No existen los monstruos en Umbral del Dolor

Umbral del dolor reseña No existen los monstruos:

Ya en el pasado hemos tenido la oportunidad de leer algunos de los trabajos de Víctor, todos ellos dignos de mención. En esta ocasión quiero comentaros lo que me ha parecido su novela “No existen los monstruos” en la colección Sotker de la editorial Dolmen.

En primer lugar, la historia narra cómo un grupo de hombres, militares checos que regresan a la ciudad de Praga tras la ocupación naci, preparan un atentado contra el poder instaurado en la ciudad. El grupo de partisanos liderado por Jan Kubis salta en paracaídas cerca de la capital, acompañado de un americano que no forma parte de la operación, y que, aunque junto a ellos, viaja por libre, y entra en la ciudad con intenciones muy distintas a las de los militares checos. Enseguida descubriremos que Sean Cassidy, el extraño norteamericano, está en la ciudad siguiendo al culpable de un truculento asesinato que resulta ser muy parecido a otro caso que le mantiene obsesionado.

Hablando en líneas generales, esta novela no parece un libro de terror. Es a priori una novela histórica con ciertos detalles muy cercanos a la realidad que se dio en la ocupación nacionalsocialista de la ciudad de Praga, pero, poco a poco, casi sin que nos hayamos percatado, los elementos del horror que contiene la historia comienzan a formar parte de la trama, hasta que estos terminan por captar la atención del lector, por encima del entramado histórico que forma el trasfondo. De manera paulatina nos iremos dando cuenta de cómo los partisanos pierden parte del interés, para dar un mayor peso al detective americano, que tiene mucho que contar, y que descubrirá algo sorprendente en el transcurso de la investigación.

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 Como ya nos tiene acostumbrado el autor, la novela está muy bien narrada, cuenta con una historia interesante y atrayente, y elige un “ecosistema” bastante relevante a la hora de esbozar el ambiente en el que se sucede la acción. Los personajes, aunque en general no tienen mucho que contar, muestran facetas que de inmediato nos ayudan a empatizar  y a colocarles en su debido lugar. En definitiva, la novela se lee sola.

Lo bueno, hasta el último momento el regusto de los detalles reales sucedidos durante la ocupación naci le dan aspecto muy sugerente.

Lo malo, no es una novela de terror al uso (algo que cabría esperar por la colección en la que está editada). Aunque quizá esto podría ayudar a que alcance a los consumidores menos hardcore del género.

No existen las portadas

Cualquiera que me conozca sabe que dibujo como el culo. Al estilo ecce hommo. Siempre cuento la misma anécdota: estando en la Universidad, un profesor me sacó a la pizarra para hacer un experimento, y mandó a otro alumno al pasillo. Entonces me dijo que dibujase en la pizarra un camello. Lo hice. Se quedó mirándolo un momento y me dijo «ok, siéntate y que salga otro porque si le digo que entre y mire esto, el experimento fracasaría».

Estuve de acuerdo con él.

El caso, que cuando llegó el momento de ir a publicar No existen los monstruos, Daniel Expósito me preguntó si tenía alguna idea para la portada. Le comenté lo que tenía en mente. Respondió «no flipes, anda, dime algo factible». Hicimos lluvia de ideas y le dije que los dos personajes principales de la portada tenían que tener una postura que tenía muy clara en mente. Le dije «puedo hacerte un croquis, pero te advierto que es posible que lo entiendas peor». Me dijo que adelante. Le mandé esto:

Lo verdaderamente cojonudo del asunto es que él entendió perfectamente lo que yo quería, y en unas semanas me mandó su primera versión de la portada:

La tipografía y la disposición del título es distinta. Hay un par de detalles más que cambiaron, pero bueno, en esencia estaba. Yo seguía fascinado porque Dani fuera capaz de trasladar mi dibujo a imagen. Él siguió trabajando y tras un par de «ponme esto de tal color», «cambia aquello» y «oh, yeah, baby» me mandó la que sería portada definitiva:

Pero Dani y yo somos muy frikis y encima coincidimos en un evento literario que tuvo lugar en Fuenlabrada. Y nos tomamos una foto…

Y todo para que él pudiera hacer esto:

Dani aún no había terminado. Aún me tenía una sorpresa.

El muy capullo.

 

 

No existen los monstruos by Doctor Motosierra

El Doctor Motosierra se ha lanzado a reseñar mi novela de la línea Stoker, No existen los monstruos, y me hace salir bien parado de la jugada en la Checoslovaquia invadida por los nazis. Podéis leer la reseña en su blog, o bien aquí mismo:

Hay ocasiones en las que hablar sobre un libro que otros aun no han leído se convierte en una herculea prueba donde no decir nada que destripe parte de la trama es casi imposible. Así pues, intentaré centrarme en la impresión que causa tocando lo mínimo posible la historia en si.

Creo que hemos llegado al punto en que podemos decir que Víctor Blázquez es un escritor que ya no necesita presentación. NO EXISTEN LOS MONSTRUOS es su cuarta novela en apenas tres años. Es el culpable de dejarnos al borde del infarto con EL CUARTO JINETE y EL CUARTO JINETE: ARMAGEDON. Se ha atrevido con una mas que inusual invasión alienígena con ORILLA INTRANQUILA (Dejándonos a muchos con cara de gilipollas bizcos  y contrariados, pero para bien) y ahora nos presenta una perfecta fusión de historia bélica y terror dándonos una perfecta lección de que a veces la historia real es mas terrorífica que los relatos ficticios que nos hicieron dormir con la luz encendida.

La novela nos traslada a una Checoslovaquia de 1942, a una Praga sitiada por los nazis. En este viaje acompañaremos a miembros de la resistencia con el objetivo de atentar contra una de las piezas claves del ejercito aleman.  Mientras tanto, una serie de atroces crímenes tienen en vilo a todo un país ya de por si aterrorizado por la svastiva.
Vale, es posible que no estemos ante un escenario o plano temporal innovador. Relatos de terror con tintes sobrenaturales ambientados en la segunda guerra mundial han aparecido ya en las estanterías de todas las librerías, desde el clásico títutlo de F. Paul Wilson LA FORTALEZA hasta la reciente EL ULTIMO PASAJERO de Manel Loureiro.

En NO EXISTEN LOS MONSTRUOS, Victor va mas alla, lejos de tratarse de una historia llena de momentos paranormales, fantasmas o deidades místicas venidas de otro planeta, la sensación que tenemos a lo largo de la lectura es que estamos ante un libro de género histórico debido a lo humano de las situaciones (a veces mostrando su lado mas cruel) e incluso por su crudeza. Pero joder, lo que mas me sorprende es la calidad de la obra teniendo en cuenta al mismo tiempo la velocidad con la que el escritor nos regala sus historias.
No van a faltar esas influencias a autores de género que tanto engrandecen su estilo propio, incluso me atrevería a decir que un George R. R. Martin en un mal día se ha sumado a estas inspiraciones. Lo comprobareis cuando, a medida que avancéis en la historia, empecéis a tener deseos de practicar con Víctor las mas horribles e inimaginables torturas.

Si. Es la primera vez que vemos a este escritor sumergirse en un marco histórico real, y lo hace sin hacerse ningún rasguño (de eso ya se encargan los protagonistas de sus obras) y sin sacrificar todo aquello que le ha ayudado a buscar un lugar destacado dentro del saturado panorama literario actual.  Desde sus numerosos personajes, todos ellos bien definidos, escenas de acción que te explotan en la cara cuando menos lo esperas y situaciones de terror donde no se deja de notar ese punto de mala leche que parece que el autor guarda en alguna caja cubierta de cadenas, en un almacén gigante junto a no se que arca de la alianza y que se encarga de ir sacando gradualmente para rociar con ella cada una de sus obras.

En definitiva, si te gustan las historias ambientadas en la segunda guerra mundial y los relatos de monstruos (Aunque a veces los reales superan tristemente en crueldad a los ficticios) NO EXISTEN LOS MONSTRUOS merece un puesto de honor en tu biblioteca.

No existen los monstruos en Cruce de caminos

En Cruce de caminos han leído No existen los monstruos y les ha fascinado. Gran noticia, por supuesto. Os dejo aquí la reseña que han hecho:

Creo que he leído todas las novelas que ha publicado Víctor Blázquez hasta el momento: El cuarto jinete, El cuarto jinete: Armagedón, Orilla intranquila, y ahora está magnifica No existen los monstruos, que os quiero avanzar que para mí es la mejor de las cuatro, la que más me ha cautivado, la que con más intensidad he leído, la que menos ganas tenía de que se acabara.
Había leído la reseña de Emilio Alcorze, uno de los lectores cero de la novela, y me impactó. Recuerdo que le pregunte a Víctor directamente: Dice Emilio que es tu mejor novela. ¿Tú lo ves como él? Y recuerdo que me dijo lo que me tenía que decir, que él como padre de las criaturas les tiene igual cariño a todas y que no puede decir que una sea mejor que las otras.
Pero una vez acabada la novela y leyendo la nota del autor y de nuevo hablando con él, reconoció que a este No existen los monstruos le tiene un cariño especial, digamos que sería su ojito derecho, y eso se nota en su escritura.
 
«El mejor truco que inventó el diablo fue convencer al mundo de que no existía. »
 
Creo que la fuerza de la novela radica en dos hechos fundamentales: la mezcla de dos géneros que siempre son atrayentes: la novela histórica y la novela policiaca o criminal. En palabras del autor, No existen los monstruos es thriller histórico con toques de criminal y fantástico y yo compro esa etiqueta, pues las he vivido todas.
Pero estaba hablando de su fuerza.
Creo que otro elemento importante es el cómo interactúan las historias, la histórica y la criminal. En un principio la primera tiene preferencia por la segunda, poco después es la segunda que pesa sobre la primera: es un gran momento de la novela y donde Víctor demuestra que tiene camino por explorar en ese género; y finalmente es de nuevo la histórica la que toma la batuta para acabar con una de esas escenas bélicas y de acción que son tan del estilo de Víctor, aunque os tengo que decir, que siendo como es una novela en medio de la Segunda Guerra Mundial, no tiene muchas escenas bélicas y sí más búsqueda, interacción de personajes, sentimientos, y a mí me ha gustado mucho así.
 
«Cuando se mira al abismo durante mucho tiempo, el abismo también mira dentro de ti. »
 
Mientras leía, sobre todo la parte histórica, tenía ganas de saber si aquello que estaba leyendo sucedió así, se todo aquello era real. Me contuve para no generarme un posible spoiler a mi mismo y esperé a la genial nota de autor, como se agradecen, que culmina el libro. En ella podréis casi tocar a Víctor, os explicará las motivaciones que tuvo a la hora de escribir la novela, que no son banales, y también os pondrá en antecedentes sobre lo que es real y lo que es ficticio.
 
Placa que se encuentra en Praga y que recuerda a algunos de los protagonista de la novela
 
«Los crímenes pequeños los persiguen los perros y los policías pero los grandes los reverencian los historiadores. »
 
Y una vez leída la nota, echas la vista atrás y piensa: ¿de verdad? Y se te llena el cuerpo de odio y de rabia.
«Los alemanes llegaron a separar a tres niños […] Tres chicos rubios que consideraron aptos para la germanización. El resto del pueblo fue acribillado […] y después varios soldados avanzaron entre los cuerpos disparando a los moribundos para rematarles.»
 
¿Cómo pudieron llegar a ser así de crueles los nazis? ¿Para qué tanto fanatismo? ¿Qué culpa tuvieron todos los que asesinaron?
Novelas como las de Víctor que nos explican un pequeño momento de esa horrorosa Guerra deberían seguir escribiéndose para que no caiga en el olvido, para que sigamos siendo conscientes de lo que pasó, de cómo pasó, y quizás así prever para que no vuelva a suceder.
 
Iglesia de San Cirilo y San Metodio escenario de unos de los momentos épicos de la novela
 
No quisiera acabar la reseña sin destacar el trabajo de la editorial Dolmen al crear la colección Stoker que nos está dando más de una alegría y que espero nos las siga dando.
 
Y ahora sí toca cerrar recomendándoos la lectura de esta novela por lo emotivo del momento, por el trabajo de Víctor, por su parte criminal, por la histórica, por su ritmo de menos a más, por esos monstruos que no empeñamos en no ver, pero que están a nuestro alrededor.
¿De verdad pensáis que los monstruos no existen?

No existen los monstruos en FantasyMundo

En FantasyMundo han reseñado hatsa la fecha todos mis libros (y creo que también todas las antologías en las que he participado). La verdad es que he salido bien parado de todas las reseñas, y este es un nuevo ejemplo. No existen los monstruos, al reseñador de FantasyMundo, le ha parecido irregular pero en conjunto le ha parecido una buena novela. Os dejo con su texto (ojo, en mi opinión contiene algunas pistas un poco spoiler, así que leed bajo vuestra propia discrección):

No existen los monstruos» es una novela enmarcada en la Segunda Guerra Mundial, en la Checoslovaquia subyugada por los nazis y en la que se entremezcla thriller, terror y alguna cosita más, a través de dos tramas totalmente distintas que siguen caminos paralelos pero que llegados a un punto, llegarán a tocarse.  No me extenderé sobre su sinopsis, ya que ya os la presentamos debida y ampliamente –incluyendo algún secreto de la misma–en la entrevista que realizamos a su autor el pasado mes de noviembre y a la que podéis acceder pinchando aquí.

Hablo del valor de los hombres que luchan contando tan solo con sus creencias y sus compañeros. Hablo del miedo que le tenemos a aquello que no controlamos, del amor… y de la existencia, o no, de los monstruos.

Asi que comencemos con los hechos consumados. El primero es que pese a que el titulo del libro esgrime que NO, da la casualidad que sí.  Existen los monstruos, vaya que sí, y de carne y hueso. Ejemplos hay tantos como pepinillos en vinagre. No hay más que elegir una edad, una siglo, un año, un acontecimiento histórico y un par de indiviudos (o individuas). Víctor ha elegido edad: la contemporánea, un siglo: el XX, un año: 1941 (y el mes de Diciembre, aunque EL acontecimiento ocurrió realmente en mayo del 42), un acontecimiento histórico: la Checoslovaquia ocupada, y un par de -despreciables- personajes: por un lado Reinhard Heydrich, «el verdugo de Hitler», ideólogo de la Solución Final.  Un maldito bastardo (ríete tú de los de Quentin Tarantino), fiel marido y mejor padre. Según Joseph Goebbels (otro maldito bastardo) el “más radical y exitoso perseguidor de todos los enemigos del Reich”. Por el otro, un asesino en serie que tiene a la ciudad de Praga atrancando puertas y ventanas y no sólo para esconderse de los nazis. Un asesino que –en principio– es de carne hueso, camina erguido, y destripa y descuartiza con un elemento cortante de precisión quirúrgica, ¿o quizás es una brillante garra eso  que reluce a la luz de la luna mientras se forma un charco de sangre? tal y como aseguran algunos otros.

Como Checoslovaquia es muy grande (una superficie de casi 80.000 km2 y algo más de 10,5 millones de habitantes), Blázquez centra la acción de la novela en Praga, ciudad bella como pocas, tristemente afectada, en un mismo siglo (el XX), por dos guerras mundiales y vícitima de las iras de al menos tres auténticos carniceros: el citado Heydrich, -“tan temido era, que él mismo consideraba imposible que alguien se atreviera a atentar contra su persona”- Karl Frank y Kurt Daluege, responsables estos dos últimos, de perpetrar la matanza y destrucción, hasta los cimientos, de los pueblos checos de Lídice y Ležáky como represalia por la «Operación Antropoide«.  Creedme si os digo que esta lección de historia está relacionada directamente con la novela.

¿Qué que es la «Operación Antropoide»? Pues deja que Víctor Blázquez te lo narre –¡ojo!, a su manera– en una de las dos tramas de «No existen los monstruos«: Un septeto de partisanos entrenados por la inteligencia británica descienden en paracaídas sobre Praga en una fría noche de invierno del 41. Su objetivo es perpetrar el atentado a uno de los más poderosos y temidos jerarcas nazis: el Teniente General Reinhard Heydrich, Jefe de la Gestapo, Director de la Oficina Central de Seguridad del Reich y máximo mandatario del Protectorado de Bohemia y Moravia. «En Praga hay dos personas que representan el exterminio. El líder sudeto-alemán, Karl Frank, y el recién llegado Heydrich. Es necesario que uno de ellos pague por ello» esta es la orden que, realmente, el Jefe del Servicio de Inteligencia checoslovaco dio a Jozef Gabcík uno de los líderes partisanos (en la novela, Josef Gabcik).  A bordo del avión Halifax que vuela con nocturnidad y por debajo del umbral de los radares, viaja un octavo pasajero, y por suerte para los nazis, no es el tierno Alien, sino un misterioso americano llamado Sean Cassidy (¿homenaje al famoso ladrón de bancos y trenes Butch Cassidy?) ajeno a la misión partisana pero con un objetivo muy claro en la ciudad y que por supuesto no desvelaré.  Quién es, que hace allí, que le motiva… son todo incógnitas, salvo su oficio: es un cazador y en Praga tiene trabajo. Sean Cassidy es el leitmotiv de la segunda línea argumental de esta novela, la parte más… línea Stoker.

Foto Víctor BlázquezEl primer capítulo es esencial. Si a los lectores no les gusta, no leerán el resto del libro”, y esto es algo que el autor ha explotado en cada una de sus novelas, las cuales siempre comienzan de forma frenética, adrenalítica, toda una declaración de intenciones de que en ellas no habrá tiempo para un picnic.  Este primer capítulo que vamos a encontrarnos ya nos mete el miedo en el cuerpo, al caminar de la mano de Lenka por un sombrío y vacío parque. “El capitulo dos es muy importante. Debe ser incisivo, contundente, un derechazo en la mandíbula de los lectores”, y es por ello que Víctor opta por la escena del inicio de la misión en plenas líneas enemigas. Hasta aquí todo perfecto, todo muy… Víctor Blázquez.  Ya en la entrevista le cogimos ganas al libro y una vez pasados estos dos primeros actos las ganas se acrecentan aún más, lamentablemente esta percepción se va diluyendo poco a poco con el devenir de las páginas, salvo en la parte final, por algunos motivos que intentaré aclarar.

Al Cesar lo que es del Cesar, y a Blázquez lo que es de Blázquez: es su novela más ambiciosa, adulta y compleja hasta ahora y lo que ha intentando no es nada fácil y eso es muy meritorio, pero mi opinión es que no ha terminado de funcionarle. Se ha servido de dos líneas argumentales que por si solas ya son lo suficientemente interesantes y desarrollables en novelas independientes, y las ha fusionado en una sola con descompensado acierto.  Las dos tramas, aunque comienzan teniendo un peso específico y repartido cada una, poco a poco una se diluye, se ve engullida por la otra, dejando a la “merendada” como una simple anécdota. Algo así como intentar fusionar en una sola película de 120 minutos las tramas de, por ejemplo, “Zodiac” (de David Fincher) y “Valkiria” (de Bryan Singer), y esto no sería posible sin que una perdiera la mayor parte de su peso específico.

Imagen iglesia tiroteada NELM

Y es que creo que al libro le faltan páginas, se queda corto para poder desarrollar completamente ambos episodios y que brillen con luz propia. Posteriormente en los créditos el autor comenta que se dejó llevar por la segunda línea argumental y me parece perfecto. Este libro pertenece a la colección Stoker, no al Canal Historia, pero es que sobre la novela flota como un halo de “precipitación”.  Todo lo que ocurre, ocurre demasiado deprisa, Víctor confiesa que es la novela que más tiempo ha fermentado en su cabeza y que le apasionaba sobremanera, y quizás esas ganas de dejar salir todas las ideas largo tiempo aprisionadas, ha roto la válvula de escape, saliendo todas disparadas.

Por ejemplo, pese a que el autor ha recortado deliberadamente el tiempo de duración de la «Operación Antropoide» (se desarrolló históricamente durante 6 meses) a un solo mes, de alguna manera esto tiene que quedar reflejado en la novela, sin embargo la sensación que tienes -que yo he tenido- es que desde que los partisanos se lanzan en paracaídas hasta la culminación del atentado, pasan dos o tres días. Apenas se desarrollan los personajes de esta primera trama –no he empatizado con ninguno y no he terminado de saber que quería transmitir con ellos el autor– y eso que algunos son realmente importantes; y a otros simplemente se les nombra: Silver A y Silver B son entes totalmente testimoniales.  La excepción es Rela Fafkova, mujer ardiente, salvaje y brava que de alguna manera une las dos tramas y que me ha hechizado, encandilado, de principio a fin. También estoy de acuerdo, y lo sabía desde un principio, que no se trata de una novela histórica al uso, pero para evitar que otros amantes, o simples conocedores, de este episodio de la Segunda Guerra Mundial no juren en arameo por “ciertas” licencias al servicio de la ficción, la coletilla “basado (o inspirado) en hechos reales” mejor destacarlo en la novela antes de comenzar, como ocurre en el cine.

La parcela de terror tampoco está exenta de “pelillos”. Por una parte Cassidy –personaje este que sí está bastante bien desarrollado en todos sus sentidos– pisa por primera vez en su vida Praga, pero leñe, se mueve por allí como si fuera autóctono del lugar, y sin apenas cruzarse con patrulla nazi alguna pese a estar sometida la ciudad al toque de queda.  Al romance le sobran escenas y detalles que le hubieran venido de perlas, por ejemplo, a la figura de Heydrich personaje este que en la novela es mayoritariamente esbozado como un cabeza de familia cariñoso y ejemplar marido, lo que, para aquellos que desconozcan completamente la historia de este personaje o lo hagan muy levemente, puede llegar a crear confusión, no pareciendo el León tan fiero como lo pintan.

Me gustaría aclarar que los aspectos menos positivos no dejan de ser pequeñas gotas turbias en un mar cristalino, y que si lo destaco es porque el autor nos -me- tiene acostumbrado a un trabajo ejemplar, por ejemplo en cuanto a la construcción de los personajes, y a la transmisión de sensaciones.  El resto de «No existen los monstruos«, pues muy marca de la casa: gran trabajo de documentación sobre la ciudad, el escenario, el atentado. Tensión in crescendo -pero desigual- alrededor de las dos tramas, un último tercio de novela que devoras con ahínco, un final perfecto –lo que más me ha gustado– muy acorde a los finales del autor, y una identidad del asesino totalmente inesperada.  Y es que en este punto, cobra todo el sentido una de las mejores frases de la novela: “Si vamos a pensar locuras hagámoslo a lo grande”, y si lo hacemos en una novela que conjuga thriller, acción, suspense, heroísmo, amor e incluso terror, la locura quedará gigantesca ¿no?

Grge_dixit
: “No existen los monstruos, príncipe”. Pero sí, sí existen, y lo hacen para que también lo hagan los hombres buenos que vayan tras ellos. Ten cuidado al bajar de la cama a oscuras, puede que el duende que habita debajo… ¡te coma los dedos!.

No existen los monstruos en La casa de El

Leer en una reseña «Sin duda alguna es un escritor entre escritores, que maravilla con su prosa directa y que además…» es algo que me deja sin palabras. En general toda la reseña me causa ese efecto. Es evidente que me alegra ver que mi novela ha gustado tanto a alguien como para considerarla imprescindible. Me enorgullece.

La reseña es de La casa de El, podéis leerla en su web pinchando en el enlace, y también os la copio a continuación:

No existen los monstruos es una apasionante aventura a modo de thriller y sorprendentemente basada en hechos reales que nos atrapan para contarnos la historia detrás de unos misteriosos asesinatos y la búsqueda y obsesión de nuestro protagonista, Sean Cassidy, en atrapar a un asesino en serie que puede tener conexión con su pasado atroz.

Así que tenemos dos frentes, por una parte el intento de un atentado contra uno de los hombres clave del tercer Reich, llevada a cabo por unos ciudadanos rebeldes de origen checoslovaco, que quieren liberar a su país, del régimen nazi. Y por otra, unos misteriosos asesinatos que comienzan a ocurrir allí y que atraen la atención de Sean, un joven americano que se embarca en esta misión con el objetivo de perseguir y descubrir al culpable.

La perpetración del golpe, así como el descubrimiento de la identidad de nuestro asesino en serie, me han resultado un soplo de aire fresco en el género de la literatura de terror. No existen los montruos es una aventura “basada en hechos reales” totalmente sorprendente e intrépida, cuyo final es un broche digno y lógico (algo que provoca que esos personajes cobren la realidad que se merecen) dentro de la brillante mente del escritor, que juega con los miedos para cambiar la historia, y que sabe muy bien lo que se hace.

Sin duda alguna es un escritor entre escritores, que maravilla con su prosa directa y que además nos regala algunas referencias cinematográficas y literarias, que encajan a la perfección en la trama. Además, si no las reconocéis podéis estar tranquilos, ya que el autor nos regala al final del libro un pequeño extra contándonos cómo se gestó No existen los monstruos aparte de los pertinentes agradecimientos.

Pero lo mas reseñable de esta obra es esa conexión del miedo a los monstruos que nos persigue desde niños y nos aterra, a veces con hechos atroces que marcan nuestra vida y otras con simples temores, a los que cuando buscamos una explicación, pueden resultar reveladoras y cambiar nuestra vida, como le ocurre a nuestro protagonista, o simplemente provocarnos unas buenas risas. No existen los monstruos persigue esta primera idea, porque a veces aun siendo mayores seguimos teniendo miedos y es al enfrentarnos a ellos, cuando nos damos cuenta de lo terrible que resultaría que realmente existieran. En esta historia los monstruos son dos, uno que lo reconoce y vive con ello y otro, que los justifica como un avance de la sociedad. Ambos monstruos no resultan ser unos personajes inofensivos escondidos en armarios, sino verdaderos asesinos que desgarran la vida con el propósito de obtener algún tipo de satisfacción, ya sea personal o “por el bien de su sociedad” como rezaba el régimen nazi.

No existen los monstruos es ese soplo de aire fresco al género del thriller de terror que no puede faltar en tu estantería. Una historia muy bien argumentada que sorprende en su desarrollo y maravilla con su final. Una obra imprescindible.

 

Puntuación: ★★★★½

No existen los monstruos triunfa en Frikis Reconocidos

De vez en cuando, uno recibe comentarios que hacen que todo esto de escribir valga la pena. Mucho más ninguna otra cosa, es el saber que lo que haces lo haces bien y gusta a los lectores (o a la mayoría, que ya sabemos que a todos es imposible).

En Frikis Reconocidos han leído la novela y han disfrutado con ella. (prueba de ello es el twitter que me llegó un par de días atrás):

Y como lo prometido es deuda, también han escrito la reseña. Y la reseña es espectacular. No solo porque le haya gustado la novela, que también, sino por otras muchas cosas que dice y que es bueno saber, como que voy mejorando con cada novela que escribo. A fin de cuentas, eso es lo mejor que puede escuchar uno.

Aquí tenéis la reseña en su ambiente natural. Os la copio también:

Porque no sólo de Zombies vive el hombre, frikis míos, y Víctor Blázquez no iba a ser menos. Después de dejar a un lado a algunos de los supervivientes de Castle Hill rodeados de podridos que buscan devorar sus huesos en la saga de El Cuarto Jinete (tendremos triología!!), la Editorial Dolmen deja de nuevo a Blázquez solo ante el peligro, ante el lector, ante nosotros, para que disfrutemos de una novela en la que habla, entre otras, de cosas. Cosas… Nazis.

Y es que en esta ocasión viajamos a la Checoslovaquia de 1942, cuando los nazis acampaban casi a sus anchas por toda Europa. Por aquellas fechas, los Aliados urden un plan para poner en jaque al Reich, con la intención de desestabilizarlo y poder así, quizá, asestar un golpe mortal (Operación Antropoide). Para ello cuentan con siete hombres de origen checo, y contactos de la resistencia en Praga.

Hasta aquí todo parece relativamente normal: hechos basados en la Historia del lugar (más o menos maquillados), nazis, checos, Reinhardt Heydrich, Praga… Pero no podría ser suficiente. Así pues, con el grupo de siete héroes viaja un octavo pasajero: Alien. No, no es Alien, sino un americano misterioso llamado Sean Cassidy del que nada saben, ni siquiera para qué diablos va hasta Praga.

Mientras preparan el atentado con el que se ganarán un huequecito en la Historia de su patria, una serie de extraños y horribles crímenes se extiende por la capital checa y parece ser que sólo un hombre podrá dar con el asesino, un cazador. El americano.

Hasta aquí puedo leer.

Víctor Blázquez mejora a pasos agigantados con cada novela, parece afilar su pluma cada día un poquito más y carga la tinta de horrores más allá de nuestra propia comprensión. La historia es rápida, frenética, avasalladora. Sentimos el miedo el fracaso que sienten los soldados en misión especial, la crueldad de los asesinatos y también de los nazis. Los miedos del pueblo y del propio Sean se tornan en nuestros miedos; la seguridad de la victoria es nuestra seguridad; la duda es nuestra perdición. Porque parece que el lema de Blázquez es: si vamos a pensar locuras, si vamos a sumergirnos en el frenetismo y la crueldad de la guerra, hagámoslo a lo grande.

La agilidad de la novela (que consigue que la devoremos en una tarde si nos ponemos a ello, porque engancha) le da un estilo cinematográfico a algunas escenas y nos hace imaginarnos unas secuencias que bien podría salir de clásicos del celuloide como “La Gran Evasión” o “Los 12 del Patíbulo“. De hecho, yo mismo, en ese grupo que formaba la operación Antropoide veía a Charles Bronson, Clint Walker, Telly Savallas, Lee Marvin y me imaginaba a un Heydrich interpretado por Eastwood. Como americano, pues por ejemplo a Steve McQueen, por poner a alguien.

La ambientación es exquisita y cuidada al igual que la información histórica que nos muestra. Maquillada, como ya dije y adornada con detalles que salen directos de su propia cabeza, como él no deja de aclarar en los agradecimientos, pero igualmente conseguida y bien transmitida al lector. Y qué decir de los personajes: personalidades, sentimientos y miedos tan bien conjugados que parecen salirse del libro. Entre mis favoritos (Además de la buenorra de Rela y el curioso americano) están Wladimir (jodidamente épico y enorme, lo mejor de lo mejor sin ninguna duda), Jan Kubis (jefe de la operación Antropoide), Valcik (este es amor) y el odioso (cómo se las apaña nuestro querido Blázquez para que le cojamos asco a un personaje con su sola presencia, oiga) Karel Curda.

Por otra parte quiero mencionar (porque son dignas de mención, en serio) las escenas de sexo tórrido y apasionado con las que nos encontramos (ya me gustaría a mí haber conocido a Rela) son tan… mmmm… ¿cómo decirlo? ¿elocuentes?… que tuve que abrir una ventana para que entrara algo de fresco.

Y llegamos al final: Sublime, duro y real. Nos deja con el libro entre las manos mientras un escalofría recorre nuestra columna y nos evadimos a otros lugares y otros tiempos; nos hace plantearnos aquella máxima de “No Existen los Monstruos“, porque  a veces, nosotros mismos somos los Cuatro Jinetes del Apocalipsis. Y no sólo somos cuatro, somos 7000 millones de posibles jinetes.

En fin, frikis míos, que esta especie de thriller histórico es más que recomendable. Su ritmo frenético, su propio campo gravitatorio que nos atrae hasta el fondo de sus páginas hace de No Existen los Montruos una novela deliciosa y exquisita digna de devorar.

Y si cuentas hasta 10, desaparecerá.

No existen los monstruos en Frikarte

En esta ocasión ha sido Rubén Pozo el que se ha currado esta reseña para Frikarte. ¡No existen los monstruos vuelve a salir bien parada!

Este autor, de alma sevillana afincado en Madrid, ya nos sorprendió gratamente con la adrenalínica novela Z titulada “El Cuarto Jinete”, en la cual nos dejaba sin aliento mientras huíamos de los zombies en Castle Hill. Más adelante, nos sorprendería con la segunda entrega de “El Cuarto Jinete: Armagedón” y, después, con “Orilla Intranquila”, demostrándonos su crecimiento como autor en el panorama nacional. Pues parece que con el tiempo Víctor Blázquez no ha perdido el fuelle y nos ha vuelto a sorprender con esta frenética novela llamada “No existen los monstruos”; una obra a caballo entre el thriller, la novela histórica y la fantasía que hará las delicias de los amantes del género.

Nos encontramos en 1942 sobre Checoslovaquia. El bando de Los Aliados envía a Praga a un grupo de soldados Checos pertenecientes a la resistencia a realizar un atentado que hará temblar los mismos cimientos del partido nazi. En el avión, además de los siete soldados, se encuentra un octavo pasajero: un americano misterioso del que nadie ha oído hablar hasta horas antes de salir el vuelo rumbo a Praga.

En esta novela nos encontramos dos hilos argumentales claramente diferenciados: primero, nos topamos con la operación Antropoide, donde comandados por el sargento Jan Kubis intentarán atentar contra la vida de Reinhard Heydrich, uno de los grandes y más sanguinarios jefes dentro del partido nazi que ha sido enviado a Praga. Por otra parte, la historia otra historia orbita entorno a Sean Cassidy, el octavo pasajero en aquel vuelo desde Gran Bretaña, donde ese hombre misterioso con un pasado oscuro perseguirá a un asesino suelto por la ciudad que está sembrando el terror y dejando en jaque a toda la población.

Como ya nos tiene acostumbrados el señor Blázquez, el ritmo de esta novela te deja sin aliento. Es una novela rápida, ágil y muy entretenida. Las páginas corren como si las empujara un viento huracanado y la acción, presente en cada una de las palabras, hará que tengas que agarrarte bien a donde quiera que estés mientras estés sosteniendo el libro entre tus manos. Tanto la historia real (perteneciente a la operación Antropoide con respecto al atentado) como el thriller protagonizado por el americano os atraparán sin duda alguna.

Cabe destacar la buena documentación por parte del autor, tanto en lo referente a lugares, como de personajes y sus correspondientes tramas. Pese a que el autor nos indica que algunas cosas han salido directamente de su cabeza, estoy seguro que muchos aficionados a la historia y a la segunda guerra mundial disfrutarán mucho de esta entretenida parte de la trama.

Por otra parte, tenemos el hilo argumental basado en los asesinatos ocurridos en Praga por las manos de un asesino sin escrúpulos al que Sean Cassidy quiere dar caza no sólo para salvar a la población, sino para acallar también a los monstruos que le atormentan dentro de su cabeza. Esta es la parte fantástica de la historia que predomina en la mayor parte de la novela, donde nos ponemos bajo la piel de este investigador que, poco a poco, descubre que no todo es lo que parece y que una sombra muy oscura y alargada se expande desde más allá de donde él alcanza a comprender.

Víctor Blázquez nos enseña en esta obra que no existen los monstruos, ya que, sin darnos cuenta, los auténticos monstruos somos nosotros mismos.

Pese a que hay algunas erratas y falta de depuración a la hora de plasmar ciertos aspectos de la obra, se nota que Víctor ha ido perfeccionando y afilando su pluma desde su primer trabajo, lo que provoca que cada vez que lees alguno de sus manuscritos sea una experiencia difícil de olvidar.

No existen los monstruos en Lectura Directa

En Lectura Directa han leído y disfrutado No existen los monstruos. Y digo eso porque la reseña que han escrito no puede ser más positiva (le da un 9 sobre 10). Y yo, orgulloso de que esa sea la sensación que le queda a los lectores, claro.

Atención, eso sí, porque tiene algún que otro spoiler. Os dejo la reseña aquí:

Tenía muchas ganas de leer algo de Víctor Blázquez, pero a mi los zombies ya sabéis que me dan un poco de asquito, así que aun no había tenido oportunidad. Esta surgió gracias a su último título publicado: No existen los monstruos.
 
Según palabras del propio autor es un thriller histórico, aunque yo creo que se queda algo corto porque solo hace alusión a una parte de la historia que se desarrolla en sus páginas.
 
Estamos en 1942, en la Checoslovaquia ocupada por los nazis con mano de hierro. Un grupo de hombres enviados desde Inglaterra intentarán atentar contra la cabeza visible de esa ocupación: Heydrich. Pero no vienen solos, les acompaña un hombre que no está incluido en el grupo pero debe ir a Praga para realizar su trabajo, un trabajo que iremos descubriendo poco a poco…
 
Toda la planificación del atentado, las esperas, los controles, la vigilancia, el temor a ser descubiertos, van creando una tensión en incremento página a página. Casi podías sentir la tensión en cada reunión, el miedo al fracaso. Muy bien conseguido.
 
Y paralelamente a ello vamos descubriendo qué hace Sean Cassidy, nuestro pasajero misterioso. Cuál es su misión en esa ciudad. Y esta, para mi, es la historia más fascinante de todo el libro.
Sean es un cazador, un cazador de asesinos. Y hace muy bien su trabajo, lleva toda la vida haciéndolo. Desde que en su infancia fue atacado por uno de estos asesinos brutales y nunca consiguieron atraparle. Es una especie de obsesión para él, encontrar al asesino de su familia.
 
Por esa razón se olvida de todo y se va a Praga, hay pistas sobre un asesino similar a aquél en ese país, da igual la guerra que le rodea, da lo mismo el peligro al que se exponga. Tiene que cazarlo. Aunque no pueda ser el mismo asesino ya que han transcurrido 40 años… 
 
Disfrutaremos de muchos puntos de vista diferentes para ir construyendo la trama ya que el autor nos permite entrar en la cabeza de los numerosos personajes que conoceremos a lo largo de la narración. Esto permite al lector no posicionarse completamente a favor o en contra de uno solo, aunque de algunos definitivamente no se puede estar a favor…
 
Me ha gustado mucho porque de esa forma puedes disfrutar de todos los tonos intermedios del libro sin resultar subjetivo. Y esto hace que tu visión global sea mucho más amplia y enriquecedora.
El desarrollo de la historia que narra el atentado, su realización y desenlace es totalmente cinematográfico, me parecía estar viendo una película de esas antiguas de la segunda guerra mundial, con los nervios de punta… Se nota mucho el gran trabajo de documentación que ha realizado el autor.
 
En cambio la otra historia, la de Sean, es más de intriga y misterio. De contactos con desconocidos e historias increíbles. De sucesos inexplicables que deben ser resueltos por nuestro investigador para poder poner fin a su obsesión. Sumamente imaginativo y original me ha dejado con muchas ganas de haber indagado mucho más sobre nuestro asesino misterioso. No se puede crear un personaje tan perverso y fascinante sin que al lector le queden ganas de mucho más.
 
La portada, obra de Daniel Expósito, es otro añadido enriquecedor para el libro, me parece preciosa. A pesar de que ella me sigue pareciendo Penélope Cruz… 
 
Con un final correcto y coherente que te deja satisfecho por completo, consigue que después de cerrar el libro tu cerebro comience a girar y a seguir encajando elementos que, debido a la tensión creada, has ido sobrevolando en la lectura. Me encanta cuando un libro me queda rondando por la cabeza durante un tiempo.
 
En resumen, un libro que no engancha, sino que te agarra directamente y te sumerge en medio de la segunda guerra mundial y en medio de una guerra atemporal. Te implica tanto en una como en otra historia casi de forma personal. Y consigue que no sea olvidado fácilmente. Muy bien señor Blázquez, y para alguien que adora los finales felices es un gran mérito…

2013

2013 termina.

En este año he publicado tres novelas: El cuarto jinete Armagedón (Editorial Dolmen, línea Z y continuación de mi primera novela), Orilla intranquila (Tyrannosaurus books) y No existen los monstruos (Editorial Dolmen, línea Stoker). No me preguntéis de cual estoy más orgulloso porque eso es como preguntarle a un padre cuál de sus hijos es su preferido. Es algo que uno no puede contestar, y aunque sepa la respuesta, mejor se la guarda para sí.

A menos que uno de sus hijos sea un psicópata. En ese caso, valida la respuesta.

2013. También he publicado relatos en varias antologías: Battle Royale, en esa locura gratuita llamada Peta Z, no mezclar con refresco de cola, donde unos cuantos escritores locos decidimos mezclar dibujos animados con zombies; Maya, en esa joya llamada Body Shots, del maestro Daniel Expósito, un libro en el que me enorgullezco de estar. La carrera, en Antología Z 7 (Editorial Dolmen), un relato que, por cierto, está relacionado con Battle Royale. Asedio, en La historia se escribe con Z, de la editorial Kelonia. Y Hazle siempre caso a tu madre, el relato del que más orgulloso me siento hasta la fecha de cuantos he escrito, incluido en la antología Leyendas urbanas de la asociación Esmater junto con la editorial Universo.

Como cuando termina un año se pone de moda lo de hacer listas, haré unas rápidas, de lo que más quiero reseñar de este año impar.

Música: Nuevo disco de Bunbury, Palosanto, y entre mis preferencias desde su salida. Puestos de honor para Histeria Innokua y Doce lamentos, que tienen record de escuchas en mi reproductor. Se cuelan también entre mis preferencias del año Inmune, la nueva banda de Morti.

Series de televisión: De lo nuevo, cito solo tres: Banshee, Orphan black y House of cards. De lo antiguo, mención de excelencia para Breaking bad (ya echamos de menos a Heisemberg en mi casa), y puestos de honor para Sons of anarchy, Awkward (que perdió mucho fuelle en su primera mitad de la tercera temporada pero lo recupera con fuerza en la segunda) y la noticia de ese regreso en 2014 de 24 (larga vida a Jack Bauer) y Verónica Mars (aunque solo sea en formato película).

Sigo pensando, un año más (y van…) que Survivor es el mejor programa de la televisión, de la historia posiblemente, y este 2013 nos ha ofrecido dos grandes temporadas (Blood versus water ha sido espectacular).

Libros de autores extranjeros: Aunque he leídos unos cuantos, voy a destacar de dos autores tan solo porque han sido los que más me han encandilado: Joyland y Doctor sueño, de Stephen King, y Danza de dragones y Los reyes de la arena, de George R.R. Martin.

Libros de autores españoles: El yermo, de Sergi Llauger, lo coloco sin duda en el podio de lo que más me ha embelesado de este 2013. Y destaco también esa maravilla negra que es Tom Z Stone, de Joe Álamo (y qué ganas que tengo de pillar la secuela) y Caminarán sobre la tierra, de Miguel Aguerralde (una joyita de aventuras con muertos vivientes de fondo) y De Madrid al zielo, de Alfonso Zamora, un libro que vende como rosquillas y gana adeptos al mundo zeta con facilidad. Que yo lo he visto con estos ojos.

Cristina, Kike y Nacho, lo mejor de mi vida.

El próximo, más y mejor.