Battlestar Galactica: Temporada 4

Y fin.

Ayer terminé de ver Battlestar Galactica, la cuarta y última temporada (a falta del especial The last frakking…) y he aquí mis impresiones:
La primera mitad de esta temporada se me hizo insufrible. Me costaba horrores ponerme a ver la serie porque los capítulos eran una pereza. Sin duda, de lo peorcito de toda la serie. Y mira que con semejante final de tercera temporada todo presagiaba una gran línea que explotar.
En fin, por suerte llegamos a la mitad de temporada, con ese motín y la posteriorllegada de la colonia de supervivientes a su ansiada Tierra sólo para encontrársela devastada… Impresionante final de capítulo y puerta a un final de temporada demoledor y grandioso como la serie se merecía. De aquí (capítulo 10) en adelante la serie vuelve a reencontrarse consigo misma y nos ofrece un más que digno final.
Tan sólo una cosa: Me llevé toda la temporada esperando que aquello de «eres el heraldo de la muerte» fuera a suponer un punto verdaderamente interesante… y finalmente no fue nada. Eso me decepcionó un poco. Lo único, porque el final me parece redondo.
En definitiva sigo diciendo lo mismo que dije durante las otras temporadas: la serie no es perfecta, tiene demasiados altibajos y algunos capítulos absolutamente prescindibles, pero es una gran serie de ciencia ficción, con una trama casi perfecta y momentos dignos de alabar. Una historia llena de intrigas políticas, acción, ciencia ficción, religión y mitología.
Me alegro de haberla visto, la verdad.
Frak.

Scream 4

Lo que siempre me ha gustado de la saga Scream es la forma en que utiliza el lenguaje cinematográfico no sólo para burlarse de los tópicos de las películas de terror, sino para trascenderlos y buscar la sorpresa. Scream es, sin duda alguna, la saga metalingüística por excelencia.
En esta cuarta parte, una década y pico después, se habla sobre las continuaciones excesivas (con burla patente a Saw), de cómo esas continuaciones se van volviendo más bizarras, y de la nueva moda en Hollywood por hacer reboots de sus grandes sagas. Y como todo buen reboot, plantan las bases, regresan al estilo original, y lo trastocan.
La verdad es que me ha gustado mucho más de lo que me esperaba. No porque de miedo, porque no da ninguno, pero la historia, las referencias cinematográficas y autoparódicas, y el devenir de la saga me han entretenido lo suficiente como para terminar la película con buen sabor de boca y la pregunta en la mente: ¿Habrá quinta parte?
Por cierto, a mi modo de ver, Neve Campbell no está envejeciendo bien, Courtney Cox está mucho más guapa que hace diez años, David Arquette sigue teniendo la misma cara de tonto, y me ha fascinado ver tanto reparto televisivo apareciendo en la película. Desde Hayden Panettiere, con burla a su personaje en Héroes cuando le dice al friki lo de «tengo poderes», pasando por Mary McDowell (a la que no soy capaz de ver fuera de su presidencial papel en la flota Battlestar Galactica), y por unos cameos cortos pero intensos de Anna Paquin y Verónica Mars… digo, Kristen Bell.

Teen Wolf (y van dos…)

No todos los días hay True Blood o Breaking Bad, y estoy intentando estirar al máximo la cuarta temporada de Batlestar Galactica, así que, entre medias, sin prisa, aprovechando días muertos sin nada que ver (y sobre todo los viajes en AVE a Valencia los fines de semana) al final he terminado tragándome enterita la serie de Teen Wolf que revisitaba aquel clásico ochentero protagonizado por Michael J. Fox.

En este enlace, la crítica que hice cuando apenas llevaba tres capítulos…

La cosa no difiera mucho de aquella primera crítica. Es una serie para adolescentes sobre un chaval que se enamora de una chavala. Lo de que le muerda un hombre lobo no deja de ser una tontuna cualquiera, como podría haber sido un vampiro, una tortuga ninja o un extraterrestre.

La serie tarda muchísimo en arrancar de verdad. No aprietan el acelerador con la trama hasta bien entrada la temporada, lo cual en estos tiempos donde The Vampire Diaries nos ha demostrado que en las series de adolescentes las cosas pueden ir a toda velocidad (recordemos que se cargaban a una de las protagonistas en el capítulos cuatro o cinco), pues como que te deja un poco indiferente. Además, el protagonista no es excesivamente carismático. Por no decir que a veces te dan ganas de pegarle una colleja para que espabile. Si algo bueno tiene The Vampire Diaries es que no importa si te hablan de una plaga vampírica que asolará el mundo o de si este vestido y esos zapatos no conjuntan para la fiesta a la que van a ir esa noche, porque todo es un gran problema al que esa adolescente protagonista que es Helena debe enfrentarse. Y al final, todo se centra en ella, como debe ser, porque los adolescentes deben pensar que ellos son los que mayores problemas tienen en el universo (y por supuestísimo los adultos no les entienden) pero al final, son ellos los únicos que pueden resolverlos.

Teen Wolf falla en eso también. Scott es un tipo bastante soso, y sus problemas no dejan de ser, continuamente, si ahora me quiere o no me quiere. Unido a esa falta de carisma que comentaba antes y a esa velocidad lenta en la trama, al final no pasa de ser una serie que se deja ver pero que sin más.

Ah, y con unos efectos especiales de lo más chusqueros. Terroríficos. Mucho más que un hombre lobo.

No todo es basura. El capítulo donde los protagonistas se quedan encerrados en el instituto y son asediados por el Alfa es de lo mejor de la temporada, sólo sobrepasado por los dos capítulos finales. Aprietan el acelerador como debe ser al final de temporada, y la cosa se pone interesante. Evidentemente, plantan sus semillas para la segunda temporada. ¿La habrá? Ni idea, no me he informado sobre ello.

Lo mejor, para mi, el amigo de Scott. Su histrionismo me hacía recordar en ocasiones al gran Logan de Verónica Mars (valgan las distancias, por dios santísimo). Desde luego, el mejor actor de toda la serie. Además de contrapunto cómico.

Battlestar Galáctica: Razor

Entre la tercera y la cuarta temporada de Battlestar Galáctica, Syfy produjo y emitió una película ambientada en el universo de BSG y titulada «Razor». Sin embargo esta película se sitúa temporalmente en mitad de la segunda temporada, después de la llegada de la Pegasus, y mediante flashbacks nos hará retroceder aún más, para visualizar los eventos que llevaron a la Pegasus a ser lo que era cuando se encontraron con la Galáctica, e incluso más allá, a la primera guerra Cylon.

En general, Razor no es más que un capítulo largo y bastante normalito, con algunas partes más bien aburridas y otras bastante interesantes. Obviamente, entre las interesantes está todo lo que envuelve al personaje de Michelle Forbes, magnífica allá por donde pasa siempre, y aquí tan brutal y fría como demostró en la segunda temporada.

Pero lo cierto es que a pesar de la potencia de su personaje y lo interesante que pueda resultar saber las penurias y situaciones morales que atravesó la Pegasus, lo cierto es que la película no es nada del otro mundo. Y sin embargo, hacia el final tenemos el desenlace de la misión de búsqueda y rescate, y con ella, una revelación que, de cara a la cuarta temporada, es tan reveladora como apocalíptica, y aunque sea sólo una frase, es tan importante que vale por todos los momentos lentos que hayas tenido que pasar para llegar hasta ella.

Cuarta temporada de BSG… allá voy!!!!

Frak!

Maldigo una y mil veces por haber tardado tanto tiempo en conocer Battlestar Galactica. Bueno, me corrijo, en «aceptar conocer» sería más acertado, porque debido a una indiferencia casi total por las series de naves espaciales, siempre me negué a ver BSG a pesar de los comentarios que la alababan.

Pero bueno, harto de oír que era una gran serie y que bla y que bla, al final decidí darle una oportunidad. Supongo que lo hice para poder criticarla con todas las de la ley… y tuve que comerme mis pensamientos con patatas.

No todo es maravilloso, pero en general es una pedazo de serie.

En apenas un par de meses, y dilatándola a propósito, me he visto tres temporadas. Me queda una, y me da mucha rabia que sólo me quede una, así que es posible que la dilate más aún. Si soy capaz. Que no estoy seguro.

A lo que voy, BSG es definida en muchos foros como una serie sobre «religión y naves espaciales». Creo que a esa frase le falta, sobre todo, la palabra «política». Hay muchas cosas que hacen grande a BSG, y en concreto el tema de las naves espaciales acaba siendo lo de menos la gran mayoría del tiempo.

Sustentada en unos personajes brutales y llenos de matices y aristas, creo que es en ellos donde reside parte del éxito de esta serie. Sirva como ejemplo uno de los mejores personajes de la serie, Khara Trace, héroe indiscutible de la flota cuyo comportamiento temperamental y orgullo la llevan a cometer actos de moral dudosa, e incluso pasa por una etapa en la que es retirada del servicio por su poco interés por la vida. Pero vamos, otro de los mejores personajes de la serie es Gaius Baltar, y a medida que le vas conociendo su cobardía, egocentrismo y locura hacen que planee sobre él la duda de la traición y un absoluto desprecio.

Para los no iniciados, BSG empieza su historia contándote, de forma resumida, que hace años la humanidad creó una raza de robots, los Cylon, capaces de pensar por sí mismo. Las máquinas se rebelaron, hubo una guerra, y los Cylon se exiliaron. Desde entonces, todo intento de contactar con ellos ha dado con el mayor de los vacíos… hasta ahora. La serie comienza con los Cylon dando nuevas señales de vida y devastando las doce colonias humanas con bombas nucleares. Apenas 44000 personas logran evitar la muerte, los que se encontraban a bordo de las pocas naves que escapan del ataque. Todas son naves civiles, excepto la Battlestar Galactica, una nave de combate vieja y a punto de pasar a la historia como museo y que se convierte de repente en la única defensa de esas naves civiles que llevan a bordo lo poco que queda de la humanidad.

Bajo ataque constante de los Cylon, el Comandante William Adama y su tripulación emprenden una huída a través del espacio siguiendo los pasos de una antigua profecía que hablaba de encontrar el camino de regreso a un mítico planeta llamado Tierra.

Y así, señores, empieza BSG, una serie con una mitología tan potente como fue en su momento la de Lost, con unos personajes muy interesantes y con un devenir cada vez más atractivo. La religión, el amor, y sobbre todo la política, juegan un papel verdaderamente importante. En la balanza de juego, la supervivencia de la humanidad.

En su contra, ese afán por hacer capítulos excesivamente capitulares mezclados con capítulos seriados hace que algunos de los capitulares supongan una piedra en el camino y que incluso algunos resulten terriblemente aburridos. Me pasó en la primera temporada, y sobre todo en la tercera, donde hay tres o cuatro seguidos que son para asesinar guionistas. Por suerte, cuando la serie vuelve a coger ritmo es inmejorable, y los finales de temporada, al menos de la uno, la dos y la tres, son brutales. Vamos, con el de la tercera se me quedó la boca abierta un ratito…

Disfruté como un enano de la primera mitad de la segunda temporada, con esa sublevación militar y ese cuasi golpe de estado (impagable el personaje del Coronel Tight y su absoluta incapacidad para mostrarse lider cuando es necesario y sin recurrir al alcohol), disfruté como un enano con la primera mitad de la tercera temporada (impagable Gaius Baltar y su puta cobardía que te hace odiarle como nunca) y disfruté como un enano con los dos últimos capítulos de la tercera temporada, sencillamente geniales. Hay más momentos que disfruté como un enano, la llegada de la Pegasus y todo lo que implica fueron capítulos impresionantes, y algunos otros capítulos que funcionan sueltos como pequeñas obras de arte.

En general, una gran serie que me alegro de estar disfrutando aún.