En walkingdead.es han reseñado El cuarto jinete: Armagedon, y el resultado es muy favorable. Una novela en 3D que prepara el camino, sangriento, que recorreréis en Destrucción masiva. Pronto, muy pronto.
Los muertos de Víctor Blázquez. De entrada pido perdón pero ni mucho menos quiero sonar despectivo. Si me preguntaran qué es lo que más me ha impresionado de la novela de este autor, y un motivo convincente para recomendar la novela, contestaría eso. Porque estos zombis no son unos zombis cualquiera. Se alejan del zombi clásico de Romero y se acercan más a la frescura de Boyle y Fresnadillo, es verdad, pero aquí hay algo más.
“El Cuarto Jinete: Armagedón” te abre una puerta a lo que no te contaron The Walking Dead o 28 Días después, ni siquiera lo que ocurrió al final del primer film de Resident Evil, cuando Alice sale del hospital con el apocalipsis instalado en las calles. Tampoco se da muchos detalles del tema en otras obras, como por ejemplo Los Caminantes de Carlos Sisí. ECJ:Armagedón es ese tramo del apocalipsis que estas historias se saltaron, que decidieron obviar y empezar ya con el mundo patas arriba. Aquí está el “algo más” de Víctor Blázquez: él se remanga hasta los codos y se mete de lleno en la faena.
En “El Cuarto Jinete“, Castle Hill fue el conejillo de indias que usó para dar rienda suelta a su idea, a su particular teoría del apocalipsis Z. Su zona cero. Siempre he dicho que esa novela fue para mi como un libro en 3D. La tecnología de hoy en día consigue (si pones un poco de tu parte, claro) que puedas sentirte dentro de la película, con el sonido envolvente y las gafas de 3 dimensiones. La narración de la novela de Blázquez consigue un efecto parecido. Es una narración fresca y (y no exenta de riesgos) pero creo que se ha conseguido una combinación acertada, implicando al lector en un escalón más de lo que otras novelas proponen. Esa línea narrativa se mantiene en la segunda novela, y con continuos guiños al lector, en honor a su fidelidad para/con la primera novela.
Pero como hemos dicho, si Castle Hill fue el punto de partida, ahora el objetivo de nuestra cámara se eleva decenas de kilómetros en el aire para ampliar su radio de visión, lo que provoca que podamos contemplar un mosaico más variado del efecto del virus. La historia se extiende en su mayor parte a Los Ángeles, pero también nos desplazamos a otras zonas de Estados Unidos. Vemos la caída de la nación más poderosa del mundo, y os podéis imaginar el resto. Ya sabéis el dicho: cuando USA estornuda, el mundo se resfría. Eso sí, los que esperábamos con ganas leer nuevas aventuras sobre Mark y Paula nos llevamos una pequeña decepción, ya que esta novela es un gran puzle lleno de historias variadas, y ellos apenas son una pieza un poco más grande que las demás. En ese enorme mosaico, tampoco ha faltado el guiño del autor a algún personaje de The Walking Dead, que a poco que tengáis un ojo entrenado como el de Brad Blueman os daréis cuenta.
Otro de los encantos de esta novela, es ver como Víctor Blázquez juega su particular partida de ajedrez. Le encanta, y se nota. Se nota cuando vemos con el detalle con que explica la situación y posición de cada uno de los personajes. Dispone las piezas sobre el tablero para, acto seguido, soltar una horda de muertos y ver como se desencadenan los hechos. Si por mala suerte tiene que morir algún personaje que nos gustaba, no es su problema, son las reglas del juego.
Por último, y aunque parezca complicado, también hay lugar en esta novela para historias humanas. Historias que normalmente no encontrarás en una novela de zombis, donde la prioridad suele ser sobrevivir a los muertos y por Dios no oses pedirle más a esos pobres personajes que ya están sufriendo lo suyo. Realmente hay momentos en que te llegas a cuestionar si estás leyendo una novela z, y necesitas cerrar el libro, mirar la portada y comprobar que no te has equivocado al cogerlo de la estantería. Pero Víctor da un giro de tuerca más en este sentido y nos da una tremenda lección que a muchos se nos pasaría por alto. Cuidado con los vivos, podría ser el mensaje oculto. Y probablemente (conjeturas), veamos mucho sobre ésto en la tercera y última novela: ECJ:Destrucción Masiva.
Tras leer la novela, después de ver la ferocidad con la que se mueven los zombis de Víctor, y la frialdad con la que actúan algunos de los personajes, no volveré a creer jamás en la vida a nadie que me diga que no existen los monstruos. A menos que lo diga un Alien, claro. Entonces va a misa.