La Serie B contraataca


Serpientes en el avión.
Así se llama el último fenómeno del cine made in Hollywood, un largometraje que está trayendo cola en la mayoría de los foros sobre cine, y es que, desde hace unos meses la película ha creado tal expectación en internet que han surgido miles de páginas no oficiales, posters hechos por foreros y hasta merchandising sobre el film que nada tiene que ver con la compañía productora.
Hagamos un rewind y situémonos en 2001, cuando el guión estuvo listo y todo preparado para rodar la película, en la que, por cierto, nadie tenía demasiadas esperanzas de conseguir algo más que un estreno directo a DVD. Entonces, unos hijos de su XXXX madre decidieron lanzarse en avión sobre las Torres Gemelas, y la incomprensible mentalidad estadounidense convirtió el mundo en un circo, suprimiendo de inmediato escenas de películas que esperaban fecha de estreno y en las que se contemplaba el sky de New York (que grande era aquel poster de Spiderman…) y suprimiendo del séptimo arte todo lo que tuviera que ver con aviones. Una de las primeras afectadas fue aquella película de Schwarzenegger llamada Daño colateral, que sufrió los daños colaterales del atentado, viendo como se retrasaba su estreno indefinidamente y teniendo que regrabar el prólogo, donde la mujer e hijo de Schwarzeneger morían dentro de un avión durante un secuestro. Al final lo dejaron en bomba en la calle, que siempre es más aceptado…
Snakes on a plane, aún en preproducción, se vio cancelada y el guión terminó en un cajón hasta que el año pasado alguien decidió que sería divertido hacer una película sobre un avión rebosante de serpientes. Con semejante trama, nadie podía esperar nada más que una serie B, hasta que Samuel L. Jackson empezó a propagar a los cuatro vientos que le encantaría salir en la película. En ese momento, con uno de los grandes subido a bordo, la película pasó a ser una Serie B… pero con clase.
Y entonces empezó el furor. La idea gustó en los foros y la gente empezó a desbarrar sobre la posible trama de la película (de la que únicamente se sabe lo siguiente: Samuel L Jackson tiene que escoltar a un hombre que testificará en pocos días, pero aquellos que no desean que testifique deciden llenar el avión de serpientes muy venenosas para silenciarle) y sobre la idea de que, como toda buena serie B, las dosis de sangre, violencia y sexo estarían en las cotas más altas.
Hasta tal punto fueron altas las expectativas de la gente que ya se proclama a Serpientes en el avión como una película de culto. Y los directivos, que pretendían sacar la película como «no recomendada a menores de 13» han decidido que sus posibilidades son más altas si le dan a la gente lo que quiere. Así que, meses después de estar terminado el rodaje, el equipo y reparto volvió a juntarse y se grabaron nuevas escenas con más… eso, sangre, violencia y sexo. De hecho, se comenta que una de esas nuevas escenas muestra a una pareja follando en el cuarto de baño del avión hasta que aparece una de las serpientes. Las apuestas sobre donde muerde al chico van encaminadas en una única dirección.
Alex Faundez dice en su sección hollywood Boulevard de la revista Imagenes (número 258) que «no cabe duda de que Snakes on a plane será una de esas experiencias fascinantes que sólo pueden disfrutarse en una sala de cine: la película no habrá por donde cogerla (¡y qué mas da!) pero la reacción del público al ver serpientes paseándose libremente por el avión no tendrá precio.»
Me encanta ese «y qué mas da». Desde luego yo iré a verla, junto a toda esa masa de gente que disfrutamos de la serie B como el más puro entretenimiento, amén de lugar donde de vez en cuando uno se encuentra verdaderas joyas que superan, con mucho, a la Liga Superior. Que se lo digan a Tarantino.