Con la botella de Ron

El sábado fui al cine a ver la nueva entrega de Piratas del Caribe. Dos horas y media de espectáculo. Y bueno, aunque la peli empieza bastante floja, que parece que le cuesta arrancar, luego coge ritmo y no te suelta hasta el último segundo.
Debo además hacer un inciso en el detalle de los efectos especiales. Aunque hay alguna cosa que canta cual alerón de jugador de futbol (véase el momento caída atado a un palo) el resto de los efectos están sorprendentemente bien hechos. Y digo sorprendentemente, porque después de haber visto King Kong y Supermán uno ya estaba preguntándose si a los de Hollywood se les estaba olvidando hacer efectos especiales.
Increíbles los efectos de maquillaje y de recreación de los malvados. Para mi, lo mejor de la película… junto a Jack Sparrow, por supuesto. Y es que Johnny Deep vuelve a marcarse un papelón con su capitán pirata de gestos exagerados.
Sobre los actores, pues eso, Johnny Deep increíble, y Bill Nighy haciendo de malo también se sale (aunque permitidme un consejo: versión original, porque el doblaje del malo en español da canalera). En cuanto a Keyra, se limita a hacer su papel sin sobresalir pero sin quedarse atrás. Y Orlando “caradepalo” Bloom sigue haciendo gala del sobrenombre que amablemente le pusimos Adri y yo hace años, después de ver todas las del Señor de los anillos. Y es que Orlando, una vez más, se pasea por los 150 minutos de metraje sin mover el gesto. Da igual que le latiguen, que esté feliz, triste, decepcionado, en medio de una batalla… Orlando sigue con su cara de piedra.
Y muy bueno que hayan puesto a Stellan Skarsgård como el padre de Orlando Bloom. Stellan es de esos actores que brillan como secundario, y aquí lo hace una vez más. Ah, increíble el papel del pirata tuerto. De lo mejorcito de la peli también.
¿Lo mejor? Los efectos especiales referentes al maquillaje y caracterización de los personajes, la cuasi sorprendente aparición final, y la increíble batalla a tres bandas que tiene lugar primero en una playa, luego en un molino, y por último en la rueda del molino en movimiento. Simplemente brillante. Una muestra fascinante de coreografía y puesta en escena.
¿Lo peor? Algunos efectos especiales, el principio de la peli y, sobre todo, esa manía de la que ya empiezo a estar harto de colar escenas en las películas que están hechas únicamente para luego reproducirlas tal cual en el videojuego correspondiente.
Y aunque la película a mi me gustó mucho, particularmente hay una cosa que a mi me ofende. Y es que dicen que se están basando en la aburridísima atracción de los parques disney, “piratas del caribe”, cuando todo el rollo tiene un tufo increíble a Monkey Island, pero sin Guybrush… aunque bien podría ser una mezcla de Sparrow y el personaje de Bloom. Hay muchos piratas, un aprendiz de pirata, una mujer causa de amor… y un pirata zombie ejerciendo de antagonista.
Sólo les faltaba gritar aquello de “mira, un mono de tres cabezas”.
Y es que en la secuela aparece hasta la sacerdotisa voodoo. Y en la peli también es negra. Un poco más joven y delgada, pero viene a ser lo mismo.
Es más, por ahí circula el blog del creador de Monkey Island (Adri, déjame la dirección!!!) y éste escribió al respecto: El otro día vi Piratas del Caribe, y pensé, joder, esto me suena, joder, si esto lo he diseñado yo.
Por cierto, al igual que en la primera película, al finalizar los créditos de ésta hay una escena extra. Siempre me gusta cuando ponen escena extra porque me parece un regalo para aquellos que nos quedamos hasta el final en la sala, los poquitos que respetamos a todos los que han participado en la película. Que los créditos también son película.