La noche del pasado sábado 15 de Julio Whisky Caravan jugaba en casa. Como parte de la celebración de las fiestas del barrio de San Blas, en la Plaza San Cristobal se montó un escenario para llevar a cabo un concierto más de la banda liderada por Danny Caravan.
Nosotros les descubrimos no hace mucho, la verdad. Allá por Mayo fuimos a la Sala Copérnico para ver a Gritando en silencio y unos días antes nos enteramos de que habría unos teloneros llamados Whisky Caravan. No habíamos oído hablar de ellos nunca, tampoco habíamos escuchado ninguna canción, pero lo remediamos unos días antes por aquello de que nos sonara alguna en el concierto. Así descubrimos a un grupo con un sonido muy potente, unas letras intensas y una voz cargada de personalidad y fuerza, de esas que penetran hasta el fondo del cerebro.
Lo mencionamos en su momento. La verdad es que aquel concierto nos decepcionó sobremanera. No por los dos grupos, ojo, sino porque el sonido estaba demasiado saturado y costaba entender alguna palabra entre el infernal ruido. Al principio pensábamos que sería cosa de los teloneros, y la verdad es que maldijimos un poco porque aquello no les hacía justicia a lo que habíamos escuchado en sus discos. Con un sonido como el suyo, con una voz como esa, aquello era una soberana porquería. La decepción fue total cuando salieron los andaluces de Gritando en silencio y aquello no había mejorado. Pensando que era cosa nuestra empezamos a preguntar alrededor y no, la gente opinaba lo mismo. Una verdadera pena.
Por otro lado, el mal sabor de boca que nos dejó el audio se contrarrestó un poco con lo que vimos. Dos grupos potentes y que llenaban el escenario. Dos grupos que deberían estar tocando en sitios mejores y más grandes y que tienen muchas cosas que decir. Dos grupos cuyos guitarristas, por cierto, le regalaron a Kike (el primogénito Blázquez, que tiene siete años y ya dice que su plan favorito es ir a conciertos de rock) una púa cada uno. Por si fuera poco con la música, ya le tienen encandilado.
El caso es que necesitábamos quitarnos el mal sabor de boca. Nos queda pendiente volver a ver a Gritando en silencio, eso sí. De momento, surgió esta oportunidad para volver a ver a Whisky Caravan y allí nos presentamos los tres (mi mujer, Kike y yo).
Al César lo que es del César: nos cruzamos con el grupo antes del comienzo del show y todos ellos se acercaron a saludarnos y estuvieron hablando con Kike y bromeando con él. De nuevo, si ya le tenían en el bolsillo imaginaos ahora, que se pasó todo el domingo recordando que ha conocido al grupo. Le preguntaron por su canción favorita, él lo tiene bastante claro, es Escombros, y… maldición, no la tienen en el set-list. Pero le dijeron que intentarían tenerla para Octubre (ah, sí, tenemos entradas para su concierto de fin de gira en la sala Caracol).
Bien, puede que el volumen fuera más bajo de lo deseado por una banda (y sus seguidores) de rock, pero lo cierto es que sonaba claro y rotundo. Cada instrumento iba limpio y la voz de Danny Caravan se entendía a la perfección. Este sí pudimos disfrutarlo. Como decía al principio, jugaban en casa (el propio cantante reconoció que vivía a unos minutos de allí) y se les notaba cómodos. Durante hora y media desgranaron títulos de sus dos álbumes, como Volver, A salvo en el dolor, No estás muerta, Fuego y gasolina, Genie, Quiero, Aquí y ahora, Sombrero, Solo un susurro… e incluso nos permitieron oír un tema nuevo (¿me pareció entender que se titulaba Naufragio?), pues al parecer entran a grabar nuevo álbum en Noviembre. Por supuesto, el final del espectáculo llegó con Hacia ningún lugar, una canción que se ha colado en mi lista de imprescindibles y que tiene uno de los finales más potentes de los últimos años.
Bien… en el top de preferencias tanto Kike como Cris y yo coincidimos en que Hacia ningún lugar fue una de las mejores. La otra es discutida: Kike y yo decimos que A salvo en el dolor y Cris dice que No estás muerta.
En cuanto a las ausencias, la de Kike es obvia, le falta Escombros en el set list. Para mí, falta Aullar y para Cris Ciao Bella… y aquí hasta podría ponerme de su parte. Esa canción en directo puede ser un subidón.
Como ellos mismos dijeron, el 21 de octubre en la sala Caracol, más y mejor. Allí estaremos.
Normalmente no hago entradas hablando de los conciertos a los que vamos… de hecho, tengo la web un poco abandonada, pero en este caso creo que es una necesidad. Todo lo que sea ayudar a que se conozcan grupos como este, merece la pena. Y si no les habéis escuchado, hacedlo. Valen, y mucho, la pena. Para mí, de hecho, se cuelan en el top. Sigue liderando Bunbury, pero es que ese tiene el puesto fijo ya, y luego ahí andan entremezclados Inmune, Gritando en silencio, Whisky Caravan y Doce lamentos.