Calentito

Ya de por sí es raro que yo me haya puesto a ver esta película, pero así ha sido. Y aún más raro ha sido el hecho de que haya disfrutado de «El calentito» prácticamente desde el minuto uno hasta el final.
Y es que, en contra de lo que me esperaba, la película no sólo está bien hecha – lo cual ya es una sorpresa- sino que además está muy bien interpretada.
¿La historia? La de un grupo de tres chicas que quieren formar un grupo de música en febrero de 1981, lo cual sirve para poner de telón de fondo todo un suceso generacional que – gracias a dios – no me tocó vivir: La movida madrileña, la transición y el golpe de estado.
Y la película no sólo cuenta con mucho ritmo las idas y venidas de las tres chicas, el despertar sexual de una de ellas, las relaciones de las otras dos y la problemática con la que ha de lidiar la dueña/o del bar que da título a la película y que es un travesti. La película también nos muestra lo que fue aquella época, y los sentimientos encontrados de la gente que la vivió.
Y, repito, de forma sorprendente, es una película que consigue atraparte. Sobre todo gracias al ritmo, pues está muy bien contada, de forma ágil.
¿Lo mejor? El manejo de la narración, Jordi Vilches (que siempre es lo mejor de cualquier cosa en la que sale, este tío es cojonudo), El telón de fondo generacional, Las secuencias con la familia de Sara, El momento en que Jordi Vilches intenta convencer sutilmente a Sara de que participe con él y su novia en un trío, Los guiños a personajes del momento como cuando las protagonistas se cruzan con Alaska y los Pegamoides o cuando sale Almodovar y McNamara a cantar (gracias a dios que no viví aquello), y por supuesto, como bien decía Borja Perez en Quevidamastriste, Verónica Sanchez sale en tetas y follando y es sólo un minuto pero si se pone en replay… jajaja!
¿Lo peor? Pues hombre, que a mí ese tipo de música y movida como que no me mola.