Ayer tuvo lugar en el Calderón el concierto de «cumpleaños» de los 40 principales. Muchos artistas, siete horas de música, el calderón petado, y un buen rollito generalizado. El estilo de concierto: cada artista tocaba tres canciones, una de ellas con el anterior, otra sola, y la última con el siguiente artista. Eso estaba bien, porque cuando alguien no te gusta (lease pesadilla de morfeo o david de maría) tarda poco en irse.
Yo sinceramente pensaba que lo iba a disfrutar menos, porque no me gustaban más de diez de los grupos que iban, pero al final, claro, todos los que tocaban cantaban canciones que conocemos, que han sonado tanto que las hemos escuchado alguna vez y que, más o menos, podemos disfrutarlas. Así que al final me lo pasé bien. Bueno, a Bisbal que lo maten ya, por dios. Es en beneficio de la humanidad.
Desde Seguridad Social con su chiquilla, Celtas cortos y el 20 de abril o el tranquilo majete, Revólver, Alaska (que se marcó uno de los mejores duetos con Marta Sanchez, quién lo iba a decir), los hermanos Auserón que me maravillaron con su eterna Anabel Lee y una versión salsera de Chuck Berry, Loquillo (mira que eres grande, y lo digo en todos los sentidos, este tío es un crack) que además se marcó su rock and roll star junto a Pereza, Julieta Venegas (mira que eres maja), Coti (mira que eres pesao), Ariel Roth que sigue tocando la guitarra de puta madre, Coque Malla (momento revival con su adiós papá, adiós papá, consiguenos un poco de dinero más), Amaral (si pudiera borrar tus dos últimos discos igual volvías a caerme bien), Antonio Vega que siguen cantando de puta madre pero está destrozado, La oreja de Van Gogh (dicen que las cámaras engordan cinco kilos, pero… ¿cuántas cámaras se ha comido esta tía? yo al principio pensé que se había comido a la cantante), Alex el vago, perdón, Ubago… no sé, un montón más.
Y no me voy sin mencionar al incéíble Joaquín Sabina. Maestro entre maestros, salió al escenario junto a Rosario para cantar Pongamos que hablo de Madrid, lo cual ya fue en sí todo un espectáculo dado que no toca esa canción en directo desde que Franco era corneta. Su vestimenta a lo Angus de ACDC y su bombín. Magnífico en el escenario. Luego nos dedicó Princesa, y para terminar, invitó a los Estopa para acompañarle en 19 días y 500 noches. Sabina podría haberse quedado más tiempo. Volveremos a verte en Septiembre en las Ventas.
Para mí, claro, faltaba el más grande de todos.