo uno.

13) Undercovers. Llegué a ver seis episodios. Me aburría un poco, pero confiaba en que Abrams tendría un as guardado en la manga en la forma de una trama que nos arrastraría como lo hizo Alias, Lost o Fringe. O no era así o no le dieron tiempo de enseñarlo, en cuyo caso sería error suyo haber tardado tanto. La han cancelado, así que dudo mucho que llegue a ver los capítulos que faltan.

14) Broadwalk Empire. Scorsesse, Buscemi y un nivel de calidad visual altísimo no fueron suficientes para engancharme, en parte debido a su lentísimo ritmo, en parte porque la historia no me resultó interesante. Vi el piloto y ya.

15) Dexter. Creo que es una de las mejores series del panorama actual, aunque esta temporada haya sido regulera. Sigo quedándome con la segunda y la cuarta temporadas. Aún nos falta el último episodio, y seguro que es impresionante.

16) No ordinary family. Una serie que es entretenida pero que no me engancha lo suficiente. Tengo dos o tres capítulos a la espera de ser vistos, y supongo que si tengo tiempo en este parón navideño acabe haciéndolo, pero no sé, tengo mis dudas con esta serie.

17) The vampire diaries. Otro de esos placeres culpables. En realidad es una serie para adolescentes, pero es que a nivel de trama pasan tantas cosas en cada capítulo que es imposible no quedar enganchado. Ser secundario en esta serie es un riesgo para su vida…

18) The walking dead. Seis capítulos han sido demasiado poco, ¡malditos!

Sons of Anarchy

Como no quiero estropearle a nadie la serie, este será un post sin spoilers.
Llevaba mucho tiempo oyendo a hablar de Sons of Anarchy. Bastante gente me había recomendado que la viera, pero, por hache o por be, no acababa de atraerme. Un día, la misma persona que me recomendó aquella maravilla de serie carcelaria llamada OZ, me dijo que la viera. Y yo seguí sin convencerme. Hasta que hace un mes, alguien al que no conozco me dio el último empujón. El especialista Mike me dijo que le echara un vistazo a la serie, que merecía la pena. Y yo, que estaba ya en ese punto del casi-casi, cai de lleno en la curiosidad y me hice con la primera temporada.
Vaya por delante que en ese mes me tragué las dos primeras temporadas y lo que llevan de tercera temporada. Ya voy al ritmo de la emisión americana. Y después de eso, creo que es una de las mejores series que actualmente hay en pantalla y creo que se merece mucha más audiencia y reconocimiento que el que tiene.
La serie tiene un pero pequeñín que afecta a su nivel de enganche al principio. Y es que los cuatro primeros capítulos son muy episódicos. Dibujan el esbozo de una trama, pero no dejan de ser pequeños casos (llamémoslos así) que solucionan los protagonistas al finalizar el episodio. Y no están mal, pero no te dejan con la boca abierta y ganas de seguir viendo la serie.
Hasta que llega el episodio de la niña violada. Ese capítulo es cojonudo, y prácticamente te dan ganas de unirte a los Sons en su busqueda de venganza. Curiosamente, aunque completamente episódico, es después de este capítulo que Sons of Anarchy abandona ese estilo capitular y entra de lleno en el terreno de las series seriadas con una trama clara.
Empecemos por el principio. Sons of Anarchy cuenta la historia de un club de moteros, los SAMCRO (Son of Anarchy Motorcycle Club Redwood Original), cuya sede está en un pequeño pueblo llamado Charming. Desde allí, dirigen un negocio de venta de armas ilegales a la vez que mantienen el compromiso de tener alejada la violencia y las drogas de Charming. Son una especie de protectores del pueblo, aunque también son delincuentes. Tienen a parte de la policía comprada, pero no todos adoran a SAMCRO. Por la serie pululan también otras bandas moteras, como los Mayans, que son latinos dedicados al negocio de las drogas y con muchas rencillas con los Sons. Además, cierta agente del FBI les hará la vida imposible tratando de detenerles. Por ahí también se encuentra el IRA y demás gente del mundillo ilegal.
Curiosamente, y a pesar de su nombre, el club motero se rige según unas normas nada anarquicas. Hay una especie de consejo de nueve miembros, todas las decisiones deben estar aprobadas por mayoría dentro de ese consejo, existe un jefe (Clay, interpretado por el gran Ron Perlman), aprendices que son casi esclavos, y las mujeres del club… Digamos que las mujeres en esta serie no salen muy bien paradas. Suelen ser putas o acompañantes o meros floreros, a excepción de dos de ellas. Una, Tara, la chica con la que el protagonista (Jax) tiene sus mas y sus menos amorosos, y dos, la grandísima Gemma, la mujer de Clay, que ejerce de matriarca del club, ese tipo de personajes femeninos que ya quisieran pillar muchas actrices a esa edad. Las decisiones que toma Gemma por el club, su fuerza, su caracter… es probablemente uno de los mejores personajes de la serie.
No todo acaba ahí. El resto de personajes de los Sons están tan bien dibujados que, a pesar de ser secundarios, cada detalle que te proporcionan sobre ellos lo único que hace es que quieras saber más. Probablemente el mejor de todos ellos es Tigg, ese tipo que al principio parece un perturbado (y al final también), pero que daría su vida por Clay y Gemma. Tigg no duda en sacar la pistola (hay un momento, en la tercera temporada, cuando encañona a un policía simplemente porque no quiere dejar pasar a Gemma que es digno de reverencia).
Y hay más. Chibb, Piney, Medio-huevo, el poli mayor cuyo nombre ahora no recuerdo, Hale, la agente del FBI… todos los personajes están tan bien construidos que se convierten en una de las grandes bazas de la serie.
La primera temporada va subiendo en intensidad. Probablemente, el penúltimo capítulo te deje con la respiración cortada y la cara de imbécil que se nos quedó a todos. Aunque lo veas venir desde hace un rato, no deja de ser acojonante.
La segunda temporada empieza TAN fuerte… La entrada en escena de Zobelle y los suyos es TAN brutal. El primer episodio termina con una de esas secuencias en las que no sabes si apartar la vista o mantenerla en pantalla, una de esas secuencias fuertes que desagradan pero a la vez maravillan por la interpretación tan desgarradora que estás viendo. Y con eso, simplemente, plantan la semilla para una temporada digna de todo tipo de elogios. Un bravo altísimo que culmina con un clifhunger de esos que te hacen gritarle a la pantalla e insultar gravemente a los creadores de la serie por dejarte así.
La tercera temporada, actualmente en pantalla, empieza ligeramente más floja. No es que empiece mal, pero sí más floja. Poco a poco va subiendo en intensidad. En el capítulo tres, además, cuenta con un cameo genial de Stephen King, en la piel de un poco ortodoxo limpiador de cadáveres, al estilo del Señor Lobo de Pulp Fiction, pero más surrealista. Una aparición de aplauso. Luego la temporada sigue subiendo y subiendo. Y en el capítulo ocho, hacen una de esas cosas que parece que sólo los americanos saben hacer. Y como no quiero decir nada que pueda ser un spoiler, mencionaré simplemente que, con el cambio musical de la cabecera ya se ganaron todo mi entusiasmo.
Ahora mismo, la cosa está tensa y emocionante. Y le quedan tres capítulos… contando el que emitieron ayer.
Mi recomendación: vedla. Sin duda. Y no os dejeis vencer por esos cuatro primeros capítulos. Seguid adelante. Lo agradeceréis.