Voy a hacer dos críticas rápidas de las dos últimas películas que he visto, porque se me amontona el trabajo…
La primera fue «Los seductores», película que vi gracias a la promoción 2×1 que me regaló Cinesa. Amo esa tarjeta, por cierto.
Los seductores es una película francesa que intenta poner de nuevo en boga a la mujer de Johnny Deep. Es una comedia romántica, pero no es la típica comedia romántica, cosa que alguien como yo agradece profundamente. Sí, no me emocionan las comedias románticas.
Los seductores tiene un tono de humor durante toda la película que a mi me hizo sonreír en varios momentos (cada vez que ponía su cara de «quiero llorar» me descojonaba). Es un humor afrancesado, así que los que no gusten del humor de la tierra del queso, ya pueden olvidarse de reír.
La trama cuenta la historia de un hombre que trabaja rompiendo parejas al que encomiendan el trabajo de evitar que Vanessa Paradis se case con el tipo que ahora hace de Rick en The walking dead, Andrew Lincon. Obviamente, durante la ejecución de su trabajo se enamora de ella y blablabla.
Si me tengo que quedar con un par de momentos, elijo claramente y sin dudar el momento en que explican cómo trabaja este hombre mediante un montaje en el que repite su «famoso» discurso a varias mujeres distintas, y el momento culmen de la película, homenaje a Dirty Dancing, que es sencillamente brutal.
Igual para los que están acostumbrados a ver comedias románticas todos los días la película les pareció un coñazo. A mi me gustó bastante, la verdad.
La primera fue «Los seductores», película que vi gracias a la promoción 2×1 que me regaló Cinesa. Amo esa tarjeta, por cierto.
Los seductores es una película francesa que intenta poner de nuevo en boga a la mujer de Johnny Deep. Es una comedia romántica, pero no es la típica comedia romántica, cosa que alguien como yo agradece profundamente. Sí, no me emocionan las comedias románticas.
Los seductores tiene un tono de humor durante toda la película que a mi me hizo sonreír en varios momentos (cada vez que ponía su cara de «quiero llorar» me descojonaba). Es un humor afrancesado, así que los que no gusten del humor de la tierra del queso, ya pueden olvidarse de reír.
La trama cuenta la historia de un hombre que trabaja rompiendo parejas al que encomiendan el trabajo de evitar que Vanessa Paradis se case con el tipo que ahora hace de Rick en The walking dead, Andrew Lincon. Obviamente, durante la ejecución de su trabajo se enamora de ella y blablabla.
Si me tengo que quedar con un par de momentos, elijo claramente y sin dudar el momento en que explican cómo trabaja este hombre mediante un montaje en el que repite su «famoso» discurso a varias mujeres distintas, y el momento culmen de la película, homenaje a Dirty Dancing, que es sencillamente brutal.
Igual para los que están acostumbrados a ver comedias románticas todos los días la película les pareció un coñazo. A mi me gustó bastante, la verdad.
The town es la segunda incursión de Ben Affleck tras las cámaras después de aquel peliculón que fue «Adiós, pequeña, adiós». En esta, el señor Affleck actúa además de dirigir, y nos mete de lleno en un barrio de Boston donde al parecer hay muchos atracadores de bancos. Y a eso precisamente se dedican Affleck y su pandilla, vestidos ahora de skeletor, ahora de monjas.
La cosa es que en el primero de los atracos se llevan de rehén a la directora del banco, de la cual acabará enamorándose el señor Affleck.
Ya lo dije cuando vi «Adiós, pequeña, adiós». Ben Affleck debería dedicarse a dirigir y dejar de actuar, cosa que hace infinitamente peor. Aunque es cierto que aquí no desentona el chico. El pulso de Ben tras la cámara es lento, pausado, pero firme. La película, con sus reminiscencias a Heat, mantiene una tensión interesante y te arrastra desde el principio hasta el final sin permitir que apartes los ojos de la pantalla.
Pero no es Heat.
The town está muy bien, sí. Y los tres atracos están perfectamente narrados, sí. Pero no sé por qué, me da la impresión de que dentro de unos años nadie recordará esta película. Tal vez porque no tiene nada que la haga novedosa, o porque no se centra en ser un drama ni tampoco en ser una película de acción y se queda en tierra media, ese lugar en el que creo que pocas películas pasan a la posteridad… a menos que nominen al oscar a alguno de sus actores, que por cierto, son lo mejor de la película.
La cosa es que en el primero de los atracos se llevan de rehén a la directora del banco, de la cual acabará enamorándose el señor Affleck.
Ya lo dije cuando vi «Adiós, pequeña, adiós». Ben Affleck debería dedicarse a dirigir y dejar de actuar, cosa que hace infinitamente peor. Aunque es cierto que aquí no desentona el chico. El pulso de Ben tras la cámara es lento, pausado, pero firme. La película, con sus reminiscencias a Heat, mantiene una tensión interesante y te arrastra desde el principio hasta el final sin permitir que apartes los ojos de la pantalla.
Pero no es Heat.
The town está muy bien, sí. Y los tres atracos están perfectamente narrados, sí. Pero no sé por qué, me da la impresión de que dentro de unos años nadie recordará esta película. Tal vez porque no tiene nada que la haga novedosa, o porque no se centra en ser un drama ni tampoco en ser una película de acción y se queda en tierra media, ese lugar en el que creo que pocas películas pasan a la posteridad… a menos que nominen al oscar a alguno de sus actores, que por cierto, son lo mejor de la película.