Raising Hope: Season 2

Para mi, una de las mejores comedias que se emiten actualmente por televisión. Terminada la segunda temporada puedo decir que cada capítulo de esta serie consigue dejarme con una sonrisa en el rostro y una sensación muy agradable.
Creo que lo mejor que han podido hacer es lo que han hecho: volver a los personajes cada vez más surrealistas. No sólo la abuela, sino al propio Jimmy, incluso a Sabrina (que también ha tenido sus cosas). Pero sobre todo, para mi gusto, el verdadero protagonista de la serie es Burt. Me parece, de lejos, el personaje mejor dibujado, más loco y surrealista de todo el elenco. Digno de aparecer en Community diría yo.
La temporada ha sido sublime, pero sobre todo la recta final, y ese season finale a modo de programa de televisión sobre la familia Chance con sorpresa, que ha sido digno de elogios mil.
Pero sin duda hay un capítulo que permanecerá en la memoria de sus fans, y es en el que Jimmy, por fin, se arma de valor para declararle su amor a Sabrina. Maravilloso momento, maravilloso capítulo.
Queremos más.

Temporadas

Tal como ha hecho McGuffin, citaré diez temporadas de series que me han hecho flipar de una u otra manera. Diez hitos televisivos que llevo conmigo por haberme marcado de una u otra manera.

1) La 5ª Temporada de 24. Donde Jack Bauer fue volviéndose cada vez más oscuro, donde tuvimos que despedir a varios de los personajes que habían estado con nosotros desde el principio y donde la trama alcanzó cotas inigualables… para rematarse con ESE final.

2) La 1ª Temporada de Prison Break. Porque supo contar de forma magnífica esa fuga imposible, con unos personajes geniales y de la cual sólo borraría el capítulo flashback, abominable. Y sí, soy un férreo defensor de la segunda temporada, que me encantó, pero la primera es la primera.

3) La 3ª temporada de Breaking Bad. Walter White y Jesse Pinkman contra las grandes corporaciones de la droga. Magnífica. Aunque sólo fuera por el videoclip de Heissenberg ya vale la pena. Y por el capítulo de Hank en el coche…

4) La 2ª de Justified. Timothy Oliphant es un grande, sin duda. Y aquí tuvo a Margo Martindale como némesis en una temporada que tuvo su mejor acierto en una mayor serialización.

5) La 3ª de Sons of Anarchy. Brutal desde el principio hasta ese game-changer que fue el final de temporada. Y sí, la parte irlandesa no estaba hilada a la perfección, pero la temporada en sí fue genial.

6) La 2ª de Community. Tantas idas de olla y tanto frikismo en veintitantos capítulos maravillosos. Y guerra de paintball.

7) La 3ª de Fringe. Porque dos Olivias siempre son mejor que una.

8) La 2ª de Perdidos. A mí es que toda la trama del botón me cautivó. Al igual que aquel juego de «soy bueno»-«soy malo» que se trajeron con Ben Linus. Y me ha costado decidirme, porque la quinta tuvo «The Constant», que probablemente sea de lo mejorcito que he visto en series, pero me voy a quedar con la segunda. Cuando Los Otros le dijeron a Jack aquello de «Aquí hay una línea y si la cruzáis iremos a la guerra» a mi se me pusieron los pelos como escarpias. Y además, salía Michelle Rodriguez.

9) La 2ª de Cómo conocí a vuestra madre. Ir al centro comercial nunca fue tan divertido.

10) La 1ª temporada de Verónica Mars. Una de las mejores y más infravaloradas series de esta década. Su mezcla de humor friki, trama teen y misterio fue de lo más estimulante. Y Kristen Bell estaba magnífica como Verónica Mars, la verdad. Aún me duele que la cancelaran.

Y sí, no he puesto Friends, pero porque me costaría decir una temporada. En mi cabeza están todas mezcladas y son todas geniales. Lo mismo me pasa con Los Simpsons, que las mezclo todas, aunque aquí es por culpa de Antena 3.

Outsourced

Outsourced es una sitcom que se emitió el año pasado. Narraba la historia de un americano al que envían a la India a dirigir un call-center de artículos de broma. Con un humor simpático y ligeramente surrealista (sobre todo cuando Gupta o Charlie entraban en acción), la serie resultaba simpática de ver y bastante entretenida.
La audiencia no la respaldó y murió con su primera temporada. Una verdadera pena, porque junto a Community y Raising hope me parecía de lo mejor en humor que vi el año pasado.
Gupta, te echaremos de menos. A ti y a Alok. Gupta, Alok, Gupta, Alok.

Esperados regresos

Septiembre, comienza la temporada regular, lo que supone muchos estrenos y el regreso de series que se han hecho un hueco en mi alma. El tiempo, por desgracia, a veces no es suficiente, y de todos los estrenos que me apetecía ver y ya han comenzado, y son unos cuantos, aún no he podido ver ninguno. Así que me mantengo al margen y trato de no enterarme demasiado de las cosas que ocurren en esos estrenos. Ya llegaré. No tengo prisa.
Otro tema son los regresos. Con ellos, y según haya sido el season finale anterior, no tengo piedad y me pongo a ello en cuanto es posible. No voy a hablar de Breaking Bad, porque ya casi está terminando y prefiero comentarla cuando termine, que menuda joya de serie. Tampoco hablaré de dos series que me encantan pero aún no he tenido tiempo de empezar, Raising hope y Community. Ni tampoco hablaré de ese placer culpable que supone para mi The vampire diaries, porque tampoco he tenido tiempo.
Hablaré de Fringe, por ejemplo. Después de ese season finale de la tercera temporada, que más que un clifhunger fue un game changer en toda regla, la serie que sobrevivió a duras penas la batalla de la audiencia, ha regresado más que potente, demostrando una vez más por qué es una de las mejores series en pantalla actualmente. Desde luego, la que más me cuesta comprender que no tenga el apoyo suficiente del público. Fringe es una maravilla, y en este primer capítulo ha mostrado todo su potencial.
Hablaré de Supernatural. La sexta temporada, ya lo dije, fue todo un bajón respecto a esa maravilla que fue la quinta temporada, a pesar de tener algunos capítulos excepcionales, en especial «El hombre que pudo reinar». El primer capítulo de la séptima temporada ha comenzado fuerte, justo allí donde terminó la sexta (otro game changer excepcional) y mostrándonos el lado más oscuro del poder, un momento maravilloso con La Muerte, y un planteamiento sobre lo que tendrá esta temporada que hace presagiar cosas buenas. Esperemos que los Winchester regresen con todo. Sería fantástico.
Hablaré de Glee. Cuando terminó la segunda temporada me debatía entre abandonarla por completo o seguir viendola. Todo el frescor que había supuesto la serie en su estreno lo fue perdiendo en la segunda temporada. Todo había dejado de ser interesante. Pero la cosa había terminado, así que me dije, «o la tercera mejora o adiós muy buenas». El primer capítulo ha sido un «bah» en toda regla. ¿Remontarán? No lo sé, pero conmigo tienen cada vez menos oportunidades.
Hablaré de esa joya que es Sons of Anarchy. Pero de esta sólo diré que, de momento, sigue siendo tan cojonuda como lo ha sido hasta ahora. Amo a SAMCRO. Me hace querer ser motero a pesar de odiar las motos. Jodidos tipos duros y malos. De momento las líneas de trama parecen presagiar una buena batalla final. Y viendo el final de la tercera, es de esperar que no decepcionen. Kurt Sutter, a ti nos encomendamos.
Y por supuesto, hablaré de mi programa de televisión favorito. Survivor ha regresado. Temporada 23. Dieciséis extraños y dos viejos conocidos que regresan a darlo todo por un millón de dólares. Y de momento el casting parece mejor que en temporadas anteriores. Y Survivor no es un programa que suela decepcionar. Al menos, no a mi. El primer capítulo de la temporada ya me tuvo en vilo todo el tiempo…
Hala, seguiremos en sintonía.

Raising Hope

Si no fuera porque existe Community, declararía Raising Hope como la mejor comedia del 2011. Pero existe Community, así que la declaro segunda mejor comedia del 2011.
Raising Hope es una serie de humor canalla, del creador de aquella cosa que nunca supo colarse en mi corazón seriéfilo pero que encandiló a tantos llamada «Me llamo Earl», a la que por cierto hacen un homenaje en el capítulo piloto. Raising Hope sigue las vivencias de una familia de clase baja compuesta por una abuela con alzheimer (un personaje tan surrealista y pasado de vueltas que la actriz debe pasarselo teta interpretándolo), una madre que trabaja limpiando casas, un padre que trabaja segando cesped y que parece Homer Simpson en carne y hueso (y que para mi es de lo mejorcito de la serie) y Jimmy, un joven que, en los primeros cinco minutos de serie, conoce y se acuesta con una chica que resulta ser una asesina en serie, a la que deja embarazada, tiene la niña en la carcel, la bautiza como «Princesa Beyoncé», y es ejecutada en la silla eléctrica. Y de repente, Jimmy se encuentra con un bebé (al que deciden cambiar el nombre por «Hope») sin tener ni idea de cómo cuidarlo, y teniendo que empezar a ser responsable. Una palabra que, por cierto, queda tan lejos de cualquier miembro de la familia que hace que la misión sea más que dificil.
Y a partir de ahí, deberán criar a Hope, como bien reza el título.
Qué queréis que os diga, pero a mi, ver cómo meten a la niña en una silla de coche pero se olvidan de anclarla al asiento, y después ver que en cada curva la niña va en el asiento trasero dando vueltas… me parece uno de los puntazos del año.
En serio, la serie está muy bien. Tiene capítulos verdaderamente divertidos, y otros más flojos, pero creo que es imposible no reírse con esta familia y sus idas y venidas. Y para mi, que además tengo un niño pequeño… no sé, me descojonaba de la risa con las cosas que les pasan con la niña.

Community

Si tuviera que definir Community con una sola palabra sería «surrealista». No hay capítulo que acabe y no me haga decir «se les va la pinza muchísimo». La mayoría los veo con la boca abierta de pasmo y entre carcajadas. Porque otra cosa no, pero graciosa, es un rato.
De buenas a primeras parece una sitcom facilita, de veinte minutos por capítulo y con personajes extremos que desarrollan personalidades tan fuertes que permiten que las tramas se desarrollen sin problemas… pero Community no está rodada con el sistema clásico de una sitcom, y eso le da bastante más vida. Además, se permiten el lujo de hacer completas y absolutas locuras de vez en cuando. El capítulo del paintball fue una demostración de eso, pero no ha sido la única.
Lo mejor de esta serie, por supuesto, son los personajes. Porque no hay ninguno que sobre, y hasta los secundarios son cojonudos. Evidentemente el mejor puesto se lo lleva, de lejos, Chevy Chase, que interpreta a Pierce, un hombre que no acepta la edad que tiene, se cree joven, y todas las bromas que hace son racistas o sobre penes. Pero siguiendole de cerca, y robando el protagonismo en muchos de los capítulos al que en teoría es frontman de la serie, Jeff, está Abed, el árabe incapaz de expresar sus sentimientos a menos que sea a través de comparaciones con películas y series.
Abed dota a Community de una atmósfera freak, de cultura pop, y llena los diálogos y situaciones de referencias a películas y series que todos conocemos (por ejemplo, siempre que habla de Jeff y Brita les compara con Ross y Rachel), y eso es así, hasta tal punto, que los guionistas han optado por tomar ese rumbo por bandera y ya ni siquiera excusan en Abed las referencias audiovisuales, hasta tal punto que el leit motiv de numerosos capítulos se basa en algo… por ejemplo, hicieron un capítulo sobre conspiraciones, otro sobre el espacio (con referencias a Armageddon, Apollo 13, etc), sobre el mar, sobre los superhéroes, incluso sobre zombies, etc… todo ello enlazándolo de las formas más surrealistas posibles a la vida regular de un colegio comunitario americano.
Yo desde luego, hoy por hoy, no me rio tanto con ninguna otra serie. Intentad verla porque os gustará. Seguro.