Libros Leídos en 2011:
1) El Talismán, de Stephen King y Peter Straub
En realidad ha sido una relectura, porque esta novela me la leí hace muchos años. Quería comprobar una cosa, y es que mi recuerdo de «El Talismán» era el de una novela densa, con algunas partes que me habían encantado (a las que yo llamaba «las partes King») y otras que me habían aburrido soberanamente (obviamente conocidas como «las partes Straub»).
Quería comprobar si aquella percepción se debía a «los ojos de un niño» con poco mundo leído, o si realmente era una novela regulera.
El maldito niño tenía más mundo del que me creía.
Después de acabarme el libro esta vez, sigo teniendo la sensación de haberme leído una novela regulera, excesivamente densa y con un ritmo dispar que hace que haya partes demasiado lentas.
Desde mi perspectiva de escritor sin novelas publicadas, tengo que decir que no acabo de entender el modus operandi de escribir algo entre dos. A mi no me saldría, pero bueno. La verdad es que no reconozco en El Talismán al Stephen King de escritura ágil y completamente visual, al menos no en todas sus partes. Sí lo reconozco en, por ejemplo, todo el segmento en que Jack va acompañado de Lobo (sin duda, lo mejor de la novela), y es por eso que tengo la sensación de que hay más de Straub que de King. Qué se yo, lo mismo me lo invento.
En cuanto al libro, el inicio me resulta excesivamente lento y tedioso, con una escritura pomposa y densa. La cosa tarda mucho en arrancar. Demasiado. Cuando lo hace, y parece que la trama mejorará, no lo hace de lleno, sino dando rodeos. Hasta la aparición de Lobo, El Talismán peca de lentitud.
Eso sí, con la llegada del peculiar compañero de viaje (Aquí y ahora, Jack) y los sucesos que desencadena (la aparición de Morgan, la cabaña y la luna y, sobre todo, Sol Gardener y su Hogar del Sol) la novela remonta el vuelo y se convierte en toda una experiencia. Que levante la mano quien no haya llegado a odiar profundamente a los despreciables niñatos del horfanato de Sol.
Eso sí, una vez abandonamos todo eso la novela vuelve a caer, tal vez no tan bajo como antes, pero sí inicia un descenso en el que habrá algunos picos de interés pero ya no será capaz de remontar el ascenso. Las Tierras arrasadas y la posterior batalla son interesantes, pero es que Richard no es Lobo. De hecho, permitanme decirlo, Richard es un poco gilipollas. En más de una ocasión me hubiera gustado ser Jack y estamparle a ese niño pijo y creído la cara contra la pared.
En definitiva, lectura agridulce. Por suerte, de la segunda parte (Casa Negra) tengo un MUY buen recuerdo (la considero más King que Straub) y pienso releerla en algún momento. Pero no ahora. En un par de meses
Quería comprobar si aquella percepción se debía a «los ojos de un niño» con poco mundo leído, o si realmente era una novela regulera.
El maldito niño tenía más mundo del que me creía.
Después de acabarme el libro esta vez, sigo teniendo la sensación de haberme leído una novela regulera, excesivamente densa y con un ritmo dispar que hace que haya partes demasiado lentas.
Desde mi perspectiva de escritor sin novelas publicadas, tengo que decir que no acabo de entender el modus operandi de escribir algo entre dos. A mi no me saldría, pero bueno. La verdad es que no reconozco en El Talismán al Stephen King de escritura ágil y completamente visual, al menos no en todas sus partes. Sí lo reconozco en, por ejemplo, todo el segmento en que Jack va acompañado de Lobo (sin duda, lo mejor de la novela), y es por eso que tengo la sensación de que hay más de Straub que de King. Qué se yo, lo mismo me lo invento.
En cuanto al libro, el inicio me resulta excesivamente lento y tedioso, con una escritura pomposa y densa. La cosa tarda mucho en arrancar. Demasiado. Cuando lo hace, y parece que la trama mejorará, no lo hace de lleno, sino dando rodeos. Hasta la aparición de Lobo, El Talismán peca de lentitud.
Eso sí, con la llegada del peculiar compañero de viaje (Aquí y ahora, Jack) y los sucesos que desencadena (la aparición de Morgan, la cabaña y la luna y, sobre todo, Sol Gardener y su Hogar del Sol) la novela remonta el vuelo y se convierte en toda una experiencia. Que levante la mano quien no haya llegado a odiar profundamente a los despreciables niñatos del horfanato de Sol.
Eso sí, una vez abandonamos todo eso la novela vuelve a caer, tal vez no tan bajo como antes, pero sí inicia un descenso en el que habrá algunos picos de interés pero ya no será capaz de remontar el ascenso. Las Tierras arrasadas y la posterior batalla son interesantes, pero es que Richard no es Lobo. De hecho, permitanme decirlo, Richard es un poco gilipollas. En más de una ocasión me hubiera gustado ser Jack y estamparle a ese niño pijo y creído la cara contra la pared.
En definitiva, lectura agridulce. Por suerte, de la segunda parte (Casa Negra) tengo un MUY buen recuerdo (la considero más King que Straub) y pienso releerla en algún momento. Pero no ahora. En un par de meses