The vampire diaries season 3

Cuando esta serie arrancó en The CW no quise verla porque no me atraía la idea de seguir una serie de vampiros de instituto y amores de chica pijilla. Después de leer mil críticas positivas, decidí ver un par de capítulos y decidir. Por aquel entonces ya estaban emitiendo la segunda temporada.
Me vi aquellos dos capítulos. Dos semanas después había alcanzado la emisión americana y comprobado por mí mismo que sí, que es una serie con protagonista femenina odiable y asesinable que se enamora de un vampiro que vuelve al instituto y tiene un triángulo amoroso con el hermano malvado de éste. Ok, sí, pero The vampire diares tiene un ritmo que ya lo quisieran para sí muchas series. Sus tramas van a toda ostia, pasan mil cosas en cada capítulo, nadie está a salvo en Mistic Falls, todos son susceptibles de morir (y bien sabe dios que me gusta eso…) y además han sabido alejarse del instituto excepto para justificar algunas fiestas. Porque esa es otra, en Mistic Falls hay una fiesta casi semanalmente.
En fin, así era al menos hasta la segunda temporada. El ritmo brutal y el estar todos en peligro hacía de la serie un placer culpable excepcional. Y esta tercera temporada… se han estancado. Gran parte de la culpa la tiene el haber localizado a un enemigo tan sumamente poderoso como Klaus, al que, por muchas justificaciones que nos den, no tiene ningún sentido que Klaus les deje vivir continuamente cuando lo suyo es que les mate y se quite los problemas. Hemos perdido también esa sensación de peligro perpetuo. Ahora solo los secundarios parecen estar en peligro continuo. Al menos hasta los últimos capítulos, que han sido impresionantes. Un verdadero hurra del ritmo acelerado. Y con un final que abre una excelente puerta para la cuarta temporada.
Pero si tuviera que definir la tercera temporada diría que ha sido tirando a floja.