Libros Leídos en 2011:
1) El Talismán, de Stephen King y Peter Straub
2) Oscura, de Guillermo del Toro y Chuck Hogan
Oscura es la continuación de Nocturna, la aclamada novela de vampiros de Guillermo del Toro y el tipo que supongo que los escribe de verdad mientras Del Toro está sentado en su mansión a la orilla de la piscina.
La primera novela, Nocturna, era regulera, pero estaba escrita con un ritmo muy cinematográfico y presentaba algunos personajes interesantes y situaciones tensas, con lo que se dejaba leer con facilidad. El problema principal de la saga es que los vampiros no eran normales, sino que parecían sacados de un videojuego, con un aguijón que les sale de la boca para drenar los cuerpos de sus víctimas de una manera un tanto absurda.
Obviamente eso ya no tiene remedio así que en la segunda parte es igual. Y Oscura comienza allí donde acabó Nocturna. Mismos personajes, el mundo sumido en un caos ligeramente mayor, mismo villano de la función. Y sinceramente, el mayor problema de Oscura es exáctamente ese. Empiezas a leerte el libro y sabes perfectamente que cualquier situación de tensión será esquivada por los pelos por nuestro grupo de héroes, sabes que quien es susceptible de morir sólo lo hará, en el caso de hacerlo, en la franja final de la historia de alguna manera heroíca.
¿Qué hay con eso? Fácil: En ningún momento, mientras me leía Oscura, sentí el peligro rondando de verdad a los personajes.
Si le añadimos el hecho de que todos sabemos que se trata de una trilogía, y por tanto, habrá tercera parte, podemos poner la mano en el fuego porque el villano no será derrotado.
Las situaciones de tensión no son tan interesantes como en la primera parte, lo cual, además, hace que la novela flaquee aún más. Los personajes, que en Nocturna fueron interesantes, no consiguen todos seguir siéndolo. Eph y Nora aburren aquí. Setrakian mantiene el nivel. Fet y Gus, que eran los mejores personajes de Nocturna, siguen siendo aquí los más interesantes. Y a ellos se les añade Ángel, un luchador mexicano que, en sus pocas apariciones, roba completamente la atención.
Pero es que, además, añadiré una cosa más, lo que más absurdo me ha resultado de todo. Porque en Nocturna, comprendía que el mundo siguiera haciendo vida normal porque la plaga vampírica apenas había empezado a esparcirse. Pero en Oscura se vuelve todo un sinsentido que ralla el absurdo en numerosos momentos. La ciudad es atacada noche tras noche, los disturbios crecen de forma exponencial, las desapariciones se cuentan por miles, hay ataques incluso a la luz del día, con incendios, explosiones, tiroteos, la policía y el ejército brilla por su ausencia… pero en medio de esa Nueva York arrasada, hay una subasta para millonarios excéntricos que se mantiene. Iba leyendo esa parte y decía: «¿En serio? ¿Me estáis tomando el pelo?». Absurdo, de verdad.
En fin, que bastante peor que la primera.
La primera novela, Nocturna, era regulera, pero estaba escrita con un ritmo muy cinematográfico y presentaba algunos personajes interesantes y situaciones tensas, con lo que se dejaba leer con facilidad. El problema principal de la saga es que los vampiros no eran normales, sino que parecían sacados de un videojuego, con un aguijón que les sale de la boca para drenar los cuerpos de sus víctimas de una manera un tanto absurda.
Obviamente eso ya no tiene remedio así que en la segunda parte es igual. Y Oscura comienza allí donde acabó Nocturna. Mismos personajes, el mundo sumido en un caos ligeramente mayor, mismo villano de la función. Y sinceramente, el mayor problema de Oscura es exáctamente ese. Empiezas a leerte el libro y sabes perfectamente que cualquier situación de tensión será esquivada por los pelos por nuestro grupo de héroes, sabes que quien es susceptible de morir sólo lo hará, en el caso de hacerlo, en la franja final de la historia de alguna manera heroíca.
¿Qué hay con eso? Fácil: En ningún momento, mientras me leía Oscura, sentí el peligro rondando de verdad a los personajes.
Si le añadimos el hecho de que todos sabemos que se trata de una trilogía, y por tanto, habrá tercera parte, podemos poner la mano en el fuego porque el villano no será derrotado.
Las situaciones de tensión no son tan interesantes como en la primera parte, lo cual, además, hace que la novela flaquee aún más. Los personajes, que en Nocturna fueron interesantes, no consiguen todos seguir siéndolo. Eph y Nora aburren aquí. Setrakian mantiene el nivel. Fet y Gus, que eran los mejores personajes de Nocturna, siguen siendo aquí los más interesantes. Y a ellos se les añade Ángel, un luchador mexicano que, en sus pocas apariciones, roba completamente la atención.
Pero es que, además, añadiré una cosa más, lo que más absurdo me ha resultado de todo. Porque en Nocturna, comprendía que el mundo siguiera haciendo vida normal porque la plaga vampírica apenas había empezado a esparcirse. Pero en Oscura se vuelve todo un sinsentido que ralla el absurdo en numerosos momentos. La ciudad es atacada noche tras noche, los disturbios crecen de forma exponencial, las desapariciones se cuentan por miles, hay ataques incluso a la luz del día, con incendios, explosiones, tiroteos, la policía y el ejército brilla por su ausencia… pero en medio de esa Nueva York arrasada, hay una subasta para millonarios excéntricos que se mantiene. Iba leyendo esa parte y decía: «¿En serio? ¿Me estáis tomando el pelo?». Absurdo, de verdad.
En fin, que bastante peor que la primera.