Manda narices que una de las mejores series nuevas de este año (yo diría que detrás de Homeland, por lo que la colocaría en segundo lugar) haya resultado ser este culebrón con tintes de thriller llamado Revenge.
Cuando la temporada empezó no había absolutamente nada que me atrajera de esta serie. Van Camp no me cae especialmente bien desde los tiempos en que me resultaba una pereza absoluta en Cinco Hermanos, Madeleine Stowe me da bastante igual también y sinceramente, el culebrón y yo no solemos llevarnos bien.
Pero había tantas buenas palabras sobre Revenge que al final decidí concederle un par de capítulos.
Revenge engancha. Eso es lo primero que hace bien. Bajo su manto de culebrón esconde una buena historia de misterio, en la que Van Camp desea vengar la deshonra y muerte de su padre a manos de una familia ultra rica matriarcada por Madeleine Stowe.
Y sí, mantiene muchas cosas culebroneras por el medio pero la trama está tan bien llevada, a un ritmo tal, que al final dejas pasar todas esas cosas, absorbido por las intrigas de los Greyson y la frialdad de que hace gala nuestra protagonista.
El season finale ha sido un tiro por todo lo alto. Evidentemente, «el gran giro» es tan sólo un engaño, como lo fue aquel inicio de temporada resuelto de forma tan tramposa hace cuatro o cinco capítulos (probablemente uno de los puntos más negativos que le pongo a esta serie. No me gustó ese engaño, esa forma de mentir al espectador tan descarada en pro de un blanquismo que le viene mal a la serie.). Y sí, sé que ese gran engaño final (no quiero dar spoilers) se corregirá al inicio de la próxima temporada. Resulta bastante evidente.
En realidad, Revenge peca, para mí, de ser demasiado blanca. Nos han intentado hacer creer que dentro de Van Camp hay oscuridad pero al final resulta ser oscuridad solo para lo que el guionista considera que está bien. El personaje de James Morrison debería haber corrido otra suerte en el último capítulo. De haber ocurrido, entonces el personaje de Van Camp se habría convertido en un icono. Ese giro, esa decisión, para mí, le juega mal al personaje. Te demuestra a ti, como espectador, que ni tiene las agallas que dice tener ni está dispuesta a hacer cualquier cosa. Y eso me ha parecido una putada, porque lo que más molaba de Emily es que parecía dispuesta a hacer lo que fuera. Para mí, un gran error.
Una pena, sí, pero no enturbia una temporada que ha sido muy superior a la media.