Reseña de El cuarto jinete desde el otro lado del mundo

Desde México nada más y nada menos que me llega una reseña más de El cuarto jinete, desde la página El vortex. Con valoración positiva, por fortuna:

Tras el éxito de The Walking Dead y World War Z decenas de relatos sobre zombis comenzaron a aparecer en las librerías del país y es difícil saber cuáles valen la pena y cuáles son un pobre intento por aprovechar la euforia zombi.

Desde octubre del año pasado, Dolmen, una editorial española, se ha dedicado a traer a México varias novelas del género. Lo cierto es que muchas veces llamaron mi atención, pero no me decidía a comprar alguna por miedo a vivir una decepción, hasta que por recomendación de un amigo en Twitter, le di la oportunidad a la trilogía Los Caminantes de Carlos Sisí (de la cual ya hable en 3 historias de zombis que deberían conocer) y me lleve una agradable sorpresa. Posteriormente me hablaron bien de otro libro de la misma editorial: El Cuarto Jinete. A continuación mis impresiones:

“Y miré, y he aquí un caballo amarillo: y el que estaba sentado sobre Él tenía por nombre Muerte”

Apocalipsis 6:8

 

Muerte es el nombre del cuarto jinete del Apocalipsis, lo que hace de “cuarto jinete” un nombre muy apropiado para un virus mortal, probablemente esta fue la razón por la que Víctor Blázquez le dio ese título a su trilogía. Blázquez, es un joven escritor español que en los últimos dos años ha publicado cinco novelas y más de diez relatos, muchos de ellos también del género zombi.

La acción ocurre en el pequeño y apacible pueblo de Castle Hill, un típico poblado americano en donde todos se conocen y en donde el problema más grande que enfrenta la policía es una pelea de borrachos. Como suele ocurrir, el descuido o avaricia de los involucrados en las investigaciones gubernamentales, ocasiona la incidental liberación de un virus capaz de reanimar a los muertos y convertirlos en seres ansiosos por morder a cuanta persona se cruce por su camino. Como es de esperarse, nadie está preparado para tales acontecimientos y rápidamente el caos y la muerte invaden el poblado.

Lo cierto es que el libro se siente lento al principio, la historia involucra a más personajes de los que podremos recordar (muchos de ellos caerán como moscas en las primeras horas de la infección) y Blázquez se toma su tiempo (casi 50 páginas que a muchos les costará trabajo terminar) para presentarnos a cada uno ellos, con la finalidad de que conozcamos los antecedentes y motivaciones para sus futuras acciones. Sin embargo, una vez que las presentaciones concluyen y nos vemos envueltos en la verdadera acción, la historia fluye como sangre emanando de una mordida en la yugular.

“Así que ven conmigo, deja que yo te guíe y te mostraré todos los ángulos de esta situación.”

A grandes rasgos la historia no es novedosa, es la típica lucha de supervivencia de unos cuantos afortunados, sin embargo el más grande acierto del autor es su estilo narrativo. Blázquez cuenta su historia en tercera persona y vuelve al lector un personaje dentro de ella, un acompañante omnipresente del narrador que no está leyendo sino viendo y escuchando todo lo que pasa en Castle Hill. De esta manera es fácil imaginarnos a nosotros mismos dentro los escenarios, como un ser invisible y curioso, que tristemente no puede hacer nada por evitar las desgracias que les esperan a los pintorescos habitantes del pueblo.

Ese estilo narrativo le permite al autor contar los hechos a través de un sinfín de brincos entre distintos escenarios y hasta de momentos en el tiempo, conectando las historias de supervivencia de los protagonistas de una manera ingeniosa. En ocasiones nos vemos obligados a abandonar la historia de un personaje durante un momento crucial, para ir a visitar a otro, lo que nos deja con ganas de seguir leyendo para descubrir lo que ocurrirá. Los personajes son tan diversos que es fácil identificarnos con alguno y odiar a más de uno, pues entre ellos no hay buenos o malos, sólo personas tratando de sobrevivir.

Zombis arrancando miembros y arrastrándose por las calles, sobran, las terroríficas y angustiantes descripciones de Blázquez complacerán a los exigentes de sangre, mientras que aquellos que busquen conectar emocionalmente con los personajes se verán recompensados al final, pues hay más de un par de momentos emotivos que podrían hacerlos soltar algunas lágrimas.

El desenlace parece ser un final feliz pero lejos está de serlo y Blázquez cruelmente lo aprovecha para darnos sin muchos detalles una probadita de lo que tratará la segunda parte de su historia y dejarnos picados con ella.

Traición, romance, sacrificio, amistad, amor y mucha sangre llenan las páginas de El Cuarto Jinete, el primer título de una trilogía que luce bastante prometedora. Tristemente la segunda parte: El cuarto jinete: Armagedón aún no está disponible en México, sin embargo pueden comenzar a leer AQUÍ el primer capítulo de El Cuarto Jinete y si les gusta podrán encontrarlo en varias librerías del país.

Orilla intranquila en La ventana secreta

Me quedo con la primera frase de esta reseña que han hecho en La ventana secreta:

Después de leer  las dos primeras novelas de Víctor Blázquez, “El Cuarto Jinete” y “El Cuarto Jinete: Armagedón” , pensé que este autor había nacido para escribir zombis, ya que la calidad que desprenden es muy difícil de superar (y eso que aún no he leído “El Cuarto Jinete: Destrucción Masiva”. Pero leyendo “Orilla Intranquila” me ha demostrado que puede escribir lo que le venga en gana.
Una historia en que el mayor protagonista es la venganza, el odio, la superviviencia y sobretodo un hombre: Xander.
Promovido por la venganza, la ira, el odio y la supervivencia, vemos como un don nadie se convierte en el mayor líder para defender la tierra de esos invasores.
Veremos por momentos como Xander pierde un poco la cabeza y no mira por el bien futuro, sino que simplemente se guía por sus instintos y por la venganza, sobretodo venganza.
Cuando te arrebatan lo que más quieres, en ese momento, posiblemente sientes que te han arrebatado una parte tuya y es por eso que no eres capaz ni de reaccionar. Eso es exactamente lo que le pasa a Xander, pero solo al principio.  En un momento fundamental de esta historia veremos como el protagonista cambia radicalmente su actitud y se convierte en el  héroe y mito que todo el mundo acabará alabando, prácticamente como su nuevo Dios.
La numeración de los capítulos me parece sublime, ya que empezaremos por el  XXX y terminaremos en el 0, en una cuenta regresiva que nos tendrá en constante tensión sabiendo que poco a poco estamos llegando al final de la novela.
Una novela de lectura muy fácil, muy amena y de poca duración, aunque para mi no es un defecto sino toda una virtud. La historia cuenta todo lo que tiene que contar, sin nada de relleno o paja.
Con un perfecto narrador en tercera persona que directamente nos va contando todo lo que ha pasado y consigue que estemos totalmente concentrados en la lectura de dicha historia.
También dar la enhorabuena a Ivan Ru-so por la genial portada que realizó.
 Para finalizar os daré un consejo, no solo para esta novela, también para las demás de Víctor Blázquez. No os encariñéis con ningún personaje, ya que George R.R.Martín al lado de Víctor es una cenicienta en este sentido.
Así que, a todos los que os guste la Ciencia Ficción, ya sea en series, películas, comics o libros, esta novela es totalmente recomendada y no puede faltar en vuestra colección.

Frikis Reconocidos reseñan Destrucción Masiva

Así es, amigos, en Frikis reconocidos han reseñado ya las otras dos novelas de la saga y no podían faltar a este último empujón. Y parece que les ha encantado. Y lo han pasado mal. Y bien. Todo al mismo tiempo y entremezclado. He aquí sus palabras:

5/5

Se acerca el final del camino, frikis míos, un camino de cerebros y miembros cercenados, restos en podredumbre repletos de gusanos y moscas; sí, parece un camino macabro pero la vida es macabra en sí misma… y si hay zombies, pues más.

Si nos sentamos con Destrucción Masiva entre las manos en el sofá y miramos su portada con tranquilidad, escucharemos unos pasos. Al abrir el libro y comenzar a leer sentiremos una mano en nuestro hombro y, al girarnos nos encontraremos a un hombre a nuestro lado sonriendo. Una sonrisa perturbadora, inquietante; ese tipo de gesto de quien sabe que vas a sufrir. Es Víctor Blázquez y nos tiende una mano mientras nos susurra, casi al oído:

Ven, acompáñame. Este es el final del camino. Te llevaré de viaje, desde Portland hasta Half Moon Bay. Pero no será un viaje agradable; es posible que te salpiquen el barro y la sangre. Esto es la guerra. Más allá del apocalipsis.

Prepárate para la Destrucción Masiva.

Yo, personalmente, obediente le acompañé. Ya había vivido aquél fatídico día donde El Cuarto Jinete, un virus devastador que “resucitaba” a los muertos, se extendió por Castle Hill. Acompañé a los supervivientes hasta Los Ángeles y huí de la ciudad de las estrellas tras el nuevo brote. Llegué con Patrick, Verónica, Mark, Paula, Brad Blueman, Stan y Ozzy  tras perder a mucha gente en el camino a merced de los no-muertos a aquella urbanización cercana a Half Moon Bay llamada San Mateo, donde conocimos a personas maravillosas como Ace y a otros tan jodidamente asquerosos como Tom y Neil Ridgewick. Sobreviví a duras penas y dejé mi testimonio en esta web para constatar el caos que había provocado El Cuarto Jinete:

– Reseña de El Cuarto Jinete.

– Reseña de El Cuarto Jinete: Amargedón.

Pasé hambre, lloré como un niño, amé y odié a partes iguales y, a pesar de evitar las dentelladas de los podridos a duras penas, quise volver, contemlar con mis propios ojos ese final tan esperado.

Portada-cuarto-jinete-3c¿Y qué me encontré? Más balas, más zombies, más personajes (tanto adorables como hijos de puta), más muertes, sangre y desolación. Más Víctor Blázquez, al fin y al cabo. En Destrucción Masiva, publicada por la editorial Dolmen, vuelve a embaucarnos y a guiarnos a través de una narración en segunda persona frenética, adictiva y mortal. Si una vez sentimos escalofríos pensando en ese Virus demoníaco, con esta tercera y ¿última? entrega lo volveremos a sentir. Sentiremos mucho, frikis míos, más de lo que en ocasiones querremos sentir.

Porque busca hacernos sufrir, no hay dudas. En sus casi 550 páginas, Blázquez vuelve a meternos prisa en el cuerpo y a no dejarnos respirar (joder, y yo con asma). Incluso en los capítulos más “aburridos” estamos en tensión porque, en el fondo de nuestro alma, sabemos que algo va a salir mal, muy mal. Y lo peor es que tendremos razón.

El caso es que en esta ocasión (porque tendré que hablaros un poco de la historia, ¿no?) nos montamos en un particular Delórean y viajamos al pasado, lo justo para visitar Portland el mismísimo día en el que el Cuarto Jinete, un virus muy trafullero él, llega a sus calles y no hay ningún Grimm para intentar frenarlo. Aquí conoceremos a unas cuantas personas que intentarán sobrevivir: Kat, Kim, Chelsea, un vendedor de comida ambulante llamado Zoran, un policía un tanto corrupto llamado John Vernon, a Dexter y su hermana y a la adorable pareja de Jorge y Cindy,  y otros tantos.  Seguiremos sus pasos, su vida y su muerte, durante aproximadamente unas 200 páginas antes de volver a saber qué ocurre en San Mateo, donde dejamos a viejos amigos bajo la dictadura del tiburón Tom Ridgewick y su sobrino…

Y creo que hasta aquí puedo leer. No me atrevo lo más mínimo a contaros nada más porque, quién sabe, quizá si lo hiciera os arrancaría de cuajo la emoción de leerlo por vosotros mismos, os destriparía como un zombie una trama que busca hacernos sufrir.

De nuevo me gustaría comentar la capacidad que este escritor sevillano, de depravado gusto por nuestro sufrimiento, de perfilar unos personajes de forma tan magistral, piezas de un gigantesco rompecabezas donde, hasta el más insignificante de ellos, hasta la muerte más rápida y absurda, tiene un papel de vital importancia en la narración. No sólo eso, queridos lectores, se no hace imposible no cogerle cariño a algunos (como a Chuck Bauer, Puck, Mark y Paula) e, igualmente imposible, no sentir verdadera repulsión por otros (como los Ridgewick). Incluso hacemos las paces con otros de los que hemos sentido verdadero asco. Tanto asco como daría ser testigo de cómo un grupo de estos zombies devora a una niña pequeña o a una feliz pareja. 

Y continuemos, porque esto no queda aquí: se las apaña, además, para sacarnos varias sonrisas a través de la historia, sea con historias tiernas o con sus ya habituales guiños al mundo del cine y de la televisión. Quiero destacar en concreto a Chuck Bauer (Sí, una mezcla entre Sons of Anarchy con Chuck Norris, Jack Bauer y un buenazo cualquiera) y un médico cuyo nombre no es otro que Dean Winchester (aunque su carácter es más como el de Sam). ¡Joder, si incluso nos saca el Impala negro de los hermanos Winchester en uno de los capítulos!

También tendremos otros momentos dignos de mención: algunos espantosos, como la locura que invade a los hombres ante la muerte, de todo aquello a lo que está dispuesto alguien por no morir, del egoísmo y la falta de escrúpulos. De la idiotez humana, así a grandes rasgos. Pero habrá también otros de tragedia griega. Se me encoge el alma al pensar en uno de ellos que, al leerlo, me costó mil horrores intentar mantener las lagrimillas a raya… y eso que soy un chico duro.

En fin, frikis míos, aquello que empezó hace dos años y que un servidor leyó por recomendación de una amiga (ella misma me dejó aquel primer Cuarto Jinete para que lo hiciera), llega a su fin…

…pero el Cuarto Jinete no descansa. Jamás.

Calles de tinta reseña Destrucción Masiva

En calles de tinta también han leído Destrucción Masiva:

Justo un año después de la segunda entrega de la saga «El Cuarto Jinete», Víctor Blázquez regresa una vez mas a las librerías con «Destrucción Masiva». Y digo una vez más porque en este último año desde «Armagedón» el autor sevillano apenas ha dejado de ver salir novedades literarias bajo su nombre, ya sea como titular («No existen los monstruos,», «Orilla Intranquila»…) o como participante («Leyendas Urbanas»…).

 
Ahora llega la tercera ¿y última? entrega de la saga con la que se dio a conocer hace ya más de dos años. A «Destrucción Masiva» se le puede aplicar alguno de los calificativos que teníamos para la anterior entrega. ¿Quieres más? Pues toma mucho más. Más zombies, más humanos cabrones, vengativos y, en algún caso, generosos y más decisiones difíciles. Y más muertes, por supuesto, porque en el amplio elenco de personajes que Víctor va moviendo por uno u otro lugar no hay lugar para personajes invencibles que siempre se salven a la última. Cualquier puede ser víctima con el más mínimo error de que su vida puede llegar a su fin, sea de la manera que sea, más o menos cruel.
 
En «Destrucción Masiva» volvemos atrás unos días, al momento en que la plaga zombie llega a Portland poco después de que Los Ángeles ya cayera bajo las riendas del Cuarto Jinete. En esta ciudad acompañaremos a un numeroso grupo de personas que intentan sobrevivir al comienzo de la expansión del virus a lo largo y ancho de la misma. Sin embargo, y aunque esta trama copa el primer tercio completo del libro, no olvidaremos a todos los conocidos que dejamos en Half Moon Bay al final de «Armagedón». Sus vidas siguen bajo el ferrero régimen de Tom Ridgewick, aunque pronto ocurrirán cosas…
 
Cosas que durante casi seiscientas páginas (similar a la anterior entrega, pero con tamaño de letra algo más pequeña) nos llevan poco a poco hasta un final que no decepciona en absoluto y que, porque no, podría dejar una puerta abierta a un conflicto que traspasase las fronteras de los Estados Unidos. Hasta aquí puedo contar sin más spoilers.
 
Solo podemos achacar a «Destrucción Masiva» la larga parte introductoria de Portland. Quien haya llegado a esta tercera entrega sabe que Víctor no va a utilizar estas casi doscientas páginas en vano, y que nos va a permitir conocer más en profundidad a los personajes que seguirán siendo protagonistas a lo largo de la novela (muchos perecen por el camino, pero mucho otros continúan su trayecto). Aun con ello, el camino hasta Half Moon Bay se hace por momentos algo largo, ya sea por diversos momentos en los que no parece haber apenas acción como sobre todo para los que quedamos con ganas de conocer como continuaba la vida por la pequeña zona residencial.
 
Víctor Blázquez firma el teórico fin de la trilogía «El Cuarto Jinete» con todos los ingredientes que nos vino mostrando en las entregas previas. A lomos de nuestro peculiar narrador, «Destrucción Masiva» incide sobre lo que los lectores esperaban: muchos personajes, mucha muerte y mucha velocidad que da lugar a pocos momentos de tregua y que no decepcionará a todos los seguidores de esta trilogía.

Destrucción Masiva bajo los ojos de Alcorze

Para el que aún no lo sepa, cuando Dolmen aún estaba valorando El cuarto jinete y la espera se me antojaba terriblemente larga, decidí pasarle la novela a un lector desconocido. Elegí a Alcorze porque solía meterme en su blog a leer sus críticas de libros y había cruzado alguna que otra palabra con él a través de un foro dedicado a Stephen King. Pero no le conocía de nada, en realidad. Su recepción de la novela fue bastante positiva, y contribuyó a calmar mis nervios.

Ahora, tres años después, ha catado el último volumen y le ha dedicado unas palabras.

Desde aquí, gracias por todo Emilio.

El cuarto jinete: Destrucción masiva. es la tercera y última parte de la saga de novelas de Victor Blázquez: El cuarto jinete y El cuarto jinete: Armagedon.

Lo cierto es que le tengo un especial cariño a estas novelas, y he pasado con ellas unos ratos increíbles. Creo que llevar a cabo una trilogía es una labor compleja desde el punto de vista del escritor, especialmente tras un primer título que ha sido un bombazo. Sin embargo Víctor Blázquez supo ofrecernos un buen segundo libro y un tercer libro que, en mi opinión, es el mejor de todos los que ha escrito hasta la fecha, especialmente en el aspecto narrativo.
 
Cuando vi las qunientas y pico  páginas que tenía el libro y una letra más bien me pequeña me llegué a asustar y pensé : ¿Pero qué demonios ha hecho Víctor?.  Pues nos vuelve a llevar al día en que comenzó la segunda epidemia, pero ubicándonos en Portland. A partir de ese momento nos encontramos con unas primeras cien páginas (más o menos) , que es de lo mejorcito de la novela en mi opinión, en la que Víctor explota uno de sus puntos fuertes como es la definición de personajes.
 
He disfrutado leyendo esas páginas en las que, con calma, pero con una precisión quirúrgica nos va a ir presentando a una buena parte de los protagonistas que nos acompañarán a lo largo de la novela. En las que, poco a poco, irá subiendo la tensión y el ritmo narrativo hasta llegar a una parte frenética y trepidante cuando estalle la infección.
 
Estos nuevos personajes como Chuck, Kim, Chelsea o John Vernnon no significa que no volvamos a nuestros viejos amigos refugiados en Half Moon Bay y sus acuciantes problemas. Podremos disfrutar con Verónica, Mark e incluso con el viejo Brad Blueman y sus intentos de sobrevivir a los Ridgewick.
 
En esta última parte de la novela tampoco podemos olvidar a nuestro narrador, ¿podríamos llamarlo incluso amigo?, que nos ha ido acompañando y guiando a lo largo de las anteriores entregas, teniendo en esta tercera parte un papel algo más interactivo y coloquial que en los dos primeros libros.
 
En cuanto al final está a la altura tanto de la novela como de la saga, y a mí me ha dejado particularmente satisfecho, aunque creo que a Víctor Blázquez le pitarán los oídos en más de una ocasión cuando algún lector se acuerde de él.
 
Personalmente he disfrutado mucho de esta novela, me la he ido leyendo poquito a poquito, dosificándomela, y lo cierto es que me ha dejado muy buen sabor de boca.
 
Qué más podría decir, si habéis leído las anteriores novelas ya sabéis lo que os vais a encontrar. Un cuarto jinete desbocado que no nos defraudará en ningún aspecto y que nos va a tener en tensión a lo largo de todas sus páginas. Si no conocéis todavía a El cuarto jinete acercaros a él, pero recordad: «No hay ningún sitio al que huir si la muerte corre más que tú»

 

No existen los monstruos en Umbral del Dolor

Umbral del dolor reseña No existen los monstruos:

Ya en el pasado hemos tenido la oportunidad de leer algunos de los trabajos de Víctor, todos ellos dignos de mención. En esta ocasión quiero comentaros lo que me ha parecido su novela “No existen los monstruos” en la colección Sotker de la editorial Dolmen.

En primer lugar, la historia narra cómo un grupo de hombres, militares checos que regresan a la ciudad de Praga tras la ocupación naci, preparan un atentado contra el poder instaurado en la ciudad. El grupo de partisanos liderado por Jan Kubis salta en paracaídas cerca de la capital, acompañado de un americano que no forma parte de la operación, y que, aunque junto a ellos, viaja por libre, y entra en la ciudad con intenciones muy distintas a las de los militares checos. Enseguida descubriremos que Sean Cassidy, el extraño norteamericano, está en la ciudad siguiendo al culpable de un truculento asesinato que resulta ser muy parecido a otro caso que le mantiene obsesionado.

Hablando en líneas generales, esta novela no parece un libro de terror. Es a priori una novela histórica con ciertos detalles muy cercanos a la realidad que se dio en la ocupación nacionalsocialista de la ciudad de Praga, pero, poco a poco, casi sin que nos hayamos percatado, los elementos del horror que contiene la historia comienzan a formar parte de la trama, hasta que estos terminan por captar la atención del lector, por encima del entramado histórico que forma el trasfondo. De manera paulatina nos iremos dando cuenta de cómo los partisanos pierden parte del interés, para dar un mayor peso al detective americano, que tiene mucho que contar, y que descubrirá algo sorprendente en el transcurso de la investigación.

images

 Como ya nos tiene acostumbrado el autor, la novela está muy bien narrada, cuenta con una historia interesante y atrayente, y elige un “ecosistema” bastante relevante a la hora de esbozar el ambiente en el que se sucede la acción. Los personajes, aunque en general no tienen mucho que contar, muestran facetas que de inmediato nos ayudan a empatizar  y a colocarles en su debido lugar. En definitiva, la novela se lee sola.

Lo bueno, hasta el último momento el regusto de los detalles reales sucedidos durante la ocupación naci le dan aspecto muy sugerente.

Lo malo, no es una novela de terror al uso (algo que cabría esperar por la colección en la que está editada). Aunque quizá esto podría ayudar a que alcance a los consumidores menos hardcore del género.

Destrucción Masiva golpea en Cinefagia

Reseña colgada en Cinefagia80:

Muy buenas a todos. Las entradas que cerrarán el mes que en breve acaba suponen el cierre a dos de las sagas zombies más famosas y apreciadas por los que hemos seguido las andanzas de los personajes desde que comenzaron sus peripecias, aunque en el caso de la que cerrará el mes no sea así puesto que el autor ha confirmado una cuarta parte. Pero ahora es momento de comentar la tercera parte de el cuarto jinete. Acompañadme para conocer como termina todo.

La novela escrita por Victor Blázquez retoma la historia justo donde acabó la anterior entrega, pero a la vez nos presenta a nuevos personajes que serán de gran importancia en el libro. Así conocermos a Kim; Zoran; John Vernon o Chuck Bauer entre otros. Pero además veremos que ha pasado con los anteriores protagonistas después de los sucesos que tuvieron lugar en la segunda parte. Todos ellos coincidirán y quizás alguno no llegue vivo al final de la aventura.
Varios sentimientos tengo al hablar de este libro: el primero es de agradecimiento al autor por hacérmelo pasar tan bien con esta saga que mezcla acción y terror a partes iguales y que te engancha practicamente desde el principio. El siguiente es tristeza puesto que no volveré a leerlos ya que Victor cierra la historia de forma más o menos definitiva. Pero el que esta muy cerca del primero es cabreo, sobre todo por algunas de las muertes que suceden en la aventura, evidentemente no las voy a desvelar para no destriparlas. Pero los que ya la hayáis leído ya os haréis una idea por donde van los tiros. Tuve que parar un par de veces de leer puesto que no me acababa lo que acababan de ver mis ojos. Sentía mucha rabia y pena al leerlo, en ese momento me dieron ganas de estampar el libro contra la pared del cabreo que tenía, y desde luego las palabras que venían a mi mente eran de todo menos agradables.
Esto es algo que no debía de pillarme de nuevas, no es la primera vez que el autor lo hace, pero desde luego alguno de los fallecimientos podía habérselos ahorrado. Parece ser que el escritor debe darle gustico matar a según que personajes, desde luego para mí se ha ganado el apodo cariñoso del Martin español.
Los personajes que aparecen en esta nueva entrega están bien definidos, sobre todo en el caso de Kim; John Vernon, este último odioso totalmente; o el ya citado Chuck Bauer. Victor se toma su tiempo, breve pero conciso, para saber de donde vienen y hacía donde van. En esta ocasión, y tal y como ocurrirá con la futura reseña de la tercera parte de Los Caminantes de Carlos Sisí a veces el peligro real suele estar más en los hombres que en los muertos que están haciendo estragos por todo el mundo.
Como si de una película se tratara el autor viaja hacía atrás en el tiempo, para narrarnos hechos que sucedieron a la vez que los que tienen lugar en la segunda entrega del cuarto jinete para hacer que los personajes crucen sus destinos.
Una de las virtudes que tiene este escritor es que escribe a toda chufa y no da un respiro al lector, los capítulos y este libro se pasan volando y eso que la longitud del mismo casi alcanza las 500 páginas. Pero tal vez al escribir así de rápido la acción puede llegar a agobiar, lo que no es un defecto ojo, pero en una novela donde hay tanta acción conceder un minuto de respiro no viene mal tampoco, puedes llegar a acabar exhausto de tanto ritmo y eso que el único esfuerzo que haces el de pasar las páginas.
Ahora que el cuarto jinete llega a su fin es una buena ocasión para leeros la saga de un tirón, asi no tenéis que esperar como hemos hecho los que hemos seguido este libro desde su primera parte. Os lo recomiendo, no os arrepentiréis en absoluto.

Destrucción Masiva en SpoilerZombie

Me vais a permitir que me quede con la primera frase de la reseña que SpoilerZombie ha publicado en relación a El cuarto jinete: Destrucción Masiva.

Aún sigo alucinando con ella:

Hay cosas tan sumamente buenas que deberían ser delito. Los gofres con Nutella que venden en la Glorieta, las curvas de Scarlett Johansson, los chupitos de Jägermeister… y la trilogía de novelas de ‘El Cuarto Jinete’, de Víctor Blázquez. Vaya pasada el último, ‘ECJ: Destrucción Masiva‘. He leído por Twitter a varias personas pidiendo que alguna productora se interese por los derechos para hacer una serie o una película. Qué cojones, ¡O UN MUSICAL! Lo que sea. Esta saga no puede quedarse sólo en el papel. Me ha gustado tanto, tanto, tanto el broche final que me niego a aceptar que haya acabado.
 
Vamos con la reseña de ‘Destrucción Masiva’. Por poner alguna pega, el inicio me pareció demasiado lento. Presentación de personajes (un puñado, como buena novela coral que es), descripción algo excesiva de sus personalidades y sus vidas pasadas, algún que otro párrafo algo alejado de la trama… Pero da igual. ‘ECJ: Destrucción Masiva’ es como cuando preparas un puré. Me explico. La peor parte es cuando echas los ingredientes a la trituradora. Un poco de esto, tres porciones de aquello, un toque de eso de ahí, y pedacitos de mil y un alimentos. Puedes tirarte media hora seleccionando ingredientes, pero una vez que pulsas el botón ‘triturar’ ya no hay vuelta atrás.
 
 

Sé que es una comparación algo rara, pero es lo más acertado que se me ocurre ahora mismo. Cuando lo tiene todo listo, cada personaje en su sitio, Víctor Blázquez dice: «Vamos a pulsar el botoncito…». Y todo se va a la mierda durante casi 600 páginas que pasan en un suspiro. Chuck, Kim, Katt, Alicia, Sabrina, Ian, Dexter y un largo etcétera de personajes, cual pedazos de patata o zanahoria, se ven abocados a ese agujero negro sin fondo donde van a ser triturados por manos y dientes de zombies sedientos de carne, sangre y vísceras. Destrucción masiva. Ojo, Blázquez nos lleva ahora hasta Portland con una retahíla de nuevos protagonistas, cada cual más pintoresco, que deben sobrevivir a los muertos y emprenden un viaje por todo Estados Unidos en busca de la salvación. Y no se olvida de nuestros amigos que en ‘ECJ: Armagedón‘ quedaron en San Mateo, varios de ellos ya conocidos de la primera entrega en Castle Hill. Paula, Mark, Brad, Ace… siguen ahí.
 
Nuevamente, el escritor nos hace adorar a varios de los supervivientes y odiar a otros, aunque a su vez provoca que consideremos a estos últimos imprescindibles y que hasta nos duela un poquito que alguno desaparezca del mapa. Giros inesperados, buena descripción, personajes que aparecen poco pero que cuando lo hacen te dejan perplejo… Y esa narración en presente en la que el narrador te lleva de la mano por la trama, como si fueras un espectador. Ese elemento es el que me hace imaginar cada pasaje como si fuera una película (o una serie, o un musical, lo que sea). Acción continua.
 
Y cuando ya no queda nada más que triturar, llega el final. Una buena conclusión para una buena trilogía. Eso sí, aquí ya no es como si fuera un puré que puedes comer después de triturarlo. No. Aquí, Víctor Blázquez se luce con el final y te dice: «Ahí te quedas, chaval». Y tú pasas la última página, lees el epílogo, cierras el libro y piensas: «Cabronazo«. Esto no puede quedar así. ¡Seguimos leyendo!

Primera reseña de Destrucción Masiva, by Doctor Motosierra

Hace mucho tiempo que escribí El cuarto jinete, aunque solo hace dos años que lo publiqué. Fue pensado como un volumen independiente aunque su final, más o menos cerrado, invitaba a soñar con lo que venía después. Los lectores demandaron más, mi mente demandó más, y me puse a escribir. A esa primera novela le siguió El cuarto jinete: Armagedón. Y ahora, cerrando ciclo, El cuarto jinete: Destrucción Masiva.

Ha sido un viaje maravilloso. Ha sido un lujo escribir sobre todos estos personajes, dotarlos de vida y hacerlos danzar bajo mi lupa. He reido con ellos (ese Aidan Lambert en pelotas disparando a los zetas en el primer libro), he sufrido con ellos y he llorado por ellos. Decirles adiós, a más de uno abruptamente por el camino y entre gritos de pánico y dolor, ha sido doloroso… aunque necesario.

Ha sido un placer.

Y ahora, Doctor Motosierra me trae la primera reseña de este tercer libro de la saga. El que pone el punto y final. Y la reseña es cojonuda por doble motivo, uno hacia mí porque me deja muy pero que muy bien, y otra hacia los lectores porque consigue hacer la reseña sin caer en ni un solo spoiler. Por mi parte, solo decir que, con que solo una persona pueda decir en algún momento que la mía es la mejor saga Z para él, ya me llena de orgullo.

Tenéis la reseña en su blog, pero también la pego aquí:

Fue a los pocos meses de comenzar un prometedor 2012 cuando una voz, extraña para mi en esos tiempos me dijo, casi susurrando una coletilla que me perseguiría hasta hoy. «Ven, acompáñame» fueron sus palabras. No sabría decir si su tono de voz denotaban ruego, consejo o incluso cierto deje de orden. La cuestión es que hice de tripas corazón y agarré el tomo del libro del que venía esa voz. EL CUARTO JINETE se titulaba, y un tal Víctor Blázquez firmaba la obra. Me encogí de hombros y me dirigí con el susodicho libro a la caja para pagar mi nueva adquisición. No esperé a llegar a casa para seguir a esa misteriosa voz a Castle Hill, sino que fue en el autobús donde abrí la primera pagina…

… Y sin saberlo ya estaba perdido.

EL CUARTO JINETE me trasladó a una nueva dimensión del genero Z al cual me estaba volviendo tan adicto. Sus personajes, tan próximos a uno mismo, como si guardaras en tu mente una imagen clara de cada uno de ellos, amando a unos, aborreciendo a otros, el extraño narrador que te guiaba por cada uno de los rincones de ese pequeño pueblo condenado y, sobre todo la inyección de adrenalina que suponía su lectura. Zombis despiadados, veloces, guiados por un escritor en ocasiones mas cruel que ellos mismos convirtió a esta novela en uno de mis preferentes y, sin duda de mis favoritas del género.

¿Y no va el tío y se saca, un año mas tarde una secuela de la manga? Pues si, EL CUARTO JINETE: ARMAGEDON llegó, vio y venció, ofreciendo todo lo que prometía. Mas acción, mas drama, mas ansias homicidas hacia el autor en un viaje que nos llevaría desde los Ángeles a Half Moon Bay y donde quedó mas que afirmado ese dicho que reza que «El hombre es un lobo para el Hombre»

Marzo del año 2014. Casi exactamente dos años desde la aparición en nuestras librerías de la saga aparece EL CUARTO JINETE: DESTRUCCIÓN MASIVA. Un ladrillo de 560 paginas al que miramos con aire de superioridad lanzando de manera despectiva la pregunta «¿Acaso crees, a estas alturas, que vas a sorprenderme?¿Aun tienes algo que contar?¿No seras acaso un vano intento de superarte a ti mismo?»
La respuesta la sentí como un martillo de demolición impactando directamente en mis dientes

Esa voz, esa maldita voz que me atrapó y me sedujo hace dos años había vuelto, y ahora, orgullosa de si mismo me pometía el viaje de mi vida, una traca final de las que terminas sin respiración y como una droga que, aun sabiendo que es perjudicial para la salud no dudas en pedir mas y mas.

Esta nueva entrega nos devuelve, relativamente al punto en que concluye ARMAGEDON. Digo relativamente porque se nos presenta a un nuevo grupo de supervivientes con origen en Portland (Debe ser porque a Víctor se le acababan los supervivientes y necesitaba carnaza para sus mas atroces ocurrencias) compuesto por una serie de personajes que demuestran que el autor no ha perdido ni un ápice de habilidad en otorgarles vida propia a cada uno. Así, a diferencia de otras novelas que nos presentan un personajes curradísimos y otros tan huecos que prácticamente nos dejan sin dudas sobre quien muere y quien no, en la saga de EL CUARTO JINETE el mejor consejo que puedes seguir es «No simpatices con nadie, si no, la despedida va a ser mas dolorosa».

Así que iremos de un lado a otro, cual pelota de tenis, entre las peripecias de este nuevo grupo y las penurias de nuestros antiguos amigos que dejamos clamando al cielo por un respiro en la anterior entrega. Y no, como habréis adivinado no habrá apenas respiro en la lectura. Y no solo por la constante amenaza de los muertos vivientes, que va. Aquí el señor Blázquez es capaz de hacer que te muerdas los dientes mientras narra como Dora la Exploradora pide un bollicao en los chinos, porque nunca sabes por donde te va a salir.
Porque lo que también sera constante en esta historia no será solo la acción, sino el factor sorpresa. Cuando crees que un personaje ya lo ha dado todo de si, alguien borra el lienzo y te muestra una nueva imagen bajo un mismo nombre. Los capítulos están estructurados para que necesites leer uno mas, y luego otro y otro.
Y riete tu del barbas de CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO. Víctor Blázquez se ha convertido en un maestro del odio del lector, pasando por encima de nuestros sentimientos como un bulldozer lo haría sobre algodón de azucar.
… Lo pensé, lo medité y finalmente me reafirmé. Para mi, la trilogía de EL CUARTO JINETE es sin duda la mejor saga de zombis que se ha escrito hasta ahora (Y no es peloteo). Muy por encima de otras archiconocidas como LOS CAMINANTES, APOCALIPSIS ISLAND o APOCALIPSIS Z. No voy a reseñar mas detalles de la novela porque sería como meterme en un campo de minas donde cada una llevara grabada la palabra «Spoiler». Solo me queda, no animaros, sino rogaros que no dudeis en descubrir la gran obra que Víctor Blázquez nos ha servido en bandeja.

 Pero cuidado. Este plato muerde.

El cuarto jinete: Armagedón en Walkingdead

En walkingdead.es han reseñado El cuarto jinete: Armagedon, y el resultado es muy favorable. Una novela en 3D que prepara el camino, sangriento, que recorreréis en Destrucción masiva. Pronto, muy pronto.

Los muertos de Víctor Blázquez. De entrada pido perdón pero ni mucho menos quiero sonar despectivo. Si me preguntaran qué es lo que más me ha impresionado de la novela de este autor, y un motivo convincente para recomendar la novela, contestaría eso. Porque estos zombis no son unos zombis cualquiera. Se alejan del zombi clásico de Romero y se acercan más a la frescura de Boyle y Fresnadillo, es verdad, pero aquí hay algo más.

El Cuarto Jinete: Armagedón” te abre una puerta a lo que no te contaron The Walking Dead o 28 Días después, ni siquiera lo que ocurrió al final del primer film de Resident Evil, cuando Alice sale del hospital con el apocalipsis instalado en las calles. Tampoco se da muchos detalles del tema en otras obras, como por ejemplo Los Caminantes de Carlos Sisí. ECJ:Armagedón es ese tramo del apocalipsis que estas historias se saltaron, que decidieron obviar y empezar ya con el mundo patas arriba. Aquí está el “algo más” de Víctor Blázquez: él se remanga hasta los codos y se mete de lleno en la faena.

En “El Cuarto Jinete“, Castle Hill fue el conejillo de indias que usó para dar rienda suelta a su idea, a su particular teoría del apocalipsis Z. Su zona cero. Siempre he dicho que esa novela fue para mi como un libro en 3D. La tecnología de hoy en día consigue (si pones un poco de tu parte, claro) que puedas sentirte dentro de la película, con el sonido envolvente y las gafas de 3 dimensiones. La narración de la novela de Blázquez consigue un efecto parecido. Es una narración fresca y (y no exenta de riesgos) pero creo que se ha conseguido una combinación acertada, implicando al lector en un escalón más de lo que otras novelas proponen. Esa línea narrativa se mantiene en la segunda novela, y con continuos guiños al lector, en honor a su fidelidad para/con la primera novela.

Pero como hemos dicho, si Castle Hill fue el punto de partida, ahora el objetivo de nuestra cámara se eleva decenas de kilómetros en el aire para ampliar su radio de visión, lo que provoca que podamos contemplar un mosaico más variado del efecto del virus. La historia se extiende en su mayor parte a Los Ángeles, pero también nos desplazamos a otras zonas de Estados Unidos. Vemos la caída de la nación más poderosa del mundo, y os podéis imaginar el resto. Ya sabéis el dicho: cuando USA estornuda, el mundo se resfría. Eso sí, los que esperábamos con ganas leer nuevas aventuras sobre Mark y Paula nos llevamos una pequeña decepción, ya que esta novela es un gran puzle lleno de historias variadas, y ellos apenas son una pieza un poco más grande que las demás. En ese enorme mosaico, tampoco ha faltado el guiño del autor a algún personaje de The Walking Dead, que a poco que tengáis un ojo entrenado como el de Brad Blueman os daréis cuenta.

Otro de los encantos de esta novela, es ver como Víctor Blázquez juega su particular partida de ajedrez. Le encanta, y se nota. Se nota cuando vemos con el detalle con que explica la situación y posición de cada uno de los personajes. Dispone las piezas sobre el tablero para, acto seguido, soltar una horda de muertos y ver como se desencadenan los hechos. Si por mala suerte tiene que morir algún personaje que nos gustaba, no es su problema, son las reglas del juego.

Por último, y aunque parezca complicado, también hay lugar en esta novela para historias humanas. Historias que normalmente no encontrarás en una novela de zombis, donde la prioridad suele ser sobrevivir a los muertos y por Dios no oses pedirle más a esos pobres personajes que ya están sufriendo lo suyo. Realmente hay momentos en que te llegas a cuestionar si estás leyendo una novela z, y necesitas cerrar el libro, mirar la portada y comprobar que no te has equivocado al cogerlo de la estantería. Pero Víctor da un giro de tuerca más en este sentido y nos da una tremenda lección que a muchos se nos pasaría por alto. Cuidado con los vivos, podría ser el mensaje oculto. Y probablemente (conjeturas), veamos mucho sobre ésto en la tercera y última novela: ECJ:Destrucción Masiva.

Tras leer la novela, después de ver la ferocidad con la que se mueven los zombis de Víctor, y la frialdad con la que actúan algunos de los personajes, no volveré a creer jamás en la vida a nadie que me diga que no existen los monstruos. A menos que lo diga un Alien, claro. Entonces va a misa.