Libros leídos 2010

26) El alzamiento, de Brian Keene.

Otro más de zombies.
Viene precedido de muy buenas críticas, así que me hice con él gustosamente para leermelo.

De buenas a primeras, me decepcionó un poco que los zombies no seas zombies estrictamente. Quiero decir, me gustan los zombies como tal, esos seres muertos que ansían devorar cuerpos humanos, pero cuando un libro les da a los zombies otras capacidades… no sé, a mi me pierde un poco. Ya me pasó con la trilogía de David Wellington, y con El alzamiento igual.
Los zombies no son zombies, sino algo maligno que ocupa los cuerpos humanos después de que hayamos muerto. Y no sólo los nuestros, sino los de cualquier animal que muera también. Y son capaces de hacer las mismas cosas que hacía el ser humano que ocupan. Esto quiere decir que en esta novela, aparte de mapaches zombie, ciervos zombie y pájaros zombie nos encontraremos zombies que conducen, disparan y son capaces de planear emboscadas.
No sé. Respeto gustos de otros, pero permitidme que a mi eso no me convenza.
Por otro lado, la trama está bastante bien, el libro está bien narrado y es trepidante, y contiene algunas secciones bastante escalofriantes, explícitas e incluso desagradables. La mayoría, curiosamente, tienen que ver más con el género humano vivo que con el muerto. Al igual que en 28 días después, resulta que el ser humano es aún más ruín que esos seres que quieren devorarnos.
Los personajes de El alzamiento están bien construídos. Las situaciones, bien descritas y con un interés ascendente. A mi, personalmente, se me hace pelín irreal el complejo de Gettysburgh (o como se escriba), porque, vale que me quieras presentar a los malos de la película… ¿Pero realmente podemos llegar a ser tan viles? ¿Tanta gente? ¿De verdad? No sé, me suena en exceso irreal. Cuando me leía La cúpula, podía entender las motivaciones que llevan a parte de los protagonistas a mal-usar el poder, pero en El alzamiento, Brian Keene coge a todos los soldados del batallón y los mete en el mismo saco: Son todos unos depravados psicópatas.
En fin, dejando eso de lado, la novela se disfruta, porque el ritmo no te deja respirar y te mantiene enganchado a la trama. Mi mayor decepción llegó con la última hoja. Me parece que Brian Keene se cansó de escribir y dijo «aquí» y ahí se acaba el libro. Porque no es un final. Intenta serlo, pero no lo es. Corta la acción por la mitad. Pretende ser un final abierto, pero los finales abiertos «finalizan». El alzamiento te deja en medio de algo. Es como si estás viendo El caballero oscuro y cuando Batman y El Joker están peleando se acaba la película.
Buen libro, decepcionante forma de terminarlo.

Mi lista de libros leídos en 2010:

1) Historia natural del canibalismo, de Manuel Moros Peña.
2) Latitudes piratas, de Michael Crichton.
3) La cúpula, de Stephen King.
4) Septiembre Zombie, de David Moody.
5) La caza, de Clive Cussler.
6) La huída, de Allan Folsom.
7) El imperio del agua, de Clive Cussler.
8) Apocalipsis Z 2: Los días oscuros, de Manuel Loureiro.
9) La conspiración maquiavelo, de Allan Folsom.
10) Zombie planet, de David Wellington
11) Juegos de ingenio, de John Katzenbach.
12) Atlantis, de Greg Donegan.
13) Después del anochecer, de Stephen King.
14) Infected, de Scott Siegler.
15) La dama negra, de Stephen L. Carter
16) El terror, de Dan Simmons.
17) El ángel más tonto del mundo, de Christopher Moore.
18) Infierno en el paraíso, de Richard H. Weber.
19) La mujer del viajero en el tiempo, de Audrey Niffenegger.
20) El almacén, de Bentley Little.
21) El sótano, de David Zurdo y Ángel Gutierrez.
22) Odio, de David Moody
23) El símbolo perdido, de Dan Brown.
24) Cuestión de olfato, de Spencer Quinn.
25) El ocho, de Katherine Neville.
26) El alzamiento, de Brian Keene.

Fringe, Supernatural, The defenders, Outsourced

Inicio de la tercera temporada de Fringe. Aún recuerdo cuando empezó esta serie. La anunciaron como el episodio piloto más caro de la historia y más espectacular, pero a mi me pareció corrientito. Ni siquiera fui capaz de ver dónde se habían gastado tanto dinero, porque en el de Lost uno lo entiende, pero en este…
Los primeros capítulos fueron tan capitulares que estuve a puntito de dejarla y la veía simplemente cuando no tenía nada más que ver. Pero a partir de la mitad de la temporada, de repente, Fringe se volvió mucho más interesante. Toda la mitología que habían creado alrededor del Observador me fascinó desde el principio y a partir de la mitad de temporada, me convertí en fan. Recuerdo que el clifhunger del final de temporada me dejó con la boca abierta durante varias semanas, dandole vueltas y maravillándome por el giro de tuerca.
La segunda temporada me atrapó, y Fringe pasó a convertirse en una de mis series prioritarias. En cuanto tenía un capítulo, lo devoraba. No negaré que ciertos momentos excesivamente capitulares a mi personalmente me tocaban un poco las narices, pero en general la serie es brillante.
Esperaba esta tercera temporada como agua de mayo, y el primer capítulo no me ha decepcionado. Olivia, que al principio me parecía el protagonista más soso de la historia de la tele, me fascina ahora. De Walter siempre he sido fan. A Peter le tengo algo más atravesado. La verdad es que no sé qué coño pinta, porque en realidad nunca hace nada salvo fruncir el ceño cuando se frustra. Y se supone que es el segundo de cartel. En fin.
Gran comienzo de temporada… y esperando más.
Outsourced es una nueva comedia, de veinticinco minutos de duración por capítulo. La trama se centra en Todd, un americano que es nombrado jefe de un call-center de artículos de broma… justo cuando el call-center es trasladado a la India. En parte juegan al pez fuera del agua, en parte al choque cultural. La serie es dinámica y ágil y tiene un sentido del humor bastante sobrio y muy interesante. A mi me arrancó varias carcajadas el capítulo, y eso que se nota que, al estar presentando personajes, no puede ahondar mucho en bromas aún.
Lo que queda claro es que los pintorescos personajes que aquí perfilan serán clave en esta serie. A dos o tres de ellos les veo ya el punto cómico y sé que me van a hacer reír cada vez que hagan alguna de las suyas. Porque la verdad es que están muy bien dibujados.
Si podéis, darle una oportunidad. Lo agradeceréis.
Inicia la sexta temporada de Supernatural…
Sinceramente, después de los acontecimientos narrados en la quinta, y sobre todo después de su espectacular final, creo que deberían haberle dado carpetazo a la serie. Por varias razones. Obviamente, los acontecimientos que seguían a Dean y Sam terminaban ahí, y además el último capítulo fue un broche de oro que posiblemente no vuelvan a superar. De haber acabado ahí, la serie se convertiría en mítica en las cabezas de sus seguidores.
Pero decidieron renovarla.
Mi miedo es que se produzca el efecto Prisonbreak: Cuando los personajes dejan de tener sentido y la trama se vuelve absurda.
El regreso de Sam… ok, aceptamos barco porque si no, no hay serie.
El nuevo Dean… maravilloso. Me gusta.
El regreso del personaje de Mitch Pillegi… me suena a prisonbreak. Sin sentido.
En episodio es muy capitular. Te sientan unas bases de lo que parece que será la trama, pero vamos, no me compares lo que han presentado aquí con «el demonio de los ojos amarillos», «la puerta al apocalipsis» o «La batalla contra Lucifer». Lo dicho. Superar la quinta es muy complicado y creo que la van a cagar… espero equivocarme, pero desde luego este primer episodio ha sido muy, muy, muy flojo.
The Defenders es una serie sobre dos abogados de peculiares métodos. Capítular, procedimental, basada en el carisma de sus dos protagonistas. De momento, el piloto es muy bueno. Es interesante, está bien contado y la verdad es que Belushi y O’Connell están magníficos. Ya sabéis que me dan miedo las series capitulares porque me cansan y acaban siendo todos los capítulos iguales, pero de momento esta seguiré viéndola.
Ya os contaré qué tal.

Undercovers y Chase

Había expectación por saber cómo sería lo nuevo de J.J Abrams. Ayer tuve ocasión de ver el piloto de Undercovers y de primeras, nadie puede negarle a J.J que sabe ser frenético. Los primeros tres minutos de la serie son intensos. Otra cosa que suele hacer muy bien el señor Abrams es presentar personajes y tramas. En los diez primeros minutos de Undercovers queda perfectamente claro de qué irá la serie, cómo son los personajes y cuál será la relación existente entre ellos.
No negaremos lo obvio. Desprende un aire a Alias. Pero esto se debe a que en parte es la misma serie rediseñada. En lugar de un protagonista, tenemos dos, que están casados. Claro que en Alias al final quien no era hermano era padre/madre/tío/primo de Sydney Bristow. Obviamente, se presenta como una serie capitular con una trama seriada de fondo de la que en este capítulo apenas te la han esbozado haciéndote saber que existe una razón que no te han contado para reactivar a los personajes. Pero a fin de cuentas, es la misma serie, con los mismos tipos de casos y el mismo ritmo frenético.
A mi me basta con que sea la mitad de entretenida que era Alias, la verdad.
Y de momento, el primer episodio sí ha sido entretenido. La relación entre los dos protagonistas me ha resultado muy graciosa, y ese personaje secundario (que espero que siga saliendo y no fuera un mero capitular) obsesionado con el protagonista me pareció lo mejor de la serie. Creo que es un acierto haber metido la carga de humor que maneja el capítulo en una serie de acción como esta. Espero que siga así, la verdad.
Respecto a la polémica que saltó a los periódicos de nuestro país, donde se decía que en Undercovers aparecía Madrid como una ciudad tercermundista en la que todos son latinoamericanos tengo que decir que… es lo que yo llamo criticar por criticar. También conocido como Estupidez.
Aparece Madrid, sí. No es Madrid, obviamente. ¿Aparece como una ciudad tercermundista? No. De hecho los coches son todos de gama alta, la casa por fuera podría ser una casa cualquiera madrileña y por dentro ya la quisiera yo para mi el casoplón. ¿Son todos latinoamericanos? A ver, muy bien no hablan español los dos que aparecen hablando, pero tampoco son latinos. Me parece una chorrada, la verdad. Además, si fueran todos latinoamericanos tampoco sería tan extraño. Los de los periódicos esos que se han quejado no deben haber pasado por La latina / Lavapiés / La elipa / El retiro en un día normal cualquiera.
La serie entretiene, es divertida y, si no se queda en demasiado capitular, será una serie agradable de ver. El problema que le veo es que compite a la misma hora con el mejor programa que hay en la televisión actual. Y sí, hablo de Survivor. Este miércoles el reality le sacó cuatro puntos de audiencia. No sé si eso es buen dato o no para Undercovers. Sólo sé que entre ambos programas, me decanto fácil. Claro que yo no afecto a sus datos de audiencia.
La otra serie que vi ayer fue otro estreno, Chase. También de la NBC. En este caso, va sobre un grupo de agentes de la ley que persigue fugitivos peligrosos. Y qué quereis que os diga, con este capítulo queda claro que es un procedimental puro y duro, absolutamente capitular, donde cada nuevo episodio consistirá en perseguir al fugitivo de turno. Y sí, el capítulo ha estado bien, ha mantenido la tensión e incluso ha tenido un detalle inesperado… pero no soy muy amigo de los procedimentales. Acabo aburriéndome de todos y esperándome lo que va a pasar en cada capítulo. No sigo ningún CSI, ni House, ni ninguna de esas series. No me convencen. Así que no sé, imagino que veré el segundo, y tal vez el tercero, pero sé que acabaré dejándola.
Respecto a otros temas… los personajes me parecieron más bien tirando a sosos. La protagonista va de dura y sabia, el tipo que siempre le acompaña no hace nada en todo el capítulo que merezca la pena resaltar, el hispano (interpretado por el actor que hacía de Sucre en Prison Break) tuvo dos líneas en todo el capítulo para demostrar que será el personaje que meta un poco de humor en la serie de vez en cuando, y el nuevo me pareció un personaje manido y aburrido.
Joder, ahora que lo pienso, tampoco tengo muchas ganas de darle oportunidad al segundo capítulo.

Aún hay esperanza para el ser humano

Hay esperanza… pero poca.
Ayer estrenaron en Telecinco un documental llamado «La princesa del pueblo». Tócate los huevos. Evidentemente, versaba sobre la vida y obra de Belén Esteban. Ese ser. Competía contra Águila roja y contra El marco. Y, como mi valoración sobre el ser humano es escasa visto lo visto, supuse que «La princesa del pueblo» arrasaría en audiencia, como suele hacer con todo lo que toca.
El día que anunció sartenes vendió tropecientas mil unidades. Así que sí, perdonadme la falta de confianza en el ser humano. Yo preferiría mantener la tele apagada y mirar la pantalla negra antes de darle audiencia a esa señora, pero Spain is different y ha demostrado en varias ocasiones que el resto no prefiere eso.
Ayer Águila roja venció en audiencia por una diferencia de nueve puntos. Así que, aunque la ficción del enmascarado no me gusta, al menos me hace pensar que aún hay salvación posible para la raza española. Pero no cantemos victoria ni hagamos fiestas, porque los datos de audiencia de La princesa del pueblo han sido grandes igualmente. 20% de share, más de dos millones de espectadores.
Miro con anhelo hacia lo que se hace al otro lado del charco. Con la expresión del niño pobre africano cuando le sobrevuela un Boeing 747. Esa sensación de «oh, jamás alcanzaré ese nivel». Pero está claro que tenemos la tele que nos merecemos.
En fin, como vaticiné hace unos días, El marco se ha hundido. Hizo un 3% de audiencia, lo cual es menos de lo que suele hacer La 2. Era de esperar.

Boardwalk Empire y Glee

Ayer por la noche vi el capítulo piloto de Boardwalk Empire, la serie de la HBO producida por Scorsesse y protagonizada por Steve Buscemi. Como bien es sabido, en los círculos interneteros está de moda decir que todo lo que sale de la fábrica HBO es una obra maestra y no digas lo contrario o te crucifican. Y sí, soy muy fan de True Blood y Oz me pareció una de las mejores series de la historia, pero coño, Carnivale era un bodrio aburrido y existencialista, Band of Brothers sólo fue vanagloriada porque tenía a Spielberg detrás y algún capítulo interesante, y The pacific y The wire son dos coñazos supremos.
¿Qué está de moda la HBO y hay que decir que todo es magnífico? Pues nada, tenéis mil blogs donde encontraréis ese tipo de comentarios.
Y ahora, me centro con Boardwalk Empire. De primeras, dos cosas a anotar como muy positivas: Uno, Steve Buscemi sigue siendo el gran actor que ha sido siempre y lo demuestra en cada segundo del capítulo. Dos, cada detalle técnico está cuidado al milímetro, tanto la luz como los tipos de planos. Se nota la mano de Scorsesse. Técnicamente… sí, brillante.
Nos centramos en la historia y entonces ya no somos tan brillantes. Vamos a ver cómo me explico. Lo cierto es que durante la hora y doce minutos que dura el capítulo estás pendiente de lo que ocurre, y se hace corto, pero cuando acabó el capítulo, y después de madurarlo, me di cuenta de que no tengo ni puta idea de qué va la serie. O sea, sí, me han contado una historia de juego doble y mafia en la Atlantic City de los años 20, pero no me han dicho cuál es la trama de la serie. ¿Que Buscemi creará un imperio abasteciendo la ciudad de alcohol? ¿Que el personaje de Pitt seguirá con su juego doble? Imagino que por ahí irán los tiros, pero desde luego, cuando acaba el capítulo podrías no volver a ver nunca más Boardwalk Empire porque no existe la sensación de haber creado una trama envolvente, ese hilo principal que hace que quieras saber más de la historia y te haga esperar el próximo capítulo con ganas. No existe.
Así que sí, Boardwalk es una lección técnica de cine en todos, y la historia contada en el primer capítulo es lo suficientemente interesante como para que lo veas entero sin protestar a pesar de su ritmo lento. ¿Veré el segundo? Pues sí, porque quiero saber si va a tener una historia que me enganche o no. Y ver a Buscemi le da un plus.
Eso sí, y esto no quiero pasar sin comentarlo: La música es un puto infierno. Para ambientarlo aún más en los años veinte, toda la música del capítulo son canciones de aquella época. A mi personalmente me ha parecido horrenda, y además, hay un par de canciones que son como una señora hablando con musica por detrás que son realmente molestas, hasta el punto de sacarte de la ficción y hacer que te preguntes «¿Pero de qué carajo está hablando esta señora?». Sí, deseé que apareciera Jack Bauer en escena y se liara a tiros con el tipo que seleccionaba la música.
¿Lo mejor? Su apartado técnico, Steve Buscemi y algunos puntos de la historia, como son sacar a Al Capone o la investigación policial durante la reunión de mafiosos… lo que pude reírme con esa secuencia…
¿Lo peor? La música, la música, la música, y el hecho de que parezca que no hay trama establecida aún. La sensación de que pretende ser un punto y aparte en las historias sobre la época de la ley seca, pero de momento, Los Intocables sigue por delante.

También vi ayer el estreno de la segunda temporada de Glee. Y bueno, poco tengo que decir sobre eso. Es una serie que debe gustarte para que la veas. A mi me entretiene, se ha convertido en uno de esos placeres culpables que ves y disfrutas pero en el fondo sabes que no son grandiosos. Lo cierto es que tiene capítulos brillantes. Y el de ayer no lo fue. El primer episodio de la segunda temporada ha sido total y absolutamente prescindible y aburrido. Me quedo con la presentación, maravillosa en manos de ese friki. El resto del capítulo, bah.
Eso sí, en el próximo aparece Britney Spears. Si es la mitad de divertido de lo que fue el capítulo de Madonna, a mi me basta y sobra.

The event

Puede que The Event no sea LA serie. No es posible saberlo aún, ya que lo que magnifica o derriba a una serie no es un capítulo concreto, sino su entero devenir. Así, Lost tuvo capítulos brillantes y también capítulos lamentables, e incluso un final discutible, pero no se puede negar que Lost fue una gran serie que entra por mérito propio en el olimpo de las series.
Así, 24 tuvo un arranque normalito, con demasiadas bases que establecer antes de lograr ser lo adictiva que se vuelve más adelante. Y con el paso de los capítulos se convirtió en LA serie. Algo parecido le ocurre a Fringe, que tras un inicio regulero, que amenazaba con ser serie que abandonas, se ha convertido en una de las mejores series del momento.
Flashforward, por ejemplo, partió de una idea magnífica, y aunque tuvo algún capítulo interesante, fue el mayor bluf de los últimos años. Algo similar le pasó a Héroes, que nunca superó aquellos primeros trece capítulos que la hicieron grande.
Y podría seguir.
The Event es la nueva serie de la NBC, estrenada ayer mismo. Y aún tendremos que esperar para ver si se convierte en la gran serie que amenaza ser, o cae estrepitosamente, pero si de algo podemos estar seguros es que su piloto es sin duda EL piloto.
The Event comienza fuerte. Sus primeros treinta segundos bastan para mosquear y sembrar la curiosidad. El resto del capítulo es sencillamente de aplauso. Narrado de una forma no convencional, con saltos temporales y de trama, no pierde intensidad ni por un momento. Te mantiene en vilo durante los cuarenta minutos que dura el capítulo para terminar dejándote con la boca abierta con uno de los cliffhungers más whatthefuck? que he visto en mucho tiempo. Porque todo lo que te esperas, lo que te hacen esperar, se evapora en apenas un par de segundos antes de cerrar el capítulo y dejarte con muchas ganas de más.
La base la han presentado, y es brillante. Ahora sólo nos queda esperar que lo que venga siga el estilo y el buen hacer que ha tenido este primer episodio. Porque si es así, sin duda alguna, The Event será la serie que nos atrape a partir de ahora.

El americano

Permitidme ser soez: Lo que dejáis en la taza del váter cuando cagais es más creativo y entretenido que esta película.
¿He sido claro? Perfecto, continuemos.
Hacía mucho, mucho tiempo, que no me aburría tanto en una sala de cine. No es que la película sea mala, es que es peor. Pretende ser un thriller como aquellos que protagonizaba Michael Caine en los setenta y ochenta, pero es jodidamente aburrida.
La película empieza con una secuencia que parece estar diciendo que vas a ver una película interesante. Después vienen los créditos de inicio, y aquí a mi me empezó a oler a chamusquina. No sé, me dio la impresión, sólo viendo los créditos, que estaba a punto de ver una película lenta. Pero bueno, eso no suele preocuparme porque si el ritmo es lento pero la historia es buena, no me molesta.
Pero claro, yo siempre digo que para hacer una película lo primero es tener un guión. Eso parece que a este señor se le olvidó.
En fin, que en cuanto acaban los créditos, a poco que seas un tipo listo, ya sabes cómo acabará este truño. Para que os hagáis a la idea. Los títulos de crédito se superponen a una eterna toma fija desde el asiento trasero de un coche que conduce Jorgito Clunei por un tunel. Al fondo, la salida se ve como una luz blanca. El coche se acerca a esa luz blanca, y cuando la alcanza, la imagen funde a blanco.
Y estoy seguro de que el tipo cuando lo pensó se dijo a si mismo «Soy un genio, he creado una metáfora».
Sí señor, con dos cojones.
Pero no contento con eso, el director sigue con su ritmo, no ya pausado, sino letárgico, contándote una historia… bueno, eso sería darle más crédito del que merece, contándote lo que hace este señor en un pueblo de Italia. Que viene a ser lo siguiente: conducir el coche de aquí para allá (si no hay catorce planos desde lo alto de una montaña del coche avanzando por una carretera, no hay ninguno), sentarse en la cama (sí, hay como veinte planos donde se ve a Jorgito sentado sin hacer NADA MÁS que estar sentado), pasear a pie por el pueblo (una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez), hablar con un cura de cosas que no le interesan a nadie, follarse a una puta y construir un rifle (tal vez lo único que tenía el mínimo interés, recalcando la palabra mínimo).
Pero no contento con estar filmando un cagarro, el director se dedica a hacer más «metáforas» visuales y narrativas. Debe ser lo que los críticos han denominado «exquisito gusto en los detalles» y que yo renombraría como «tomar el pelo» o «fijarse en cosas que a nadie le importan». En serio, lo de las mariposas es para fusilar con mierda al director. Oh, se va volando… dios santo…
Me pasé toda la película esperando que pasara algo que justificara que Jorgito aceptara hacer esta cosa. No ocurrió.
Mi más sincero consejo es: No gastéis dinero en esto. Ni siquiera gastéis ancho de banda.

True Blood, season 3 (no spoilers)

El lunes vi la season finale de True Blood. No la comenté entonces porque quería madurarla.
Llegué a True Blood de casualidad hace medio año. Un buen amigo, Eugenio, me había dicho que era fantástica. No debaja de oír buenas cosas sobre ella, pero no sé, a mi la sinopsis me había parecido un coñazo.
Pero casualidades del destino, un día vi la cabecera en youtube. Le di al play con desidia, no lo negaré. La cabecera dura poco, no sé, unos cuarenta segundos. Pero es brutal. Las imágenes, la música, el ritmo… todo en esa cabecera es perfecta. Y yo que creía que no se podían hacer mejores cabeceras después de Dexter.
Así que me dije, «veré el primero». Y lo hice. Empecé con la creencia de que no me gustaría. Anna Paquin nunca ha sido de mi agrado. Hasta aquí. Ahora no es que me agrade, pero ya no me molesta. Y sí, me enganché a True Blood enseguida. Tan enseguida que me ventilé las dos primeras temporadas en apenas semana y media.
Y esperaba con ansia esta tercera temporada.
Terminó el domingo. Y ya todos sabíamos que sería un final abierto, porque firmaron la cuarta temporada antes casi de empezar esta. El final de la primera y la segunda temporada habían sido buenos clifhunger. De esos que te hacen echarte las manos a la cabeza y gritar «¿Qué? ¿Vais a dejarme así hasta el próximo verano, panda de malnacidos?»
El de la tercera temporada no. La verdad, a pesar de que la temporada en sí a mi me ha gustado mucho (tal vez no tanto como las otras, pero sí mucho) el final me ha parecido muuuy flojo. Y sin clifhungers. O sea, ellos lo han intentado, pero yo no me he quedado preocupado por el destino de ningún personaje.

¿Lo mejor de la tercera temporada?

Varias cosas. Por un lado, el Rey de Missisipi. Brutal personaje, magnífico actor, el histrionismo justo, el exceso calculado. Un aplauso. Por otro lado, la trama de Tara en los primeros seis o siete capítulos, cuando mantiene su relación con Franklin. Las expresiones de Tara son geniales. Y también me quedo con Jason Stackhouse, que si bien su segunda parte de la temporada ha sido más flojita, toda la primera parte es genial. Ese personaje es tan, tan, tan idiota… yo me parto con él. Su última frase en el último capítulo, cuando parece que va a decir algo sumamente importante y dice… eso… lo que pude reírme.
Y es que sí, True Blood es una serie que se toma en serio a sí misma al mismo tiempo que sobrepasa todos los límites de lo razonable y lógico, cruzando la barrera del humor de una forma tan curiosa que es digna de estudio. Ese momento entre Bill y Lorena en Missisipi es tan… surrealista… Una serie capaz de mezclarte humor, sexo, sangre, de cruzar líneas que dificilmente se cruzan en otras producciones… la verdad, es admirable.

¿Lo peor de la temporada?
El sabor a poco de la season finale, el sabor a poco de ciertas tramas secundarias (Jessica y Hoyt, por ejemplo), toda la trama de Sam que empieza a ser un personaje aburrido. Ya en la segunda temporada, cuando le alejaron del triángulo amoroso no era muy interesante su trama, pero es que en esta temporada cada vez que salía me daban ganas de darle al flashforward. Creo que rescataría apenas un par de secuencias de su trama en toda esta temporada.
Y bueno, como cosa negativa puedo añadir que QUIERO más papel aún para Erik. Y para Pam. Y para Jessica.
Y aquí lo dejo por hoy.

El marco. Tu vida en 20 metros cuadrados. Y más.

Hace unos años detestaba el mundo de los realities. Me aburrían soberanamente. Hasta que descubrí, por casualidad (y por suerte), Survivor. El de verdad, el americano. Desde entonces, me declaro absolutamente fan de dicho programa, vivo deseando que empiece una nueva edición, que por cierto, empieza mañana.
Pero ya hablaré de Survivor en otro momento.
A raíz de Survivor me di cuenta que el problema no era de los realities, sino de cómo se hacen los realities en este país. Supervivientes es la versión cañí de Survivor, pero mientras el americano dura cuarenta minutos de reloj, está grabado (con lo que los concursantes sólo están en la isla 39 días), tiene un montaje digno de película de acción y la estrategia individual supone el 80% del juego, lo que da lugar a que sea impredecible… la versión telecinquera dura dos horas y media por programa, es en directo, lo que le resta todo ápice de dinamismo , ya que cortan a cada rato para entrevistar en plató y hacer seguimientos innecesarios, y hace que estén en la isla tres o cuatro meses, y debido al sistema «llama por telefono para expulsar mientras nosotros te cobramos» el componente estratégico, que en realidad es lo mejor del formato, se ve reducido a casi nada. Porque al final, el Supervivientes de aquí consiste en caerle bien al público para que no te vote, ergo, te conviene ser bueno. Allí, dependen de sí mismos, así que cuando alguien se ve en una situación desfavorable hará lo que sea, mentir, engañar, difamar, manipular, con tal de lograr sus objetivos.
En fin, a Survivor le siguió The amazing race, la gran gymkhana alrededor del mundo. Lo mismo, los americanos lo hacen como si fuera una película de acción, sin darte un minuto a respirar, y permitiendo que los concursantes dependan unicamente de ellos para seguir en la carrera. Llegamos a Espain y lo versionamos, convirtiéndolo en «La vuelta al mundo». Asesinos en el casting aparte, el programa de Antena 3 era un soberano aburrimiento, ya que a lo cutre de las pruebas le sumaban el cortar la emoción que se le supone a una carrera metiéndote un plató con entrevistas a los familiares de los concursantes. Seeeñor.
Me imagino estar viendo un Formula 1 y de repente te llevan a plató para que el amigo de la infancia de Fernando Alonso te cuente que era muy desordenado y pegaba patadas a los profesores. A tomar por culo la emoción de la carrera.
Pero a lo que iba…

El marco.

Hoy se estrenó en A3, como primicia mundial, el formato por el que varias cadenas del mundo se peleaban. Básicamente es un Gran Hermano por parejas que convivirán en 20 metros cuadrados sin poder salir de sus habitáculos más de 40 minutos al día. De por sí, los realities de convivencia no me emocionan, me gustan más los de competición, pero decidí ver el estreno por aquello de poder criticar. A fin de cuentas, si en las ferias de formatos había tenido tanto bombo sería por algo.
Me hago la cena y me pongo delante de la tele.
10 minutos de anuncios. Ya añoro internet.
Empieza. Y sí, nos meten de lleno en un plató. Primer error.
Sale la tal Patricia a presentar. Y empieza a hablar. Te cuenta en qué consistirá el programa, te dice que habrá 8 parejas y, ANTES SIQUIERA DE HABER CONOCIDO A LAS PAREJAS CONCURSANTES, se pone a entrevistar a algunos de sus familiares. ¡Pero vamos a ver! ¡si aún no conozco al casting, que es el 90% de un programa así, por qué coño me están contando cosas señores y señoras que ni conozco ni me importan un carajo!
Respiro hondo. Al menos que la cena no se me atragante.
Más blablabla. Que si te enseño uno de los habitaculos, que si tal y que si cual.
20 minutos de programa cuando empiezan a presentar a la primera pareja. ¡20 minutos de programa! Madre mía de mi vida, en la última temporada de Survivor en 20 minutos ya estaban todos presentados, habían empezado un reto y teníamos un hombro dislocado y dos dedos rotos.
Así se hace, señores de Antena 3. Demostrando una vez más que el plató es sinónimo de anti-dinamismo.
Decido darle una oportunidad. Ya he decidido que no me gusta el programa, pero quiero ponerlo a caldo a conciencia. Ah, y cuando el casting es tan jodidamente fundamental en tu programa, hay que intentar llevar gente interesante. Y luego hubo un par de parejas que salvaría de la quema, pero coño, no empieces por las más aburridas y chabacanas. Parece que quieren que deje de verlo. La madre y la hija, para darlas de comer aparte. En fin.
El programa sigue con esa tónica y ese ritmo frenético (jurl, jurl, ironía en mi blog), presentándote a las parejas tan condenadamente lento que si hubiera palomas revoloteando parecería una peli de John Woo.
Hora y cuarto. Estoy aburrido. Y en el programa se ponen a hacer bromitas de producción a los concursantes (unas bromas que riase dios de los monty python: llevar a una nueva pareja a una habitación que no es la suya y después hacer que los pobres meritorios de producción, con un casco de moto en la cabeza, lo juro por Jack Bauer, les secuestren de uno en uno para llevarles a su habitación verdadera. La monda lironda).
Vamos a ver, alma cántaros… ¿Cómo demonios se supone que me va a hacer gracia una broma sin gracia si no conozco a la gente que la sufre? Si eso lo haces en el día 14 cuando ya se conoce a los concursantes, cuando hay gente encariñada con unas parejas u otras, puedo entenderlo… pero el día 1… ¿Qué le pasa a esta gente? En serio lo pregunto…
En fin, tampoco es como que yo me vaya a enterar si hacéis estas bromitas el día 14, porque a las dos horas de programa he decidido apagarlo y venir al ordenador. Y no considero haber perdido dos horas de mi vida porque estaba cenando. Sólo he perdido hora y cuarenta y cinco, desde que acabé de cenar.
En serio, lo de hacer que todos los programas duren 3 horas y meterles plató aunque no sea necesario, que las series duren hora y media, cuando ya es complicado mantener el ritmo y la emoción en 40 minutos, imagina en hora y media… No sé, me demuestra que estamos a muchos años luz por detrás de los americanos en materia audiovisual.
Sí, que cool estás Patricia. Veremos si sonríes cuando El marco se pegue la ostia de audiencia…
Y ahora os contaré una anécdota. Hace casi un año, una persona con renombre en este páis, director/a de cine, mientras aprovechábamos un parón de la pre-producción, me dijo «los americanos no tienen moral, sólo hay que ver las series que hacen».
Mi expresión debió ser similar a las de las muñecas hinchables. Boca abierta y ojos de imbécil. Pero consciente de mi puesto de trabajo, cerré la boca y comí directamente mirando el plato, mientras escuchaba la conversación. Porque no os lo perdáis, pero después de eso añadió que su hij@ veía Física y Química, y que le parecía buena serie.
Vale que en el mundo ahora sea cool ser anti-americano. Vale que si vas de gafapasta te tiene que gustar el cine Uzbeko y pakistaní, por ejemplo, pero Terminator te debe parecer blasfemia. Vale que hagamos tele cutre y nos creamos los mejores… Pero coño, un poquito de sensatez tampoco viene mal.
¿Física y Química es moral? ¿Poner Telecinco en época de Gran Hermano a las seis de la tarde y ver edredoning es moral? ¿Esas series nuestras donde para que un personaje parezca duro lo único que saben hacer es que diga muchos tacos, todo el rato con el coño y el joder en la boca? ¿Esa niña demoníaca de Peking Express 2?
¿En serio?
En Estados Unidos sólo enseñan carnaza si es cosa de HBO. Restringen los tacos al mínimisimo (en 8 temporadas, Jack Bauer dijo una vez «Son of a bitch» y lo más que decía cuando se cabreaba era «Dammit», que viene a ser «Maldición»), y en los programas de telerrealidad emborronan canalillos, rajas del culo, tetas e incluso bocas cuando alguien dice un taco, que obviamente tampoco llegas a oír.
Y ellos son los inmorales.
Ya, pues mira, creo que va a ser que no. Y además, hacen mejor tele. Hala.

Una familia de serie

En el blog «Hablando de series» por lo general hacen unos memes curiosos. Uno que vi hace tiempo y me gustó fue «una familia de serie». Consistía en escoger qué personajes televisivos te gustaría tener en tu entorno. Veamos mi lista:

– Madre: Nora Walker. Dejé de ver Cinco hermanos cuando les dio por hacer que el cancer fuera un personaje más. Creo que no hay nada que me aburra tanto como las historias lacrimógenas de cáncer. Y máxime en una familia como los Walker. Pero si hay que escoger a una madre, Nora is the one.

– Padre: Sin duda alguna, Keith Mars. El padre de Verónica Mars es divertido, perspicaz y tiene siempre buen humor. Me encanta la relación que tienen entre ellos, además.

– Mi hermano mayor: Dean Winchester. De Supernatural. Dean es capaz de cualquier cosa por su hermano. Cierto es que a veces es un poco testarudo, pero coño, conduce un Impala y le gusta el rock. Me lo pido.

– Mi hermano/a pequeño: Lisa Simpson. Es inteligente y simpática, y no es tan trasto como Bart.

– Mi abuelo/a: Walter Bishop, de Fringe. Sin duda alguna. Vale que está como una puta cabra, pero es tan gracioso…
– Mi tio/a enrrollado: Desmond. No sé si cuela como enrrollado, pero adoré su personaje desde que le vi pulsando aquel maldito botón cada 108 minutos exactos, y siempre me ha parecido un tipo interesante.

– Mi mujer: Verónica Mars. Y aquí, de nuevo, sin duda alguna. Adoro a Verónica. Es divertida, irónica y capaz de encontrar la solución al problema más complicado.
Por dios, pero si hasta hace la mirada «Acero azul»… 🙂
– Mi mejor amigo: Chuck. Por dios, ¿hay alguien en el mundo con el que vayas a reírte más? Sobre todo si trae en pack a Morgan. Ahora que lo pienso, tampoco le diría que no a Sarah como mujer, pero es que Verónica me puede.
– Otro amigo: Barney. Lo tiene todo: te presenta mujeres, tiene pasta, está como una cabra… Sería Legen… espera un momento, espera, espera… dario.

– Mi jefe: Olivia. De Fringe. Porque es amable, cercana y muy, muy, muy lista.
Y sí, sé que no he mencionado a Jack Bauer. Y debería, y lo he intentado colocar en cualquier lado, pero coño, a ver donde metes a Jack Bauer en esa lista. ¿De guardaespaldas? Me lo pido.