Vaya por delante que jamás me he leído el libro de Ken Follet. Soy buen lector, pero nunca me atrajo esta historia, pese a que todos hablaban maravillas de ella. Sin embargo, cuando el canal Starz estrenó la serie basada en el bestseller de Follet, me vi movido a verla por presiones externas.
La serie consta de ocho capítulos. Por lo que me han dicho, se lleva por delante bastantes cosas, pero lo hace bien, porque mantiene el ritmo en todo momento y se vuelve más adictiva cuanto más avanza. Todos los actores están muy bien en la versión original. Debo decir aquí que la aparición de Donald Sutherland en el cartel y en los créditos es una de esas cosas promocionales engañosas, como lo de los vuelos a 60 euros que luego acababan siendo 200 con las tasas. El padre de Jack Bauer se limita a aparecer en el primer capítulo y desaparecer en el segundo. Y hala, a cobrar el cheque.
Mención especial para Rufus Sewell, ese hombre casi bizco que ha logrado hacerse un hueco en la industria de Hollywood como secundario y malo de película. En Los pilares, Sewell interpreta a uno de los personajes más bondadosos de toda la historia, y demuestra que es buen actor cuando se requiere ternura.
Me quedo también con Matthew Macfadyen, que interpreta al Prior Phillips de una forma expléndida, y con Hayley Atwell, esa Aliena a la que uno admira durante toda la historia, incluso cuando su presentación como «personaje bueno de la historia» sea tan manida.
Ian MacShane está perfecto en el papel de villano de la función, incluso con esa peluca tan horrenda, y Eddie Redmayne se defiende bastante bien como Jack. Su voz en inglés da un poco de miedo, debo decir.
Buen ritmo, buena ambientación, pocos efectos digitales y que no cantan en exceso, buenas interpretaciones, una historia interesante…
Debo decir que me ha gustado. Y dado que ayer se dieron los Emmys, me parece bastante injusto que Los pilares de la tierra no se haya llevado ninguno, y ni siquiera fuera nominada. Tal vez se estrenó demasiado tarde para la academia, pero como producto televisivo, me parece muy superior a la patata de guerra que produjo Steven Spielberg, The Pacific, la cual, sí, me pareció espectacular en las escenas de guerra, tuvo un gran diseño de producción, pero como historia era aburrida hasta límites insospechados.
Me quedé en el capítulo siete, y sin ganas de ver los tres que quedaban.
Al menos Survivor se ha llevado dos Emmys.