No existen los monstruos en Lectura Directa

En Lectura Directa han leído y disfrutado No existen los monstruos. Y digo eso porque la reseña que han escrito no puede ser más positiva (le da un 9 sobre 10). Y yo, orgulloso de que esa sea la sensación que le queda a los lectores, claro.

Atención, eso sí, porque tiene algún que otro spoiler. Os dejo la reseña aquí:

Tenía muchas ganas de leer algo de Víctor Blázquez, pero a mi los zombies ya sabéis que me dan un poco de asquito, así que aun no había tenido oportunidad. Esta surgió gracias a su último título publicado: No existen los monstruos.
 
Según palabras del propio autor es un thriller histórico, aunque yo creo que se queda algo corto porque solo hace alusión a una parte de la historia que se desarrolla en sus páginas.
 
Estamos en 1942, en la Checoslovaquia ocupada por los nazis con mano de hierro. Un grupo de hombres enviados desde Inglaterra intentarán atentar contra la cabeza visible de esa ocupación: Heydrich. Pero no vienen solos, les acompaña un hombre que no está incluido en el grupo pero debe ir a Praga para realizar su trabajo, un trabajo que iremos descubriendo poco a poco…
 
Toda la planificación del atentado, las esperas, los controles, la vigilancia, el temor a ser descubiertos, van creando una tensión en incremento página a página. Casi podías sentir la tensión en cada reunión, el miedo al fracaso. Muy bien conseguido.
 
Y paralelamente a ello vamos descubriendo qué hace Sean Cassidy, nuestro pasajero misterioso. Cuál es su misión en esa ciudad. Y esta, para mi, es la historia más fascinante de todo el libro.
Sean es un cazador, un cazador de asesinos. Y hace muy bien su trabajo, lleva toda la vida haciéndolo. Desde que en su infancia fue atacado por uno de estos asesinos brutales y nunca consiguieron atraparle. Es una especie de obsesión para él, encontrar al asesino de su familia.
 
Por esa razón se olvida de todo y se va a Praga, hay pistas sobre un asesino similar a aquél en ese país, da igual la guerra que le rodea, da lo mismo el peligro al que se exponga. Tiene que cazarlo. Aunque no pueda ser el mismo asesino ya que han transcurrido 40 años… 
 
Disfrutaremos de muchos puntos de vista diferentes para ir construyendo la trama ya que el autor nos permite entrar en la cabeza de los numerosos personajes que conoceremos a lo largo de la narración. Esto permite al lector no posicionarse completamente a favor o en contra de uno solo, aunque de algunos definitivamente no se puede estar a favor…
 
Me ha gustado mucho porque de esa forma puedes disfrutar de todos los tonos intermedios del libro sin resultar subjetivo. Y esto hace que tu visión global sea mucho más amplia y enriquecedora.
El desarrollo de la historia que narra el atentado, su realización y desenlace es totalmente cinematográfico, me parecía estar viendo una película de esas antiguas de la segunda guerra mundial, con los nervios de punta… Se nota mucho el gran trabajo de documentación que ha realizado el autor.
 
En cambio la otra historia, la de Sean, es más de intriga y misterio. De contactos con desconocidos e historias increíbles. De sucesos inexplicables que deben ser resueltos por nuestro investigador para poder poner fin a su obsesión. Sumamente imaginativo y original me ha dejado con muchas ganas de haber indagado mucho más sobre nuestro asesino misterioso. No se puede crear un personaje tan perverso y fascinante sin que al lector le queden ganas de mucho más.
 
La portada, obra de Daniel Expósito, es otro añadido enriquecedor para el libro, me parece preciosa. A pesar de que ella me sigue pareciendo Penélope Cruz… 
 
Con un final correcto y coherente que te deja satisfecho por completo, consigue que después de cerrar el libro tu cerebro comience a girar y a seguir encajando elementos que, debido a la tensión creada, has ido sobrevolando en la lectura. Me encanta cuando un libro me queda rondando por la cabeza durante un tiempo.
 
En resumen, un libro que no engancha, sino que te agarra directamente y te sumerge en medio de la segunda guerra mundial y en medio de una guerra atemporal. Te implica tanto en una como en otra historia casi de forma personal. Y consigue que no sea olvidado fácilmente. Muy bien señor Blázquez, y para alguien que adora los finales felices es un gran mérito…