Libros leídos 2012 (23 y 24): La hora del mar y UR

LIBROS LEÍDOS 2012

1) Los caminantes: Hades Nébula, de Carlos Sisi
2) Choque de reyes (Canción de hielo y fuego 2), de George R.R. Martin
3) El Gobernador, de Robert Kirkman y Jay Bonansinga
4) Eterna, de Guillermo del Toro y Chuck Hogan
5) Edén interrumpido, de Carlos Sisi
6) 22/11/63, de Stephen King
7) El hombre en el castillo, de Philip K. Dick
8) Noche de difuntos del 38, de Manuel Martin.
9) Area 81, de Stephen King
10) La Guerra de la Doble Muerte, de Alejandro Castroguer
11) Blockade Billy, de Stephen King
12) El manantial, de Alejandro Castroguer
13) Tormenta de espadas (Canción de hielo y fuego 3), de George R.R. Martin
14) La guerra interminable, de Joe Haldeman
15) Última parada: la casa de muñecas, de Miguel Aguerralde
16) Hamelín, de Angel Luis Sucasas
17) Festín de cuervos (Canción de hielo y fuego 4), de George R.R. Martin
18) Robopocalipsis, de Daniel H. Wilson
19) Y pese a todo, de Juan de Dios Garduño
20) Piezas desequilibradas, de Darío Vilas
21) El jardín impío, de Juan Miguel Fernández
22) El viento por la cerradura, de Stephen King
23) La hora del mar, de Carlos Sisí
24) Ur, de Stephen King

¿Qué se puede decir de La hora del mar que no se haya dicho ya? Normalmente cuando me leo un libro luego suelo plasmar aquí mi opinión y lo hago como algo personal. No soy reseñador ni lo pretendo. ¿Me parece un libro imprescindible? Sí, de lo más importante que se ha publicado en este 2012 de crisis y problemas económicos, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de terror patrio y de uno de los autores más a tener en cuenta del panorama español.
Carlos se ha convertido en un Narrador con ene mayúscula. El cambio que se ha producido entre aquel primer caminante y esta hora del mar es realmente impresionante. Ha ido creciendo y se nota. Pero es que además se ve que disfruta escribiendo, se percibe en cada párrafo que Carlos escribió esta novela pasándoselo bien, entretenido y entregado a las desventuras de sus protagonistas. Y eso es oro puro, oye.
Por mi parte he disfrutado muchísimo de la parte inicial, cuando el misterio aún es misterio y todo es destrucción y carreras frenéticas para huir de la muerte y no veías ni una puta manera de sobrevivir a esto. Devoraba cada página pensando «que hijoputa Sisí, cómo demonios me va a sacar de esta…» (sí, siempre me involucro en las novelas como si viviera en ellas y a veces conecto mucho con un personaje, cosa que me ocurrió con La hora del mar, y luego me veo obligado a escribir al autor diciéndole que le odio profundamente por haber matado a ese personaje. Ah, ventajas de tener a Carlos en el twitter).
Además, tuve la ventaja de llegar a esta novela completamente virgen. No sabía de qué iba (más allá de que el mar se tomaría su venganza sobre nosotros) y por tanto cada puñetera maldad que se le ocurrió a Carlos me sorprendió. Y tengo que decir que cuando hacen su aparición las piedras negras (y no voy a hacer spoiler) y todo lo que ocurre a continuación mi boca estaba tan abierta que podrían haber cruzado a ella miles de moscas. Era un what the fuck? seguido de un se le ha ido la pinza mezclado con un pero como mooooooooola y aderezado de mecagoentodoquemecogenamitambién.
Y sinceramente, me gusta cuando una novela me hace flipar tanto. Y sí, tengo que usar ese verbo porque lo que hacía mientras leía era flipar. Absolutamente. La única parte que me sacó un poco de línea fue el tema de los temazcales.No comulgué con eso tanto como con el resto. Pero luego por otro lado, me gusta cuando una novela me hace interesarme por otra cosa y ponerme a investigar. A raíz de la novela de Carlos he leído mucho sobre El Zumbido (me encantan esos temas, solo hay que darme cuerda para que me emocione) y sobre el cuadro La exaltación de la eucaristia (flipante, oigan…).
Así que, Carlos, gracias por haber inspirado mi imaginación durante el tiempo que he pasado leyendo tu novela. Ha sido un placer.

Ur es una novela corta, son apenas 68 páginas, pero es de esas historias en las que te das cuenta de que no necesitas más. Ur es una pequeña maravilla, una de esas que tan bien domina King: del evento casual y tontorrón (profesor despechado por su novia se compra un Kindle para «modernizarse») construye una historia sublime. De las que hacen soñar y darle vueltas a un montón de ideas. Una pequeña gozada que he disfrutado como un enano.
No quiero desvelar nada así que voy a tener que callarme, pero vaya, que os lo leáis, que es genial.
Ah, descubrir que guarda relación con La Torre Oscura me encantó. Me convirtió en un devoto de la historia.
De aplauso.

Libros Leídos 2012 (22): El viento por la cerradura

LIBROS LEÍDOS 2012

1) Los caminantes: Hades Nébula, de Carlos Sisi
2) Choque de reyes (Canción de hielo y fuego 2), de George R.R. Martin
3) El Gobernador, de Robert Kirkman y Jay Bonansinga
4) Eterna, de Guillermo del Toro y Chuck Hogan
5) Edén interrumpido, de Carlos Sisi
6) 22/11/63, de Stephen King
7) El hombre en el castillo, de Philip K. Dick
8) Noche de difuntos del 38, de Manuel Martin.
9) Area 81, de Stephen King
10) La Guerra de la Doble Muerte, de Alejandro Castroguer
11) Blockade Billy, de Stephen King
12) El manantial, de Alejandro Castroguer
13) Tormenta de espadas (Canción de hielo y fuego 3), de George R.R. Martin
14) La guerra interminable, de Joe Haldeman
15) Última parada: la casa de muñecas, de Miguel Aguerralde
16) Hamelín, de Angel Luis Sucasas
17) Festín de cuervos (Canción de hielo y fuego 4), de George R.R. Martin
18) Robopocalipsis, de Daniel H. Wilson
19) Y pese a todo, de Juan de Dios Garduño
20) Piezas desequilibradas, de Darío Vilas
21) El jardín impío, de Juan Miguel Fernández
22) El viento por la cerradura, de Stephen King

De base soy muy pro-King. Eso no quiere decir que todo lo que escriba me guste automáticamente por ser suyo, pero sí que me inclino a disfrutar sus novelas más fácilmente. Añadamos a eso que soy absolutamente pro-TorreOscura y entonces El viento por la cerradura aparece claramente como una novela que más que probablemente me guste.
Vaya por delante que sí, me ha encantado.
Dicho eso tengo que decir que me hace mucha gracia leer en el prólogo que a pesar de ser una novela de La Torre Oscura se puede leer de forma independiente sin haber leído anteriormente la saga apenas conociendo dos detalles que el propio Stephen desglosa sin dar tampoco excesiva información en el mismo prólogo. Me meo… imagino que tenían que decirlo para intentar vender sin ceñirse solo a los fans de la saga, pero vamos, yo como fan de La Torre Oscura la he disfrutado como un enano y ha sido un placer reencontrarme con quienes me acompañaron durante muchos años en mi imaginación… pero vamos, si yo no me hubiera leído esa saga, me comprara este libro y empezara a leerlo me cabrearía tanto que me compraría un billete de avión a Bangor, buscaría la casa del señor King y le prendería fuego.
Sólo en las primeras quince páginas hay TANTAS referencias al universo creado en la saga que alguien que no se ha leído los libros es dificil que entre al trapo, ya no solo de la trama, sino de los propios personajes. Referencias al ka, el peculiar idioma utilizado en Tierra Media, el brambo… uffff… Que sí, que la historia intermedia, la que da nombre al libro, podría ser leída sin referencias de la saga, pero todo lo demás, en mi opinión, no.
Y entrando en el libro… Lo dicho, ha sido un regalazo reencontrarme con Roland (me han entrado unas ganas horribles de releer todos los libros) y su ka-thet. En sí, El viento por la cerradura (título nada poético y que tendrían que haber acercado más al original en inglés titulándolo El viento a través de la cerradura, que tiene mejor sonoridad) es una historia contada dentro de una historia contada por Roland. Por tanto cuenta con tres tramas, podríamos decir. La primera, en la que encontramos a Roland y sus compañeros en su camino en pos de La Torre Oscura en algún punto intermedio entre el tercer y cuarto libro de la saga, deben buscar refugio ante una tormenta que se acerca. Como trama es la menos interesante aunque sea la que arrastra el peso nostálgico.
La segunda historia es un recuerdo de Roland, la persecución de un hombrepieles que está sembrando el caos con violentos asesinatos. Encontramos allí a un Roland joven que comienza a ser un pistolero pero aún está aprendiendo, como quien dice. Es puro western mezclado con una historia sobrenatural, también tiene nostalgia por ser Roland su protagonista y hablarnos más de su juventud y los años en los que Gilead aún era una gran potencia.
Y por último, El viento por la cerradura, el cuento de Tim Corazón Tenaz, es un cuento que el joven Roland le cuenta a otro de los personajes y es en realidad la historia que King quiere contar desde el principio, un cuento lleno de magia que no quería que acabara y que me arrastraba a ese bosque de fustaferros con cada palabra y cada página.
He disfrutado mucho la lectura de esta historia pero me mantengo en mi idea. Es sólo para fans de La Torre Oscura. Ha sido todo un regalo, y doy gracias a Sai Stephen King por haberse lanzado de cabeza al mundo de Roland una vez más. Ojalá hiciera más viajes como este.

Libros leídos 2012 (16): Hamelín

LIBROS LEÍDOS 2012

1) Los caminantes: Hades Nébula, de Carlos Sisi
2) Choque de reyes (Canción de hielo y fuego 2), de George R.R. Martin
3) El Gobernador, de Robert Kirkman y Jay Bonansinga
4) Eterna, de Guillermo del Toro y Chuck Hogan
5) Edén interrumpido, de Carlos Sisi

6) 22/11/63, de Stephen King 
7) El hombre en el castillo, de Philip K. Dick
8) Noche de difuntos del 38, de Manuel Martin.
9) Area 81, de Stephen King
10) La Guerra de la Doble Muerte, de Alejandro Castroguer
11) Blockade Billy, de Stephen King
12) El manantial, de Alejandro Castroguer
13) Tormenta de espadas (Canción de hielo y fuego 3), de George R.R. Martin
14) La guerra interminable, de Joe Haldeman
15) Última parada: la casa de muñecas, de Miguel Aguerralde
16) Hamelín, de Angel Luis Sucasas

Grata sorpresa la que ha resultado ser esta novela corta de Angel Luis Sucasas. Aunque resulta complicado reseñarla sin desvelar nada… voy a tener que estrujarme el coco.
Empezaré por los homenajes. Esta novela tiene unos cuantos, algunos muy evidentes (a Stephen King y su obra en general, a La Torre Oscura en particular, a Indiana Jones…) y otros más sutiles, pero captables si se presta atención (memorable me parece el guiño a la serie Supernatural, digno de aplauso, oigan). 
Hamelín se divide en tres partes claras. En la primera, de mano de un aspirante a escritor que se encuentra en el pueblecito de Threshold, conoceremos pequeños fragmentos de las obras que baraja escribir (condenado Angel, quiero leer «La ciudad escondida» y «Te toca») y daremos un breve paseo por el pueblo. Y hete aquí que he tenido una sensación de deja vu brutal. Threshold me recordaba en muchas cosas a Castle Hill (aunque mi querido Castle Hill no tuviera ese aura maligna) y la forma de visitarlo también es similar. Es más, a Threshold sólo puede accederse a través de un túnel. En el primer manuscrito de El cuarto jinete, a Castle Hill sólo se podía acceder a través del tunel en el que tiene lugar ese brutal accidente que se narra al principio del libro, aunque eliminé ese dato en el manuscrito final y permití otras entradas y salidas.
Además, en el primer segmento de la novela de Sucasas se esconde un maravilloso homenaje al cine que la generación de los ochenta hemos crecido viendo, a esa sensación de entrar en un cine, descubrir a Spielberg (en mi caso fue a James Cameron, pero me sentí muy identificado con el párrafo descrito por Sucasas) y que tu corazón se tiña de azul estrellado y barras rojas y blancas.
Después llega el segundo segmento de la novela, el más extenso, que es el que da título al libro. La historia de Hamelín es una vuelta de tuerca al mito del flautista. Podría ser un capítulo cualquiera de Supernatural, Fringe o Expediente X, pero podría ser, sobre todo, una novela de Stephen King. Y tiene de todo: momentos tiernos, momentos locos, momentos estremecedores y un toque macabro. Como no quiero desvelar nada más, os diré que me ha fascinado y me quedaré en eso.
El tercer segmento del libro es una especie de extra del DVD, un pequeño regalo y una historia tan truculenta como escalofriante.
Ojo, no os confundáis, no se trata de un libro de relatos, o por lo menos no al uso. Es la historia de Threshold narrada por un aspirante a escritor. Segmentos de la obra de un aspirante de la mano de un autor que, de seguir con esta trayectoria, dará mucho que hablar.
Lectura recomendada. Apenas 159 páginas que os durarán un suspiro.

Libros leídos 2012 (11): Blockade Billy

LIBROS LEÍDOS 2012

1) Los caminantes: Hades Nébula, de Carlos Sisi
2) Choque de reyes (Canción de hielo y fuego 2), de George R.R. Martin
3) El Gobernador, de Robert Kirkman y Jay Bonansinga
4) Eterna, de Guillermo del Toro y Chuck Hogan
5) Edén interrumpido, de Carlos Sisi

6) 22/11/63, de Stephen King 
7) El hombre en el castillo, de Philip K. Dick
8) Noche de difuntos del 38, de Manuel Martin.
9) Area 81, de Stephen King
10) La Guerra de la Doble Muerte, de Alejandro Castroguer
11) Blockade Billy, de Stephen King

En realidad, este libro consta de dos novelas cortas, casi relatos. Uno de ellos, el que le da título al libro, es el inédito Blockade Billy. El segundo es Moralidad, que ya apareció en una revista y que conozco más que bien porque incluso escribí una adaptación para dirigir un cortometraje sobre él que pretendía que protagonizara Leticia Dolera hasta que el Gobierno Español me negó la subvención.
En fin, Blockade Billy cuenta la historia de un jugador novato de baseball que llega a los Titanes de New Jersey como reemplazo. Es la historia de un jugador que ha desaparecido de los registros y sobre el que merodea una historia tan oscura como interesante.
Se lee en un suspiro porque la letra es grande y porque es dinámico. Escrito como si alguien le estuviera contando la historia al propio King y el texto fuera la transcripción de dicha entrevista, consigue crear una anticipación interesante. Es complicado decir nada más sin desvelar cosas de la trama, y eso no quiero hacerlo. Pero me ha gustado mucho a pesar de ser excesivamente baseballero, un deporte que no entiendo pero que no limita el relato, eso sí lo puedo decir.

Libros leídos 2012 (9): Area 81

 LIBROS LEÍDOS 2012

1) Los caminantes: Hades Nébula, de Carlos Sisi
2) Choque de reyes (Canción de hielo y fuego 2), de George R.R. Martin
3) El Gobernador, de Robert Kirkman y Jay Bonansinga
4) Eterna, de Guillermo del Toro y Chuck Hogan
5) Edén interrumpido, de Carlos Sisi

6) 22/11/63, de Stephen King 
7) El hombre en el castillo, de Philip K. Dick
8) Noche de difuntos del 38, de Manuel Martin.
9) Area 81, de Stephen King

Aunque estrictamente más que un libro es un relato largo y seguramente con el tiempo acabemos viéndolo en una antología acompañando a otros, como ya pasó con Montando la bala, Stephen King nos entrega, a un módico precio, sesenta páginas de terror bien elaborado y presentado. Sesenta páginas donde el Área de servicio abandonada del kilómetro 81 se convertirá en una pequeña carnicería.
La verdad, admiro la capacidad de este señor para crear atmósferas y situaciones tan cotidianas y añadirles después esa pizca surrealista que las convierte en algo tan… no sabría qué palabra poner aquí.
Los coches deben darle miedo a King. Entre Christine, Buick y éste área 81…
No puedo entrar demasiado en la trama sin desvelar cosas, y creo que lo mejor de este «libro» es la sorpresa que te espera una vez comienza la acción. King describe a la perfección algo que imposible, y lo hace de forma tan veraz que no querrás estar presente en el Área 81 y sin embargo… tampoco querrás apartar la mirada.
Una lectura de lo más entretenida. Completamente disfrutable.

Libros leídos 2012 (6): 22/11/63

 LIBROS LEÍDOS 2012

1) Los caminantes: Hades Nébula, de Carlos Sisi
2) Choque de reyes (Canción de hielo y fuego 2), de George R.R. Martin
3) El Gobernador, de Robert Kirkman y Jay Bonansinga
4) Eterna, de Guillermo del Toro y Chuck Hogan
5) Edén interrumpido, de Carlos Sisi

6) 22/11/63, de Stephen King

Partiendo de la base de que: uno) me gustan las historias sobre viajes en el tiempo; dos) El tema Kennedy me atrae hasta el punto de realizar un trabajo sobre el tema en la universidad que me valió un buen sobresaliente (de los pocos…); y tres) me encanta Stephen King.
Como que le tenía ganas a este libro, comprensiblemente.
Stephen King es un crack escribiendo. El libro inicia con una conversación entre dos personajes que se extiende durante más de cien páginas pero que sirve para presentarnos al personaje principal (y al tipo que le mueve a hacer lo que hace), así como la extraña anomalía que se encuentra en la despensa de ese restaurante de tres al cuarto. Una anomalía que permite viajar a 1958, siempre al mismo día y la misma hora. Una anomalía que King logra hacerte creer tan normal como que el sol se levanta cada día en el horizonte.
A partir de ahí, se inicia el viaje al pasado de Jack Epping / George Amberson, un viaje cuyo objetivo final es salvarle la vida a JFK y que le llevará a recorrer los Estados Unidos de finales de los cincuenta y principios de los sesenta, luchando contra un pasado que no quiere ser cambiado.
22/11/63 es mucho más que eso. Como en muchas de las obras de King, la novela acaba siendo la historia de unos personajes (aquí, en concreto, de sólo uno), y acaba convirtiendo la misión inicial en algo totalmente secundario.
Tiene una cosa mala. El libro es excesivamente americano, por lo que hay cosas que nos quedan demasiado lejanas, y tiene una parte, cuando empieza a centrarse en Oswald y sus relaciones con los rusos exiliados de Dallas, que resulta más complicada de leer. Y sin embargo, uno no puede despegar la vista de las páginas, consciente de que está devorando historia viva a través de los ojos de Amberson. Por suerte, para cuando el libro alcanza a Oswald, el interés de la historia ha derivado hacia el pequeño pueblo de Jodie, hacia Sadie, hacia la historia de amor, maravillosa, que King teje con absoluta maestría.
Por supuesto, destaco el primer tercio de la novela, centrado en Derry y en la «misión secundaria», con esos guiños maravillosos a It, y destaco todo el tercio final, durante el cual tuve que acelerar la lectura porque cada vez que tenía que parar lo hacía con rabia por no poder continuar. King es un maestro, sigue siéndolo, y me quito el sombrero ante él.
Ah, y tiene algunas frases increíbles, algunas de las cuales fui twiteando cuando me las encontraba («En momentos dificiles, cuando hasta los sabios tienen dudas, las declaraciones de amor nunca fallan» o esta «Los pliegues de su pantalón se veían tan afilados como para afeitarse con ellos«). 
Me quedo, sin duda, con esta: «Es la maldición de la raza lectora. Nos pueden seducir con una buena historia hasta en los momentos más inoportunos».
El tipo que cambió el mundo: Lee Harvey Oswald.

El 19

Desde la segunda temporada, el capítulo 19 de cada temporada de Fringe es una locura aún mayor. Son capítulos capaces de dividir al público entre los que aman la propuesta o los que la odian a muerte. Primero fue aquel musical de la segunda temporada, luego fue aquel lisérgico episodio cuya recta final era de animación y resolvía la trama más surrealista que habían tocado hasta el momento en la tercera temporada… y en la cuarta temporada nos han ofrecido Letters of transit.
Me pregunto si el hecho de resaltar el capítulo 19 tendrá algo que ver con Stephen King…
A mi me capturaron desde el momento en que aparecieron las letras, explicando lo sucedido con los Observadores en el 2016. Los observadores de Fringe siempre me han hecho soñar, han estimulado mi imaginación como pocas otras cosas, y ya el mid season de esta cuarta temporada, que resolvió muchas de las incógnitas que rodeaban a estos tipos calvos con sombrero, había sido maravilloso.
Una vez más (y van doscientas cincuenta), Fringe revoluciona todo lo que ha construido hasta la fecha, le da una vuelta de tuerca más al mundo y nos presenta otra realidad, esta vez en el futuro, en un mundo dominado por los observadores y donde los humanos no son más que esclavos. Y encima lo hace poniendo al frente del episodio a ese maravilloso actor que es Henry Ian Cusick (Desmond en Perdidos). No es que me hayan capturado, esa expresión se queda corta.
El capítulo me ha parecido sublime. Ha estimulado mi mente más aún de lo que ya lo hacía esta serie. Ha despertado mi imaginación, me ha hecho soñar, me ha hecho desear ver y saber más… también me ha hecho odiar a la audiencia norteamericana por no respaldar esta maravilla de serie, pero eso es otra historia.
Ha sido una maravilla de episodio. Por Henry Ian Cusick, por darle la vuelta una vez más a la tortilla, por esa trama tan perfectamente dibujada y que abre tantos horizontes, por William Bell, por los observadores… y además, para colmo, por mostrarnos a un Walter aún más loco de lo normal, que ya es complicado. Juro por todo lo existente que tuve que parar la reproducción de la risa que me produjo el momento «These are not the droids you are looking for» de Walter al policía.
Increíble. Larga vida a Fringe.

Un saco de huesos

Mick Garris es un tipo que no me cae bien. No le conozco, ni mucho menos, pero no puedo creer que me caería bien el responsable de hacer tantas películas malas sobre libros de Stephen King. No tengo claro si es que son muy amigos, o si es que Garris es muy fan de Stephen King, me da igual porque la vida de este señor no me interesa… pero sinceramente, yo creo que en el fondo, Mick Garris odia a Stephen King.
Porque si uno es fan de sus novelas, entonces hace películas como Cadena perpétua, La milla verde o La niebla. Frank Darabont es un buen fan. Garris hizo Apocalipsis, ok, y eso le salvaba de la quema en aquel entonces porque la cosa no está mal. Pero luego se encargó de dirigir la miniserie de El resplandor (vale, más fiel al libro que la de Kubrick, pero mala con ganas), Montando la bala, Desesperacion (destrozar ese libro es pecado mortal. Garris, arderás en el infierno) y ahora un saco de huesos.
Garris pertenece a esa clase de señores que dicen «ey, esto es una película sobre algo de Stephen King, eso quiere decir que hay que meter cadáveres, apariciones monstruosas y seres mal maquillados cada quince minutos, para que la gente vea claramente que se trata de Stephen King.
En fin, que detesto las adaptaciones que dirige este señor.
Un saco de huesos… pues vaya, es bastante fiel al libro, está protagonizada por Pierce Brosnan (lo que le da bastante empaque) y la historia sigue molando. El mayor problema son las continuas apariciones de fantasmas cutres para asustar y recordar que estamos viendo algo de Stephen King. En el libro, tenía más importancia la historia con Mattie Devore que el tema sobrenatural. En la serie, la trama de Mattie, su hija y su suegro es tocada apenas tres veces en toda la miniserie (de tres horas), por lo que ciertos pasajes de la recta final apenas causan impacto en el espectador. Y yo recuerdo cierto pasaje que me conmovió especialmente en el libro. Que me jodió, que me hizo gritar y golpear la cama con furia (porque leo en la cama). En la miniserie… como que te importa un carajo lo que ocurre porque la trama principal es que hay muchos fantasmas rondando por el metraje.
No está mal, pero no es, del todo, Un saco de huesos.

Libros Leídos 2011 (17): Todo oscuro, sin estrellas

Libros Leídos en 2011:

1) El Talismán, de Stephen King y Peter Straub
2) Oscura, de Guillermo del Toro y Chuck Hogan
3) Muy pronto seré invencible, de Austin Grossman
4) Cuernos, de Joe Hill
5) El pasaje, de Justin Cronin
6) La búsqueda del grial 1: El castillo de las sombras, de J.H. Brennan
7) Apocalipsis Z 3: La ira de los justos, de Manel Loureiro
8) Nivel 26, de Anthony E. Zuiker y Duane Swierczynski.
9) Antirresurrección, de Juan Ramón Biedma
10) La casa infernal, de Richard Matheson
11) Superviviente, de Juan García Hernández

12) Los caminantes, de Carlos Sisi
13) Bikini, de James Patterson
14) Juego de Tronos, de Geroge R.R. Martin
15) Los caminates: Necrópilis, de Carlos Sisi
16) Un verano tenebroso, de Dan Simmons
17) Todo oscuro, sin estrellas, de Stephen King

Todo oscuro, sin estrellas es el último libro publicado por Stephen King, un libro que contiene cuatro relatos más o menos largos. Excepto el tercero, que es cortito. En todos ellos se explora la figura de la maldad humana, de las decisiones inmorales, y cada uno de ellos es una pequeña joya.
Me ha encantado disfrutar de la lectura de estas cuatro historias. No esperaba demasiado de ellas porque, ya sabéis, soy más fan de la novela larga que de los relatos, pero sinceramente, aquí Stephen King se ha lucido. No sabría decir cual de los cuatro relatos me ha gustado más, porque todos tienen su aquel.
En 1922, Stephen King nos narra una especie de road movie delictiva a principios de siglos, derivada de lo que un padre convence a su hijo para hacer. Un final muy King, por cierto.
En Camionero grande, Stephen King se embarca en un género que no creí que abordaría jamás, un género que por lo general no me llama en exceso, el Rape and Revenge, a excepción de La última casa a la izquierda, que es un peliculón. Por suerte, no se extiende en exceso en la parte del «rape».
Extensión justa es una maravilla. El más corto de los relatos vuelve a jugar con una idea que a Stephen King se ve que le fascina tanto como a mi: el egoismo humano, el «si quieres esto tendrás que joder a alguien». Brutal.
Y finaliza el libro con Un buen matrimonio, un relato que pone la piel de gallina por lo factible de su propuesta, porque conocemos mil casos de asesinos o psicópatas varios de los que sus allegados más próximos no sospecharon nunca. Mientras leía esta historia me venían a la mente constantemente Tony King y el tipo aquel que mantuvo encerrada a su hija durante casi veinte años, sometiéndola a todo tipo de vejaciones. Monstruos. Tan reales que al final, nos hace preguntarnos si la ficción no se queda corta.

¿La vida personal de un actor afecta a nuestra percepción sobre su trabajo?

Es una pregunta que me hago de forma constante. Es algo común el hecho de que cuando un actor o actriz americano se ve envuelto en algún tipo de escándalo, de repente su lista de proyectos se resiente. El caso más reciente, Arnold Schwarzenegger y su divorcio que ha hecho que tres de los proyectos en los que se nombraba al actor tiemblen y al menos otros dos se vayan al garete.

¿Tanto nos influencia? Es cierto que todos, sin excepción, alguna vez hemos dicho eso de «paso de ver esta peli que fulanito no me cae bien». Que coño, de los que por aquí nos pasamos a menudo todos nos echábamos las manos a la cabeza cuando supimos que Bardem era el elegido para interpretar a Roland Deschains, hasta el punto de que, porque nos puede más el fikismo por La Torre, que si no, ni veríamos la serie.

Pero claro, es un caso flagrante de percepción pura y dura. Quiero decir… Bardem no es ni mejor ni peor actor porque nos parezca un gilipollas o nos caiga de puta madre. Ni siquiera le conocemos, pero lo que sabemos de él a través de los medios, o simplemente lo que su cara nos transmite, hace que nos produzca rechazo o aceptación.

A mi, por ejemplo, siempre me ha caído en gracia Kiefer Sutherland, desde pequeño que le vi en Cuenta conmigo o en Jóvenes ocultos (peliculón, por cierto). Es más, empecé a ver 24 sólo y exlusivamente porque aparecía él, y eso que llevaba unos años haciendo truñacos de los grandes. Y gracias a eso descubrí una gran serie, pero eso es otra historia.

Por la misma razón, nunca he visto ni ganas que tengo por mucho que digan que es genial, Dos hombres y medio. No soporto a Chalie Sheen.

Me cae genial Steve Buscemi y me hizo darle una oportunidad a Boardwalk Empire.

Me cae mal Penélope Cruz y me da tanta rabia que salga en Piratas del Caribe que, a pesar de lo bien que me cae Johny Deep, no fui a verla al cine. Influyeron otros factores también, pero no vienen al caso.

¿Hasta qué punto nos influye? Se ve que los americanos piensan que mucho. Porque son un montón los actores que se han visto envueltos en algún lío y no han sabido remontar sus carreras. Aunque también los hay que sí, y si no que se lo digan a Robert Downey Jr.

Y eso que hasta ahora hemos hablado de la simple apreciación del «me cae bien o mal». Pero recuerdo cierto actor secundario de los ochenta envuelto en un caso de pederastia que aún hoy sigue haciendo películas. Claro que es secundario. ¿Pasaría algo si de repente descubrieran que un frontman tipo Cristian Bale hace lo mismo?

Desde luego, Mel Gibson hacía cosas antes, pero desde que le acusan de zurrar a su mujer está más que desaparecido.

Claro que, en el lado opuesto, Roman Polanski, a pesar de sus líos con la justicia y esa supuesta agresión sexual a una menor, sigue haciendo sus películas y sigue siendo considerado uno de los mejores directores del mundo… claro que, por otro lado, tampoco es que llene salas en plan blockbuster.

¿Qué opinais vosotros? ¿Qué actores os caen mal y os jode ver en una película? ¿O cuales os caen tan bien que os mueven a ver algo sólo por su presencia?