Burlesque

Toma ya.
De buenas a primeras, me esperaba una mierda. Al menos, tenía la esperanza de que la presencia de Kristen Bell me ayudara a sobrellevar el mal trago. Kristen Bell puede conseguirlo. Es y será siempre Verónica Mars, y a mi me encanta.
Ni siquiera Kristen Bell es capaz de hacer que algo protagonizado por Cristina Aguilera sea, no ya bueno, sino, al menos, no aburrido.
Cristina Aguilera no sólo canta y «actúa», así, entre comillas, sino que también es productora ejecutiva de esto. Así se entienden muchas cosas, claro. Mi querida Kristen hace las veces de villana-rival y apenas tiene cinco o seis secuencias. Donde roba el protagonismo, y desde luego, roba mi atención.
La Aguilera se atreve a llamar «travesti» a Kristen en una secuencia que debía ser muy tensa pero que no me transmitió nada más que «¿QUÉ? ¿TRAVESTI? ¿Cristina Aguilera ha usado el término TRAVESTI para referirse a MI Kristen Bell? ¿EN SERIO? ¿ELLA?». Vale, sí, fue tenso, pero no por las razones que el director esperaba, eso seguro.
En fin, paso a la película. La cosa esta tiene tres conflictos. El primero, bien expresado por Concha Velasco en aquel «Mamá, quiero ser artista». Ya sabéis, chica humilde llega a gran ciudad con sueños de grandeza y como se sabe una artista genial y nata consigue hacer aquello que quiere gracias a una actitud que en la vida real le habría valido un par de buenas ostias.
El segundo, la tal Aguilera y el camarero del bareto donde bailan evidentemente van a acabar liados. Si a alguien le he estropeado la película al decirlo, en serio, cuando veas cosas de verdad vas a flipar.
El tercero, el más intenso… nótese mi ironía… es que el Burlesque está en crisis y a punto de quebrar a menos que venda a un malvado inversor que quiere construir un rascacielos en su lugar… Sí, tal y como lo leeis. Y yo me pregunto… Vamos a ver, Cher, ¿Cómo coño quieres que tu bareto no este en crisis si cobras tan sólo 20 euros la entrada y tienes que mantener ese local con sus tropecientas chicas bailarinas, los chicos bailarines, la banda de música, el atrecista, el DJ, los camareros y camareras, los de la limpieza, el tipo de las luces (que debe vivir con un estrés que te cagas), comprar todo ese vestuario moníiiiisimo (es un decir), etc, etc, etc?
¿En serio estás en crisis?
Lo que yo me pregunto es cómo demonios has sobrevivido hasta ahora, porque evidentemente ese sitio NO es rentable.
«Los derechos del aire». Gracias a eso consiguen salvar el local. En serio, me daban ganas de vomitar en algunos momentos de esta cosa llamada película para mayor gloria de Cristina Aguilera. Por cierto, el guión consiste en secuencias que hacen avanzar alguno de esos tres conflictos intercaladas con numerosos bailes y canciones que no cuentan absolutamente nada. Cuando llevaba cincuenta había visto ya como diez o doce canciones. Luego me eché una siestecita, después de que Kristen se fuera. Total, por delante se adivinaba más de lo mismo.
Pongo a Kristen porque nadie quiere ver a Cristina Aguilera.