Reality

Los dos realities que he visto este otoño son los mismos que sigo fervientemente desde hace unos años…
Atención… spoilers.
– The amazing race, temporada 19: Esta temporada tenía como gran atractivo (para mi) la participación de Ethan y Jenna, de Survivor. Pero la verdad es que su duración en la carrera resultó ser bastante patética. Aún así, esta temporada resultó tener un gran cast, donde casi todas las parejas tenían algún atractivo y eran interesantes. Entre todos, me quedo con Marcus y Amani, cuyo humor hacía que les apoyara incondicionalmente. Además, la carrera demostró estar por encima de todo cuando, en la semifinal, cayó el que era a todas luces el equipo más fuerte, por mala suerte, pero cayó de todas maneras. Sobre el equipo ganador, bueno, pues eso, yo hubiera preferido que ganaran Marcus y Amani, pero de entre los otros dos finalistas, me quedo con los que ganaron. Buena temporada, sí señor.
– Survivor South Pacific. La temporada número 23 del mejor reality de todos los tiempos (y me atrevo a decir que es uno de los mejores programas de televisión del mundo, si no el mejor) ha sido bastante buena. A priori, el regreso de Coach y Ozzy no auguraba nada espectacular, porque era fácil pensar que Coach sería expulsado rápidamente por lo mal que cae, y Ozzy lo haría bien en los retos y la cagaría en lo social, como era su costumbre. Pero no. Ozzy lo hizo bien a todos los niveles, y era un claro ganador (tan cerca y tan jodidamente lejos…), y Coach hizo un juego brillante, digno de llegar hasta donde llegó… y exáctamente no más lejos. Porque sí, Coach hizo un gran juego, pero se llenó la boca de palabras como honor e integridad, y cuando juegas survivor es más que factible que esas palabras acaben siendo una losa para ti.
En definitiva, una buena temporada. El problema que le veo es que llevan dos temporadas teniendo fusiones demasiado compactas, donde una vez uno de los grupos se vuelve dominante es muy fácil predecir quienes serán los siguientes en ver su fuego apagado. En teoría, esa es la razón detrás del próximo giro que va a tener el programa. One world, como se llamará la temporada 24, intenta evitar que los grupos sean tan sólidos.
Respecto al cast… nada mal. Este año han tenido muy buen ojo con la gente. El más invisible del programa ha sido Rick, porque los demás han tenido bastante juego todos. Y cuando hay buenos personajes el juego se vuelve más interesante. Aunque sí, se echan de menos los villanos malvados. Esa gente dispuesta a apuñalar a cualquiera por durar un día más. Cochran nos dio una muestra de eso, pero en su juego resultó ser menos villanía y más «total, estos me odian, probaré con los otros».
A esperar con ansia Survivor: One world.

Haciendo review del inicio de temporada 10-11

Con la temporada llegando al parón navideño, voy a hacer un repaso por las series que he visto en estos tres meses:

1) Survivor. La temporada 21 del reality por excelencia sigue demostrando por qué sigue siendo EL JUEGO con mayúsculas. Y sí, esta temporada ha tenido momentos agridulces y no superará al Héroes contra Villanos que fue la temporada 20, pero eso ya lo suponíamos. Sigue resultando interesante y adictivo… y ojalá los rumores que hay para la temporada 22 sean ciertos…

2) The amazing race. Temporada 17 y la gymkana por excelencia sigue teniendo pulso. La temporada 15 fue un coñazo, la 16 fue impresionante y ésta va a medio camino. La final, eso sí, se plantea impresionante…

3) Sons of anarchy. Sin duda, el descubrimiento de la temporada. Me ventilé las tres temporadas en unas semanas y ha entrado sin duda en mi lista de series favoritas.

4) Breaking bad. Estoy viendo la tercera temporada y realmente me engancha esta mezcla de thriller con drama absoluto, aunque a veces peca en exceso de ese revolcar en la mierda a sus personajes. Walter White es uno de esos personajes que luchan constantemente contra decisiones morales, y eso lo hace más interesante.

5) Glee. Uno de esos placeres culpables que se disfrutan debido a su frescura y a su escaso nivel de exigencia. En realidad la trama es lo de menos en esta serie.

6) The event. Empezó con un primer capítulo espectacular y se planteaba como una ficción elaborada y llena de tensión. Mi impresión es que se ha desinflado de forma alarmante y mi duda es si conseguirá mantenerse en el nivel donde está, que es el del mero entretenimiento. Sinceramente, dudo que logre alcanzar los niveles de adicción que prometía.

7) Supernatural. El final de la temporada cinco estaba hecho para finiquitar la serie con clase y con un nivel altísimo. Entonces tomaron la decisión de hacer una sexta temporada y los diez capítulos que llevan de momento no están llegando al nivel, la verdad. Es una de esas series que se amontonan a la espera de un momento libre.

8) Fringe. Recuerdo que cuando empezó me parecía normalita y poco más. A día de hoy, es una de las series que espero con más ganas cada semana. Y las está pasando tan putas a nivel de audiencia que tengo miedo por su futuro. Pero es una de las mejores series que hay en pantalla ahora mismo.

9) Chuck. Cuarta temporada y sigue haciéndome llorar de la risa. Valga como ejemplo los homenajes a la Jungla de cristal de la semana pasada.

10) Outsourced. Una sitcom entretenida.

11) The defenders. Sí, es cierto, no suelen gustarme los procedimentales, pero The Defenders se ha hecho un hueco gracias a la fuerza de sus guiones, al humor y a sus maravillosos y carismáticos protagonistas.

12) Chase. Un procedimental que no pasé del capítulo uno.

13) Undercovers. Llegué a ver seis episodios. Me aburría un poco, pero confiaba en que Abrams tendría un as guardado en la manga en la forma de una trama que nos arrastraría como lo hizo Alias, Lost o Fringe. O no era así o no le dieron tiempo de enseñarlo, en cuyo caso sería error suyo haber tardado tanto. La han cancelado, así que dudo mucho que llegue a ver los capítulos que faltan.

14) Broadwalk Empire. Scorsesse, Buscemi y un nivel de calidad visual altísimo no fueron suficientes para engancharme, en parte debido a su lentísimo ritmo, en parte porque la historia no me resultó interesante. Vi el piloto y ya.

15) Dexter. Creo que es una de las mejores series del panorama actual, aunque esta temporada haya sido regulera. Sigo quedándome con la segunda y la cuarta temporadas. Aún nos falta el último episodio, y seguro que es impresionante.

16) No ordinary family. Una serie que es entretenida pero que no me engancha lo suficiente. Tengo dos o tres capítulos a la espera de ser vistos, y supongo que si tengo tiempo en este parón navideño acabe haciéndolo, pero no sé, tengo mis dudas con esta serie.

17) The vampire diaries. Otro de esos placeres culpables. En realidad es una serie para adolescentes, pero es que a nivel de trama pasan tantas cosas en cada capítulo que es imposible no quedar enganchado. Ser secundario en esta serie es un riesgo para su vida…

18) The walking dead. Seis capítulos han sido demasiado poco, ¡malditos!

El marco. Tu vida en 20 metros cuadrados. Y más.

Hace unos años detestaba el mundo de los realities. Me aburrían soberanamente. Hasta que descubrí, por casualidad (y por suerte), Survivor. El de verdad, el americano. Desde entonces, me declaro absolutamente fan de dicho programa, vivo deseando que empiece una nueva edición, que por cierto, empieza mañana.
Pero ya hablaré de Survivor en otro momento.
A raíz de Survivor me di cuenta que el problema no era de los realities, sino de cómo se hacen los realities en este país. Supervivientes es la versión cañí de Survivor, pero mientras el americano dura cuarenta minutos de reloj, está grabado (con lo que los concursantes sólo están en la isla 39 días), tiene un montaje digno de película de acción y la estrategia individual supone el 80% del juego, lo que da lugar a que sea impredecible… la versión telecinquera dura dos horas y media por programa, es en directo, lo que le resta todo ápice de dinamismo , ya que cortan a cada rato para entrevistar en plató y hacer seguimientos innecesarios, y hace que estén en la isla tres o cuatro meses, y debido al sistema «llama por telefono para expulsar mientras nosotros te cobramos» el componente estratégico, que en realidad es lo mejor del formato, se ve reducido a casi nada. Porque al final, el Supervivientes de aquí consiste en caerle bien al público para que no te vote, ergo, te conviene ser bueno. Allí, dependen de sí mismos, así que cuando alguien se ve en una situación desfavorable hará lo que sea, mentir, engañar, difamar, manipular, con tal de lograr sus objetivos.
En fin, a Survivor le siguió The amazing race, la gran gymkhana alrededor del mundo. Lo mismo, los americanos lo hacen como si fuera una película de acción, sin darte un minuto a respirar, y permitiendo que los concursantes dependan unicamente de ellos para seguir en la carrera. Llegamos a Espain y lo versionamos, convirtiéndolo en «La vuelta al mundo». Asesinos en el casting aparte, el programa de Antena 3 era un soberano aburrimiento, ya que a lo cutre de las pruebas le sumaban el cortar la emoción que se le supone a una carrera metiéndote un plató con entrevistas a los familiares de los concursantes. Seeeñor.
Me imagino estar viendo un Formula 1 y de repente te llevan a plató para que el amigo de la infancia de Fernando Alonso te cuente que era muy desordenado y pegaba patadas a los profesores. A tomar por culo la emoción de la carrera.
Pero a lo que iba…

El marco.

Hoy se estrenó en A3, como primicia mundial, el formato por el que varias cadenas del mundo se peleaban. Básicamente es un Gran Hermano por parejas que convivirán en 20 metros cuadrados sin poder salir de sus habitáculos más de 40 minutos al día. De por sí, los realities de convivencia no me emocionan, me gustan más los de competición, pero decidí ver el estreno por aquello de poder criticar. A fin de cuentas, si en las ferias de formatos había tenido tanto bombo sería por algo.
Me hago la cena y me pongo delante de la tele.
10 minutos de anuncios. Ya añoro internet.
Empieza. Y sí, nos meten de lleno en un plató. Primer error.
Sale la tal Patricia a presentar. Y empieza a hablar. Te cuenta en qué consistirá el programa, te dice que habrá 8 parejas y, ANTES SIQUIERA DE HABER CONOCIDO A LAS PAREJAS CONCURSANTES, se pone a entrevistar a algunos de sus familiares. ¡Pero vamos a ver! ¡si aún no conozco al casting, que es el 90% de un programa así, por qué coño me están contando cosas señores y señoras que ni conozco ni me importan un carajo!
Respiro hondo. Al menos que la cena no se me atragante.
Más blablabla. Que si te enseño uno de los habitaculos, que si tal y que si cual.
20 minutos de programa cuando empiezan a presentar a la primera pareja. ¡20 minutos de programa! Madre mía de mi vida, en la última temporada de Survivor en 20 minutos ya estaban todos presentados, habían empezado un reto y teníamos un hombro dislocado y dos dedos rotos.
Así se hace, señores de Antena 3. Demostrando una vez más que el plató es sinónimo de anti-dinamismo.
Decido darle una oportunidad. Ya he decidido que no me gusta el programa, pero quiero ponerlo a caldo a conciencia. Ah, y cuando el casting es tan jodidamente fundamental en tu programa, hay que intentar llevar gente interesante. Y luego hubo un par de parejas que salvaría de la quema, pero coño, no empieces por las más aburridas y chabacanas. Parece que quieren que deje de verlo. La madre y la hija, para darlas de comer aparte. En fin.
El programa sigue con esa tónica y ese ritmo frenético (jurl, jurl, ironía en mi blog), presentándote a las parejas tan condenadamente lento que si hubiera palomas revoloteando parecería una peli de John Woo.
Hora y cuarto. Estoy aburrido. Y en el programa se ponen a hacer bromitas de producción a los concursantes (unas bromas que riase dios de los monty python: llevar a una nueva pareja a una habitación que no es la suya y después hacer que los pobres meritorios de producción, con un casco de moto en la cabeza, lo juro por Jack Bauer, les secuestren de uno en uno para llevarles a su habitación verdadera. La monda lironda).
Vamos a ver, alma cántaros… ¿Cómo demonios se supone que me va a hacer gracia una broma sin gracia si no conozco a la gente que la sufre? Si eso lo haces en el día 14 cuando ya se conoce a los concursantes, cuando hay gente encariñada con unas parejas u otras, puedo entenderlo… pero el día 1… ¿Qué le pasa a esta gente? En serio lo pregunto…
En fin, tampoco es como que yo me vaya a enterar si hacéis estas bromitas el día 14, porque a las dos horas de programa he decidido apagarlo y venir al ordenador. Y no considero haber perdido dos horas de mi vida porque estaba cenando. Sólo he perdido hora y cuarenta y cinco, desde que acabé de cenar.
En serio, lo de hacer que todos los programas duren 3 horas y meterles plató aunque no sea necesario, que las series duren hora y media, cuando ya es complicado mantener el ritmo y la emoción en 40 minutos, imagina en hora y media… No sé, me demuestra que estamos a muchos años luz por detrás de los americanos en materia audiovisual.
Sí, que cool estás Patricia. Veremos si sonríes cuando El marco se pegue la ostia de audiencia…
Y ahora os contaré una anécdota. Hace casi un año, una persona con renombre en este páis, director/a de cine, mientras aprovechábamos un parón de la pre-producción, me dijo «los americanos no tienen moral, sólo hay que ver las series que hacen».
Mi expresión debió ser similar a las de las muñecas hinchables. Boca abierta y ojos de imbécil. Pero consciente de mi puesto de trabajo, cerré la boca y comí directamente mirando el plato, mientras escuchaba la conversación. Porque no os lo perdáis, pero después de eso añadió que su hij@ veía Física y Química, y que le parecía buena serie.
Vale que en el mundo ahora sea cool ser anti-americano. Vale que si vas de gafapasta te tiene que gustar el cine Uzbeko y pakistaní, por ejemplo, pero Terminator te debe parecer blasfemia. Vale que hagamos tele cutre y nos creamos los mejores… Pero coño, un poquito de sensatez tampoco viene mal.
¿Física y Química es moral? ¿Poner Telecinco en época de Gran Hermano a las seis de la tarde y ver edredoning es moral? ¿Esas series nuestras donde para que un personaje parezca duro lo único que saben hacer es que diga muchos tacos, todo el rato con el coño y el joder en la boca? ¿Esa niña demoníaca de Peking Express 2?
¿En serio?
En Estados Unidos sólo enseñan carnaza si es cosa de HBO. Restringen los tacos al mínimisimo (en 8 temporadas, Jack Bauer dijo una vez «Son of a bitch» y lo más que decía cuando se cabreaba era «Dammit», que viene a ser «Maldición»), y en los programas de telerrealidad emborronan canalillos, rajas del culo, tetas e incluso bocas cuando alguien dice un taco, que obviamente tampoco llegas a oír.
Y ellos son los inmorales.
Ya, pues mira, creo que va a ser que no. Y además, hacen mejor tele. Hala.