Vale que no me esperaba gran cosa. Vale que el título atrae. Vale que soy amigo del fantástico. Vale que por lo general Denzel es un tipo que me convence…
Pero esta película no acabó de engancharme en ningún momento. Normalmente, que una película llevara el sello de uno de los Scot era referencia de buen cine, pero llevan una carrerita últimamente que ya me hace echarme a temblar cuando oigo su nombre… entre Domino (infierno), El buen año (paso…) y ésta…
Empieza bien, con el atentado, y la presentación de Denzel Washington me parece maravillosa. Pero después, se mete en los berenjenales del viaje en el tiempo, y mira que me gusta el tema, y empiezo a pensar «como que me quiere decir algo pero ya lo he oído antes». Es más, empiezo a sentir una leve sensación de Deja Vu. Eso ya lo he visto antes. Debe ser un fallo de matrix.
Y sí, la peli no cuenta nada nuevo y no aporta nada nuevo. Jim Caviezel sigue encasillándose como tipo soso y papel de malo a menos que haga de Jesucristo. Val Kilmer trata de redimirse aún por sus pecados pasados. Y que gordo está, el cabrón. Y Denzel… bueno, se pasea por el filme como quien hace un trabajillo de verano, sin demasiado interés y esforzándose lo justo.
¿Lo mejor? La persecución, Denzel en el ahora y el malo en una noche cuatro días atrás. Está contada de forma algo embarullada y uno no puede dejar de preguntarse cómo de espectacular hubiera sido en manos de Michael Bay, pero está bastante bien.