Interesante película de acción con regusto clásico y alguna que otra licencia experimental sobre una niña-soldado que, como reza el poster, resulta ser joven, dulce, inocente y letal.
Protagonizada por Saoirse Ronan, Eric Bana y una Cate Blanchett capaz de ofrecernos registros dulces o fríos como el acero, en el interior de esta cinta tenemos también en papeles menores a Tom Hollander (que se marca un psicópata en chandal que es de lo mejor de la peli) y al siempre eficaz Jason Flemyng, que aquí hace un papel bastante tonto.
De todas maneras, Hanna es un vehículo ideado para el exclusivo lucimiento de Ronan, que, aunque se defiende, tampoco parece que luzca demasiado papel. Claro que, por exigencias del guión, esa cara de piedra debe ser siempre de piedra.
En cuanto al estilo me ha parecido muy interesante su toque clásico, muy del cine thriller de los setenta, y me han parecido apestosos los momentos experimentales (esa primera huída de la prisión, a ritmo casi tecno y con planos giratorios de Ronan es para fusilar con mierda al director). Por suerte, esos momentos experimentales cutrongos se limitan a un par.
Y por cierto, la película cuenta con dos planos secuencia verdaderamente interesantes. El primero sobre todo, con la salida de Eric Bana de una estación de autobuses en Berlín y lo que acontece al salir. De aplauso, sí señor.
Y por cierto, es una película viajera. Tenemos Rusia, Berlín, Marruecos… y un camping cordobés con fiesta flamenco-gitana incluída.
En definitiva: Buena película.
Protagonizada por Saoirse Ronan, Eric Bana y una Cate Blanchett capaz de ofrecernos registros dulces o fríos como el acero, en el interior de esta cinta tenemos también en papeles menores a Tom Hollander (que se marca un psicópata en chandal que es de lo mejor de la peli) y al siempre eficaz Jason Flemyng, que aquí hace un papel bastante tonto.
De todas maneras, Hanna es un vehículo ideado para el exclusivo lucimiento de Ronan, que, aunque se defiende, tampoco parece que luzca demasiado papel. Claro que, por exigencias del guión, esa cara de piedra debe ser siempre de piedra.
En cuanto al estilo me ha parecido muy interesante su toque clásico, muy del cine thriller de los setenta, y me han parecido apestosos los momentos experimentales (esa primera huída de la prisión, a ritmo casi tecno y con planos giratorios de Ronan es para fusilar con mierda al director). Por suerte, esos momentos experimentales cutrongos se limitan a un par.
Y por cierto, la película cuenta con dos planos secuencia verdaderamente interesantes. El primero sobre todo, con la salida de Eric Bana de una estación de autobuses en Berlín y lo que acontece al salir. De aplauso, sí señor.
Y por cierto, es una película viajera. Tenemos Rusia, Berlín, Marruecos… y un camping cordobés con fiesta flamenco-gitana incluída.
En definitiva: Buena película.