True Blood, season 3 (no spoilers)

El lunes vi la season finale de True Blood. No la comenté entonces porque quería madurarla.
Llegué a True Blood de casualidad hace medio año. Un buen amigo, Eugenio, me había dicho que era fantástica. No debaja de oír buenas cosas sobre ella, pero no sé, a mi la sinopsis me había parecido un coñazo.
Pero casualidades del destino, un día vi la cabecera en youtube. Le di al play con desidia, no lo negaré. La cabecera dura poco, no sé, unos cuarenta segundos. Pero es brutal. Las imágenes, la música, el ritmo… todo en esa cabecera es perfecta. Y yo que creía que no se podían hacer mejores cabeceras después de Dexter.
Así que me dije, «veré el primero». Y lo hice. Empecé con la creencia de que no me gustaría. Anna Paquin nunca ha sido de mi agrado. Hasta aquí. Ahora no es que me agrade, pero ya no me molesta. Y sí, me enganché a True Blood enseguida. Tan enseguida que me ventilé las dos primeras temporadas en apenas semana y media.
Y esperaba con ansia esta tercera temporada.
Terminó el domingo. Y ya todos sabíamos que sería un final abierto, porque firmaron la cuarta temporada antes casi de empezar esta. El final de la primera y la segunda temporada habían sido buenos clifhunger. De esos que te hacen echarte las manos a la cabeza y gritar «¿Qué? ¿Vais a dejarme así hasta el próximo verano, panda de malnacidos?»
El de la tercera temporada no. La verdad, a pesar de que la temporada en sí a mi me ha gustado mucho (tal vez no tanto como las otras, pero sí mucho) el final me ha parecido muuuy flojo. Y sin clifhungers. O sea, ellos lo han intentado, pero yo no me he quedado preocupado por el destino de ningún personaje.

¿Lo mejor de la tercera temporada?

Varias cosas. Por un lado, el Rey de Missisipi. Brutal personaje, magnífico actor, el histrionismo justo, el exceso calculado. Un aplauso. Por otro lado, la trama de Tara en los primeros seis o siete capítulos, cuando mantiene su relación con Franklin. Las expresiones de Tara son geniales. Y también me quedo con Jason Stackhouse, que si bien su segunda parte de la temporada ha sido más flojita, toda la primera parte es genial. Ese personaje es tan, tan, tan idiota… yo me parto con él. Su última frase en el último capítulo, cuando parece que va a decir algo sumamente importante y dice… eso… lo que pude reírme.
Y es que sí, True Blood es una serie que se toma en serio a sí misma al mismo tiempo que sobrepasa todos los límites de lo razonable y lógico, cruzando la barrera del humor de una forma tan curiosa que es digna de estudio. Ese momento entre Bill y Lorena en Missisipi es tan… surrealista… Una serie capaz de mezclarte humor, sexo, sangre, de cruzar líneas que dificilmente se cruzan en otras producciones… la verdad, es admirable.

¿Lo peor de la temporada?
El sabor a poco de la season finale, el sabor a poco de ciertas tramas secundarias (Jessica y Hoyt, por ejemplo), toda la trama de Sam que empieza a ser un personaje aburrido. Ya en la segunda temporada, cuando le alejaron del triángulo amoroso no era muy interesante su trama, pero es que en esta temporada cada vez que salía me daban ganas de darle al flashforward. Creo que rescataría apenas un par de secuencias de su trama en toda esta temporada.
Y bueno, como cosa negativa puedo añadir que QUIERO más papel aún para Erik. Y para Pam. Y para Jessica.
Y aquí lo dejo por hoy.