Hoy he visto una peli de vampiros alemana de título Wir sind die nacht, o lo que es lo mismo «Nosotras somos la noche». Y oye, después de la intro a bordo de un avión me encontré a mi mismo preguntándome: ¿Esto me ha parecido interesante o me da miedo que sea una pastelada donde pinte más esa búsqueda del amor que los vampiros?
La peli mola, y mola bastante. Es cierto que hay una parte, después de que la protagonista se convierta, en que parece que la cosa va a ir de cuatro feministas saliendo de fiesta, poniéndose hasta las trancas y yendo de compras en sus coches mega guays toda la noche en plan Pretty Woman.
Por suerte no es así, y aunque exista ese rato en la película, luego la cosa es bastante adulta. Nada de vampiros que brillan a la luz del sol ni bobadas de esas. Las chicas son guerreras y sangrientas. Y bastante, además. Vampiresas de las que dan ostias y sacan los colmillos para secar a los pobres humanos que se cruzan con ellas.
Una cosa sí me chocó bastante al principio. La jerarca del grupo busca encontrar «los ojos», y los encuentra en la protagonista. Durante el primer cuarto de hora le dice como en tres ocasiones «que ojos más bonitos» o cosas así… ¡¡¡Por dios, pero si tiene unos ojos horrendos!!! La chica mejora bastante cuando se pone guapa, pero al principio es bastante adefesio la pobre. En fin, me hizo gracia eso. Es como decirle a Rosie De Palma «que nariz más bonita tienes».
Ah, la peli juega sobre bases mil veces vistas en las historias de vampiros: el sol las mata, beben sangre, no se reflejan en los espejos… cosas que da gusto ver, pero también juega una nueva baza, la de que sólo haya vampiresas en el mundo, y ningún hombre. Fue un detalle curioso cuya explicación, dada de paso y sin prestarle atención, además me gustó.
Un descubrimiento Jennifer Ulrich, que no es la prota de ojos feos sino una de las otras vampiresas, depresiva y triste durante la mayor parte del tiempo. Aquí os la dejo.
La peli mola, y mola bastante. Es cierto que hay una parte, después de que la protagonista se convierta, en que parece que la cosa va a ir de cuatro feministas saliendo de fiesta, poniéndose hasta las trancas y yendo de compras en sus coches mega guays toda la noche en plan Pretty Woman.
Por suerte no es así, y aunque exista ese rato en la película, luego la cosa es bastante adulta. Nada de vampiros que brillan a la luz del sol ni bobadas de esas. Las chicas son guerreras y sangrientas. Y bastante, además. Vampiresas de las que dan ostias y sacan los colmillos para secar a los pobres humanos que se cruzan con ellas.
Una cosa sí me chocó bastante al principio. La jerarca del grupo busca encontrar «los ojos», y los encuentra en la protagonista. Durante el primer cuarto de hora le dice como en tres ocasiones «que ojos más bonitos» o cosas así… ¡¡¡Por dios, pero si tiene unos ojos horrendos!!! La chica mejora bastante cuando se pone guapa, pero al principio es bastante adefesio la pobre. En fin, me hizo gracia eso. Es como decirle a Rosie De Palma «que nariz más bonita tienes».
Ah, la peli juega sobre bases mil veces vistas en las historias de vampiros: el sol las mata, beben sangre, no se reflejan en los espejos… cosas que da gusto ver, pero también juega una nueva baza, la de que sólo haya vampiresas en el mundo, y ningún hombre. Fue un detalle curioso cuya explicación, dada de paso y sin prestarle atención, además me gustó.
Un descubrimiento Jennifer Ulrich, que no es la prota de ojos feos sino una de las otras vampiresas, depresiva y triste durante la mayor parte del tiempo. Aquí os la dejo.