Segundo año del festival Celsius 232 que se celebra en Avilés y segunda oportunidad que he tenido de visitarlo como ponente. Tengo que decir que el día anterior al festival me invadía la pereza (más por las doce horas de viaje entre transbordos y tren que me esperaban que por el propio festival), pero esa misma noche cuando llegué me vi rodeado del buen ambiente que despedían las calles de la ciudad asturiana y la multitud de autores, fans y demás relacionados con el fantástico.
Han sido cuatro días de buen rollo, de charlas interesantes dentro y fuera de las carpas, de comidas pantagruélicas, mojitos y sobre todo… mucho fantástico. Terror, ciencia ficción, televisión, literatura, frikismo, juegos de rol, steampunk… de todo lo que puedas imaginar. Cuatro días que he compartido con multitud de gente entre los que incluyo al estupendo ilustrador Daniel Expósito y su chica, Silvia (la chica del «con un poco de imaginación…» y obsesionada con sacarme parecidos con otras personas), Juan de Dios Garduño, Vicente García, Jorge Iván Argíz, Borja Bilbao (ese ser mitológico, un lector), Joe Álamo, Macu Marrero, Tyrannosaurus Books (Jose, Nae y Marc), Sonolibro (Jose, Nilo y el clon Víctor), Josué Ramos, Tony Jiménez, Blue Jeans (y Ester), Carlos García Miranda, Martín Piñol, Virginia Pérez de la Puente, Cecilia y Oskar, dos visitas cortas pero de las que se agradecen (Jose Miguel Fernández y Eva por un lado; y Cosnava y esposa por otro)… y más, por supuesto, muchos más…
Tuve ocasión de presentar junto a Joe Álamo y Vicente García en una charla titulada «Hurgando en las entrañas de los zombis», comandada por Jorge Iván Argíz que hizo una labor estupenda como moderador.
Hablamos de las sagas de los tres, de los diferentes enfoques y las cosas que a cada uno nos movían a situar la acción en puntos tan distantes entre sí.
Se habló de las dos secuelas que se esperan de la saga Apocalipsis Island, de la tercera parte de Tom Z Stone (que fue anunciada en la misma charla) y de la tercera parte que cerrará las aventuras de los escasos supervivientes de El cuarto jinete. Buen recibimiento e interesante conversación.
Cuatro días de bromas que solo pillaremos los que estábamos presentes, por supuesto, pero que repetiremos en nuestras cabezas durante unos cuantos días más. Y con grito de guerra: ¡Abercrombiiiiiiieeeeeeee!
Cuatro días en los que un juego interno del que no puedo decir las reglas (pero refirámonos a él con el nombre en clave de «Berberecho») nos trajo más de una y de dos y de tres carcajadas:
En esencia, cuatro días cojonudos, y espero que se me permita la expresión. Ha sido un placer compartirlos con todos vosotros. Larga vida al fantástico, larga vida al Celsius 232.