Y una razón más para amar Misfits

A pesar de la pérdida de Robert Sheehan, Misfits sigue siendo una de las series más refrescantes del panorama televisivo actual, una verdadera declaración de intenciones y una demostración de que se puede hacer una serie cojonuda con un presupuesto ajustado. Y bueno, el cuarto capítulo de la tercera temporada sirve como perfecto ejemplo de por qué Misfits debería ser vista… y amada.
¿Cuántas veces se ha fantaseado con la hipótesis de matar a Hitler antes de que tenga ocasión de comenzar su reinado de terror? En Misfits dan un paso más, aprovechan los superpoderes y realizan un viaje en el tiempo con la intención de acabar con Adolf Hitler… que por supuesto sale mal y acaba dándoles a los nazis aún más poder del que tuvieron en realidad. ¿Conclusión? Los nazis ocupan inglaterra, ganan la guerra y el presente es un estado fascista y represivo donde la policía ejecuta y controla al resto. Y ahí es donde nuestros protagonistas se encuentran viviendo de la noche a la mañana, formando parte de la resistencia encubierta contra los nazis.
Un capítulo de aplauso.
Y eso que no pude parar de pensar qué habría hecho Nathan en esa situación. Habría sido el descojone.