He vuelto a ver Misión Imposible. Recuerdo que la vi en el cine cuando se estrenó y me pareció una gran película de espías, magníficamente rodada por un Brian de Palma a punto de empezar a matar su carrera, y bien interpretada por Tom Cruise, John Voight, Jean Reno y Ving Rhames.
Hoy, al verla, sólo me ha parecido un capítulo extendido de Alias.
No, es broma, la verdad es que el agente Ethan Hunt tiene el carisma y la trama sigue siendo interesante aunque ya te la sepas. Es cierto que el estilo de Brian de Palma se me antoja lento, pero se debe más bien a que sé cual es el ritmo que tuvieron después la segunda y tercera parte. Sigue habiendo secuencias que te dejan con la boca abierta, dos en concreto: Ethan Hunt encontrándose con su superior en un restaurante de Praga y utilizando el chicle bomba para escapar; y el robo colgado de cuerdas.
Pero. Siempre hay un pero. No todo en la película ha envejecido correctamente. Lo cierto es que los efectos especiales cantan ahora la traviata. Recuerdo que cuando vi la película en el cine, fueron tres las secuencias que me dejaron con la boca abierta, y la tercera era la protagonizada por un tren y un helicóptero en un tunel. Esa secuencia ahora es cutre. Así, con las cinco letras. Cutre.
Pero bueno, no desmerezco el valor de una buena película de espías. Como planeo ver en estos días la segunda y la tercera, no haré una crítica comparativa y me esperaré al final.
Hoy, al verla, sólo me ha parecido un capítulo extendido de Alias.
No, es broma, la verdad es que el agente Ethan Hunt tiene el carisma y la trama sigue siendo interesante aunque ya te la sepas. Es cierto que el estilo de Brian de Palma se me antoja lento, pero se debe más bien a que sé cual es el ritmo que tuvieron después la segunda y tercera parte. Sigue habiendo secuencias que te dejan con la boca abierta, dos en concreto: Ethan Hunt encontrándose con su superior en un restaurante de Praga y utilizando el chicle bomba para escapar; y el robo colgado de cuerdas.
Pero. Siempre hay un pero. No todo en la película ha envejecido correctamente. Lo cierto es que los efectos especiales cantan ahora la traviata. Recuerdo que cuando vi la película en el cine, fueron tres las secuencias que me dejaron con la boca abierta, y la tercera era la protagonizada por un tren y un helicóptero en un tunel. Esa secuencia ahora es cutre. Así, con las cinco letras. Cutre.
Pero bueno, no desmerezco el valor de una buena película de espías. Como planeo ver en estos días la segunda y la tercera, no haré una crítica comparativa y me esperaré al final.