Ronin

Justamente hace unos días hablaba de Robert De Niro y su caída estrepìtosa en el universo de los actores mediocres, y mencionaba Ronin como su última buena película.
Bueno, pues me entraron ganas de verla.
Y sí, Ronin sigue siendo un peliculón. Ok, es cierto que los cromas apestan un poquito (hay uno que hasta se ve el borde silueteado de Robert De Niro) pero sigue siendo un peliculón.
Empezando por un mcguffin de libro, la maleta. Si en las escuelas de cine quieren hacer entender a sus alumnos lo que es un mcguffin, aquí tienen uno perfectamente dibujado.
Siguiendo con unos personajes perfectamente dibujados. De Niro está fantástico en la piel de ese «mercenario» capaz de tender emboscadas con tazas de café y con unos diálogos ingeniosos y su pose de tipo duro. Jean Reno está fantástico, pero vamos, como siempre. Este hombre está fantástico hasta en Godzilla.
Natasha McElhone lleva el status de tipa dura a un nivel que pocas veces he visto en una pantalla. Gemma Teller aparte, obvio. Y los demás son igualmente impresionantes, mención honorífica para Sean Bean que interpreta al mismo personaje que interpreta en la mayoría de sus películas.
Frankenheimer dirige la película con un pulso cinematográfico envidiable. Se nota que era uno de los grandes de la vieja escuela. Es una película como las de antes, con planos cuidados, movimientos limpios, sin tembleque alguno ni cámara en mano.
Y una trama cojonuda.
Y eso sin hablar de los coches. De las mejores persecuciones de coches de la historia, por callejuelas incluidas. Esta peli hizo que me enamorara del Audi S8. Cochazo. Los sonidos del motor te llenan la cabeza durnate todas las persecuciones haciendo que parezca que estás ahí metido.
Cine con mayúsculas.

Misión Imposible

He vuelto a ver Misión Imposible. Recuerdo que la vi en el cine cuando se estrenó y me pareció una gran película de espías, magníficamente rodada por un Brian de Palma a punto de empezar a matar su carrera, y bien interpretada por Tom Cruise, John Voight, Jean Reno y Ving Rhames.
Hoy, al verla, sólo me ha parecido un capítulo extendido de Alias.
No, es broma, la verdad es que el agente Ethan Hunt tiene el carisma y la trama sigue siendo interesante aunque ya te la sepas. Es cierto que el estilo de Brian de Palma se me antoja lento, pero se debe más bien a que sé cual es el ritmo que tuvieron después la segunda y tercera parte. Sigue habiendo secuencias que te dejan con la boca abierta, dos en concreto: Ethan Hunt encontrándose con su superior en un restaurante de Praga y utilizando el chicle bomba para escapar; y el robo colgado de cuerdas.
Pero. Siempre hay un pero. No todo en la película ha envejecido correctamente. Lo cierto es que los efectos especiales cantan ahora la traviata. Recuerdo que cuando vi la película en el cine, fueron tres las secuencias que me dejaron con la boca abierta, y la tercera era la protagonizada por un tren y un helicóptero en un tunel. Esa secuencia ahora es cutre. Así, con las cinco letras. Cutre.
Pero bueno, no desmerezco el valor de una buena película de espías. Como planeo ver en estos días la segunda y la tercera, no haré una crítica comparativa y me esperaré al final.