Teen Wolf (y van dos…)

No todos los días hay True Blood o Breaking Bad, y estoy intentando estirar al máximo la cuarta temporada de Batlestar Galactica, así que, entre medias, sin prisa, aprovechando días muertos sin nada que ver (y sobre todo los viajes en AVE a Valencia los fines de semana) al final he terminado tragándome enterita la serie de Teen Wolf que revisitaba aquel clásico ochentero protagonizado por Michael J. Fox.

En este enlace, la crítica que hice cuando apenas llevaba tres capítulos…

La cosa no difiera mucho de aquella primera crítica. Es una serie para adolescentes sobre un chaval que se enamora de una chavala. Lo de que le muerda un hombre lobo no deja de ser una tontuna cualquiera, como podría haber sido un vampiro, una tortuga ninja o un extraterrestre.

La serie tarda muchísimo en arrancar de verdad. No aprietan el acelerador con la trama hasta bien entrada la temporada, lo cual en estos tiempos donde The Vampire Diaries nos ha demostrado que en las series de adolescentes las cosas pueden ir a toda velocidad (recordemos que se cargaban a una de las protagonistas en el capítulos cuatro o cinco), pues como que te deja un poco indiferente. Además, el protagonista no es excesivamente carismático. Por no decir que a veces te dan ganas de pegarle una colleja para que espabile. Si algo bueno tiene The Vampire Diaries es que no importa si te hablan de una plaga vampírica que asolará el mundo o de si este vestido y esos zapatos no conjuntan para la fiesta a la que van a ir esa noche, porque todo es un gran problema al que esa adolescente protagonista que es Helena debe enfrentarse. Y al final, todo se centra en ella, como debe ser, porque los adolescentes deben pensar que ellos son los que mayores problemas tienen en el universo (y por supuestísimo los adultos no les entienden) pero al final, son ellos los únicos que pueden resolverlos.

Teen Wolf falla en eso también. Scott es un tipo bastante soso, y sus problemas no dejan de ser, continuamente, si ahora me quiere o no me quiere. Unido a esa falta de carisma que comentaba antes y a esa velocidad lenta en la trama, al final no pasa de ser una serie que se deja ver pero que sin más.

Ah, y con unos efectos especiales de lo más chusqueros. Terroríficos. Mucho más que un hombre lobo.

No todo es basura. El capítulo donde los protagonistas se quedan encerrados en el instituto y son asediados por el Alfa es de lo mejor de la temporada, sólo sobrepasado por los dos capítulos finales. Aprietan el acelerador como debe ser al final de temporada, y la cosa se pone interesante. Evidentemente, plantan sus semillas para la segunda temporada. ¿La habrá? Ni idea, no me he informado sobre ello.

Lo mejor, para mi, el amigo de Scott. Su histrionismo me hacía recordar en ocasiones al gran Logan de Verónica Mars (valgan las distancias, por dios santísimo). Desde luego, el mejor actor de toda la serie. Además de contrapunto cómico.

Teen Wolf

En 1985 se estrenó una película protagonizada por Michael J. Fox llamada Teen Wolf, la típica película ochentera que descansa en las mentes de su generación como un clásico juvenil. En ella, Michael descubría que era un hombre lobo, pero se negaba a dejar que eso le afectara en su vida cotidiana y utilizaba sus nuevas y recién descubiertas habilidades para convertirse en la estrella del instituto del equipo de baloncesto.
Y así, con esa trama tan ligera, hicieron un peliculón.
Y ahora, veintiséis años después, MTV, la cadena de los videoclips y los realities absurdos, ha decidido hacer una serie para adolescentes basada en aquella cinta ochentera con la intención de atraer a los adolescentes enganchados al fenómenos The Vampire Diaries… esa serie que no presagiaba nada bueno por su parecido en base a Crepúsculo y que ha resultado ser una de las series donde más cosas pasan y cuya velocidad de trama tiene el acelerador apretado hasta el fondo y se ha convertido en uno de esos placeres culpables que se disfrutan de lo lindo.
En fin… ni corto ni perezoso, me he lanzado a ver el piloto…

Los primeros cinco minutos de serie son tan absurdos que uno debe hacer fuerza de voluntad para mantenerse serio ante la pantalla. En serio, ¿Quién escribió esto, un niño de ocho años? ¿Eso es lo mejor que se les ocurre para justificar que el chaval está en el bosque y le muerde un hombre lobo? En fin…
Una vez mordido, el protagonista empieza a descubrir sus nuevas habilidades, a la par que te muestran el que será interés amoroso, un par de enemigos y el colega que investiga en internet para descubrir lo que es la licantropía y así ayudar al protagonista. De lejos, lo mejor de la serie me ha parecido el colega, tan fuera de sí y cerca de la sobreactuación que se convierte en un personaje interesante. Al menos en el piloto. Ya veremos.
Eso sí, han cambiado el baloncesto por… un momento, ¿por qué? ¿Qué demonios es el Lacrosse? ¿Eso es un deporte? En fin, imagino que es más chic que el baloncesto y por eso se han decantado por ese deporte, pero la verdad es que me ha cortado un poco el rollo.
En fin, que se trata de una serie absolutamente descafeinada, para adolescentes y nostálgicos de los ochenta, sin el atractivo y carisma de Michael J. Fox y en la que, por lo menos el piloto, no pasan demasiadas cosas. Sinceramente, después de haber visto The Vampire Diaries, o aquí aprietan el acelerador y empiezan a morir secundarios y extras o resultará cansina.