Series, series, series

Mucho se habla por los mundos internetiles sobre las posibilidades o no que tiene Juego de tronos de ganar el Emmy a Mejor Drama. En mi opinión, y mira que me gusta la serie de HBO (aunque soy más fan de los libros), creo que la que debería alzarse con el galardón es Breaking Bad. Aún no ha comenzado su última remesa de episodios pero todos sabemos ya que es el final, que una vez terminen se acabó lo que se daba, y va siendo hora de premiar como se merece a la que probablemente sea la mejor serie de los últimos tiempos, a nivel técnico, de trama y de actores; y no lo olvidemos, una serie que ha ido in crescendo y se encuentra en su mejor momento. Una serie que no debe irse sin ese premio y que está en su última oportunidad.

Además, no nos olvidemos que está protagonizada por el que probablemente sea el mejor actor del momento, Bryan Cranston, al que puede que sigan de cerca otros como Walton Googins (y si alguien lo duda que vaya a ver Justified y se maraville con sus poses de cowboy y su manera de hablar, o que vea su aparición estelar como travestido con tetas y todo en Sons of Anarchy), o Peter Dinklage (que seamos sinceros, en esta tercera temporada de Juego de tronos no ha brillado como en las anteriores pues sus tramas eran más sosas, cosa que los lectores del libro ya sabíamos, y aún así nos ha regalado momentazos como el juego de las sillas…

Dexter también termina este verano, es cierto. Pero Dexter no está en su mejor momento (de hecho, lejos queda Trinity) y ha tenido altos y bajos que no la hacen, en mi opinión, tan merecedora del galardón como a la serie de la meta azul. Sobre Mad Men no opino, pues no la sigo ni me llama la atención. ¿Homeland? Bueno, disfruté como un enano de las idas y venidas de la trama en la primera temporada, y aunque me pareció excesivo que ganara el Emmy, no me pareció incorrecto. Volverlo a ganar, creo, sería una locura. La segunda temporada no ha estado tan bien como la primera, aún tiene cuerda, sí, pero si lo comparo con Breaking bad es como mirar a un elefante y al lado a un perro. Ambos molan y están bien, pero joder, el elefante aplasta al perro si quiere.

¿Qué más series he visto este año, aunque no tengan que ver con la carrera hacia los Emmy? Pues mira por donde, he seguido con Revenge, aunque esta segunda temporada he tenido ganas de bajarme del barco en al menos dos o tres ocasiones. El final ha sido un buen espectáculo de pirotecnia y deja el carril listo para la tercera temporada, pero mucho tiene que mejorar para que no termine de hundirse. Me he reido con los puteríos de Nashville y su trama culebronada. He acompañado al superhéroe por el que babean las quinceañeras (y algunas que no lo son, como mi mujer) en Arrow. Sons of Anarchy y Justified siguen en plena forma y espero que les dure el carrete. Por el contrario, otra que dicen que puede dar la sorpresa en los Emmy, The Americans, me resultó soporífera y no pasé del cuarto capítulo. Me ha gustado Broadchurch, a pesar de ser también bastante lenta. Me lo estoy pasando como un enano con esa frikada que es Utopia. Y por cierto, sigo pensando que Misfits mola aunque sí, echo mucho de menos a Nathan. Ayer mismo arranqué con Orphan black, y su piloto me pareció de lo más sugerente, espero que siga por ese camino. Ah, y para mí uno de los mejores estrenos del año ha sido Banshee, la serie por la que Alan Ball dejó True Blood (cuya sexta temporada ha arrancado muy bien, por cierto).

Eso es todo. Seguro que me dejo algo en el tintero… ah, sí, claro… siendo yo no podía faltar: Survivor sigue siendo el mejor programa de televisión de la historia y este año además nos ha dejado dos grandes temporadas que vuelven a reflotar el formato (llevaba un par de temporadas más flojitas). Tanto Filipinas, con sus tres tribus iniciales y el viaje del héroe que vivimos en ella, como Caramoan y ese «Fans contra favoritos 2.0» han sido dos temporadas enormes. Y el anuncio de la siguiente (temporada 27, ahí es nada) invita a soñar con cosas grandes.

Lo mejor de este año, sin embargo, el anuncio del regreso de Jack Bauer y Verónica Mars.

Continuará.

Tiempos curiosos

Vivimos tiempos extraños. El que más y el que menos se había acotumbrado ya a descargar series y películas y libros y comics. Algunos con más descaro que otros, algunos justificando sus actos en defensa de la cultura libre y el alto coste del cine/CDS/novelas. En fin, esa es otra discusión en la que no quiero entrar, aunque considero que es injustificable independientemente de que uno lo haga o no lo haga.
La historia es que tras el cierre de Megaupload (página que usé alguna vez pero nada que pueda considerarse «con frecuencia») el resto de servidores que ofrecían un servicio semejante están eliminando los contenidos con derechos de autor. El mundo se echa las manos a la cabeza. Los que más gracia me hacen son los que proclaman «cultura gratis» pero jamás en su vida han leído un clásico, visto un clásico o ido al teatro. Vamos, no me jodas.
Por mi parte, que uso el torrent, si todo el sistema se muriera, cosa que dudo que ocurra, lo único que me afectaría es la versión original. Odio ver las cosas dobladas. A veces lo hago, pero muy poco porque no me gusta. Y sinceramente, hasta que no haya una opción real y fácil de ver versión original subtitulada, tanto de cine como de series… Si la hubiera, estoy a la escucha.
Porque lo de la inmediatez está muy bien, pero vamos, existiendo sistemas como el iplus, que te permiten grabar lo que te salga del mismísimo, esperar a que lo emitan en el satélite no me parece un problema. ¿El iplus graba en original subtitulada? Esa es mi gran duda… Voy a llamar a ver.
Bueno… eso y Survivor. Es un programa que no llega a España de ninguna manera y que, hoy poy hoy, es de lo que más me gusta que emiten en la tele. Me jodería no poder seguir viéndolo, sinceramente.
Tiempos curiosos estos…

PD: Me he descojonado de la risa al ver que Anonimous ha liberado en internet TODO el catálogo de la última década de Sony. Cine y música. Menuda ostia para la multinacional.

Reality

Los dos realities que he visto este otoño son los mismos que sigo fervientemente desde hace unos años…
Atención… spoilers.
– The amazing race, temporada 19: Esta temporada tenía como gran atractivo (para mi) la participación de Ethan y Jenna, de Survivor. Pero la verdad es que su duración en la carrera resultó ser bastante patética. Aún así, esta temporada resultó tener un gran cast, donde casi todas las parejas tenían algún atractivo y eran interesantes. Entre todos, me quedo con Marcus y Amani, cuyo humor hacía que les apoyara incondicionalmente. Además, la carrera demostró estar por encima de todo cuando, en la semifinal, cayó el que era a todas luces el equipo más fuerte, por mala suerte, pero cayó de todas maneras. Sobre el equipo ganador, bueno, pues eso, yo hubiera preferido que ganaran Marcus y Amani, pero de entre los otros dos finalistas, me quedo con los que ganaron. Buena temporada, sí señor.
– Survivor South Pacific. La temporada número 23 del mejor reality de todos los tiempos (y me atrevo a decir que es uno de los mejores programas de televisión del mundo, si no el mejor) ha sido bastante buena. A priori, el regreso de Coach y Ozzy no auguraba nada espectacular, porque era fácil pensar que Coach sería expulsado rápidamente por lo mal que cae, y Ozzy lo haría bien en los retos y la cagaría en lo social, como era su costumbre. Pero no. Ozzy lo hizo bien a todos los niveles, y era un claro ganador (tan cerca y tan jodidamente lejos…), y Coach hizo un juego brillante, digno de llegar hasta donde llegó… y exáctamente no más lejos. Porque sí, Coach hizo un gran juego, pero se llenó la boca de palabras como honor e integridad, y cuando juegas survivor es más que factible que esas palabras acaben siendo una losa para ti.
En definitiva, una buena temporada. El problema que le veo es que llevan dos temporadas teniendo fusiones demasiado compactas, donde una vez uno de los grupos se vuelve dominante es muy fácil predecir quienes serán los siguientes en ver su fuego apagado. En teoría, esa es la razón detrás del próximo giro que va a tener el programa. One world, como se llamará la temporada 24, intenta evitar que los grupos sean tan sólidos.
Respecto al cast… nada mal. Este año han tenido muy buen ojo con la gente. El más invisible del programa ha sido Rick, porque los demás han tenido bastante juego todos. Y cuando hay buenos personajes el juego se vuelve más interesante. Aunque sí, se echan de menos los villanos malvados. Esa gente dispuesta a apuñalar a cualquiera por durar un día más. Cochran nos dio una muestra de eso, pero en su juego resultó ser menos villanía y más «total, estos me odian, probaré con los otros».
A esperar con ansia Survivor: One world.

Esperados regresos

Septiembre, comienza la temporada regular, lo que supone muchos estrenos y el regreso de series que se han hecho un hueco en mi alma. El tiempo, por desgracia, a veces no es suficiente, y de todos los estrenos que me apetecía ver y ya han comenzado, y son unos cuantos, aún no he podido ver ninguno. Así que me mantengo al margen y trato de no enterarme demasiado de las cosas que ocurren en esos estrenos. Ya llegaré. No tengo prisa.
Otro tema son los regresos. Con ellos, y según haya sido el season finale anterior, no tengo piedad y me pongo a ello en cuanto es posible. No voy a hablar de Breaking Bad, porque ya casi está terminando y prefiero comentarla cuando termine, que menuda joya de serie. Tampoco hablaré de dos series que me encantan pero aún no he tenido tiempo de empezar, Raising hope y Community. Ni tampoco hablaré de ese placer culpable que supone para mi The vampire diaries, porque tampoco he tenido tiempo.
Hablaré de Fringe, por ejemplo. Después de ese season finale de la tercera temporada, que más que un clifhunger fue un game changer en toda regla, la serie que sobrevivió a duras penas la batalla de la audiencia, ha regresado más que potente, demostrando una vez más por qué es una de las mejores series en pantalla actualmente. Desde luego, la que más me cuesta comprender que no tenga el apoyo suficiente del público. Fringe es una maravilla, y en este primer capítulo ha mostrado todo su potencial.
Hablaré de Supernatural. La sexta temporada, ya lo dije, fue todo un bajón respecto a esa maravilla que fue la quinta temporada, a pesar de tener algunos capítulos excepcionales, en especial «El hombre que pudo reinar». El primer capítulo de la séptima temporada ha comenzado fuerte, justo allí donde terminó la sexta (otro game changer excepcional) y mostrándonos el lado más oscuro del poder, un momento maravilloso con La Muerte, y un planteamiento sobre lo que tendrá esta temporada que hace presagiar cosas buenas. Esperemos que los Winchester regresen con todo. Sería fantástico.
Hablaré de Glee. Cuando terminó la segunda temporada me debatía entre abandonarla por completo o seguir viendola. Todo el frescor que había supuesto la serie en su estreno lo fue perdiendo en la segunda temporada. Todo había dejado de ser interesante. Pero la cosa había terminado, así que me dije, «o la tercera mejora o adiós muy buenas». El primer capítulo ha sido un «bah» en toda regla. ¿Remontarán? No lo sé, pero conmigo tienen cada vez menos oportunidades.
Hablaré de esa joya que es Sons of Anarchy. Pero de esta sólo diré que, de momento, sigue siendo tan cojonuda como lo ha sido hasta ahora. Amo a SAMCRO. Me hace querer ser motero a pesar de odiar las motos. Jodidos tipos duros y malos. De momento las líneas de trama parecen presagiar una buena batalla final. Y viendo el final de la tercera, es de esperar que no decepcionen. Kurt Sutter, a ti nos encomendamos.
Y por supuesto, hablaré de mi programa de televisión favorito. Survivor ha regresado. Temporada 23. Dieciséis extraños y dos viejos conocidos que regresan a darlo todo por un millón de dólares. Y de momento el casting parece mejor que en temporadas anteriores. Y Survivor no es un programa que suela decepcionar. Al menos, no a mi. El primer capítulo de la temporada ya me tuvo en vilo todo el tiempo…
Hala, seguiremos en sintonía.

Y subes otro nivel

Atención, Spoilers

Desde que empezó esta temporada, siempre he dicho que Russell lo tenía muchísimo más complicado que Rob para avanzar. Porque Rob tiene una estela heroíca por detrás, a pesar de que todos sabemos que es uno de los mayores confabuladores del programa, pero a Hantz le odian. Sí, despierta devoción en algunas personas, pero es algo tan minoritario que casi no se puede contar con ello.
Cuando la gente piensa en Russell, de repente, villanizan cada uno de sus actos y son incapaces de ver las grandes cosas que como jugador deberían serle aplaudidas. Porque, les guste o no, Russell Hantz ha armado dos de las más fuertes alianzas de los últimos años. Desde el complot de mujeres de Parvati en Micronesia que no veíamos nada tan espectacular. Pero claro, a todos los demás, a los que Russell Hantz ha pasado por encima casi sin despeinarse, eso no les sentaba tan bien, y Russell fue demonizado.
¡Demonizado por hacer algo que cada uno de ellos hubiera hecho sin pestañear si hubiesen sido tan listos!
Una cosa está clara, Russell ha elevado el juego a otro nivel en la historia de Survivor. Lo mejor de este programa siempre ha sido el aspecto sociológico y psicológico, y desde la llegada de Russell en Samoa, afloran actuaciones que podemos considerar polémicas… ¿Los seis de Zapatera dejandose perder el reto y mintiendo para deshacerse de Russell? ¿No es acaso eso lo que tantísimo critican de Russell, que está dispuesto a maquinar maldades para avanzar en el juego? Es curioso ver cómo la gente es capaz de aceptar las cosas y verlas bien cuando les conviene pero si es otro el que lo hace señalarle con el dedo y llamarle villano.
Zapatera Seis, una noticia: Os habéis convertido en aquello que despreciais.
¿Mintiendo sobre quien perdió en Redemption para sorprender a Russell? Guau, mentir, otro comportamiento que tanto criticais en él.
Y lo de Ralph… ¿Llamar mentiroso a Russell? jeje, Russell lo primero que hace cuando encuentra algo es correr junto a sus aliados y mostrarles la pista. Que yo sepa hay cinco aliados de Ralph que no tienen ni puta idea de que el ídolo está en manos del peludo…
¡Anda, otro comportamiento similar a eso que critican tanto de Russell!
Podrá caer mal, eso no lo niego, es egocéntrico y soberbio (¡y lo es, nadie lo está negando, pero por dios, cada momento en que él saca su soberbia a pasear es maravillosamente televisivo! ¡Es como esas secuencias en las películas cuando ves al villano de turno regodearse en la victoria! ¡Nadie quiere ver al villano morir al principio! ¡Queremos que llegue lejos, que se las haga pasar putas al personal e incluso que parezca que va a ganar!) pero nadie puede negar que ha convertido Survivor en un juego donde las intrigas y las conspiraciones son aún más duras.

Y sólo por eso, yo le aplaudo. Porque es lo que más amo de este juego. Que se maten entre ellos por avanzar.

PD: Y sí, a mi me gusta que Russell Hantz esté en el juego, porque me gustan los jugadores de corte agresivo y villanil. Son lo que le da salsa a este programa. No quiero jugadores buenos ni de esos que se dedican a no hacer nada o pasar desapercibidos porque lo único que consiguen es que la temporada sea un coñazo. Si por mi fuera, haría una temporada metiendo sólo a los que han demostrado ser grandes villanos, estrategas y víboras capaces de cualquier cosa con tan de avanzar un puesto más. Desde inventarse que su abuela ha muerto hasta empujar al suelo a una mujer con una pierna ortopédica para arrebatarle una pista (que pena que Naonka después se retirara por la puerta de atrás, porque, aunque la odiaba con toda mi alma, era una jugadora de esas).

El mejor programa de televisión de la década

Y sí, hablo de Survivor. Y no lo digo yo, que también, sino numerosas críticas y estudios que tildan al reality americano como el show más influyente de la década, así como el más importante.

Yo llegué a él por casualidad. Un día se me ocurrió bajarme un capítulo por aburrimiento, para comprobar por qué llevaba 17 temporadas (ahora va por la 22) y esperando ver algo que quitaría a los diez minutos. Por aquel entonces yo detestaba los realities. Claro que mi visión estaba sesgada porque confundía reality show con lo que hacen en España.
Cuando pasaron aquellos cuarenta y pico minutos tenía la boca abierta de la impresión. Me quedó claro que, como con las series, los americanos sí saben hacer realities interesantes. Survivor tiene ritmo, mucho, mucho más que muchas de las series que vemos, es trepidante, rápido, ágil y sumamente adictivo. Empecé con la 17, pero después vi varias de las temporadas anteriores (las de facil acceso) y como verdadero fan proseguí con las siguientes que fueron sacando.
Hoy voy a enumerar algunas de las cosas que hacen que Survivor sea el mejor programa de televisión de la década:

1) Su apartado técnico.
Desde el punto de vista técnico, Survivor es impecable. Con un montaje propio de una película de acción, un equipo capaz de obtener las mejores imágenes y el mejor sonido (y cuando no se acaba de bien lo subtitulan). Lo mejor, sin duda, el ritmo. Y eso que por lo general las temporadas van de menos a más. Cuanto más avanzada está la temporada, más frenético se vuelve todo.

2) Jeff Probst.
Probablemente el mejor presentador que he visto nunca. No sólo habla de puta madre, sino que además se ha adueñado del juego tanto que es prácticamente tan protagonista como los propios concursantes. Y eso que sus apariciones en escena son tan sólo en los retos y en los consejos tribales. Su «La tribu ha hablado» se ha convertido en una de esas frases míticas para la sociedad americana.

3) La idea.
Entre 16 y 20 concursantes dependiendo de la temporada tienen que combatir contra los elementos y contra ellos mismos para lograr ser el último superviviente y hacerse con el premio de un millón de dólares.
Porque allí sí saben dar premios interesantes. Y al final, todo redunda en eso: Qué es capaz de hacer la gente por un millón de dólares.
Al inicio los jugadores son divididos en tribus que compiten entre sí en los retos de inmunidad. La tribu perdedora, debe asistir al consejo tribal donde votan en secreto por uno de ellos. El que más votos recibe, es expulsado de forma fulminante. Obviamente, las horas previas al consejo tribal se convierten en un infierno de estrategias, mentiras, pactos y conversaciones.
Llegado a cierto punto (aproximadamente cuando quedan 10 jugadores, aunque ese número varía entre temporadas para que los concursantes no sepan a qué atenerse) los sobrevivientes son fusionados en una sola tribu. Los retos pasan a ser de inmunidad individual y el ganador está a salvo en el consejo tribal. El resto, son carnaza y uno de ellos muerde el polvo. Pero en este caso, pasa a formar parte del jurado.
Solo dos, o en ocasiones tres, llegan a la final. Allí, deben exponer sus razones por las que son merecedores del premio, los miembros del jurado les pueden hacer una pregunta (que muchas veces está cargada de veneno, tened en cuenta que el jurado son aquellos a los que expulsaron del juego con anterioridad) y después, el jurado vota, en este caso por un ganador. El que recibe más votos, se lleva el premio.

4) El juego definitivo.
Survivor mezcla tantas variantes que se convierte en el juego definitivo. No hay una estrategia clara para ganar. Hombres, mujeres, blancos, asiáticos, negros, jóvenes y viejos han logrado alzarse con la victoria llevando estrategias totalmente diferentes. Han vencido personas honorables, personas mezquinas, jugadores físicos e incluso algunos que se dedicaron a permanecer en la sombra para evitar ser señalados.
Demasiadas variantes deben ser tenidas en cuenta. Si eres demasiado fuerte en los retos, te conviertes en un peligro para los demás. Si eres malo en los retos, eres un peso para la tribu. Si hablas mucho, molestas. Si hablas poco, pareces sospechoso. Si eres honesto, los demás tendrán miedo de que el jurado te ame. Si eres maligno, es probable que el jurado te odie. Pero ninguna de esas cosas es un verdadero axioma y Survivor ha sido vencido por todo tipo de jugadores. Eso lo hace impredecible… y mucho más interesante de ver.
Si tienes una alianza de cinco personas, debes tener cuidado, porque sabes que los cinco no podréis llegar al final. Y si alguien se sabe quinto en esa alianza, intentará saltar a otra alianza que le garantice avanzar más. Así se han roto grandes alianzas a lo largo del juego. Nunca nada es seguro. Todo puede pasar. Un día dominas el juego y al siguiente tus aliados están fuera. O tu mismo.
Es dificil físicamente. Las condiciones son duras. Necesitas rodearte de gente que vote de la misma manera que tu, pero llegará un momento en que tengas que votar a esa misma gente. Y después, al final, tu juego social pesará de cara al jurado.
Es bastante más complicado de lo que parece así dicho.

5) La realidad supera a la ficción.
Survivor no tiene guión, pero en sobradas ocasiones ha demostrado que la realidad supera a la ficción. Porque a final de cuentas, se trata de gente real, como tu y como yo (y no sólo de la clase que se presenta a los realities españoles, jeje), luchando para ganar UN MILLÓN de dólares. Y hay gente que haría lo que fuera.
Como por ejemplo, empujar deliberadamente a una chica con una pierna ortopédica para arrebatarle una pista para la inmunidad.
O que un tipo normal, de ciudad, se meta al mar y cace un tiburón pequeño con un arpón casero y después un mordisco (lo juro).
O que, en su enfurecido empeño por ganar se produzcan choques en los retos capaces de provocar lesiones de todo tipo (el primer reto de la temporada Héroes contra Villanos, la mejor de todas sin duda, acabó con un saldo de: un dedo de pie roto, un hombro dislocado y un labio partido. Y fue sólo el primer reto).
O que un tipo, claramente homófobo, que quedó emparejado en un reto con otro claramente gay, arrastre literalmente a éste último a través de los obstáculos del reto sin importarle que detrás suyo el gay estaba golpeándose duramente la cabeza contra troncos y barro.
Y luego están los diálogos, en ocasiones superiores a los de cualquier serie o película. Porque aquí tenemos gente de todo tipo, desde el que asegura que «disfruta viendo llorar a la gente después de ser expulsada» hasta aquel que intenta desestabilizar mentalmente a otro atacándole por, ni más ni menos, su homosexualidad, y llegando a decir que «Nueva York está lleno de gente gay». Luego resultó que el otro no era homosexual, pero esa es otra historia. O que alguien llame «Basura del guetto» a una negra.
Porque al final, no hay nada que saque más de quicio al resto que la convivencia. Es normal que la gente empiece a chocar, incluso a odiarse.
Cosas que podrían encontrarse en cualquier lugar del mundo, vamos. En más de una ocasión he pensado que alguno estaba a punto de liarse a ostias. Hasta el momento no ha pasado.
También hay momentos bonitos, incluso emotivos, y mucha gente buena, sí.
Y luego están las heridas, los desmayos, la gente que se quiebra mentalmente y debe abandonar el programa. Brutal fue la escena de ese concursante que se cayó en la hoguera y se abrasó literalmente las manos. Pero sin duda, lo más aterrador que he visto fue esto:
(ver a partir del minuto 3:30 si sólo quieres ver lo que pasó. Si prefieres experimentar todo el momento, velo entero. Se me ponen los pelos de punta cada vez que lo veo)

Pero hay más, porque en Survivor ha habido de todo. Desde fuertes lluvias que no cesan en días y obligan a los jugadores a intentar permanecer secos en sus malogrados refugios con goteras hasta fogatas que se descontrolan y echa a arder todo el campamento con sus pertenencias. E incluso un campamento mal ubicado y después arrasado por una riada. En serio, de todo.
La realidad de Survivor supera, con creces, a la ficción.

6) Los cuerpos.
No nos engañemos, a todos nos gusta un cuerpo bonito y en Survivor lo saben. En todas las temporadas, al menos un par de los concursantes están de buen ver, tanto chicos como chicas. Y dado que en la mayoría de los lugares que visita el programa la temperatura es alta, al final los concursantes se pasan el programa en bikinis, bañadores o ropa interior., lo cual hace visualmente más interesantes los retos también. Alguno incluso desnudo. Eso sí, los americanos emborronan las partes pudorosas.
Os pondré ejemplos, aunque de chicos sólo voy a poner uno, que es el que más le ha gustado a Cris. Chicas pondré más, porque a mi me gustan más y el blog es mío. Hala.

(Fila 1: Brenda, Kelly, Alina, Ami, Stephanie, Natalie)
(Fila 2: Parvati, Amanda, Marisa, Julie, Candice)
(Fila 3: Benry, Danii, Heidi y Jenna)

7) Los retos.
De todo tipo. Los hay mentales, de suerte, tipo puzzle, físicos (que a mí son los que más me gustan, donde los concursantes se enfrentan y pelean con uñas y dientes por la victoria), deportivos y, de mis preferidos, los de aguante tipo «hay que permanecer en ese palo subido. El último que quede arriba gana». Y algunos pueden llegar a estar horas y horas. Se trata de un millón de euros. No se baja hasta que desfallezcas.

8) La estrategia.
Para todos los gustos. Ha habido jugadores que han ido con la honestidad por delante, intentando ser positivos y no mentir nunca. Los ha habido de caracter maligno, capaces de mentir, engañar, jugar a dos bandas e incluso hacer que la vida de sus compañeros sea lo más miserable posible escondiéndoles la comida o los utensilios para lograr que se quiebren mentalmente. Los ha habido que intentan dominar en los retos. Y también quienes han usado su sexualidad para dominar a los demás (y aquí, la diosa Parvati es una maestra sobre el arte de usar la seducción para lograr tus propios intereses; o Julie, que le enseñó el culo a sus compañeros a cambio de que no la votasen). Incluso, en una ocasión, dos jugadoras (de bastante buen ver, por cierto) accedieron a desnudarse y abandonar un reto de aguante a cambio de un tarro de mantequilla de cacahuete. Y lo hicieron.
Evidentemente, los engaños, las mentiras y las insidias le dan un sabor al juego impresionante.
Y nuevamente, la realidad supera a la ficción: un hombre desesperado por verse en peligro gana un coche en un reto de recompensa y ante las cámaras, le dice a otro que se lo regala a cambio de que no le voten esa noche. El otro acepta el coche. Y en el consejo tribal, el primero es expulsado igualmente.

9) Las mentes.

Lo que hace tan grande a Survivor es, sin duda, el gran trabajo de casting que hacen en todas las temporadas. Y al final, en todas las temporadas hay varias personas que resaltan sobre las demás, por su forma de jugar, de hablar, o de ser.
Y son gente jugando por un millón de dólares. Algunos lo hacen de forma honesta y otros utilizando trucos de dudoso calado moral (como Fairplay, que hizo creer a todos que su abuela acababa de morir para que no le expulsaran por pena; o el gran Russell, probablemente el jugador de corte más agresivo de la historia del programa, capaz de dominar a otros como marionetas)
No hay nada como el ego humano. A lo largo del programa, los jugadores que han ido destacando se han convertido en verdaderos iconos. Algunos de ellos participaron en una temporada Allstars, y el hecho de saberse «estrellas» hizo que la temporada tuviera un nivel más alto.
Pero lo mejor ocurrió el año pasado. El evento del año no fue el final de 24, ni el de Lost, fue Survivor Heroes versus villanos.
No hay nada como decirle a un grupo de personas que son los héroes por su forma honorable de jugar para que se vuelvan prepotentes y se crean indestructibles. Y no hay nada como decirles a otros que son villanos para que se vuelvan aún más insidiosos. Lo mejor de lo mejor reunido en una temporada brutal, con tres heridos en el primer reto físico, a los diez minutos de haber llegado a la isla, con un inicio visual digno de cualquier película de Hollywood (esos helicópteros sobrevolando la playa, esa música que domina las sensaciones con maestría…).
Evidentemente esta temporada se disfruta el triple cuando conoces a los jugadores. Porque claro, ellos también se conocen entre sí, y eso crea una mayor presión, y una nueva dimensión a la temporada. Ya no son 18 extraños compitiendo entre sí, son 10 héroes contra diez villanos. Una verdadera batalla por la revancha, la redención y un millón de dólares en la línea de meta.
Brutal.

Haciendo review del inicio de temporada 10-11

Con la temporada llegando al parón navideño, voy a hacer un repaso por las series que he visto en estos tres meses:

1) Survivor. La temporada 21 del reality por excelencia sigue demostrando por qué sigue siendo EL JUEGO con mayúsculas. Y sí, esta temporada ha tenido momentos agridulces y no superará al Héroes contra Villanos que fue la temporada 20, pero eso ya lo suponíamos. Sigue resultando interesante y adictivo… y ojalá los rumores que hay para la temporada 22 sean ciertos…

2) The amazing race. Temporada 17 y la gymkana por excelencia sigue teniendo pulso. La temporada 15 fue un coñazo, la 16 fue impresionante y ésta va a medio camino. La final, eso sí, se plantea impresionante…

3) Sons of anarchy. Sin duda, el descubrimiento de la temporada. Me ventilé las tres temporadas en unas semanas y ha entrado sin duda en mi lista de series favoritas.

4) Breaking bad. Estoy viendo la tercera temporada y realmente me engancha esta mezcla de thriller con drama absoluto, aunque a veces peca en exceso de ese revolcar en la mierda a sus personajes. Walter White es uno de esos personajes que luchan constantemente contra decisiones morales, y eso lo hace más interesante.

5) Glee. Uno de esos placeres culpables que se disfrutan debido a su frescura y a su escaso nivel de exigencia. En realidad la trama es lo de menos en esta serie.

6) The event. Empezó con un primer capítulo espectacular y se planteaba como una ficción elaborada y llena de tensión. Mi impresión es que se ha desinflado de forma alarmante y mi duda es si conseguirá mantenerse en el nivel donde está, que es el del mero entretenimiento. Sinceramente, dudo que logre alcanzar los niveles de adicción que prometía.

7) Supernatural. El final de la temporada cinco estaba hecho para finiquitar la serie con clase y con un nivel altísimo. Entonces tomaron la decisión de hacer una sexta temporada y los diez capítulos que llevan de momento no están llegando al nivel, la verdad. Es una de esas series que se amontonan a la espera de un momento libre.

8) Fringe. Recuerdo que cuando empezó me parecía normalita y poco más. A día de hoy, es una de las series que espero con más ganas cada semana. Y las está pasando tan putas a nivel de audiencia que tengo miedo por su futuro. Pero es una de las mejores series que hay en pantalla ahora mismo.

9) Chuck. Cuarta temporada y sigue haciéndome llorar de la risa. Valga como ejemplo los homenajes a la Jungla de cristal de la semana pasada.

10) Outsourced. Una sitcom entretenida.

11) The defenders. Sí, es cierto, no suelen gustarme los procedimentales, pero The Defenders se ha hecho un hueco gracias a la fuerza de sus guiones, al humor y a sus maravillosos y carismáticos protagonistas.

12) Chase. Un procedimental que no pasé del capítulo uno.

13) Undercovers. Llegué a ver seis episodios. Me aburría un poco, pero confiaba en que Abrams tendría un as guardado en la manga en la forma de una trama que nos arrastraría como lo hizo Alias, Lost o Fringe. O no era así o no le dieron tiempo de enseñarlo, en cuyo caso sería error suyo haber tardado tanto. La han cancelado, así que dudo mucho que llegue a ver los capítulos que faltan.

14) Broadwalk Empire. Scorsesse, Buscemi y un nivel de calidad visual altísimo no fueron suficientes para engancharme, en parte debido a su lentísimo ritmo, en parte porque la historia no me resultó interesante. Vi el piloto y ya.

15) Dexter. Creo que es una de las mejores series del panorama actual, aunque esta temporada haya sido regulera. Sigo quedándome con la segunda y la cuarta temporadas. Aún nos falta el último episodio, y seguro que es impresionante.

16) No ordinary family. Una serie que es entretenida pero que no me engancha lo suficiente. Tengo dos o tres capítulos a la espera de ser vistos, y supongo que si tengo tiempo en este parón navideño acabe haciéndolo, pero no sé, tengo mis dudas con esta serie.

17) The vampire diaries. Otro de esos placeres culpables. En realidad es una serie para adolescentes, pero es que a nivel de trama pasan tantas cosas en cada capítulo que es imposible no quedar enganchado. Ser secundario en esta serie es un riesgo para su vida…

18) The walking dead. Seis capítulos han sido demasiado poco, ¡malditos!

Undercovers y Chase

Había expectación por saber cómo sería lo nuevo de J.J Abrams. Ayer tuve ocasión de ver el piloto de Undercovers y de primeras, nadie puede negarle a J.J que sabe ser frenético. Los primeros tres minutos de la serie son intensos. Otra cosa que suele hacer muy bien el señor Abrams es presentar personajes y tramas. En los diez primeros minutos de Undercovers queda perfectamente claro de qué irá la serie, cómo son los personajes y cuál será la relación existente entre ellos.
No negaremos lo obvio. Desprende un aire a Alias. Pero esto se debe a que en parte es la misma serie rediseñada. En lugar de un protagonista, tenemos dos, que están casados. Claro que en Alias al final quien no era hermano era padre/madre/tío/primo de Sydney Bristow. Obviamente, se presenta como una serie capitular con una trama seriada de fondo de la que en este capítulo apenas te la han esbozado haciéndote saber que existe una razón que no te han contado para reactivar a los personajes. Pero a fin de cuentas, es la misma serie, con los mismos tipos de casos y el mismo ritmo frenético.
A mi me basta con que sea la mitad de entretenida que era Alias, la verdad.
Y de momento, el primer episodio sí ha sido entretenido. La relación entre los dos protagonistas me ha resultado muy graciosa, y ese personaje secundario (que espero que siga saliendo y no fuera un mero capitular) obsesionado con el protagonista me pareció lo mejor de la serie. Creo que es un acierto haber metido la carga de humor que maneja el capítulo en una serie de acción como esta. Espero que siga así, la verdad.
Respecto a la polémica que saltó a los periódicos de nuestro país, donde se decía que en Undercovers aparecía Madrid como una ciudad tercermundista en la que todos son latinoamericanos tengo que decir que… es lo que yo llamo criticar por criticar. También conocido como Estupidez.
Aparece Madrid, sí. No es Madrid, obviamente. ¿Aparece como una ciudad tercermundista? No. De hecho los coches son todos de gama alta, la casa por fuera podría ser una casa cualquiera madrileña y por dentro ya la quisiera yo para mi el casoplón. ¿Son todos latinoamericanos? A ver, muy bien no hablan español los dos que aparecen hablando, pero tampoco son latinos. Me parece una chorrada, la verdad. Además, si fueran todos latinoamericanos tampoco sería tan extraño. Los de los periódicos esos que se han quejado no deben haber pasado por La latina / Lavapiés / La elipa / El retiro en un día normal cualquiera.
La serie entretiene, es divertida y, si no se queda en demasiado capitular, será una serie agradable de ver. El problema que le veo es que compite a la misma hora con el mejor programa que hay en la televisión actual. Y sí, hablo de Survivor. Este miércoles el reality le sacó cuatro puntos de audiencia. No sé si eso es buen dato o no para Undercovers. Sólo sé que entre ambos programas, me decanto fácil. Claro que yo no afecto a sus datos de audiencia.
La otra serie que vi ayer fue otro estreno, Chase. También de la NBC. En este caso, va sobre un grupo de agentes de la ley que persigue fugitivos peligrosos. Y qué quereis que os diga, con este capítulo queda claro que es un procedimental puro y duro, absolutamente capitular, donde cada nuevo episodio consistirá en perseguir al fugitivo de turno. Y sí, el capítulo ha estado bien, ha mantenido la tensión e incluso ha tenido un detalle inesperado… pero no soy muy amigo de los procedimentales. Acabo aburriéndome de todos y esperándome lo que va a pasar en cada capítulo. No sigo ningún CSI, ni House, ni ninguna de esas series. No me convencen. Así que no sé, imagino que veré el segundo, y tal vez el tercero, pero sé que acabaré dejándola.
Respecto a otros temas… los personajes me parecieron más bien tirando a sosos. La protagonista va de dura y sabia, el tipo que siempre le acompaña no hace nada en todo el capítulo que merezca la pena resaltar, el hispano (interpretado por el actor que hacía de Sucre en Prison Break) tuvo dos líneas en todo el capítulo para demostrar que será el personaje que meta un poco de humor en la serie de vez en cuando, y el nuevo me pareció un personaje manido y aburrido.
Joder, ahora que lo pienso, tampoco tengo muchas ganas de darle oportunidad al segundo capítulo.

El marco. Tu vida en 20 metros cuadrados. Y más.

Hace unos años detestaba el mundo de los realities. Me aburrían soberanamente. Hasta que descubrí, por casualidad (y por suerte), Survivor. El de verdad, el americano. Desde entonces, me declaro absolutamente fan de dicho programa, vivo deseando que empiece una nueva edición, que por cierto, empieza mañana.
Pero ya hablaré de Survivor en otro momento.
A raíz de Survivor me di cuenta que el problema no era de los realities, sino de cómo se hacen los realities en este país. Supervivientes es la versión cañí de Survivor, pero mientras el americano dura cuarenta minutos de reloj, está grabado (con lo que los concursantes sólo están en la isla 39 días), tiene un montaje digno de película de acción y la estrategia individual supone el 80% del juego, lo que da lugar a que sea impredecible… la versión telecinquera dura dos horas y media por programa, es en directo, lo que le resta todo ápice de dinamismo , ya que cortan a cada rato para entrevistar en plató y hacer seguimientos innecesarios, y hace que estén en la isla tres o cuatro meses, y debido al sistema «llama por telefono para expulsar mientras nosotros te cobramos» el componente estratégico, que en realidad es lo mejor del formato, se ve reducido a casi nada. Porque al final, el Supervivientes de aquí consiste en caerle bien al público para que no te vote, ergo, te conviene ser bueno. Allí, dependen de sí mismos, así que cuando alguien se ve en una situación desfavorable hará lo que sea, mentir, engañar, difamar, manipular, con tal de lograr sus objetivos.
En fin, a Survivor le siguió The amazing race, la gran gymkhana alrededor del mundo. Lo mismo, los americanos lo hacen como si fuera una película de acción, sin darte un minuto a respirar, y permitiendo que los concursantes dependan unicamente de ellos para seguir en la carrera. Llegamos a Espain y lo versionamos, convirtiéndolo en «La vuelta al mundo». Asesinos en el casting aparte, el programa de Antena 3 era un soberano aburrimiento, ya que a lo cutre de las pruebas le sumaban el cortar la emoción que se le supone a una carrera metiéndote un plató con entrevistas a los familiares de los concursantes. Seeeñor.
Me imagino estar viendo un Formula 1 y de repente te llevan a plató para que el amigo de la infancia de Fernando Alonso te cuente que era muy desordenado y pegaba patadas a los profesores. A tomar por culo la emoción de la carrera.
Pero a lo que iba…

El marco.

Hoy se estrenó en A3, como primicia mundial, el formato por el que varias cadenas del mundo se peleaban. Básicamente es un Gran Hermano por parejas que convivirán en 20 metros cuadrados sin poder salir de sus habitáculos más de 40 minutos al día. De por sí, los realities de convivencia no me emocionan, me gustan más los de competición, pero decidí ver el estreno por aquello de poder criticar. A fin de cuentas, si en las ferias de formatos había tenido tanto bombo sería por algo.
Me hago la cena y me pongo delante de la tele.
10 minutos de anuncios. Ya añoro internet.
Empieza. Y sí, nos meten de lleno en un plató. Primer error.
Sale la tal Patricia a presentar. Y empieza a hablar. Te cuenta en qué consistirá el programa, te dice que habrá 8 parejas y, ANTES SIQUIERA DE HABER CONOCIDO A LAS PAREJAS CONCURSANTES, se pone a entrevistar a algunos de sus familiares. ¡Pero vamos a ver! ¡si aún no conozco al casting, que es el 90% de un programa así, por qué coño me están contando cosas señores y señoras que ni conozco ni me importan un carajo!
Respiro hondo. Al menos que la cena no se me atragante.
Más blablabla. Que si te enseño uno de los habitaculos, que si tal y que si cual.
20 minutos de programa cuando empiezan a presentar a la primera pareja. ¡20 minutos de programa! Madre mía de mi vida, en la última temporada de Survivor en 20 minutos ya estaban todos presentados, habían empezado un reto y teníamos un hombro dislocado y dos dedos rotos.
Así se hace, señores de Antena 3. Demostrando una vez más que el plató es sinónimo de anti-dinamismo.
Decido darle una oportunidad. Ya he decidido que no me gusta el programa, pero quiero ponerlo a caldo a conciencia. Ah, y cuando el casting es tan jodidamente fundamental en tu programa, hay que intentar llevar gente interesante. Y luego hubo un par de parejas que salvaría de la quema, pero coño, no empieces por las más aburridas y chabacanas. Parece que quieren que deje de verlo. La madre y la hija, para darlas de comer aparte. En fin.
El programa sigue con esa tónica y ese ritmo frenético (jurl, jurl, ironía en mi blog), presentándote a las parejas tan condenadamente lento que si hubiera palomas revoloteando parecería una peli de John Woo.
Hora y cuarto. Estoy aburrido. Y en el programa se ponen a hacer bromitas de producción a los concursantes (unas bromas que riase dios de los monty python: llevar a una nueva pareja a una habitación que no es la suya y después hacer que los pobres meritorios de producción, con un casco de moto en la cabeza, lo juro por Jack Bauer, les secuestren de uno en uno para llevarles a su habitación verdadera. La monda lironda).
Vamos a ver, alma cántaros… ¿Cómo demonios se supone que me va a hacer gracia una broma sin gracia si no conozco a la gente que la sufre? Si eso lo haces en el día 14 cuando ya se conoce a los concursantes, cuando hay gente encariñada con unas parejas u otras, puedo entenderlo… pero el día 1… ¿Qué le pasa a esta gente? En serio lo pregunto…
En fin, tampoco es como que yo me vaya a enterar si hacéis estas bromitas el día 14, porque a las dos horas de programa he decidido apagarlo y venir al ordenador. Y no considero haber perdido dos horas de mi vida porque estaba cenando. Sólo he perdido hora y cuarenta y cinco, desde que acabé de cenar.
En serio, lo de hacer que todos los programas duren 3 horas y meterles plató aunque no sea necesario, que las series duren hora y media, cuando ya es complicado mantener el ritmo y la emoción en 40 minutos, imagina en hora y media… No sé, me demuestra que estamos a muchos años luz por detrás de los americanos en materia audiovisual.
Sí, que cool estás Patricia. Veremos si sonríes cuando El marco se pegue la ostia de audiencia…
Y ahora os contaré una anécdota. Hace casi un año, una persona con renombre en este páis, director/a de cine, mientras aprovechábamos un parón de la pre-producción, me dijo «los americanos no tienen moral, sólo hay que ver las series que hacen».
Mi expresión debió ser similar a las de las muñecas hinchables. Boca abierta y ojos de imbécil. Pero consciente de mi puesto de trabajo, cerré la boca y comí directamente mirando el plato, mientras escuchaba la conversación. Porque no os lo perdáis, pero después de eso añadió que su hij@ veía Física y Química, y que le parecía buena serie.
Vale que en el mundo ahora sea cool ser anti-americano. Vale que si vas de gafapasta te tiene que gustar el cine Uzbeko y pakistaní, por ejemplo, pero Terminator te debe parecer blasfemia. Vale que hagamos tele cutre y nos creamos los mejores… Pero coño, un poquito de sensatez tampoco viene mal.
¿Física y Química es moral? ¿Poner Telecinco en época de Gran Hermano a las seis de la tarde y ver edredoning es moral? ¿Esas series nuestras donde para que un personaje parezca duro lo único que saben hacer es que diga muchos tacos, todo el rato con el coño y el joder en la boca? ¿Esa niña demoníaca de Peking Express 2?
¿En serio?
En Estados Unidos sólo enseñan carnaza si es cosa de HBO. Restringen los tacos al mínimisimo (en 8 temporadas, Jack Bauer dijo una vez «Son of a bitch» y lo más que decía cuando se cabreaba era «Dammit», que viene a ser «Maldición»), y en los programas de telerrealidad emborronan canalillos, rajas del culo, tetas e incluso bocas cuando alguien dice un taco, que obviamente tampoco llegas a oír.
Y ellos son los inmorales.
Ya, pues mira, creo que va a ser que no. Y además, hacen mejor tele. Hala.

Reality Web

De todos es sabido que desde hace un tiempo estoy enganchado a un Reality, y sigo diciéndolo, el Survivor de Estados Unidos es una peli de acción e intriga. Y debido a este programa, he descubierto un submundo de internet que desconocía y me ha dejado… flipando.
Buceando en las webs de descarga, di hace unas semanas con un post que hablaba sobre una versión de Survivor por internet, que iba por la tercera edición. Me pareció una idea cojonuda, muy interesante y sobre todo fuera de lo normal, y me apunté. A los pocos días me enviaron un correo de vuelta diciéndome que me habían admitido, y desde entonces, participo en dicho Reality, llamado Torneo Superviviente.
Estaba super intrigado, me preguntaba cómo se iban a llevar a cabo las pruebas, el propio concurso. No lo entendía. Y una vez comenzó, la idea me sigue pareciendo cojonuda (aunque eso sí, lleva tiempo). Y pasar por un consejo tribal te llena de toda esa paranoia de «¿Me estarán engañando todos diciéndome que vamos a votar por X cuando en realidad me van a expulsar a mi? ¿Estoy aliado con tal y con cual? ¿Me puedo fiar de ellos?». Y me doy cuenta de una cosa… Si la paranoia es así en un reality virtual… ahora entiendo los nervios de los concursantes del de la tele, que se juegan un millón de dólares…
Pero no quería hablar de eso. El caso, es que a raíz de apuntarme y empezar a jugar al Torneo, me dio por curiosear, y descubrí un submundo de realitys por internet que desconocía, y que me ha dejado con la boca abierta. Hay de todo tipo. Tres o cuatro clases de survivors, varios grandes hermanos, factor x, operación triunfo, el topo… Infinidad de programas televisivos llevados a la Red. Y al parecer, algunos de los concursantes de estos realitys son verdaderas estrellas de internet gracias a haber pasado por ellos.
Y no sé muy bien la reacción que eso me produce. Es extraño.
Pero desde luego sí que sé que Internet no deja de sorprenderme.