Resident Evil 4: Ultratumba

Cuando uno va a ver una película de la saga Resident Evil ya sabe a lo que va. Uno no espera ver buen cine. Ni siquiera una buena película de zombies. De hecho, después de la tercera, sería dudoso buscar incluso un poco de entretenimiento. Resident Evil 1 marcó una trama que a mi siempre me supo a «pudo ser una gran saga de zombies y se ha quedado en un bluf de proporciones flashforwardistas» (esa frase la digo ahora, que entonces Flashforward no existía).
Pero bueno, lo cierto es que la primera película de la saga era entretenida. Paul Anderson siempre ha sabido hacer cine entretenido. Bueno, vale, casi siempre.
La segunda parte tenía algunas cosas, pero en general era mala. La tercera era digna de fusilar con mierda a todos los que pusieron su nombre en ella.
Anderson regresaba a la saga con la cuarta parte. Podía significar dos cosas: un intento de reflotar una saga que parecía muerta o un intento de darle un final digno.
Lo mejor que podía hacer Anderson, por suerte, lo hace en los primeros diez minutos: se carga a los clones y le quita a Jovovich los poderes que la hacían invencible y que hacían que ver cualquier pelea de ella fuera aburrido. Sabías que usaría supervelocidad, superfuerza y más mierdas. Anderson se lo quita, la devuelve a la esencia, que es «vale, sí, eres una super tía, pero al menos ahora, sufres».
Y Jovovich sufre. Tampoco mucho, pero bueno. Anderson hace otra cosa bien, y es que te cuenta una historia con tintes de cine zombie clásico. Un grupo de supervivientes encerrados que intentarán huír y serán eliminados poco a poco. Los personajes, con personalidades marcadas para que sepas como van a actuar en cada momento y en qué orden morirán. Y por supuesto, el estilo inconfundible de Anderson tras la cámara. Este tipo ama la cámara lenta. Demasiado. Pero mucho, mucho, mucho.
Así que sí, mejora a la segunda y la tercera. Sí, entretiene. Y sí, tiene alguna secuencia interesante. Obviamente, no pasará a los anales de la historia por ser una gran película, pero demonios… eso ya lo sabíamos.

Black Death

Descubrí esta película en el blog del especialista Mike. Lo tenía todo para llamarme la atención: una historia en la edad media, Sean Bean como protagonista, la peste negra de fondo…
La película cuenta la historia de un monje (Redmayne) que acompaña a un grupo de soldados en busca de un pueblo donde, en teoría, habita un nigromante y nadie ha muerto por la peste. Y sí, es cierto que al principio me costó un poco quitarme de la cabeza la imagen de Redmayne en Los pilares de la tierra.
Black Death está bien contada, sobria y oscura para introducirnos en ese oscuro mundo que debió ser La Edad Media. Sin demasiadas alaracas, nos presenta al grupo de soldados, y las marcadas personalidades de estos hacen que sea fácil distinguirlos y apreciar a unos más que a otros. Probablemente el mejor de esos personajes sea el torturador.
La trama es interesante. Porque además no toma derroteros que podrían haber convertido a la película en una ida de olla. Se limita a presentarte la historia que quiere contarte, y lo hace sin perder el interés en ningún momento. He leído en más de un sitio, entre ellos el blog de Mike, que la película se desinfla cuando llegan al poblado. Yo no tuve esa sensación, aunque es cierto que el tono de la película una vez alcanzan la villa pasa a ser de misterio y tensión.
Una película interesante, que los amantes del cine de espadas apreciarán, y aquellos que buscan buenas historias disfrutarán.

Libros leídos 2010 (2)

Hace un par de semanas dije que iba a hacer una lista de los libros que llevo leídos en 2010. Como no estaba en casa, tiré de memoria y saqué diez títulos, AQUI.

1) Historia natural del canibalismo, de Manuel Moros Peña.
2) Latitudes piratas, de Michael Crichton.
3) La cúpula, de Stephen King.
4) Septiembre Zombie, de David Moody.
5) La caza, de Clive Cussler.
6) La huída, de Allan Folsom.
7) El imperio del agua, de Clive Cussler.
8) Apocalipsis Z 2: Los días oscuros, de Manuel Loureiro.
9) La conspiración maquiavelo, de Allan Folsom.
10) Zombie planet, de David Wellington

Hoy, completaré la lista de libros leídos en 2010.

11) Juegos de ingenio, de John Katzenbach.

Libro con un buen planteamiento de thriller y una trama que podría haber sido absorbente en manos de un escritor con talento. Katzenbach le imprime una prosa lenta, aburrida y tediosa que hace que las partes del libro que carecen de acción se conviertan en una caminata cuesta arriba. Me quedo con la idea de que podría haber sido una buena historia pero no lo fue.

12) Atlantis, de Greg Donegan.
Me atraen estos temas, qué le voy a hacer. Sé que por lo general no llevan a buenas novelas, pero a veces uno no puede evitar seguir la llamada del corazón. Y a veces, después de la lectura, uno se pregunta si no valdría más que llegara el malo del Templo maldito y te hiciera lo de budelamsudelam y te arrancara el corazón.
En fin, una pérdida de tiempo.

13) Después del anochecer, de Stephen King.
Por lo general, no soy muy amigo de los relatos cortos. Prefiero las novelas. Pero bueno, todo lo que escribe el señor King llega a mis manos y es leído con avidez. En concreto, esta colección de relatos no me pareció muy buena. Al menos no tanto como Todo es eventual. Pero aún así, hubo unos pocos relatos que me parecieron geniales:
– El gato del infierno: sobre un gato que nadie logra matar. Sencillamente brutal.
– La chica del pan de jengibre: Maravilloso relato que parte de la base de una chica que corre. Toda la parte final es maravillosa.
– Un lugar muy estrecho: Donde sale a relucir el Stephen King más escatológico y se demuestra capaz, una vez más, de revolver estómagos. No apto para leer después de haber comido.
– N. El mejor relato del libro. Brutal, digno del mejor King.

14) Infected, de Scott Siegler.

Infected es una novela tan surreal como interesante. Con momentos que te hacen pasar verdadera tensión y otros que te hacen fruncir el ceño y preguntarte qué carajo fumaba el autor. Infected es una novela muy curiosa, y a mi me resultó francamente interesante. Y me gustaría hablar del por qué, pero significaría desvelar parte de la trama.
Me tuvo pegado al libro durante toda la trama.

15) La dama negra, de Stephen L. Carter

Lo pongo aquí, aunque estrictamente no es un libro leído, porque tiene el dudoso mérito de ser el primer libro que abandono en más de cinco años. No puedo decir si la trama pintaba bien, porque en todo lo que leí no estoy seguro de que empezara a desarrollarse la trama. Carter escribe lento y tedioso, más aún que Katzenbach. La lectura se me hizo pesada que empezaba a divagar sobre cualquier otro tema mientras leía. Horrible, en serio. Nunca antes me había sentido tan aburrido con una novela.

16) El terror, de Dan Simmons.
Y de un extremo al otro. No conocía a Dan Simmons hasta que cogí este libro, dejándome llevar por la recomendación de un empleado de una tienda de comics. Bendito seas, te llames como te llames.
El terror toma como punto de partida una expedición real que intentó cruzar el paso del Norte hace un par de siglos y quedó atascada en el hielo durante todo el invierno, siendo incapaces de continuar la primavera siguiente. Y Dan Simmons toma parte de esa realidad, la mezcla con un pequeño elemento ficticio y construye una novela verdaderamente espeluznante que atrapa y absorbe desde el primer momento.
Sufrí con los hombres que viajaban a bordo de El Terror, prácticamente fui capaz de sentir el aire congelante que ellos sentían, pasé hambre con ellos y alimenté esperanzas de alcanzar zonas seguras.
Un gran libro.

17) El ángel más tonto del mundo, de Christopher Moore.
Al parecer este tipo es un superventas. Al parecer, con esta novela uno debía partirse de risa. Yo creo que sonreí en un par de ocasiones, pero no más. El libro es una historieta tonta, a veces sin demasiado sentido, que sorprende con el giro que toma a mitad del libro y los derroteros por los que transcurre a partir de entonces, pero no es un buen libro.
Si hubiera serie B en libros, éste sería serie B.

18) Infierno en el paraíso, de Richard H. Weber.
Con la portada y el resumen de la solapa uno espera que esta novela sea una mezcla entre cualquier slayer tipo Turistas y Blanco Humano. Pero nada más lejos de la verdad. Esa parte dura apenas cincuenta páginas, y el resto del libro no vale la pena. Bueno, de hecho, esa parte tampoco vale mucho la pena.

19) La mujer del viajero en el tiempo, de Audrey Niffenegger.
Cuando esta novela empieza, sientes que estás ante una historia novedosa y jamás contada, completamente original y adictiva. Esa sensación perdura unas cien páginas, que se leen con avidez. Después, si bien es cierto que la novela es original, la trama empieza a desinflarse. De hecho, hubo una parte de la novela que se me hizo muy pesada, por la mitad del libro. A medida que se acerca el final, es cada vez más predecible lo que ocurrirá. En parte, eres capaz de viajar en el tiempo hasta el final de la novela de la misma manera que lo hace el protagonista.
Hicieron una película. Y bah, aburridilla.
La novela, por lo menos, te deja ese gusto de haberte leído algo que ya has leído mil veces, pero contado como nunca te lo han contado.

20) El almacén, de Bentley Little.
No lo negaré: El almacén me entretuvo y me pareció una novela muy divertida.
Pero tampoco negaré que bebe demasiado de La tienda, de Stephen King, y tiene demasiadas cosas que recuerdan a la novela de King. Incluso creo que tiene alguna referencia a La Torre Oscura, pero disimulada. No sé, eso es lo que no me gustó de la novela, que sentí que estaba leyendo La Tienda Segunda Parte (y en letra pequeñita: «Ahora, ha montado un almacén»).
Pero que es divertida, sí, lo es. Y jode un poco el hecho de que se quede corta al ahondar en subtramas que podrían haber dado mucho jugo. Pero Little lo deja pasar tontamente.

21) El sótano, de David Zurdo y Ángel Gutierrez.

Una historia rápida, para leer en un par de días, lo suficientemente interesante como para que quieras seguir y saber cómo acaba, pero tampoco esperes quedar prendado de una trama absorbente y apasionante. Creo que el mayor pecado de El sótano es lo previsible de los personajes. Es fácil imaginarse quién morirá, quién es el enemigo, y quién avanzará más que los demás. Pero bueno, el estilo de Zurdo y Gutierrez es fresco y ágil, y se agradece para leer algo en tiempos en que no quieras centrarte demasiado en algo.

22) Odio, de David Moody

Acabo de reparar en que este tío es el mismo de Septiembre Zombie…
Y acabo de ver que en la portada de mi ejemplar también pone eso de «la próxima película del director de El orfanato», cosa que, por cierto, es mentira. Pero seguro que les valió para vender algún ejemplar que otro.
La novela adolece de los mismos factores que Septiembre Zombie: parte de una premisa interesante, se desinfla como un globo de helio con el paso del tiempo y, aunque el final mejora, no lo hace lo suficiente como para reflotar la historia.

23) El símbolo perdido, de Dan Brown.
El tipo que escribió una gran thriller como «Ángeles y demonios» y un pastiche regulero como «El código Da Vinci» regresa con el personaje de Tom Hanks… digo… bueno, como se llame el profesor ese, y una historia que no se tiene en pie. El estilo de Brown nunca me ha emocionado demasiado, pero tiene a su favor que es rápido y se lee en un suspiro. Si te dejas llevar por la historia y tratas de no pensar en nada más, el libro te mantiene en vilo lo suficiente como para que termines la novela.
El problema viene si te pones a pensar. Ya no en lo absurdo de esta historia, sino en el hecho de que los personajes de esta novela son los mismos que en las otras dos, pero con distintos nombres. Tenemos a Tom Hanks, ok. Tenemos a una chica, que como las chicas de los otros dos libros, es fuerte, capaz y resuelta. Y habla y se mueve igual. Tenemos al viejo amigo de Tom Hanks con capacidad para resolver enigmas importantes. Y tenemos al malvado psicópata con obsesiones conspiratorias.
Buf… misma fórmula, distinto paquete.
Y eso es lo que hizo que este libro fuera una mayor decepción de lo que esperaba.

24) Cuestión de olfato, de Spencer Quinn.
Uno de los mejores libros que me he leído este año. Francamente divertido, con una trama puramente policiaca que, aunque facilona, te absorbe gracias, sobre todo, a Chet, el perro del detective encargado del caso. Y es que la novela te la cuenta Chet, y ese es el mayor acierto del libro, porque le coges cariño en seguida, te desesperas con su memoria de perro y sus intereses caninos en los peores momentos posibles… Llega a desesperar, de una forma buena, cada vez que los personajes tienen una conversación interesante y de repente Chet recuerda dónde escondió una galleta para perros y deja de escuchar las conversaciones.
O cuando el dueño le pregunta, hablando para sí mismo en realidad, «¿Quién es nuestro enemigo?» y Chet sólo es capaz de pensar en cierto loro que le saca de quicio…
Chet es genial.
Y además, tiene varios momentos que te arrancarán una sonrisa. Seguro.

25) El ocho, de Katherine Neville.

Cuando era pequeño, este libro estuvo de moda. Mil veces me lo recomendaron y mil veces me dio pereza y no lo empecé. Este año lo cogí finalmente y me puse a leerlo… y me pareció una bobada de libro. No entiendo qué le vio la gente para convertirlo en un superventas. Creo que está mal contado, que no queda realmente nada claro cómo se lleva a cabo es partida de ajedrez humano. Que sí, que te dicen «no se quién es el alfil» y dices tú «¿Y qué pasa? ¿Que solo se mueve en diagonal?».
No sé, nunca me enganchó la trama del todo. Me daba la impresión, o eso quería vislumbrar, que había una idea interesante de fondo, pero para mi gusto, está mal contada.

Y hasta aquí. Eso quiere decir que llevo 25 libros en 2010. Y ahora me estoy leyendo dos a la vez, así que cuando termine con ellos, ya os diré qué opino.

Eden Lake

Cuando uno empieza a ver «Eden Lake» no puede evitar recordar «El rey de la montaña». Las similitudes entre ambas películas son varias, pero mientras en la protagonizada por Ernesto Alterio la historia está tratada con más enfasis en la tensión, la película inglesa está más cerca del survival con toques de slayer.
No es mala película, y está bien contada, lo suficiente para ser entretenida, pero no he dejado de pensar, durante toda la película, que a los guionistas lo único que les importaba era que una pareja fuera torturada por una pandilla de chavales, y para ello, los personajes toman decisiones un tanto… ridículas… durante la primera media hora de película. Como muestra, el momento en que Michael Fassbender decide entrar a la casa de los gamberros. Todo lo que ocurre durante esa secuencia desafía las leyes de la lógica y el raciocinio.
Pero bueno, dejando eso de lado, la brutalidad de la película ciertamente la hará desagradable para más de uno. El dilema moral que plantea, la hará disfrutable a ojos de otros. Sin duda, cuando llega el final y empiezan los títulos de crédito, dan ganas de clamar al cielo por una reforma que endurezca las leyes del menor. En realidad, no hace falta llegar tan lejos. Dan ganas de hacerlo mucho antes de los títulos de crédito.
Es imposible no estremecerse con Eden Lake, porque la realidad ha dado muestras de ser mucho más cruel que la ficción en innumerables ocasiones. Y no hay que irse a Inglaterra para encontrar menores con instinto asesino. En eso es en lo que te hace pensar esta película.
¿Lo mejor? Que te mantiene en tensión la hora y media que dura la película. Que todo el tiempo tienes ganas de que los malditos niños sean descuartizados, mutilados o cualquier cosa que acabe con ellos muertos de forma hiriente.
¿Lo peor? Lo ridículo de ciertas decisiones tomadas por los protagonistas al comienzo de la película.

La Torre Oscura al cine y televisión

La noticia del día, sin duda. Hoy, han confirmado que La Torre Oscura se llevará al cine, en una trilogía, y también se hará una serie de televisión.
La Torre Oscura es la historia de Roland Deschains, el último pistolero de un mundo que se ha movido. Una saga iniciada por Stephen King en los años setenta y terminada a principios del nuevo siglo. Para mi, una de las lecturas imprescindibles y que más me ha llegado en mi vida.
Y sí, estoy contento, aunque también soy cauto y temeroso. Si Frank Darabont estuviera tras este proyecto, estaría frotándome las manos sabiendo que el resultado sería fiel al original. Con Ron Howard tras las cámaras, que quereis que os diga, pero tengo miedo.
Pero desde luego, es la noticia que me ha alegrado el día.

The Canyon

3 actores, el gran cañón del colorado y una manada de lobos es lo único que necesita esta película. Si bien es cierto que el director mantiene un tono irregular durante la mayor parte del metraje, lo cierto es que se deja ver y tiene algunos momentos lo suficientemente tensos como para que quieras apartar la mirada.
Protagonizada por Ivone Stravhosky, la chica de Chuck, la película cuenta la historia de una pareja recién casada que decide visitar el Cañón del Colorado sin los permisos necesarios, confiando en un hombre al que conocen en un bar y con aspecto de ser el borracho del pueblo. Y eso es precisamente lo peor de la película: para llevarte a donde quiere, que es tener a Ivone contra las cuerdas y teniendo que asumir el mando de la situación, el guión se basa en varios recursos fáciles y que te hacen dudar de la inteligencia de los personajes… y conllevan que no te los creas demasiado.
Del final ni hablo. Aún no sé si me ofende más lo ridículo o lo plagiante…
Por verla a ella, vale. La película, pues bueno, se deja ver. Mañana no sé si me acordaré de ella.

Como diría mi jefe: No la echaría a patadas de mi cama. Jejeje.

Highschool of the dead

Partamos de la base de que no soy aficionado al manga ni al anime. No veo Naruto, ni Death Note aunque me han dicho de ambas maravillas. Después de ver Battle Royale (esa maravilla), me compré algunos números del manga con el mismo nombre. No me emocionó mucho, en parte porque contaba la misma historia que la película.
Años más tarde, cuando descubrí el mundo de los comics por internet descubrí joyas como Yorick, the last man (tengo que hacerle un post, por dios) y The walking dead (que ganas de que llegue la serie…). El comic de Kirkman me hizo interesarme por los comics de zombies, y acabé dando con Highschool of the dead, un manga con temática zombie, protagonizado por un grupo de jóvenes que sobreviven al holocausto zombie dentro de un instituto.
Creo que llegué hasta el número 13 o 14. La serie me gustaba, pero la verdad, se me olvidaba buscar el siguiente número cada mes.
Hace poco, me enteré de que harían una serie anime basada en el comic. Ya he dicho que no soy fan del anime, ni suelo ver nada, pero decidí darle una oportunidad y me hice con el primer capítulo.

Y me encantó.

No sé qué le parecerá a los fans de anime, que seguro que lo podrán criticar con otros ojos. Yo lo hago con los míos, de simple espectador y buscador insaciable de entretenimiento en buenas historias. Sigue al comic, al menos en lo que yo recuerdo, y está bien dibujado y animado. Algunas imágenes, de hecho, impresionan.
No negaré que hay cosas que me chocan mucho, como las entonaciones del japonés, que a veces me hacen reír, o algunos gestos de los personajes, tan japoneses ellos. Me hace gracia su existencialismo repentino, sus preocupaciones por el amor y la amistad, en fin, esas cosas a las que la industria americana trata de otra forma. Supongo que es falta de costumbre.
Ah, sí, me resulta muy chocante la cantidad de planos bajos, en los que se intuye la forma del trasero de las féminas protagonistas bajo su falda de colegiala, todas con bragas blancas, e incluso los planos descarados de sus culos y tetas. Me hacen gracia, la verdad.
Pero sí, estoy disfrutando como un enano con la serie. Buen aperitivo zombil hasta que llegue Darabont…

Pelis del verano

Además de Predators, de la cual ya hice crítica, este verano he visto unas cuantas pelis más. Seguro que me dejo alguna, pero bueno, repasaré las que recuerdo ahora mismo…

1) Repo-Men.
Repo Men tenía varias cosas para atraerme. La vendían como una historia de ciencia ficción, al más puro estilo Minority report, salían Jude Law y Forest Whitaker, y el trailer prometía cine del bueno.
Que error.
La película no es que sea mala, es que es peor. Es lenta, aburrida, carente de emoción… en realidad, no me quedó muy claro si iba de ciencia ficción inteligente o pretendía ser simplemente ser un producto de entretenimiento. Da igual, porque fracasa en todo. Lo único interesante es la masacre del pasillo al final de la película, pero para entonces el sopor ya me inundaba y tampoco lo disfruté.

2) Origen
Origen es, probablemente, la mejor película que he visto este verano, y en mucho tiempo. Nolan es un genio. La de los magos no me gustó, pero todo lo demás que ha hecho me parecen grandes películas. Origen es una de esas que disfruté de principio a fin, medio con la boca abierta y con la sensación de estar disfrutando de buen cine. Gran parte de su magia radica en lo sencillo que hace que parezca todo, aún teniendo en cuenta lo enrevesado de la trama.
Gran, gran, gran película. Y gran plano final. Pocas veces había contenido el aliento de esa manera en un cine.

3) El equipo A.

Ni siquiera era muy fan de la serie, la verdad, pero lo que siempre he sido es un tanto friki, así que era obvio que vería esta película. Obviamente, aquí uno no busca buen cine, sino entretenimiento palomitero, y la verdad es que la película te lo da. Yo me lo pasé de lo lindo, al menos, con ese juego de espías y dobles espías, puro espectáculo de acción al que sólo le sobran ciertos efectos especiales que dan el cante.
Que sí, que cuando Michael Bay hace una peli de acción el resto te parecen una mierda, pero como Michael Bay no ha estrenado este año, El equipo A ha suplido su ausencia a la perfección.
¿Lo mejor? El cachondeo de los personajes. Murdock y Fénix en especial.

4) Centurion.

Para mi, que Neil Marshall dirija una película es sinónimo de «tener que verla». Dog Soldiers, The Descent y Doomsday me encantaron, cada cual a su manera, por lo que no esperaba menos de Centurion.
Y aún sigo pensando si me gustó o no, porque no lo tengo muy claro.
De base, el guión de Centurion me pareció flojo. Los primeros veinte minutos me dieron la impresión de estar rodados deprisa, o bien de haber sido mutilados en la sala de montaje. Como que pasan muchas cosas y no te queda claro de por qué o cómo. Después de la gran batalla, y una vez presentados los siete protagonistas, la película pasa de ser una de romanos a convertirse en una de grupo que huye de unos malos que les cazaran uno por uno. Fantástico, me dije yo, que me encantan esas pelis.
Pero no sé, algo pasa porque no funciona demasiado. No aporta nada nuevo, no es original, es predecible, es tontorrona, que se yo, pero no acaba de funcionar. ¿Entretiene? Sí, vale, pero como que se queda corta de todo, y una vez sales del cine te das cuenta de que el guión era absurdo…
¿Por qué coño deciden plantar cara a los malos cuando ya solo quedan tres? Durante toda la película están armados, y sólo les persiguen unos diez tíos. Si les hubiesen plantado cara antes, probablemente habrían sobrevivido más. Y eso por no hablar de la historia de amor metida con calzador o del «rescate» del general.
En fin, que Neil Marshall también tenía que cagarla alguna vez.

5) Salt
Por lo que he leído en la web, a nadie parece haberle gustado esta película, incluso la tachan de no tener guión…
Salt me pareció una buena película de acción y espías. Su planteamiento es interesante, toda la primera parte, donde asistimos a una persecución sin tregua del FBI a Salt es adrenalina pura, y toida la segunda parte es lo suficientemente inteligente como para hacerte dudar de todo. Sí, obviamente todos vemos esta película y pensamos «bah, no puede ser», pero también hay un momento en el que dices «coño, y si sí…», y aún con esas, la película te ofrece un último giro. Que ya, que no es que te deje la boca abierta y digas «dios santo, jamás me imaginé esta obra maestra», pero coño, que parece que ahora si las películas se enrevesan un poco pero se limitan a ser entretenidas ya no pueden ser buenas. Hay como una corriente de seres humanos a los que si no les sorprenden no les gusta. Claro que esos son los que siempre dirán «nunca me sorprendió, me lo esperé desde el principio».
Por regla, no me creo a esos tipos. Y yo soy de los que suele acertar finales, pero coño, aunque me espere un final, eso no lo hace menos bueno.
Yo disfruté Salt, ¿y qué?

Eeeeeso sí… en el trailer de Salt, en el minuto 1:46 se ven dos planos. Uno corresponde a las tetas de una mujer (presumiblemente Angelina) y el otro, no digais que no, parece de Angelina Jolie follando. ¿Se trata de un engaño puro y duro? ¿O de escenas mutiladas? Porque lo del cuerpo puede que no lo recuerde yo y punto, pero estoy absolutamente seguro de que no había ningún polvo en la película. No sé, pero ya estoy dudando y todo.
Cada vez que me pasa esto con una película recuerdo Operación Reno, el caso más flagrante de escenas de trailer que no aparecen en una película…

6) Noche y Día.

Película para el lucimiento de Cruise y Díaz. Comedia romántica de acción que funciona como puro espectáculo, entretiene, te hace reír un par de veces, y se deja ver con una sonrisa. El por qué de que Cruise esté empeñado en mezclar las tradiciones y festejos de nuestro país es un misterio que se puede comparar al Triángulo de las bermudas. Primero fue la Semana Santa sevillana remix Las Fallas, y aquí nos ofrece unos San Fermines en Sevilla.
Dejando eso a un lado, pues la película nos ofrece una trama entretenida con dos actores que conectan y dejan salir la química entre ellos. Cruise interpreta a Ethan Hunt una vez más. Díaz interpreta a una neurótica. Y Mollá repite el papel de villano que ya interpretó en Dos policías rebeldes 2.
Lo peor de esta película son los efectos digitales. Hay algunas secuencias que cantan la traviata, sobre todo en los mencionados San Fermines.
Es un genero complicado, este de la comedia de acción, y recuerdo pocas películas de este género que me parezcan brillantes. La mejor, sin duda, Mentiras arriesgadas. Esta Noche y Día no llegaría al notable, pero tampoco la suspendo. Al menos me hizo pasar un buen rato.

7) The expendables.

¿He dicho que soy friki? Pues eso, no os sorprendáis. ¿Una reunión de figuras del cine de acción ochentero? ¡Coño! ¿Dónde hay que firmar? ¡Gracias Stallone!
Que sí, que luego no es tanto lo que venden, porque Jet Li no era ochentero, y Statham es actual (aunque me vale perfectamente, porque me encanta), luego hay tres que en realidad no les conozco, que son el negro, Couture y Austin, y faltan Van Damme, Chuck Norris y unos cuantos más. Además, Bruce Willis y Schwarzie sólo salen tres minutos, pero probablemente son los mejores tres minutos de toda la película.
En realidad, desde el principio la trama nos da igual, y yo personalmente, no me enteré de la charla filosófica de ese señor recauchutado que dice ser Mickey Rourke. Lo que queremos ver son los tiros y peleas, y cuando llegan, se disfrutan de lo lindo. No entraré a valorar las pocas habilidades de Stallone tras las cámaras, ni tampoco lo endeble del guión. Me lo pasé en grande con la secuencia de acción final, tan Doce del patíbulo. Ay dios, eso me hace echar de menos las películas tipo Doce del patíbulo…

8) Historias de San Valentín
Adivinad, de entre todas las de la lista, cual propuso Cris. os doy un minipunto si acertáis.

¿Qué puedo decir de esta película? A ver… es una de esas donde entremezclan catorce historias de diez minutos cada una, pero entremezcladas para que parezca que todas duran mucho tiempo en pantalla. Además, hacemos que el 95% de los personajes sean interpretadas por caras conocidas y ponemos todo el empalagosismo de que seamos capaces y ya tendremos rendidas a nuestros pies a todas las mujeres del planeta.
La peli es empalagosa de huevos. No había visto tanto color rosa junto en la vida. Ni tantos corazones, flores y bombones. Sólo le faltaban cortinillas de corazón para dividir las historias. Habría sido sublime.
Y… bueno, dos o tres de las historias tienen cierto interés, e incluso al final hay un par de ellas que te sorprenden gratamente. Obviamente, es predecible como la mayoría de las comedias románticas. Intenta ser una película con humor, aunque yo sólo me reí con dos puntos de la película. ¿Lo mejor? Ver a Jennifer Garner coger un bate de baseball y empezar a moverlo como si fuera Sidney Bristow apuntando con todo su odio hacia una piñata.
En fin. Es lo que es y no engaña a nadie. Entretiene, que ya es bastante, pero poco más se le puede pedir.

9) Killers.

Comedia romática de acción para gloria de Kutcher y Heigl que se queda a medio camino de todo. Como comedia es floja, como romántica es floja, como película de acción es floja. ¿Tiene puntos graciosos? Sí. ¿Vale la pena? No. Un producto demasiado similar a Noche y Día, pero no le llega a la suela de los zapatos. Kutcher quiere ser un tipo duro, pero tiene demasiada cara de bueno. Heigl interpreta a la misma neurótica que Cameron Díaz en Noche y Día, pero con la mitad de gracia. O mucho menos.
En fin, película que olvidas en cuanto empiezan a aparecer los créditos.

10) Black water.

Película australiana en teoría basada en hechos reales. Cuatro actores, uno de los cuales no aparece en pantalla más de cinco minutos, un bote, agua oscura, y un cocodrilo amenazante. Con muy buen tino, la película no busca el susto fácil ni la carnicería en primer plano, sino que plantea una gran historia donde lo que prima es la tensión constante. El ritmo, lento pero bien escogido, la música, casi ausente, y la realización, muy bien pensada, te hacen tener los puños apretados la mitad del metraje, pensando por dónde coño va a aparecer el bicho a continuación.
Sinceramente, un film muy interesante y bien hecho. Cuando llevábamos media hora de película, Cristina dijo en voz alta «¿Los australianos le dedican mucho dinero al cine? Porque mira la calidad, y mira el sonido. ¿Por qué en este país no sabemos hacer las cosas?». Y bueno, es algo que hemos hablado tantas veces que ya ni contesté. Trabajar en el medio y ver cómo se hacen en este país me resulta deprimente. Pero sí, una película con cuatro actores y una trama tan jodidamente básica tiene más calidad que el noventa y ocho por ciento de las cosas que hacemos aquí.
Suspiros de resignación…

De Predator a Predators

Hace mucho, mucho tiempo, el ahora gobernador de california, también conocido como «el muchasletras», Arnold Schwarzenegger, protagonizó una cinta de acción que se convirtió en un clásico del cine de acción.
En Depredador, Arnie comandaba un grupo de mercenarios del ejército americano que se internaba en la selva guatemalteca con el fin de… sinceramente, es lo de menos… pero después de masacrar a un grupo de guerrilleros, en una secuencia magnífica, por cierto, nuestro querido gobernador y su grupito de supersoldados se ven perseguidos por Depredador, un bicho extraterrestre con malas pulgas y tecnología superior que disfruta cazando. La versión hardcore de los señores que van con escopeta a buscar leones en África, digo yo.
Nuestro bichejo se rige por el código de la buena conducta del cazador, y por tanto, no mata gente desarmada. Sólo persigue trofeos. Por eso antes he dicho leones, no codornices.
El caso es que la película de McTiernan, un señor que se quedó anclado en los ochenta-noventa y ahora solo hace basura cuando le dejan rodar), rueda una película testosterónica maravillosa y entretenida, cargándose a prácticamente todo el reparto para que el final sea un cara a cara entre Schwarzie y el monstruo. Un cara a cara que es sublime.
Por supuesto, a los señores de Hollywood les dio gustirrinín el resultado de taquilla de la primera película, y decidieron rodar una secuela. Arnie no quiso, asi que le sustituyeron por el carismático Danny Glover. ¿He dicho carismático? Perdón, me he confundido.
Además, siguiendo esa moda de los ochenta-noventa, cuando una película funcionaba, la secuela tenía que ocurrir en una ciudad. Aún tengo pesadillas cuando recuerdo El señor de las bestias 2…
La película de Glover es floja. Tiene sus cosas, sí, esa secuencia del metro es brutal, y toda la parte final en la nave es cojonuda, guiño incluido a Alien. Guiño que, por cierto, años después nos pasaría factura en forma de dos bodrios que paso a comentar ahora.

Alien versus Predator…
Unir las dos grandes sagas con bichos y poner en medio a un grupito de humanos para que le den sangre a la cosa. Y ponemos al señor Henriksen a dar vueltas para que el público se muera de euforia al imaginar las posibles relaciones frikiles con la saga Alien.
En fin. La primera, ni me acuerdo de ella. Se que me pareció horrenda, y mi mente la borró de mi cabeza. Zas, fuera.

Y se atrevieron con Alien versus Predator 2. Con dos cojones, sí señor. Claro, que si han podido hacer veinte mil películas de Hellraiser, Halloween y Viernes 13, por qué no con esto. en fin, que el mayor atractivo que tenía esta película, para mi, era ver a Reyko Aylesworth como protagonista. La que fuera Michelle Dressler en la mejor serie de la historia, le pese a quien le pese, se viste aquí el traje de militar para interpretar a una soldado que regresa al pueblo que la vio crecer en el peor momento posible.
Muchos Aliens, muchos Predators, creo recordar que incluso una mezcla de ambos… porque sí, queridos míos, en Estados Unidos en los noventa les gustaba trasladar las segundas partes a ciudades, aunque no hubiera razón para ello, pero en el nuevo milenio, les gustan los hijos. «Hijos de personajes que adorabas en los ochenta» es igual a «Puta mierda de película», pero ellos siguen sin darse cuenta. Nos jodieron Superman. Nos jodieron Indiana Jones. Y crearon un híbrido de Alien con Predator. O sea, un Alien con rastas.
Y poco más tiene la película. Ah, sí, muchos secundarios desconocidos que mueren de mil maneras posibles.

Pero la cosa no acaba ahí.
Año 2010, queremos resucitar la saga y volvemos a los orígenes. Bien.
Toda la acción discurrirá en la selva, como en la primera. Bien.
No será una selva terrícola, sino otro planeta. Bueno, aceptamos barco, detalle sin importancia.
Sustituimos a Arnold Schwarzenegger por Adrien Brody… ¿De tipo duro? ¿El pianista que bebe Schwepes, o como se diga? ¿El de la nariz? Vale, salió con la Pataky, pero… no sé yo…
Metemos a Danny Trejo y al ruso que hace de ruso en todas las pelis americanas. Mooola.
Y habrá tres predators en vez de uno. Moooola.

Voy al cine. Pago religiosamente mi entrada y veo la película… y bueno, qué queréis que os diga, llamadme nostálgico, pero la película no está mal si lo que buscas es pasar el rato. No le llega a la suela a la de Arnie, pero entretiene. No le busques más. Salí de la sala sin haberme creído a Brody ni por un momento y con la sensación de haber visto una película predecible. Supe en todo momento quién iba a morir y casi-casi en qué orden. Desde luego, acerté con quienes llegarían al final. Y acerté con el giro final. Pero bueno, me entretuve.
Y ya, porque uno no le busca más a un producto como este.
Pero sí que hay algo que es de porfavoooooor. Vamos a ver, los que vamos a ver esto lo haremos porque nos gusta Predator. Y con eso nos basta y sobra. No me metas perros predator, porque además me da la risa. Ni el bicho volador predator. Pero sobre todo, sobre todo, sobre todo, no me metas esos dos bichos para hacer una escenita y que después no vuelvan a aparecer aunque sea absurdo que no lo hagan.
Porque si hay perros predator, ¿dónde coño se meten el resto de la película después de su escenita? ¿Hibernan?
Lo del bicho volador es de traca, además. Hacen una secuencia desde el aire, te muestran al bicho y si te he visto no me acuerdo. ¿Qué era eso? ¿Una nube, un avión, el hijo de supermán? Quien sabe. Yo no, desde luego.
La peli que todos queríamos ver…

Y no hablo de los comics porque no tengo tiempo. Prometo que lo haré en otro momento. Pero los comics de Predator eran la reostia. Perdón por el lenguaje. Comenzaban la historia allí donde la primera terminaba y la protagonizaba el hermano del personaje de Arnie… Eran brutales. Yo los guardo como oro en paño.