Libros leídos 2012 (16): Hamelín

LIBROS LEÍDOS 2012

1) Los caminantes: Hades Nébula, de Carlos Sisi
2) Choque de reyes (Canción de hielo y fuego 2), de George R.R. Martin
3) El Gobernador, de Robert Kirkman y Jay Bonansinga
4) Eterna, de Guillermo del Toro y Chuck Hogan
5) Edén interrumpido, de Carlos Sisi

6) 22/11/63, de Stephen King 
7) El hombre en el castillo, de Philip K. Dick
8) Noche de difuntos del 38, de Manuel Martin.
9) Area 81, de Stephen King
10) La Guerra de la Doble Muerte, de Alejandro Castroguer
11) Blockade Billy, de Stephen King
12) El manantial, de Alejandro Castroguer
13) Tormenta de espadas (Canción de hielo y fuego 3), de George R.R. Martin
14) La guerra interminable, de Joe Haldeman
15) Última parada: la casa de muñecas, de Miguel Aguerralde
16) Hamelín, de Angel Luis Sucasas

Grata sorpresa la que ha resultado ser esta novela corta de Angel Luis Sucasas. Aunque resulta complicado reseñarla sin desvelar nada… voy a tener que estrujarme el coco.
Empezaré por los homenajes. Esta novela tiene unos cuantos, algunos muy evidentes (a Stephen King y su obra en general, a La Torre Oscura en particular, a Indiana Jones…) y otros más sutiles, pero captables si se presta atención (memorable me parece el guiño a la serie Supernatural, digno de aplauso, oigan). 
Hamelín se divide en tres partes claras. En la primera, de mano de un aspirante a escritor que se encuentra en el pueblecito de Threshold, conoceremos pequeños fragmentos de las obras que baraja escribir (condenado Angel, quiero leer «La ciudad escondida» y «Te toca») y daremos un breve paseo por el pueblo. Y hete aquí que he tenido una sensación de deja vu brutal. Threshold me recordaba en muchas cosas a Castle Hill (aunque mi querido Castle Hill no tuviera ese aura maligna) y la forma de visitarlo también es similar. Es más, a Threshold sólo puede accederse a través de un túnel. En el primer manuscrito de El cuarto jinete, a Castle Hill sólo se podía acceder a través del tunel en el que tiene lugar ese brutal accidente que se narra al principio del libro, aunque eliminé ese dato en el manuscrito final y permití otras entradas y salidas.
Además, en el primer segmento de la novela de Sucasas se esconde un maravilloso homenaje al cine que la generación de los ochenta hemos crecido viendo, a esa sensación de entrar en un cine, descubrir a Spielberg (en mi caso fue a James Cameron, pero me sentí muy identificado con el párrafo descrito por Sucasas) y que tu corazón se tiña de azul estrellado y barras rojas y blancas.
Después llega el segundo segmento de la novela, el más extenso, que es el que da título al libro. La historia de Hamelín es una vuelta de tuerca al mito del flautista. Podría ser un capítulo cualquiera de Supernatural, Fringe o Expediente X, pero podría ser, sobre todo, una novela de Stephen King. Y tiene de todo: momentos tiernos, momentos locos, momentos estremecedores y un toque macabro. Como no quiero desvelar nada más, os diré que me ha fascinado y me quedaré en eso.
El tercer segmento del libro es una especie de extra del DVD, un pequeño regalo y una historia tan truculenta como escalofriante.
Ojo, no os confundáis, no se trata de un libro de relatos, o por lo menos no al uso. Es la historia de Threshold narrada por un aspirante a escritor. Segmentos de la obra de un aspirante de la mano de un autor que, de seguir con esta trayectoria, dará mucho que hablar.
Lectura recomendada. Apenas 159 páginas que os durarán un suspiro.

Fringe: Season 4

 Anoche le di carpetazo a la cuarta temporada de Fringe, una serie que me fascina un poco más a cada capítulo y a cada temporada, una serie que ha sabido madurar de forma exquisita y pasar de ser una buddy-movie con tintes fantásticos a toda una Épica Sci-fi.
Fringe es palabras mayores, chicos.
A día de hoy no hay absolutamente nada que estimule mi imaginación como lo hace esta serie. Sus idas y venidas, sus mundos paralelos, sus casos autoconclusivos y su trama seriada, su gran historia de amor de fondo, los observadores y sus capítulos diecinueve. Todo en ella es digno de aplauso.
Después del final de la tercera temporada, el inicio de esta cuarta fue agridulce. Suponía un reseteo tan brutal que se puso en contra a gran parte de su público, significaba una vuelta al punto de partida drástica y desoladora. Pero Fringe deja madurar sus ideas y su forma de volver a poner las cartas en juego fue interesante.
En esta temporada han desgranado una gran trama de fondo y lo han hecho con gusto, en pequeñas dosis que al principio parecían inconexas pero que han resultado estar todas unidas. Y encima, nos han dejado boquiabiertos con ese capítulo 19 que ha quedado perfectamente hilado en el capítulo final de temporada, anunciándonos así el leit motiv que tendrá la quinta, excesivamente corta y última temporada.
La idea del arca, por cierto, fascinante. La decisión de Walter, abrumadora. Esa recta final, tensa. Ese momento jedi, brutal.
La cuarta temporada de Fringe nos deja claro que se trata de una de las mejores series de la actualidad, la más infravalorada sin duda, una serie a la que la audiencia no acompaña pero que es una pequeña joya sci-fi.
Larga vida a Fringe.

El 19

Desde la segunda temporada, el capítulo 19 de cada temporada de Fringe es una locura aún mayor. Son capítulos capaces de dividir al público entre los que aman la propuesta o los que la odian a muerte. Primero fue aquel musical de la segunda temporada, luego fue aquel lisérgico episodio cuya recta final era de animación y resolvía la trama más surrealista que habían tocado hasta el momento en la tercera temporada… y en la cuarta temporada nos han ofrecido Letters of transit.
Me pregunto si el hecho de resaltar el capítulo 19 tendrá algo que ver con Stephen King…
A mi me capturaron desde el momento en que aparecieron las letras, explicando lo sucedido con los Observadores en el 2016. Los observadores de Fringe siempre me han hecho soñar, han estimulado mi imaginación como pocas otras cosas, y ya el mid season de esta cuarta temporada, que resolvió muchas de las incógnitas que rodeaban a estos tipos calvos con sombrero, había sido maravilloso.
Una vez más (y van doscientas cincuenta), Fringe revoluciona todo lo que ha construido hasta la fecha, le da una vuelta de tuerca más al mundo y nos presenta otra realidad, esta vez en el futuro, en un mundo dominado por los observadores y donde los humanos no son más que esclavos. Y encima lo hace poniendo al frente del episodio a ese maravilloso actor que es Henry Ian Cusick (Desmond en Perdidos). No es que me hayan capturado, esa expresión se queda corta.
El capítulo me ha parecido sublime. Ha estimulado mi mente más aún de lo que ya lo hacía esta serie. Ha despertado mi imaginación, me ha hecho soñar, me ha hecho desear ver y saber más… también me ha hecho odiar a la audiencia norteamericana por no respaldar esta maravilla de serie, pero eso es otra historia.
Ha sido una maravilla de episodio. Por Henry Ian Cusick, por darle la vuelta una vez más a la tortilla, por esa trama tan perfectamente dibujada y que abre tantos horizontes, por William Bell, por los observadores… y además, para colmo, por mostrarnos a un Walter aún más loco de lo normal, que ya es complicado. Juro por todo lo existente que tuve que parar la reproducción de la risa que me produjo el momento «These are not the droids you are looking for» de Walter al policía.
Increíble. Larga vida a Fringe.

Temporadas

Tal como ha hecho McGuffin, citaré diez temporadas de series que me han hecho flipar de una u otra manera. Diez hitos televisivos que llevo conmigo por haberme marcado de una u otra manera.

1) La 5ª Temporada de 24. Donde Jack Bauer fue volviéndose cada vez más oscuro, donde tuvimos que despedir a varios de los personajes que habían estado con nosotros desde el principio y donde la trama alcanzó cotas inigualables… para rematarse con ESE final.

2) La 1ª Temporada de Prison Break. Porque supo contar de forma magnífica esa fuga imposible, con unos personajes geniales y de la cual sólo borraría el capítulo flashback, abominable. Y sí, soy un férreo defensor de la segunda temporada, que me encantó, pero la primera es la primera.

3) La 3ª temporada de Breaking Bad. Walter White y Jesse Pinkman contra las grandes corporaciones de la droga. Magnífica. Aunque sólo fuera por el videoclip de Heissenberg ya vale la pena. Y por el capítulo de Hank en el coche…

4) La 2ª de Justified. Timothy Oliphant es un grande, sin duda. Y aquí tuvo a Margo Martindale como némesis en una temporada que tuvo su mejor acierto en una mayor serialización.

5) La 3ª de Sons of Anarchy. Brutal desde el principio hasta ese game-changer que fue el final de temporada. Y sí, la parte irlandesa no estaba hilada a la perfección, pero la temporada en sí fue genial.

6) La 2ª de Community. Tantas idas de olla y tanto frikismo en veintitantos capítulos maravillosos. Y guerra de paintball.

7) La 3ª de Fringe. Porque dos Olivias siempre son mejor que una.

8) La 2ª de Perdidos. A mí es que toda la trama del botón me cautivó. Al igual que aquel juego de «soy bueno»-«soy malo» que se trajeron con Ben Linus. Y me ha costado decidirme, porque la quinta tuvo «The Constant», que probablemente sea de lo mejorcito que he visto en series, pero me voy a quedar con la segunda. Cuando Los Otros le dijeron a Jack aquello de «Aquí hay una línea y si la cruzáis iremos a la guerra» a mi se me pusieron los pelos como escarpias. Y además, salía Michelle Rodriguez.

9) La 2ª de Cómo conocí a vuestra madre. Ir al centro comercial nunca fue tan divertido.

10) La 1ª temporada de Verónica Mars. Una de las mejores y más infravaloradas series de esta década. Su mezcla de humor friki, trama teen y misterio fue de lo más estimulante. Y Kristen Bell estaba magnífica como Verónica Mars, la verdad. Aún me duele que la cancelaran.

Y sí, no he puesto Friends, pero porque me costaría decir una temporada. En mi cabeza están todas mezcladas y son todas geniales. Lo mismo me pasa con Los Simpsons, que las mezclo todas, aunque aquí es por culpa de Antena 3.

We have to find him

Realmente me parece una atrocidad que una de las mejores series que hay actualmente en la televisión esté sufriendo esta agonía semanal debido a las audiencias. Fringe está al borde todos los viernes, y sinceramente, creo que es improbable que veamos una quinta temporada. Veremos si es capaz de terminar este año.
Pero en fin, así es la vida. Y Fringe nos sigue demostrando día a día que es una serie madura, que mejora por momentos y que, aunque a veces parezca que flojea, siempre es en pro de algo que vendrá después. Porque hubo quien habló de una involución, de que Fringe había dado varios pasos atrás con el inicio de esta cuarta temporada, pero, si alguien tenía alguna duda sobre si Fringe aún tenía pulso, creo que el tercer capítulo debería haber despejado cualquier duda.
Fringe sigue teniendo su pulso.
Que maravilla de capítulo. Y ya no sólo por ese «We have to find him» final. Esos Peters que el pobre Walter deja escapar, esas referencias a su hijo, son tan esclarecedoras como geniales. Y de hecho, la trama de este capítulo me ha parecido fascinante, tensa y entrañable. La relación entre Walter y Aaron, dos niños pequeños aunque uno tenga sesenta y tantos, es maravillosa. Y ese momento, cuando Walter relata como murió su hijo una vez, y después otra, coronada por la frase de Aaron «¿Y no crees que deberías estar en un centro psiquiatrico?» es digno de aplauso.
Por no decir la descripción que Walter hace sobre Toy Story, «la película de los juguetes que hablan», a la que define como «extrañamente perturbadora».
Fantástica serie. Larga vida a Fringe.

TerraNova: Segundo vistazo

¿Os acordáis cuando dije «eh, pues a mi el piloto de TerraNova me ha entretenido y me lo he pasado bien viéndolo»?
Pues donde dije Diego digo Perry.

Visto el segundo episodio de la serie de dinosaurios me aburrí como no me aburría desde Falling Skies. Que sí, que la premisa dinosauril me mola y que las aventurillas cuando están bien contadas me las trago super contento. Tampoco soy de los que vienen a decir que hace 20 años de Parque Jurásico y por eso hay que tirarle piedras, ni de los que dicen que es una mierda porque sus efectos digitales cantan la traviata. Creo que cuando una serie es, no ya buena, sino simplemente entretenida, basta y sobra y no importa realmente si los efectos son reguleros.
Ahí está, con cinco temporadas en su haber, Primeval, tocando también el tema dinosaurios, con unos efectos también chusqueros, pero entretenida de sobra para pasar el rato sin pensar en nada más. Que no todo tiene que ser intelectualoide para ser bueno. Hay cosas que simplemente con entretener ya basta.
El problema es que ahí, Terranova tampoco se está luciendo demasiado. Es entretenida, pero no del todo. Hay algo que no cuaja, e imagino que tenga que ver el hecho de haber sufrido retrasos y que mucha gente haya metido mano en un afán de mejorarla. Al final, parchear nunca arregla del todo.
¿Es pronto para saber si sirve como puro entretenimiento o es una basura? Pues sí. Las series, como el vino, hay que dejarlas madurar un poquito antes de saber si han encontrado su rumbo.
Miremos a Fringe, que al principio era una serie regulera pero en cuanto encontró su dirección, y su tempo, se convirtió en una de las mejores propuestas que tiene la televisión actual.
Miremos a Supernatural, que pasó de ser una serie entretenidilla para adolescentes a ser una cosa bastante más adulta y seria con el paso del tiempo.
Por citar solo un par de ejemplos. Que podría dar bastantes. ¿Creo que ese será el caso de Terranova? A priori tengo que decir que no, que me da que va a ir a peor, pero también os digo que espero equivocarme, y espero que remonten. Si lo hacen, si aprovechan más los momentos como el de los adolescentes encerrados en el todoterreno mientras son rodeados por un grupo de dinosaurios enfadados (la mejor situación tensa del piloto), si saben salir del escollo, entonces disfrutaré de ella como el que más.
Seguiremos informando.

Esperados regresos

Septiembre, comienza la temporada regular, lo que supone muchos estrenos y el regreso de series que se han hecho un hueco en mi alma. El tiempo, por desgracia, a veces no es suficiente, y de todos los estrenos que me apetecía ver y ya han comenzado, y son unos cuantos, aún no he podido ver ninguno. Así que me mantengo al margen y trato de no enterarme demasiado de las cosas que ocurren en esos estrenos. Ya llegaré. No tengo prisa.
Otro tema son los regresos. Con ellos, y según haya sido el season finale anterior, no tengo piedad y me pongo a ello en cuanto es posible. No voy a hablar de Breaking Bad, porque ya casi está terminando y prefiero comentarla cuando termine, que menuda joya de serie. Tampoco hablaré de dos series que me encantan pero aún no he tenido tiempo de empezar, Raising hope y Community. Ni tampoco hablaré de ese placer culpable que supone para mi The vampire diaries, porque tampoco he tenido tiempo.
Hablaré de Fringe, por ejemplo. Después de ese season finale de la tercera temporada, que más que un clifhunger fue un game changer en toda regla, la serie que sobrevivió a duras penas la batalla de la audiencia, ha regresado más que potente, demostrando una vez más por qué es una de las mejores series en pantalla actualmente. Desde luego, la que más me cuesta comprender que no tenga el apoyo suficiente del público. Fringe es una maravilla, y en este primer capítulo ha mostrado todo su potencial.
Hablaré de Supernatural. La sexta temporada, ya lo dije, fue todo un bajón respecto a esa maravilla que fue la quinta temporada, a pesar de tener algunos capítulos excepcionales, en especial «El hombre que pudo reinar». El primer capítulo de la séptima temporada ha comenzado fuerte, justo allí donde terminó la sexta (otro game changer excepcional) y mostrándonos el lado más oscuro del poder, un momento maravilloso con La Muerte, y un planteamiento sobre lo que tendrá esta temporada que hace presagiar cosas buenas. Esperemos que los Winchester regresen con todo. Sería fantástico.
Hablaré de Glee. Cuando terminó la segunda temporada me debatía entre abandonarla por completo o seguir viendola. Todo el frescor que había supuesto la serie en su estreno lo fue perdiendo en la segunda temporada. Todo había dejado de ser interesante. Pero la cosa había terminado, así que me dije, «o la tercera mejora o adiós muy buenas». El primer capítulo ha sido un «bah» en toda regla. ¿Remontarán? No lo sé, pero conmigo tienen cada vez menos oportunidades.
Hablaré de esa joya que es Sons of Anarchy. Pero de esta sólo diré que, de momento, sigue siendo tan cojonuda como lo ha sido hasta ahora. Amo a SAMCRO. Me hace querer ser motero a pesar de odiar las motos. Jodidos tipos duros y malos. De momento las líneas de trama parecen presagiar una buena batalla final. Y viendo el final de la tercera, es de esperar que no decepcionen. Kurt Sutter, a ti nos encomendamos.
Y por supuesto, hablaré de mi programa de televisión favorito. Survivor ha regresado. Temporada 23. Dieciséis extraños y dos viejos conocidos que regresan a darlo todo por un millón de dólares. Y de momento el casting parece mejor que en temporadas anteriores. Y Survivor no es un programa que suela decepcionar. Al menos, no a mi. El primer capítulo de la temporada ya me tuvo en vilo todo el tiempo…
Hala, seguiremos en sintonía.

The event

Los dos últimos años no han sido muy amables con los amantes de la ciencia ficción. No sólo terminó Battlestar Galáctica sino que además su precuela Caprica no funcionó como era de esperar. Además, el remake de V resultó ser un bluff desde el principio aunque consiguiera una incomprensible segunda temporada. Falling Skies ha sobrevivido a la purga, aunque su calidad deje bastante que desear, y Fringe ha ido perdiendo espectadores y, a pesar de haber logrado la cuarta temporada, baila en el filo de la navaja de la cancelación. Algo totalmente incomprensible dado que, lo digo una vez más, Fringe es la mejor serie del panorama actual.
Y entonces llego a The event.
Estrenada en octubre de 2010, The event sorprendió a propios y extraños con el que, sin duda alguna, era el mejor piloto del año. Brutal, trepidante y con un final tan dejabocabiertas que era imposible no alabarlo.
Eso sí, se habían llenado la boca diciendo que The event era la nueva Lost. Y lo intentaron de la forma equivocada: Después de haber convencido a la cadena con un piloto interesante, se dedicaron a copiar el formato de Lost, esto es, serie coral y flashbacks de personajes.
Y se convirtió en una lacra. Porque realmente aquel formato temporal que hacía potente al piloto no le sentaba nada bien al resto de capítulos, y los flashbacks, lejos de ser intrigantes, eran más bien aburridos. No interesaba el pasado, para nada, sino el presente de los personajes, y con cada capítulo que se emitía el interés, y por ende el número de espectadores, decrecía más y más.
Aún así, la audiencia era suficiente para que se le concediera una temporada completa. Conscientes de lo que estaba saliéndoles mal, intentaron poner remedio, y gracias a ello, después del parón navideño, desaparecieron los flashbacks y la serie se convirtió en una trama en continuidad basada en la acción con tintes de ciencia ficción.
Y la cosa mejoró bastante. Aún cargaban con ciertas losas plantadas en la primera parte de la temporada, pero poco a poco se hizo cada vez más interesante, hasta el punto que los últimos capítulos de temporada eran adrenalínicos. Era tarde. La audiencia nunca perdonó aquella primera mitad de temporada y la serie fue muriendo poco a poco. Al menos podrían haberle dado un final digno, y lo tenían todo lo suficientemente bien sembrado como para hacerlo, pero se dejaron llevar por el sueño de conseguir una segunda temporada o vender la serie a otra cadena (en junio se rumoreó que Syfy podría estar interesada, pero finalmente no sucedió) y dejaron un final semi-abierto, plantando algunas semillas que, como espectador, me tocaron un poco los huevos, la verdad. Esa última conversación de Simon Lee con Sean Walker fue de traca, de cagarse en todos ellos por finalizar una serie así.
Pero bueno, quedaron en estos 22 capítulos cosas bastante interesantes y disfrutables. Lo más destacable de la serie, además de Taylor Cole (a la izquierda), fueron los dibujos de los personajes, donde nadie era totalmente malvado o totalmente bueno, a excepción de Sean Walker. El resto de personajes se movía en una escala de grises morales que hacía interesantes sus decisiones y acciones. Zeljko Ivanek inició la serie pareciendo el más malo de todos y acabó siendo uno de los héroes, por ejemplo. Pero el gris definitivo lo cargaba en sus hombros Laura Innes, con su Sophia capaz de tomar decisiones completamente villanas pero entendibles. A fin de cuentas, cualquiera en su lugar se vería obligado a tomar esas mismas decisiones, por duras u odiosas que fueran…
En fin, que nos queda Fringe para seguir soñando.

Haciendo review del inicio de temporada 10-11

Con la temporada llegando al parón navideño, voy a hacer un repaso por las series que he visto en estos tres meses:

1) Survivor. La temporada 21 del reality por excelencia sigue demostrando por qué sigue siendo EL JUEGO con mayúsculas. Y sí, esta temporada ha tenido momentos agridulces y no superará al Héroes contra Villanos que fue la temporada 20, pero eso ya lo suponíamos. Sigue resultando interesante y adictivo… y ojalá los rumores que hay para la temporada 22 sean ciertos…

2) The amazing race. Temporada 17 y la gymkana por excelencia sigue teniendo pulso. La temporada 15 fue un coñazo, la 16 fue impresionante y ésta va a medio camino. La final, eso sí, se plantea impresionante…

3) Sons of anarchy. Sin duda, el descubrimiento de la temporada. Me ventilé las tres temporadas en unas semanas y ha entrado sin duda en mi lista de series favoritas.

4) Breaking bad. Estoy viendo la tercera temporada y realmente me engancha esta mezcla de thriller con drama absoluto, aunque a veces peca en exceso de ese revolcar en la mierda a sus personajes. Walter White es uno de esos personajes que luchan constantemente contra decisiones morales, y eso lo hace más interesante.

5) Glee. Uno de esos placeres culpables que se disfrutan debido a su frescura y a su escaso nivel de exigencia. En realidad la trama es lo de menos en esta serie.

6) The event. Empezó con un primer capítulo espectacular y se planteaba como una ficción elaborada y llena de tensión. Mi impresión es que se ha desinflado de forma alarmante y mi duda es si conseguirá mantenerse en el nivel donde está, que es el del mero entretenimiento. Sinceramente, dudo que logre alcanzar los niveles de adicción que prometía.

7) Supernatural. El final de la temporada cinco estaba hecho para finiquitar la serie con clase y con un nivel altísimo. Entonces tomaron la decisión de hacer una sexta temporada y los diez capítulos que llevan de momento no están llegando al nivel, la verdad. Es una de esas series que se amontonan a la espera de un momento libre.

8) Fringe. Recuerdo que cuando empezó me parecía normalita y poco más. A día de hoy, es una de las series que espero con más ganas cada semana. Y las está pasando tan putas a nivel de audiencia que tengo miedo por su futuro. Pero es una de las mejores series que hay en pantalla ahora mismo.

9) Chuck. Cuarta temporada y sigue haciéndome llorar de la risa. Valga como ejemplo los homenajes a la Jungla de cristal de la semana pasada.

10) Outsourced. Una sitcom entretenida.

11) The defenders. Sí, es cierto, no suelen gustarme los procedimentales, pero The Defenders se ha hecho un hueco gracias a la fuerza de sus guiones, al humor y a sus maravillosos y carismáticos protagonistas.

12) Chase. Un procedimental que no pasé del capítulo uno.

13) Undercovers. Llegué a ver seis episodios. Me aburría un poco, pero confiaba en que Abrams tendría un as guardado en la manga en la forma de una trama que nos arrastraría como lo hizo Alias, Lost o Fringe. O no era así o no le dieron tiempo de enseñarlo, en cuyo caso sería error suyo haber tardado tanto. La han cancelado, así que dudo mucho que llegue a ver los capítulos que faltan.

14) Broadwalk Empire. Scorsesse, Buscemi y un nivel de calidad visual altísimo no fueron suficientes para engancharme, en parte debido a su lentísimo ritmo, en parte porque la historia no me resultó interesante. Vi el piloto y ya.

15) Dexter. Creo que es una de las mejores series del panorama actual, aunque esta temporada haya sido regulera. Sigo quedándome con la segunda y la cuarta temporadas. Aún nos falta el último episodio, y seguro que es impresionante.

16) No ordinary family. Una serie que es entretenida pero que no me engancha lo suficiente. Tengo dos o tres capítulos a la espera de ser vistos, y supongo que si tengo tiempo en este parón navideño acabe haciéndolo, pero no sé, tengo mis dudas con esta serie.

17) The vampire diaries. Otro de esos placeres culpables. En realidad es una serie para adolescentes, pero es que a nivel de trama pasan tantas cosas en cada capítulo que es imposible no quedar enganchado. Ser secundario en esta serie es un riesgo para su vida…

18) The walking dead. Seis capítulos han sido demasiado poco, ¡malditos!

Fringe, Supernatural, The defenders, Outsourced

Inicio de la tercera temporada de Fringe. Aún recuerdo cuando empezó esta serie. La anunciaron como el episodio piloto más caro de la historia y más espectacular, pero a mi me pareció corrientito. Ni siquiera fui capaz de ver dónde se habían gastado tanto dinero, porque en el de Lost uno lo entiende, pero en este…
Los primeros capítulos fueron tan capitulares que estuve a puntito de dejarla y la veía simplemente cuando no tenía nada más que ver. Pero a partir de la mitad de la temporada, de repente, Fringe se volvió mucho más interesante. Toda la mitología que habían creado alrededor del Observador me fascinó desde el principio y a partir de la mitad de temporada, me convertí en fan. Recuerdo que el clifhunger del final de temporada me dejó con la boca abierta durante varias semanas, dandole vueltas y maravillándome por el giro de tuerca.
La segunda temporada me atrapó, y Fringe pasó a convertirse en una de mis series prioritarias. En cuanto tenía un capítulo, lo devoraba. No negaré que ciertos momentos excesivamente capitulares a mi personalmente me tocaban un poco las narices, pero en general la serie es brillante.
Esperaba esta tercera temporada como agua de mayo, y el primer capítulo no me ha decepcionado. Olivia, que al principio me parecía el protagonista más soso de la historia de la tele, me fascina ahora. De Walter siempre he sido fan. A Peter le tengo algo más atravesado. La verdad es que no sé qué coño pinta, porque en realidad nunca hace nada salvo fruncir el ceño cuando se frustra. Y se supone que es el segundo de cartel. En fin.
Gran comienzo de temporada… y esperando más.
Outsourced es una nueva comedia, de veinticinco minutos de duración por capítulo. La trama se centra en Todd, un americano que es nombrado jefe de un call-center de artículos de broma… justo cuando el call-center es trasladado a la India. En parte juegan al pez fuera del agua, en parte al choque cultural. La serie es dinámica y ágil y tiene un sentido del humor bastante sobrio y muy interesante. A mi me arrancó varias carcajadas el capítulo, y eso que se nota que, al estar presentando personajes, no puede ahondar mucho en bromas aún.
Lo que queda claro es que los pintorescos personajes que aquí perfilan serán clave en esta serie. A dos o tres de ellos les veo ya el punto cómico y sé que me van a hacer reír cada vez que hagan alguna de las suyas. Porque la verdad es que están muy bien dibujados.
Si podéis, darle una oportunidad. Lo agradeceréis.
Inicia la sexta temporada de Supernatural…
Sinceramente, después de los acontecimientos narrados en la quinta, y sobre todo después de su espectacular final, creo que deberían haberle dado carpetazo a la serie. Por varias razones. Obviamente, los acontecimientos que seguían a Dean y Sam terminaban ahí, y además el último capítulo fue un broche de oro que posiblemente no vuelvan a superar. De haber acabado ahí, la serie se convertiría en mítica en las cabezas de sus seguidores.
Pero decidieron renovarla.
Mi miedo es que se produzca el efecto Prisonbreak: Cuando los personajes dejan de tener sentido y la trama se vuelve absurda.
El regreso de Sam… ok, aceptamos barco porque si no, no hay serie.
El nuevo Dean… maravilloso. Me gusta.
El regreso del personaje de Mitch Pillegi… me suena a prisonbreak. Sin sentido.
En episodio es muy capitular. Te sientan unas bases de lo que parece que será la trama, pero vamos, no me compares lo que han presentado aquí con «el demonio de los ojos amarillos», «la puerta al apocalipsis» o «La batalla contra Lucifer». Lo dicho. Superar la quinta es muy complicado y creo que la van a cagar… espero equivocarme, pero desde luego este primer episodio ha sido muy, muy, muy flojo.
The Defenders es una serie sobre dos abogados de peculiares métodos. Capítular, procedimental, basada en el carisma de sus dos protagonistas. De momento, el piloto es muy bueno. Es interesante, está bien contado y la verdad es que Belushi y O’Connell están magníficos. Ya sabéis que me dan miedo las series capitulares porque me cansan y acaban siendo todos los capítulos iguales, pero de momento esta seguiré viéndola.
Ya os contaré qué tal.