Daran

Hace muchos, muchos años, en una galaxia muy lejana, una chica me grabó un disco con música belga y francesa. El que más me llamó la atención fue un tal «Daran et les chaises». En aquel disco había una canción: Olivia.
Me encantó. Cuando aprendí a usar esa maravilla de la piratería que es el emule, y ante la absurda negativa de la Fnac Madrid de pedirme los discos a la Fnac Paris, me los descargué. Y con sólo escuchar aquel Dormir Dehours, me enamoré.
Daran se separó y continuó su carrera en solitario. Siempre conseguí los discos originales gracias al amigo de un amigo que iba a Francia y me hacía el favor. De todos los discos, me quedo con «Augustin et Anita». Increible.
Este 2007, Daran saca nuevo disco, «le petit peuple du Bitume». Esta vez es Adri el que me lo trae. Y a mi se me sube la neura a la cabeza y me da por decir que si no le veo en directo ahora, jamás lo voy a hacer, que para hacer locuras este es el momento. Así que me busco un vuelo de esos de un céntimo en Ryanair y me planto en Paris.
La sala era pequeña pero agradable. El concierto empezó con un telonero muy sonriente y agradable que cantó dos o tres canciones muy buenas. El público era cuanto menos extraño. Yo esperaba gente de mi edad, pero la mayría era gente mayor, vamos, de 30 para arriba. Y por fin sale el grupo. Daran con su guitarra, un bajista, un batería, y otros dos guitarras, uno de los cuales hacía las veces en alguna canción de teclista. Eso me sorprende, porque hace un frontal de cuatro personas.
Inician muy lentos, tocando la primera canción del nuevo disco, con un Daran muy estático, que termina la canción dando las buenas tardes antes de empezar con la siguiente canción. Tocaron todo el nuevo disco, en orden, incluido el epílogo, antes de marcharse por primera vez. El nuevo disco, hay que decirlo, tiene unos ritmos lentos, pausados, con algún subidón de vez en cuando, como es esa maravilla de Gala, gala, gala, etc o esa gozada que es Le mouvement des marees.
La gente no deja de aplaudir sin parar hasta que vuelven a salir.
Y lo hacen con aires renovados, para tocar canciones del resto de discos, mucho más cañeras, más rockeras, y aquí Daran empieza a moverse y a dar todo de sí. La locura viene con Dormir Dehours, pero antes tocan una increible versión de Violence zero y otras tantas.
Vuelven a irse, y al rato regresa tan sólo Daran, con una guitarra acústica, y escucha peticiones, riéndose cuando le piden canciones difíciles. Decide tocar Une sorte d’eglise, en versión cantautor, metiéndose consigo mismo entre frase y frase por «hacer letras tan difíciles de las que no consigue acordarse». La gente se ríe con él. En un momento dado se para y pide ayuda, una chica le contesta la frase que va a continuación, y él responde «¿Eso va ahora?, mira que soy raro» Muy simpático, continúa la canción, asegura que a medida que avanza la letra le va saliendo, se ríe, nos reímos, termina la canción y se va.
Vuelven a salir. Tocan otras dos o tres canciones y terminan con Le boxeur. Impresionante. Saludan al público, se encienden las luces, y se marchan, esta vez sí. Dos horitas y media de concierto que han valido la pena.
Y encima, lo vi en primera fila, a apenas metro y medio de Daran.
Os dejo un pedazo del cocnierto, la canción es Gala, gala, gala, etc. La calidad es infumable porque está grabado con mi cámara de fotos.