¿Último estertor o Última esperanza?

Ha corrido tiempo desde la última vez que dejé aquí mi último post. La Semana Santa, un viaje a León y una semana de centrarme en un proyecto que tengo entre manos me han alejado de «El mundo según Hopewell». Y ahora que regreso, lo hago para hablar de algo que por lo general, no me gusta.
El cine español.
Manda huevos. Soy de aquí, quiero dedicarme al cine y el cine de aquí va y no me gusta. Que sí, que todos lo sabemos y por mucho que nos engañemos hay un problema de base en el cine español: que no cuenta historias que interesen a la gente. Y a fin de cuentas uno va al cine a ver cosas que le interesen. Si a eso le añades unos medios más bien escasos y una insistencia en ciertos temas cansinos (los que más se quejan de lo burdo del cine americano son los que defienden el cine patrio de culos y tetas) pues te queda lo que hay. Y para colmo, cuando va un cineasta interesante con una propuesta novedosa, ya sea en formato o en historia, por lo general la publicidad que los propios responsables le hacen a su producto es tan vergonzosa que nadie se entera de que existe esa película.
Pero lo cierto es que últimamente hay un repunte de buen cine, o al menos cine interesante, novedoso, original, distinto, bien hecho. Y me pregunto, ¿Son los últimos estertores de una industria que se ahoga en su propia mierda y se dirige a su fin dejando unas pequeñas joyas por el camino, o es que aún hay esperanza en el cine español y las cosas pueden llegar a cambiar?
La caja Kovak era una interesante película de suspense con Timoty Hutton a la cabeza que pasó desapercibida por nuestras pantallas. Ni la presencia de una estrella (aunque pequeña) estadounidense en su elenco la hizo digna de un poco de publicidad.
Y lo mismo le pasó a Bosque de sombras, que es una maravilla de película, de esas de antes, a lo Perros de paja, cargada de suspense y con un reparto magnífico encabezado por un grande como es Gary Oldman. Y ni siquiera el tener a Gary Oldman en cartel la hizo merecedora de un poruito de publicidad en nuestro país. Ni siquiera el haber sido alabada en varios festivales de renombre. Recuerdo haber visto un poster que decía próximamente. Recuerdo que la estrenaron. Y recuerdo que una semana después ya no podías ir a verla porque ya no estaba. Y os lo digo, la peli es cojonuda. Rápida, corta, con un buen guión, unas mejores actuaciones y un buen resultado final.
Pero pasan desapercibidas películas interesantes como La hora fría, una interesante propuesta de ciencia ficción encabezada por Silke (sí, tira para atrás al principio, pero luego la peli está bien a pesar de algunas cosillas y algún actor que chirría, y no precisamente la rubia) que sorprende con su final y con todo su original e inquietante desarrollo.
Algo más de nombre hizo Ladrones, que aunque a ratos es lenta y el final es más predecible que un capítulo de ese bodrio infumable que es House, en general se deja ver con buen gusto.
El último justo. Otra propuesta interesante.
Como interesante es La habitación de Fermat, que también resulta ser una agradable buena película. Con un quinteto de actores que se defienden de forma magistral (a la cabeza un grande como es Federico Luppi) la película entretiene y sorprende con sus giros. Una única pega que no la hace deslucir: resulta un poco extraño que matemáticos de renombre y super inteligentes se traben con acertijos que todos conocemos de cuando teníamos doce años. Quizá le sobraba el que fueran matemáticos, o quizás habría que haber subido el nivel de los enigmas a niveles matemáticos, a lo Cube, para usar a esos personajes y no al público. Aún así, es una gran película, con su momento freak y todo (los números de Lost en la PDA…)
También Las 13 rosas resulta ser una buena película. Tiene partes en las que, a mi entender, le falta ritmo, pero es una película recomendable.
Hasta en animación dejamos nuestra pequeña huella, con esa DonkeyXote que bien podría haber sido hecha por cualquier estudio americano.
Y por supuesto, no podemos pasar por alto las que sí han tenido repercusión, pero también son made in Spain. Desde la mexicanizada Laberinto del Fauno hasta El orfanato, pasando por Volver, o Rec, la última revelación del cine de terror patrio y que ya está haciéndose un remake allá en los USA, y sin olvidarnos de la última película de Alex de la Iglesia, Los crímenes de Oxford, donde también las matemáticas nos hacen pasar un buen rato.
Lo dicho, que o estamos dando nuestro último aliento, o aún hay esperanzas para nosotros.
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