Si no fuera porque existe Community, declararía Raising Hope como la mejor comedia del 2011. Pero existe Community, así que la declaro segunda mejor comedia del 2011.
Raising Hope es una serie de humor canalla, del creador de aquella cosa que nunca supo colarse en mi corazón seriéfilo pero que encandiló a tantos llamada «Me llamo Earl», a la que por cierto hacen un homenaje en el capítulo piloto. Raising Hope sigue las vivencias de una familia de clase baja compuesta por una abuela con alzheimer (un personaje tan surrealista y pasado de vueltas que la actriz debe pasarselo teta interpretándolo), una madre que trabaja limpiando casas, un padre que trabaja segando cesped y que parece Homer Simpson en carne y hueso (y que para mi es de lo mejorcito de la serie) y Jimmy, un joven que, en los primeros cinco minutos de serie, conoce y se acuesta con una chica que resulta ser una asesina en serie, a la que deja embarazada, tiene la niña en la carcel, la bautiza como «Princesa Beyoncé», y es ejecutada en la silla eléctrica. Y de repente, Jimmy se encuentra con un bebé (al que deciden cambiar el nombre por «Hope») sin tener ni idea de cómo cuidarlo, y teniendo que empezar a ser responsable. Una palabra que, por cierto, queda tan lejos de cualquier miembro de la familia que hace que la misión sea más que dificil.
Y a partir de ahí, deberán criar a Hope, como bien reza el título.
Qué queréis que os diga, pero a mi, ver cómo meten a la niña en una silla de coche pero se olvidan de anclarla al asiento, y después ver que en cada curva la niña va en el asiento trasero dando vueltas… me parece uno de los puntazos del año.
En serio, la serie está muy bien. Tiene capítulos verdaderamente divertidos, y otros más flojos, pero creo que es imposible no reírse con esta familia y sus idas y venidas. Y para mi, que además tengo un niño pequeño… no sé, me descojonaba de la risa con las cosas que les pasan con la niña.
Raising Hope es una serie de humor canalla, del creador de aquella cosa que nunca supo colarse en mi corazón seriéfilo pero que encandiló a tantos llamada «Me llamo Earl», a la que por cierto hacen un homenaje en el capítulo piloto. Raising Hope sigue las vivencias de una familia de clase baja compuesta por una abuela con alzheimer (un personaje tan surrealista y pasado de vueltas que la actriz debe pasarselo teta interpretándolo), una madre que trabaja limpiando casas, un padre que trabaja segando cesped y que parece Homer Simpson en carne y hueso (y que para mi es de lo mejorcito de la serie) y Jimmy, un joven que, en los primeros cinco minutos de serie, conoce y se acuesta con una chica que resulta ser una asesina en serie, a la que deja embarazada, tiene la niña en la carcel, la bautiza como «Princesa Beyoncé», y es ejecutada en la silla eléctrica. Y de repente, Jimmy se encuentra con un bebé (al que deciden cambiar el nombre por «Hope») sin tener ni idea de cómo cuidarlo, y teniendo que empezar a ser responsable. Una palabra que, por cierto, queda tan lejos de cualquier miembro de la familia que hace que la misión sea más que dificil.
Y a partir de ahí, deberán criar a Hope, como bien reza el título.
Qué queréis que os diga, pero a mi, ver cómo meten a la niña en una silla de coche pero se olvidan de anclarla al asiento, y después ver que en cada curva la niña va en el asiento trasero dando vueltas… me parece uno de los puntazos del año.
En serio, la serie está muy bien. Tiene capítulos verdaderamente divertidos, y otros más flojos, pero creo que es imposible no reírse con esta familia y sus idas y venidas. Y para mi, que además tengo un niño pequeño… no sé, me descojonaba de la risa con las cosas que les pasan con la niña.