Wester, Cristian Bale, Rusell Crowe. Tres puntos que me hacían querer ver la película. Ben Foster era el cuarto punto.
Como todo buen western, es de narración más bien lenta. La historia es buena, si bien algunas motivaciones de personajes no quedan muy claras una vez termina la película. Uno se queda como «sí, ok, pero, ¿Por qué hizo eso?». La verdad es que no cuenta nada nuevo, más allá de que sea un remake (que digo yo, puestos a remakear hay westerns mucho más interesantes) pero uno no se queda con mal sabor de boca. Los actores están magistrales, y eso ayuda. El desarrollo es interesante, y eso ayuda más.
Uno echa en falta tiroteos, la verdad, y eso es un punto en contra, porque cuando uno ve un western quiere ver balas. Y aquí faltan… hasta que el reloj del protagonista marca las tres en punto. Y entonces empieza el tiroteo, que con creces es lo mejor de la película. Pero sabe a poco. Claro, a uno le tienen tanto tiempo sin balas y cuando llegan, por mucho que lo hagan de forma expléndida, dura poco, pues quedan ganas de más.
Sí, sabe a poco sería una buena manera de expresarlo.
Así que no sabría si recomendar esta película o no. ¿Está bien hecha? Sí. ¿Bien actuada? Sí. ¿Entretiene? A ratos. ¿Es interesante? A ratos. ¿Es una peli redonda? No.
Para buenos Westerns, ahí quedan Dos hombres y un destino; El bueno, el feo y el malo; La muerte tenía un precio; La diligencia; Por un puñado de dólares; Sin perdón; Hasta que llegó su hora.
¿Se me olvida alguno?