Dragones y mazmorras

De pequeño mi serie de dibujos animados favorita era Dragones y mazmorras. Me encantaba. En parte porque siempre me han gustado los dragones, y en parte porque las historias que contaba la serie me fascinaban.
La serie narraba las aventuras de seis jóvenes que quedaban atrapados en un mundo fantástico y eran ayudados por el amo del calabozo que les proveía de armas mágicas y siempre les ayudaba dándoles crípticos mensajes.
Algunos de esos capítulos se me han quedado grabados para siempre en mi memoria. Sobre todo dos: «La chica que podía leer el futuro» (maravilloso el momento en que el grupo de portagonistas se encuentra con un coche de feria en medio de la selva) y «La ciudad de medianoche». Sencillamente brillantes.
Ý a mi me fascinaba también la historia, contada a modo de resumen en la cabecera de la serie pero nunca en un capítulo, de cómo habían llegado ellos allí. Seis jóvenes que llegan a una feria y se montan en una atracción. Y de repente, ellos y los cochecitos se ven arrojados a ese otro mundo. Siempre he creído que de esa serie se podría hacer una gran película de aventuras, Denver y dragón de siete cabezas incluídos. Tan sólo habría que adaptarla un poco a los tiempos.
De hecho, cuando hace años se realizó una película titulada «Dragones y mazmorras» yo corrí al cine ansioso como niño con juguete nuevo. Sabía que habían basado la película en el juego de rol que lleva el mismo nombre, y no en la mítica serie de dibujos animados que marcó a toda una generación. Pero trataba de convencerme a mí mismo de que tal vez habría algún guiño. Me conformaba con uno solo, el más mínimo detalle. Lo que fuera.
No lo hubo. Y no sólo no lo hubo, sino que una película con dragones, con un título con tirón comercial y con un aparentemente buen reparto (estaba hasta Jeremy Irons) resultó ser un truño de proporciones inusitadas. El truño del siglo. Aburrida, mal guión, personajes aborrecibles desde el primer momento (sobre todo el listillo gilipollas que interpreta uno de los hermanos Wyans), malos efectos, estúpida…
Atentaron contra mi ilsión infantil.
La película, obviamente, no obtuvo una gran respuesta del público… y lo sorprendente (Álvaro Loman, ésta es la demostración de mis palabras) es que los desgraciados se atrevieron a hacer una segunda parte, que por supuesto fue directa a video. Y lo siento, pero es que si la primera fue tan mala esta ni me atrevo a pensar en ella. No tengo estómago para verla. Ya tuve suficientes aveturas fantastico-medievales con Bloodrayne.
Aunque eso sí, por lo menos la carátula está currada. Que hasta apetece. Dan ganas de bajártela, porque pagar por ver esto puede ser deprimente. Pero la carátula está bien… y me voy a parar ya que al final me autoconvenzo y me la trago y luego mi orgullo infantil vuelve a romperse.

It’s coming…

En EEUU las temporadas televisivas no son como aquí. Ellos sólo contemplan dos bloques: el que inicia en octubre y va hasta junio, que es en el que se estrenan las series de prestigio o aquellas en las que las cadenas confían grandes presupuestos, y el verano, donde se estrenan series menores, de presupuestos más bajos y generalmente menos elaboradas (lo cual no evita que alguna vez sorprenda alguna serie, como fue el caso de The 4400).
La temporada de verano es también aquella en la que las cadenas americanas lanzan los pre-air de algunas series que tienen previsto estrenar en octubre. Para los no puestos, un pre-air es el episodio piloto, una especie de prueba de audiencia que sirve a la cadena para baremar la cantidad de audiencia que tendrá la serie, y en base a lo cual destinan más o menos presupuesto, y deciden la longitud de la serie.
La oferta de series americanas es inmensa y uno debe elegir siempre qué ver, porque no se puede ver todo. Uno ha de ajustarse a los géneros que le gustan o a aquellas propuestas que le resultan interesantes. En este verano yo he elegido:
– The 4400: tercera temporada. Y hasta el momento siguen manteniendo el ritmo. Y cada vez me gusta más ese gran actor que es Joel Gretsch.

– Blade: Sí, han hecho una serie. Y empecé a verla por curiosidad, porque me gustan los vampiros. Y bueno, es una serie de intriga pero con vampiros. Lo mejor que tiene es que es para adultos, y eso les permite abusar de la sangre, la carne femenina y el lenguaje malsonante (esto último le vendría muy bien a Jack Bauer, porque eso de decir dammit en lugar de Fuck…)

– Kyle XY: De momento sólo he visto el piloto pero tengo intención de ver más capítulos porque el episodio piloto es simplemente brillante y lo recomiendo. Cuenta la historia de un joven que se despierta en medio de un bosque, desnudo, sin saber quién es ni que hace ahí. En el centro juvenil al que le llevan pronto descubren que es un chico especial, entre otras cosas porque no tiene… ombligo.

– Pesadillas y alucinaciones: la de Stephen King. Ya hablé de ella.

Pero no es de eso de lo que quiero hablar sino de la próxima temporada de octubre. Ya estoy esperando por los estrenos de las nuevas temporadas de 24 (que putada que es en enero), Lost, Prison Break y Supernatural (aunque esta más por curiosidad que otra cosa). Y ya he visto la oferta de la próxima temporada. Estas son las series que, por su temática o trama se me han hecho más interesantes:

– HEROES. He visto el preair y es brillante. Cuenta la historia de un grupo de gente que empieza a descubrir que tiene superpoderes. Estoy seguro de que será la revelación de la temporada. Lo mejor del episodio piloto es el japonés que está convencido de que puede alterar el espacio tiempo. Sencillamente genial. Además, uno de los actores principales, aunque su personaje aún no sale en el preair, es Grez Grunberg, más conocido por ser el secundario de todo lo que hace J.J. Abrahams (desde Misión Imposible 3 hasta Lost, donde interpretaba al piloto del avión, pasando por Alias y Felicity)… Adri, creo que te va a gustar esta serie…

– JERICHO. La premisa es buena, pero el episodio pre-air muestra un presupuesto bajo con buenas intenciones, lo cual puede hacer de la serie o una obra maestra o una patata. Cuenta la historia del pueblo de Jericho, desde el cual todos sus habitantes pueden contemplar la explosión de una bomba nuclear en las afueras. Pronto descubren que también ha ocurrido en otras partes del país, están incomunicados y el miedo y la alarma social se instaura en el pueblo.

– EUREKA. Sobre un pueblo en el que permanecen ocultos un montón de científicos superdotados que rayan la genialidad. Aún no he visto nada pero la califican de muy buena.

– KIDNAPPED: Serán 13 episodios de intriga sobre la búsqueda del hijo de unos multimillonarios que ha sido secuestrado. Comentan de ella que es una de esas series que te atrapan desde el primer episodio y cuyo guión te deja helado.

– TRAVELER: Jay, Tyler y Will. Son amigos desde siempre. Un atentado terrorista y Jay y Tyler son acusados, pero no pueden probar que Hill haya existido jamás, a pesar de ser el principal sospechoso.

– THE NINE: 9 personas son mantenidas como rehenes durante el atraco a un banco que dura 52 horas. Dos de esas personas morirán y las otras siete verán como cambia su vida para siempre. Esa es la premisa. Una de las protagonistas es Kim Raver (Audrey en 24) por lo que si esta serie emociona a los responsables de su cadena mucho me temo que el personaje de Audrey desaparecerá en la sexta temporada de 24…

Todas no las puedo seguir, y tanto 24 como Lost y Prison Break no se van a caer de mi agenda, así que tendré que hacer la selección después de ver al menos un par de capítulos de cada una. Ya os diré cuáles me han enganchado.

Tocado y hundido

Conocí a Adri hace ya seis años, creo, y desde entonces hemos compartido un similar gusto cinematográfico que nos lanza a ver cine compulsivamente, sin hacer ascos a géneros (bueno, Adri le hace ascos al fantástico). Compartimos nuestro odio a Ray Liotta (comparable al que Álvaro Loman siente por Val Kilmer), nuestro gusto por películas como «el último gran héroe» o «la jungla de cristal», esperamos con la misma ansia el estreno de la cuarta parte de las andanzas de Indy y las de Yipikaye Willis, y adoramos a Jack Bauer por encima de todas las cosas.
Evidentemente, tanto cine nos ha hecho encontrarnos en la sala joyas esperables (Kill Bill, Mission Impossible 3), películas de las que no esperábamos nada y nos entretuvieron (Límite vertical, La sombra de la sospecha) e incluso alguna buena película inesperada (Factotum).
Pero lo más llamativo, claro, son los truños. Y Adri y yo hemos aprendido a reírnos de ciertas películas, inclusive en el cine, inclusive aunque algunas personas nos miren mal por descojonarnos de algo que nos parece mediocre. Aún recuerdo nuestra cara de «¿comorrr?» cuando a los setenta minutos de proyección de la película sin guión Parque Jurásico 3 de repente aparecen créditos finales. Aún recuerdo nuestras carcajadas con la escena donde un niñato de siete años haciéndose pasar por Rambo untado en meado de tiranosaurio libra al protagonista de una muerte segura ante los velocirraptores. Aún recuerdo nuestras carcjadas durante todo el metraje de «El sonido del trueno». Aún recuerdo nuestras carcajadas con «Hero». Aún recuerdo nuestra incomprensión ante «Revólver», nuestros bostezos con «Brockeback Mountain, en terreno vedado» y, sobre todo, nuestras carcajadas que nos valieron miradas de odio por parte del resto de espectadores, ante la ridiculez de película que es la alabada «Tigre y dragón».
Y claro, hay quien no comprende que a veces vayamos al cine a sabiendas de que vamos a ver un truño y con la intención de reírnos a carcajadas.
Como pasó ayer. Fuimos a Kinépolis a ver Poseidón, la nueva de Wolfang Petersen (otro de esos tipos que nos arrancó bostezos, éste con «la tormenta perfecta». Sí, perfectamente aburrida).
– ¿Proyección analógica o digital?- nos pregunta el taquillero.
Fieles amantes de las nuevas tecnologías y sobre todo de las pantallas gigantes y de la sala 25 de Kinépolis, escogemos digital.
– Como pase como en Superman no vuelvo- digo yo. Para el que no sepa qué pasó en Superman, que lea el artículo de Adri.
Vamos a por las palomitas. En las pelis buenas no comemos palomitas, pero gilipolleces como esta se merecen un regalito. Llegamos, vemos una promoción, regalan el juego de King Kong o el de Alejandro Magno. No nos interesa. Pedimos nuestro menú y entonces…
– ¿Queréis King Kong o Alejandro Magno?
Ok, se nos queda cara de «¿Queremos mierda o peste?». Habíamos comprado el menú con la promoción sin darnos cuenta. Lo juro. Elegimos King Kong.
Vamos a la sala riéndonos de lo surrealista de la situación.Terminan los trailers, empieza la película y… ¡tachán! no se oye. Como en Supermán. Evidentemente, Adri y yo empezamos a descojonarnos de la risa. La señora de delante se gira indignada y nos manda callar. Me dan ganas de decirle que aunque ella esté viendo los créditos y el barco digital, el sonido que oye no es el de la película. Prefiero reírme. Cortan la proyección. Se oyen silbidos en la sala. Vuelven a poner la peli desde el principio, esta vez con sonido, y gracias a dios, no vuelve a ocurrir nada. Eso sí, creo que me costará regresar a la sala digital de Kinépolis.
En cuanto a la peli… Pues mira, empieza con una animación digital del barco y de Josh Lucas corriendo por la cubierta que te anuncia de qué calibre van a ser los efectos especiales. Vamos, que cantan más que los alerones de Hulk. No sé qué pasa en Hollywood ahora que quieren hacerlo todo digital aunque no resulte creíble. Tal vez quieran hacernos creer que sí lo es, pero no funciona. No funcionó con King Kong, ni con Supermán, y tampoco funciona ahora. Prefería los efectos especiales de bodrios como Wild Wild West, que al menos me los creía. O los de Matrix, Terminator 2, etc.
La peli dura 90 minutos, y la verdad es que le sobran diez, sobre todo al principio, cuando el bueno de Wolfang quiere presentarnos a los personajes y lo hace con conversaciones sin interés y cruces absurdos. Desde el primer minuto puedes apostar por quién muere y quién vive y es dificil que no aciertes. Yo sólo fallé uno, que creí que iba a morir y sobrevivió. Adri falló dos.
Aparece la ola (gracias por hacer que fuera más impactante que la de «la tomenta perfecta») y el grupo de protagonistas deciden recorrer el barco en busca de una salida. La película mezcla, sin ningún acierto, las escenas de estrés y angustia con conversaciones que no vienen a cuento pero que imagino que su objetivo es profundizar en los personajes (jajaja).
En el hueco del ascensor ocurre la primera muerte, y si veis la película por favor fijaos en el cable que sujeta al pobre desdichado mientras «cae» al abismo. ¿No había dinero para borrarlo?
Más. ¿En EEUU los niños nunca mueren, ni siquiera en las catástrofes? Y otra cosa, ¿Por qué tienen que poner a los adolescentes como si fueran super héroes? Entre los protagonistas hay un chaval de unos 18 que resulta herido en una pierna al principio. Es un niñato, pero de repente, en medio de la película, actúa como si fuera el lider del grupo: «Seguidme, este es un buen camino». A lo que te dan ganas de contestar «¿Y tú qué coño sabes?».
En fin, la peli resulta más entretenida de lo que parecía, a pesar de todo (ya que yo sólo he recalcado lo malo) pero desde luego Wolfang Petersen tiene que empezar a pensarse los proyectos en que se involucra, si es que le dejan involucrarse en más después del batacazo que ha sido Poseidón.
Cuando salimos, eso sí, fantaseamos con la idea de hacer un trailer de «Poseidón 2» siguiendo la estela de ese maravilloso trailer de «Titanic 2«. Sí, de vez en cuando se nos va la pelota.
¿Lo mejor de todo? Llegamos a casa e instalamos King Kong, casi excitados por la idea de jugar con Kong a destruír todo lo que aparezca por delante, ya que la verdad es que jugar con Jack nos daba igual. Claro, el juego empieza situándote en la piel de Jack. E inmediatamente descubrimos por qué el juego no se vendió masivamente y han acabado regalándolo con un bol de palomitas y dos refrescos. El visor gira incontrolablemente hacia el cielo o bien cuesta demasiado girarlo. Los movimientos son torpes y absurdos. Con esa dificultad añadida no hay quien se pase un puto juego, así que nos matan tres veces y nosotros, que sólo queríamos destruír un poco del mundo con Kong decidimos salir de esa puta mierda de juego. Como era de esperar, King Kong no desbanca del Top a Monkey Island. Aunque los dos vayan de monos y Kong presuma de gráficos.

Supernatural


Otra de series.

Hoy he visto el último capítulo de la irregular «supernatural», una serie de terror para adolescentes que no ha terminado de engancharme debido a que peca de discontinua.
Ok, es cierto, tiene algunos momentos que se alejan del terror adolescente y se adentran en el plano de lo inquietante para cualquiera.
Ok, es cierto que algunos capítulos son brillantes, sobre todo aquellos que siguen la trama principal. Y ese es su peor defecto. La serie es episódica, existe una trama central pero que se desarrolla tan solo en seis episodios salteados de esta primera temporada, y en cada capítulo restante te cuentan una historia diferente pero cortada por el mismo patrón, lo que la hace ligeramente repetitiva.
Dos hermanos se dedican a cazar seres malignos de todo tipo a lo largo y ancho de Estados Unidos mientras buscan a su padre, también cazador, que ha desaparecido tras los pasos de un demonio que años atrás mató a su mujer, madre de los dos protagonistas. Y lo cierto es que, aunque así contada parezca absurda, esta trama principal es la que tiene un mayor interés y por eso los capítulos que se alejan de ella no son tan emocionantes. Le pasa un poco como a Expediente X, que todos deseábamos saber más sobre la trama de la conspiración y los extraterrestres pero la mayoría de episodios se alejaban de esa trama. Solo que Supernatural no es ni de lejos tan buena como Expediente X.
Y como ya he dicho, las tramas del resto de episodios son un poco repetitivas. Los dos hermanos llegan a un nuevo pueblo donde hay algo maligno, desde demonios hasta casas encantadas, y realizan una investigación. En su camino se cruzan con alguna hermosa adolescente que decide ayudarles o acompañarles o es la víctima del mal y deben salvarla. Evidentemente, en pro de la continuidad de la serie, vencen al mal, y todos los capítulos terminan con los dos hermanos montándose en su coche y alejándose por la carretera.
Así que si le tengo que dar una puntuación se queda con el suficiente raspado.

Hopewell returns el regreso

Tras una semanita en el Algarve portugués regreso a la civilización, a la capital de las obras por excelencia. Siete días respirando aire limpio y ya se me había olvidado el polvo, los socavones, las gruas, la contaminación… y las noticias. Leo un periódico. Más muerte en el Líbano de la mano del neonazi estado de Israel, la mayoría niños víctimas de los ataques precisos de la aviación israelí. En el Congo van a votar por primera vez desde su independencia (eso es bueno). Gallardón oficia la boda de dos homosexuales y es descalificado por su partido, como era de esperar. Amenaza de catástrofe biológica por vertidos de petroleo en el Mediterraneo.
Joder, es que a uno le da bajón y quiere regresar a la playita donde nada de eso importa y el sol te pone moreno en el mejor de los casos o rojo si no has tomado precauciones.
En fin, que he vuelto, que estoy aquí de nuevo dispuesto a seguir colgando post de muy diversa índole. Seguramente los próximos sean de cine, porque quiero ir a ver Silent Hill en honor a tantas horas de intranquilidad frente a la play. Y está por ahí Poseidón, que Adri y yo iremos a ver para pasar hora y media corta descojonándonos de otra película más de Wolfang Petersen. Este tío es casi tan malo como Uwe Boll, pero tiene medios y un poquito de coherencia, que tampoco demasiada.
Saludos a todos.

Dammit

Yo que tu no agarraría de esa forma a Jack Bauer…
Ayer Adri y yo nos fuimos al cine a ver la aquí (mal) titulada «La sombra de la sospecha» (the sentinel). Íbamos dispuestos a aplaudir si Kieffer Sutherland decía una sola vez «drop the gun».
Y no lo hizo.Aunque si nos deleitó con un «dammit» murmurado…
Trama: La película cuenta una historia de intriga normal y corriente que entretiene pero tampoco da para mucho más. Hay un complot para matar al presidente, el personaje de Michael Douglas es acusado injustamente y se ve obligado a huír, mientras Kieffer Sutherland y Eva Longoria investigan para detener al culpable.
Los actores: Michael Douglas demuestra una vez más que es un gran actor. Se pasea por la película con elegancia y sobriedad. Kieffer Sutherland, que yo creí que iba a salir poco y sale mucho (que se oiga ese aleluya), demuestra que es un gran actor y que no se queda atrás en los bis a bis con Douglas. Para Sutherland podría haber sido muy fácil caer en los tópicos del agente Jack Bauer, porque a fin de cuentas son dos personajes que se prestan a comparaciones. Y sin embargo, Kieffer no cae en ninguno de esos tópicos y construye al agente especial David Breckinride en algo completamente diferente a Bauer; En cuanto a Kim Basinger, se limita a hacer de comparsa sin ninguna trascendencia; Y Eva Longoria, cuyo papel debió ser creado solo porque ella sale en Mujeres desesperadas, intenta poner cara de interesante durante todo el metraje a pesar de tener el personaje más intrascendente del film.
Justifico su aparición sólo por el momento en que llega por primera vez al despacho de Bauer… digo, Sutherland, y el recepcionista le mira el culo y después Kieffer la trata con extrema dureza. Fantástica secuencia.
Lo que menos me gustó es que parece que en EEUU no hay más actores, que los que siempre hacen de malos tienen que seguir haciéndolo. Es que, joder, cuando vas a ver una peli como Superman ya sabes que Luthor es el malo, pero cuando vas a ver una peli de intriga esperas que te intriguen hasta el final, pero si cuando le ves la cara a uno de los personajes tu mente dice «uy, este ya ha hecho de malo muchas veces, va a ser el malo aquí también» y encima resulta serlo, pues te arruina la película. Basta ya, por favor.
Y otra cosa, y esto va para el director, las cortinillas cutres se dejaron de poner en los ochenta y ahora sólo la utilizan los poperos. Ah, y el efecto para quedar guay de poner cámara lenta y distorsionada en las secuencias de peleas queda como el culo. Por favor, un poquito de seriedad.
En defintiva, una película que se deja ver y se disfruta, pero de esas que dentro de tres meses has relegado al mayor de los olvidos.

Donde pone el ojo…

George Lucas es el MAL

Hoy me han abierto los ojos. Hoy sé la verdad gracias a Alvaro Loman. Y es que siempre he crecido creyendo que George Lucas era algo así como el genio de la lámpara, un dios, un ser todopoderoso que todo lo podía. Asi de poderoso le creía yo.
Para mi era fuente de las mejores cosas de la vida, bueno, de al menos muchas de ellas. Su nombre aparecía ligado a La guerra de las galaxias, a Indiana Jones, a Dentro del laberinto, a las películas de los Ewoks, a la serie Droids, a Willow, a Howard el Pato (bueno, es que me hacía gracia…), a las figuritas de acción de Star Wars que inundaban mi cuarto, a la aventura gráfica Indiana Jones y la última cruzada… y a, señores por favor un aplauso, el genial Monkey Island.
Por lo tanto, después de todo eso, a uno no le cabe otra idea que suponer la siguiente ecuación: George Lucas = Paraíso.
Pero nada más lejos de la verdad. Lo cierto es que Lucas encierra un lado oscuro tenebroso y por fin alguien lo ha descubierto. No me gusta apropiarme de las cosas que escriben otros, así que no reproduzco aquí el artículo, pero sí os pongo un enlace y os recomiendo fervorosamente que lo leaís. Yo por lo menos me he reído un buen rato.

Superman y el señor de la guerra


Impresiones de las dos últimas películas que he visto en el cine.
Por supuesto, como cualquiera que haya crecido en los 80 (excepto Ali, que no vivió la misma década que todos los demás niños porque ni veía McGyver ni Dragones y Mazmorras ni V ni Los goonies… pero esa es otra historia) esperaba con ansia y devoción el estreno del último Superman, que además venía de serie con el impresionante buen curriculum de su director.
Así que allí nos lanzamos a verla, a Kinepolis. La historia del visionado ya la cuenta Adri en su blog, el infierno que sufrimos con el sonido, los cortes y los parones. Que si la peli es larga de por sí, esas dos horas y media se convirtieron en tres debido al mal funcionamiento del cine. Aunque me quedo con la experiencia solo por el grito del tipo ese que al ver entrar a un empleado del cine a la sala empezó a gritar «a por ellos, oeeeee».
En fin, que dos horas y media para contar una historia que podría haber contado en hora y media. Lo cierto es que Singer no realiza un buen trabajo, aunque tampoco malo, pero lo peor es la historia. Parece que los guionistas no se han leído un tebeo en su vida. Todo lo que cuentan ya lo hemos visto en los supermanes antiguos pero contado mucho mejor. Amén del detalle desastroso de meter al puto niño. Que ya me lo imagino con la capa y ayudando a papá en la secuela. Pero es que ahí no acaba la tortura, porque Superman y Lex Luthor sólo se encuentran una vez y es un enfrentamiento bastante cutre. Y para colmo el guión tiene incoherencias. Superman posa sus pies en la isla de kryptonita y las pasa canutas y recibe una paliza de órdago. Pero luego es capaz de levantar la isla sobre sus hombros y lanzarla al espacio. Vamos a ver, ¿Le hace daño o no la kryptonita?
En fin, que al final se me quedó un sabor de boca un poco agrio. Creo que me quedo con las antiguas.
Y ayer fui al cine a ver El señor de la guerra con Adri. Y bueno, me esperaba otra cosa, la verdad. Le pasa un poco como a Syriana, que la historia ya la conocemos y no cuenta nada nuevo y le falta ritmo. Eso sí, a esta le falta ritmo pero no tanto como al coñazo de Clooney. Joder, es que Syriana ha sido la siesta más cara de mi vida, porque me quedé dormido un rato viéndola. Y pagar seis eurazos de cine por dormir…
En fin, El señor de la guerra es lentorra, parece que le cuesta avanzar, fotográficamente no es ninguna maravilla y abusa en exceso de la voz en off de Nicolas Cage. Que quedaba muy bien en Adaptation pero aquí hay momentos de verdadero sopor.
¿Lo mejor? Algunas de las frases del personaje de Nicolas Cage, que te meas de la risa.
No brilla en ningún aspecto pero tampoco es rematadamente mala. Eso sí, se puede ver en el video sin problemas. ¡Ah! Brillante el momento en que un tipo empieza a disparar un fusil y el percutor hace el sonido de una caja registradora recaudando a los ojos de Cage.
Yo, a esperar el acontecimiento cinematográfico friki del mes. Adri y yo nos lanzaremos al estreno de The Sentinel, aquí titulada horriblemente «La sombra de la sospecha» o una mierda así. Y no iremos corriendo porque creamos que vaya a ser buena, de hecho yo no me espero nada de ella. Pero ver a Kieffer Sutherland empuñando un arma y gritando «Drop the gun» o «Put your hands where I can see them» es suficiente. Cerraré los ojos e imaginaré que es Jack Bauer el que habla en lugar del Agente Especial David nosequepollas.
Que dura es la espera entre temporadas…

El tiempo de las cerezas

El acontecimiento más importante del año tendrá lugar el 18 de Septiembre. Bueno, eso si la secta keniata esa que dice que el fin del mundo tendrá lugar el 12 de Septiembre se equivoca. Su lider se llama Wanjiku y dice que habrá un invierno nuclear con temperaturas inferiores a cero grados que harán que todos los no creyentes muramos. Ellos están construyéndose un bunker.
En fin, fuera de eso, que no me importa un pimiento, Enrique Bunbury regresa a la actualidad musical con «El tiempo de las cerezas», que será el título del álbum de «Bunbury & Vegas» y que verá la luz este 18 de Septiembre. Enrique Bunbury, el artista más ecléctico de este país, se ha unido a Nacho Vegas, otrora componente de Manta Ray, para crear este album doble con 20 canciones y que es esperado con ansia por los seguidores del zaragozano. Entre los que me encuentro.
El tiempo de las cerezas es un disco doble. Los discos alternan una canción de Bunbury y una de Nacho Vegas hasta hacer un total de 9 canciones diferentes por disco. La décima es, a modo de reprise, la primera canción pero cantada por el otro artista. Por el medio, una canción a medias (Latex) y un éxito de la época de nuestros padres que popularizó Bambino (Bravo).
Este es el track List:
CD1.
– Días extraños (Vegas)
– Puta desagradecida (Bunbury)
– Secretos y mentiras (Vegas)
– No fue bueno pero fue el mejor (Bunbury)
– Va a empezar a llover (Vegas)
– Latex (Bunbury & Vegas)
– La pena o la nada (Vegas)
– Ahora (Bunbury)
– Por la paz y la canción (Vegas)
– Días extraños, reprise (Vegas. Cantada por Bunbury)
CD2.
– El rumbo de tus sueños (Bunbury)
– Serie negra (Vegas)
– Welcome to El callejón sin salida (Bunbury)
– Cazador (Vegas)
– De esclavitud y cadenas (Bunbury)
– Bravo (Vegas)
– En la espina dorsal del universo (Bunbury)
– La fin (Vegas)
– El tiempo de las cerezas (Bunbury)
– El rumbo de tus sueños, reprise (Bunbury. Cantada por Vegas)