Los seductores y The town

Voy a hacer dos críticas rápidas de las dos últimas películas que he visto, porque se me amontona el trabajo…
La primera fue «Los seductores», película que vi gracias a la promoción 2×1 que me regaló Cinesa. Amo esa tarjeta, por cierto.
Los seductores es una película francesa que intenta poner de nuevo en boga a la mujer de Johnny Deep. Es una comedia romántica, pero no es la típica comedia romántica, cosa que alguien como yo agradece profundamente. Sí, no me emocionan las comedias románticas.
Los seductores tiene un tono de humor durante toda la película que a mi me hizo sonreír en varios momentos (cada vez que ponía su cara de «quiero llorar» me descojonaba). Es un humor afrancesado, así que los que no gusten del humor de la tierra del queso, ya pueden olvidarse de reír.
La trama cuenta la historia de un hombre que trabaja rompiendo parejas al que encomiendan el trabajo de evitar que Vanessa Paradis se case con el tipo que ahora hace de Rick en The walking dead, Andrew Lincon. Obviamente, durante la ejecución de su trabajo se enamora de ella y blablabla.
Si me tengo que quedar con un par de momentos, elijo claramente y sin dudar el momento en que explican cómo trabaja este hombre mediante un montaje en el que repite su «famoso» discurso a varias mujeres distintas, y el momento culmen de la película, homenaje a Dirty Dancing, que es sencillamente brutal.
Igual para los que están acostumbrados a ver comedias románticas todos los días la película les pareció un coñazo. A mi me gustó bastante, la verdad.
The town es la segunda incursión de Ben Affleck tras las cámaras después de aquel peliculón que fue «Adiós, pequeña, adiós». En esta, el señor Affleck actúa además de dirigir, y nos mete de lleno en un barrio de Boston donde al parecer hay muchos atracadores de bancos. Y a eso precisamente se dedican Affleck y su pandilla, vestidos ahora de skeletor, ahora de monjas.
La cosa es que en el primero de los atracos se llevan de rehén a la directora del banco, de la cual acabará enamorándose el señor Affleck.
Ya lo dije cuando vi «Adiós, pequeña, adiós». Ben Affleck debería dedicarse a dirigir y dejar de actuar, cosa que hace infinitamente peor. Aunque es cierto que aquí no desentona el chico. El pulso de Ben tras la cámara es lento, pausado, pero firme. La película, con sus reminiscencias a Heat, mantiene una tensión interesante y te arrastra desde el principio hasta el final sin permitir que apartes los ojos de la pantalla.
Pero no es Heat.
The town está muy bien, sí. Y los tres atracos están perfectamente narrados, sí. Pero no sé por qué, me da la impresión de que dentro de unos años nadie recordará esta película. Tal vez porque no tiene nada que la haga novedosa, o porque no se centra en ser un drama ni tampoco en ser una película de acción y se queda en tierra media, ese lugar en el que creo que pocas películas pasan a la posteridad… a menos que nominen al oscar a alguno de sus actores, que por cierto, son lo mejor de la película.

Adiós, pequeña, adiós

Ben Affleck es, junto con Orlando Bloom y Ray Liotta uno de los actores que menos soportamos. Veáse Independizados para comprobarlo. Es uno de esos actores que uno se pregunta por qué no se metió a carpintero. ¿Recordamos algo pasable que haya hecho? Sí, algo sí, sus actuaciones de la mano de Kevin Smith son visibles, tal vez porque se ríe de sí mismo, o porque Kevin Smith le da papeles que pueda hacer. Quién sabe.
Pero aquel que intente defender la actuación de Ben debería recordar antes de nada que es el monstruo delante de las cámaras en Daredevil, el infierno aquel de John Woo, Hollywoodland… y hasta empañaba películas interesantes como Smoking Aces (ésta por suerte no la empañó mucho y es una peli divertida, a pesar de que también salga Ray Liotta) o Armageddon. Menos mal que existe Bruce Willis.
En fin, que Ben Affleck ha demostrado que es mejor director que actor, porque Gone, baby, gone es una buena película. No una maravilla, pero sí una película interesante, rodada y dirigida bien (claro, que con Ed Harris y Morgan Freeman en el reparto sería chungo hacerlo mal) y en definitiva una buena película.
Que por cierto, la protagoniza Casey Affleck, hermano de Ben, y que se ha anunciado ya como mejor actor que el primero, cosa que no tiene mucho mérito, pero oye, ahí está el chaval. Y lo cierto es que en la película lo hace muy bien. Eso sí, para los que la vean en inglés, Casey Affleck tiene un acento infernal.

Smokin aces

Al ver el cartel de esta película uno sólo puede echarse a temblar: ¿Ben Affleck y Ray Liotta juntos en una película? ¿Los dos actores más petardos del mundo, además de Orlando Bloom, juntos? ¿Y dirigidos por Carnahan, el de Narc? Dios, esto tiene que ser muy fuerte.
Gracias a dios, el papel de Ben Affleck no es demasiado largo y el de Ray Liotta es bastante gracioso, y tampoco muy largo. Y en cuanto a la peli, si os gusta el estilo inglés de Snatch, esta tiene esa misma factura. Se trata de una película de enredo y acción, como la de Guy Ritchie, sólo que a la americana…
La trama está bien, la forma de contar la historia es lo mejor que tiene la película, además de algunos puntos muy graciosos. Por lo demás, tiene un bajón cerca del final pero se resuelve bastante bien.
El resultado es interesante y entretenido. Una de esas películas que ves, disfrutas y la olvidas para siempre jamás. Aunque eso sí, lo mejor de todo son las tomas falsas… donde podemos comprobar que actuar no es lo único que Ben Affleck no sabe hacer. Tampoco tiene puta idea de jugar al billar. Veanse sino, las tomas falsas…