En la web «Caminando entre libros» han reseñado El cuarto jinete, y de nuevo sale bien parado de esa batalla.
Para todos aquellos que me conocéis mejor, sabéis que yo no soy mucho de leer trilogías. Mucho menos si aun no están terminadas. Pero claro, cuando fui al Celsius232 este año, fui a una presentación y compararon el ritmo de esta primera parte con el de Black Hawk Down (Black Hawk derribado). Por si no habéis visto la película (muy mal) os diré que además de ser muy buena y tener una banda sonora estupenda, empieza muy fuerte pero no decae. Eso, aplicado a una novela, es sinónimo de me la compro ahora mismo.
Sin embargo, tengo que reconocer al principio me costó un poco entrar en materia. Quizá por la cantidad de personajes que hay o porque tiene un estilo muy peculiar, con ese narrador omnisciente que te lleva como volando a todos los rincones de Castle Hill y te habla de tu a tu. Y yo ya pensaba que me habían engañado… hasta que llegué a la página 50 más o menos.
Entonces todo cambia, porque de repente pasa de tener muchísimo personajes con los que te pierdes, y luego ¡puf! Todos muertos. Por suerte, quedan apenas un puñado de supervivientes entre los que se encuentran personajes muy carismáticos… y otros que por desgracias te acaban cayendo como una patada en el culo.
Pero volvamos atrás y vamos por orden… La acción nos sitúa en Castle Hill, un pueblo o villa interior estadounidense. Puede que en habitantes sea un equivalente a Tineo, pero no queda tan bien. Eso sí, tienen de todo incluyendo su propio burdel, lo que aun no estoy segura hasta qué punto es legal.
Y como hay un poco de todo y Víctor Blázquez nos lo quiere mostrar todo, aproximadamente hasta un tercio de la novela supone una presentación y sucesiva muerte de cada uno de sus habitantes. Y eso que realmente solo han pasado un par de horas desde el “incidente”. Pero eso es lo que pasa cuando no te lo esperas.
En cuanto al tipo de zombies que nos vamos a encontrar es el clásico virus creado como arma militar que se les va de las manos: contagio por mordisco o contacto directo con fluidos, mueren de un tiro en la cabeza…. Pero corren. Y corren bastante, además de gritar como condenados.
Yo dividiría la novela en tres partes: presentación, estallido y resistencia. La primera puede ser más lenta, pero la segunda es ágil y atrapante como casi todos los inicios del Apocalipsis o el capitulo piloto de The Walking Dead. Pero si vais a comparar la última parte con la segunda temporada (mucho más lenta) estáis muy equivocados. Porque lo que contaron era verdad: la acción no decae, y se mantiene arriba hasta el final.
¿A costa de qué? Pues de verdaderas masacres, donde se diezma a los pobres personajes que seguían vivos. Y es que cada vez que hay un enfrentamiento humano-zombie, el grupo se va haciendo más y más pequeño. Por eso no haría falta que dijera que quizá deban abstenerse algunos estómagos sensibles: la sangre, las vísceras y lo visual abunda. Claro que para muchos de nosotros esto en lugar de rechazarlo, es un reclamo. Personalmente, si me encuentro con un libro Z donde no sea un mínimo de explícitos, siento que me han timado.
Como yo ya había terminado de leer Orilla intranquila antes que El cuarto jinete (y PetaZ, pero eso ya está a otro nivel), sabía que las referencias “frikis” están continuamente presentes en toda su obra, donde Stephen King se lleva la palma, con Cujo o It. ¿Qué demonios nos han hecho a esas generaciones que viven traumatizadas por el “Todos flotan aquí abajo”?
Lo que no se puede negar es a lo que se dedica Víctor Blázquez en su vida profesional (además de escribir, vamos): el cine está presente en toda la novela, con unas escenas muy visuales y sangrientas. No solo eso, sino que la estructura de la novela y el ritmo es absolutamente cinematográfico, por lo que no me extrañaría (ni me importaría) una adaptación.
Así que con ese nivel de acción elevado y con la atención puesta totalmente en las páginas del libro, llegamos al final. Porque terminar tiene que terminar en algún momento. Con escenas tensas y dramáticas, y una sorpresa final. Porque a pesar de que nos podríamos quedar un tranquilos cerrando el libro y diciendo “hasta aquí”, nos deja con una coletilla (y un curioso método de contagio) que desembocará en una hecatombe mayor. Tanto, que cuando cerré la última pagina me puse las botas y la chaqueta, y salí a comprar la segunda parte.
Porque a pesar de que me haya costado entrar en la historia o que haya encontrado algunos puntos donde creo que hay reiteraciones… me ha gustado mucho. Me ha mantenido en tensión y la he disfrutado, y eso es lo que realmente importa.
Así que no puedo sino recomendarla, ahora que dicen que está cercana la salida de la última parte. Porque si te gusta la acción y los zombies, seguramente quieras tenerlas todas a mano.