Underbrain Mgz reseña El cuarto jinete

Cosas que pasan, esta reseña en realidad es anterior a la que he publicado hace unas horas sobre El cuarto jinete: Armagedón. Y digo que es anterior porque el autor de la reseña es el mismo y evidentemente escribió antes la del primer libro que la del segundo. Pero esta me había pasado desapercibida y ha sido después de hablar con el reseñador que he podido leer esta reseña de El cuarto jinete que podéis leer en Underbrain.

Ganazas había ya de leer esta novela de Víctor Blázquez, un joven escritor afincado en Madrid que trabaja actualmente como segundo de dirección en series como Herederos, El Gordo o La Fuga. También ha dirigido una decena de cortometrajes y estado detrás de proyectos de distinta índole, desde videoclips a webseries como Pigmalión.

Con esta andadura por televisión, no hay que buscar demasiado para alabar el ritmo tan cinematográfico que tiene la novela, la cual engancha de principio a fin cosa mala… llevándonos de una parte a otra de Castle Hill de la mano de un narrador omnisciente, recurso muy original y que diferencia a ésta de otras novelas de temática similar.

Queda bastante patente que Víctor Blázquez maneja los tempos narrativos con mano maestra, transportándonos del pasado al presente, cuya información que obtenemos de estos saltos temporales es de vital importancia para llegar a entender la magnitud de este virus, el cual se convierte en una auténtica pesadilla para todos sus protagonistas, ya sean principales o secundarios (en este aspecto tengo que decir que hay un montón de personajes, pero que gracias a ese narrador que lo vé todo, nos recuerda quién es quién cuando lo estima oportuno y así nos sirve para localizarlos durante toda la narración).

Otro de los detalles que cabe destacar es cómo Víctor Blázquez nos presenta al comienzo del libro todas las microhistorias que más tarde acabarán confluyendo en una sóla, mientras que las bajas se van uniendo en aumento mientras que vas devorando las páginas una tras otra (respecto a ésto, la caracterización tan humana y empática mostrada por el escritor hacia sus personajes hará que derrames más de una lágrima cuando desaparezca alguno de esos personajes tan queridos por los lectores).

Para los que os estéis preguntando acerca de las escenas violentas: sí, sí las hay, cómo no y en las que Víctor no escatima en detalles escabrosos si lo cree necesario. Asi que os podéis quedar tranquilos, ya que la narración está salpicada por momentos de auténtico gore que hará las delicias de todo buen aficionado.

Las influencias que podemos notar en el libro las hay desde las más obvias (Universo George Romero), otras no tan obvias (hay un par de escenas que me han recordado especialmente a la peli francesa de temática Z La Horde), y algunas que quizás se le escapen a aquéllos que desconozcan el cine de John Carpenter (la escena de la Comisaría me ha recordado a Asalto a la Comisaría del Distrito 13); estilísticamente hablando, la novela es deudora del Universo del gran Stephen King, resultando de todo ello un gran homenaje a este escritor por parte de Víctor.

Concluyendo, El cuarto jinete es de las mejores novelas de zombies que llevo leídas este año y ya tengo en mi mesilla de noche El Cuarto Jinete: Armagedón, así que no hace falta decir que ya llevo leídos unos capítulos y la cosa promete… y mucho.

Ah! y recordad: Castle Hill es un pueblo muy bonito, sí, pero desviaros si pasáis cerca de él… El que avisa no es traidor, palabra de infectado.