Conciertazo

Getafe, 7 de Junio de 2008, Estadio Juan de la Cierva, miles de tipos vestidos de un predominante color negro, más teenagers de lo esperado y yo. El muy esperado regreso de Robe y su pandilla a los escenarios.
A las nueve en punto aparecen en el escenario el primero de los dos teloneros, unos tal «calaña», que con sus ritmos simpaticos consiguen crear un ambiente de buen rollismo con gente sentada por la pista del campo de futbol bebiendo cerveza y demás líquidos alcohólicos. A las diez, el segundo de los teloneros, un grupo llamado «Doctor deseo», que son ese tipo de teloneros con los que te dan ganas de gritar el nombre del grupo principal sin parar, para ver si se callan. Sin carisma, con una voz horrenda y un estilo musical que aún no sé si quería imitar a Héroes del Silencio o a La Unión. Quizás a ambos.
A las once debería haber empezado Extremoduro. No lo hizo hasta las once y media. Y cuando se subieron al escenario lo hicieron para entregarse al máximo y dar un mega-concierto lleno de clásicos y con tan sólo tres canciones del nuevo disco, una de las cuales, Breve introducción al caos, también fue coreada por todos, y las otras dos… pues nadie se las sabía.
Abrieron con un temazo: Deltoya (o lo que es lo mismo, echar de menos a Adri), tras la cual acabé tan jodidamente agotado de saltar y gritar que hasta se me pasó por la cabeza retirarme del mogollón para recuperar el aliento. Los años no pasan en balde. Me mantuve hasta el final, saltando, recibiendo empujones, y dándolos de vez en cuando, participando de las mareas humanas.. y aullando cosas como Golfa, Amor castuo (sí!!), Jesucristo garcía, Salir, La vereda de la puerta de atrás, Standby, A fuego, Pedrá, Donde están mis amigos… y por supuestísimo, Puta. A mi parecer, sólo faltaron La hoguera y Decidí. El resto, estuvieron todas.
Y ellos, sencillamente grandes.
Y todo esto a pesar de que el sonido era una puta mierda y saturaba en ocasiones, que conste.