LIBROS LEÍDOS 2013
1) Tom Z Stone, de Joe Álamo
En realidad estaba destinado a ser el último libro del 2012, pero una sobrecarga en mis tareas durante los últimos días del año (básicamente cuidar de los dos enanos a tiempo completo en épocas de no-cole, preparar la presentación de Postales desde el fin del mundo y una gastroenteritis que me tuvo K.O durante todo un día) lo han convertido en el primer libro del 2013.
Tom Z Stone es una novela incluída dentro de la línea Z de Dolmen y es probablemente (no he leído todos los libros de la línea), el más peculiar. Aquí los muertos no devoran seres vivos a lo loco (aunque los hay que sí pero es algo que sabemos de segunda mano y nunca lo visualizamos tal cual) y son en realidad «reanimados» capaces de hacer vida normal, casi, con la particularidad de saber que esa segunda oportunidad en el mundo no durará más de cuatro años antes de convertirse en un terminal y perder el control de sus actos.
Entonces tenemos al protagonista, Tom Stone, un reanimado que trabaja como detective privado, con unos gustos musicales maravillosos y un sentido del humor que me ha arrancado unas cuantas carcajadas.
Tras una presentación que sirve para emarcar todo esto que yo he contado pero mucho mejor explicado, la novela entra al grano directamente con la llegada de un caso al despacho en forma de cuerpo femenino escultural. A partir de ahí empieza a crearse una trama de novela negra con reminiscencias clásicas en el que resulta muy fácil imaginar todo en blanco y negro y con un aire setentero inundándolo todo.
No voy a contar nada de la trama. La novela vale la pena, está bien escrita y hace pasar un buen rato gracias al humor del protagonista (a destacar la relación que mantiene con su secretaria, uno de los mejores personajes del libro) y la trama negra está más que bien llevada. Eso sí, no te acerques a Tom Z esperando encontrar acción zombie a raudales porque entonces este no es tu libro.
No todo el monte es orgasmo, que dicen los chiquillos (o decían en mis tiempos), y también hay algo que no me ha gustado. El libro mantiene dos líneas temporales durante toda la novela. Por un lado está el caso que transcurre en el presente, y por otro lado están las historias que desgranan lo acontecido tras el llamado día FR, el día en que los muertos salieron de su letargo. No es que estén mal, ojo, y hay varios de esos incisos que me parecieron muy ocurrentes o interesantes (destaco dos de ellos, y en especial el del tipo que vuelve a casa y se encuentra a su mujer «bajo el ataque de un reanimado» en la cama), pero hubo un momento en que me jodía que me cortaran la trama para contarme algo de eso. Por suerte para mí, esos incisos son cortos, algunos de apenas una página, y como digo no dejan de ser interesantes, solo que yo prefería lo que ocurría en el presente. Soy demasiado impaciente.
En definitiva: Acercaos a la novela de Álamo porque vale la pena y vais a pasar un buen rato. Además se lee de una sentada o dos. Y tiene secuela en la calle.