Sin compromiso

Si sale Natalie Portman, hay que verla. Es un axioma.

Y bueno, la última película de Ivan Reitman es una comedia romántica sencilla, cómoda de ver y con cierta simpatía. Poco más. No se le puede buscar peras al olmo, y tras Portman y Kutcher no se esconde absolutamente nada que sorprenda o te haga parpadear y decir «ay va, acabo de ver un peliculón». Es lo que es y ya está. La ves, te emocionará más o menos según tu grado de empatía con las historias románticas, y cuando acaba te puedes ir a la cama a dormir y sanseacabó.
Ni es la mejor ni es la peor comedia romántica que he visto en mi vida.