The tourist

Floja, floja, floja película de suspense que bebe del cine clásico en cuanto a las formas pero intenta contar una trama actual en cuanto al contenido.
¿Por donde empiezo? Después de haberla visto entiendo bastante mejor el comentario sarcástico-ofensivo de Riky Gervais en la presentación de los Globos de Oro cuando aseguró que tanto Deep como Jolie estaban nominados a mejor actor y actriz únicamente para que los miembros del jurado pudieran presumir de haber salido con ellos… o bien que había habido sobornos de por medio.
Y es que, a ver, no es que lo hagan mal, porque ambos son dos buenos actores, pero deambulan entre lo soso y lo cliché. Para empezar, Angelina se dedica a pasearse por la película con aires de señora de alta alcurnia y mucho dinero, escoba metida en el culo y mano suelta a un lado y cara de no estar afectandole absolutamente nada de lo que ocurre.
Por su lado, Deep se dedica a hacer de Deep. Incluso se le escapan algunos gestos más propios de Jack Sparrow (sólo hay que ver el momento «huída por los tejados», que si en lugar de en pijama llevara el traje de pirata a nadie le sorprendería.)
Aunque, eso es verdad, lo mejor de la pelicula es el personaje de Deep hablando a los italianos en portugués y llegando a decir «Bon Jovi» en lugar de «Bon Giorno».
Del resto de personajes ni hablamos, porque todos tienen papeles absurdos y de poner la mano para cobrar el cheque. ¿En serio han contratado a Rufus Sewell para que pase delante de cámara tres veces y diga una frase al final? En fin, cada uno tira el dinero como quiere. La película está hecha para lucimiento absoluto de los dos protagonistas, eso sin duda. El resto de personajes son lo de menos.
Donde la película se hunde es con la trama. Ya no por lenta, que lo es, sino porque intenta sorprender cuando en realidad, es absolutamente predecible. Minuto dos de película y ya sabía cómo acababa. No contento con eso, intentan hacer un giro en mitad de la película, y aunque este puede que no te lo esperes, en realidad te da bastante igual cuando ocurre.
A eso súmale que está rodada con parsimonia y lentitud, como si el director estuviera aburrido mientras grababan. Por dios, hay una persecución con una lancha a través de los canales de Venecia en la que se nota a la legua que van a dos por hora. Literalmente. Creo que a la pata coja y con los ojos vendados le gano en una carrera.
En definitiva, salí del cine con la impresión de haber visto una patata de película. Intenta ser de espionaje, con sorpresas y demás, pero es sumamente aburrida y predecible. Disfruté muchísimo más en verano con Salt, también de Jolie. Y sé que la han criticado mucho en todos lados, pero al menos aquella, con sus fantasmadas y sus mega-giros-imposibles era sumamente entretenida.

Ronin

Justamente hace unos días hablaba de Robert De Niro y su caída estrepìtosa en el universo de los actores mediocres, y mencionaba Ronin como su última buena película.
Bueno, pues me entraron ganas de verla.
Y sí, Ronin sigue siendo un peliculón. Ok, es cierto que los cromas apestan un poquito (hay uno que hasta se ve el borde silueteado de Robert De Niro) pero sigue siendo un peliculón.
Empezando por un mcguffin de libro, la maleta. Si en las escuelas de cine quieren hacer entender a sus alumnos lo que es un mcguffin, aquí tienen uno perfectamente dibujado.
Siguiendo con unos personajes perfectamente dibujados. De Niro está fantástico en la piel de ese «mercenario» capaz de tender emboscadas con tazas de café y con unos diálogos ingeniosos y su pose de tipo duro. Jean Reno está fantástico, pero vamos, como siempre. Este hombre está fantástico hasta en Godzilla.
Natasha McElhone lleva el status de tipa dura a un nivel que pocas veces he visto en una pantalla. Gemma Teller aparte, obvio. Y los demás son igualmente impresionantes, mención honorífica para Sean Bean que interpreta al mismo personaje que interpreta en la mayoría de sus películas.
Frankenheimer dirige la película con un pulso cinematográfico envidiable. Se nota que era uno de los grandes de la vieja escuela. Es una película como las de antes, con planos cuidados, movimientos limpios, sin tembleque alguno ni cámara en mano.
Y una trama cojonuda.
Y eso sin hablar de los coches. De las mejores persecuciones de coches de la historia, por callejuelas incluidas. Esta peli hizo que me enamorara del Audi S8. Cochazo. Los sonidos del motor te llenan la cabeza durnate todas las persecuciones haciendo que parezca que estás ahí metido.
Cine con mayúsculas.

Alice Creed, Skyline y Takers

Os pongo el poster italiano porque me ha gustado más que el americano…
Me jode muchas veces que la gente que hace las sinopsis de las películas se dedique a «intentar hacerla más interesante al público» según lo que, para ellos, son baremos de interés. Así, en esta película te hablan de «juego de violencia, sexo y blablabla».
Nada más lejos de la realidad.
La desaparición de Alice Creed es un peliculón, una de esas rara avis con dos escenarios, tres actores y un guión con dos o tres giros eficaces y muy bien planteado, sobre el secuestro perfectamente planificado por parte de dos tipos a una niña rica de papá.
Y poco más se puede decir, porque decir más desvelaría demasiadas cosas de la película. Lo cierto es que es interesante y te mantiene pegado al asiento, permitiéndote disfrutar de un guión cojonudo y unas actuaciones que están a la altura.
Y además sale Gemma Arterton, que siempre es agradable. Y en todo su esplendor, de hecho.

Si lo que quieres es reír, ésta es tu película.
O llorar, no me quedó muy claro cual es la sensación predominante.

Estas cosas hacen que después me resulte más complicado arrastrar a Cris al cine a ver películas de ciencia ficción o terror, así que, hermanos Strause, desde aquí os declaro mi total y absoluto odio hacia vosotros.
Os pongo un poster que debió hacer el hijo de cinco años del director… ¡Por dios, si las caras de los personajes están MAL METIDAS con Photoshop!
En fin, a lo que iba… La película se deja ver. No deja de ser una historia de ladrones que lo hacen todo perfecto hasta que empieza la película y una serie de decisiones mal tomadas hace que vayan de mal en peor y se precipite una orgía de disparos y traiciones. Pero claro, cuando tienes un reparto como el que tiene esta película y diriges en condiciones, el resultado se deja ver, entretiene y te deja buen sabor de boca.
¿Lo mejor? La persecución de Matt Dillon y Jay Hernández al negro raper del grupo de ladrones.

Libros leidos 2010: El día de la confesión.

27) El día de la confesión, de Allan Folsom.

A estas alturas de la vida no es ningún secreto que me gusta mucho Allan Folsom. Normalmente, sus historias de intriga y conspiración me encantan. Suele tener un pulso narrativo interesante y dibuja a los personajes muy bien.
El día de la confesión empieza con el asesinato de uno de los hombres cercanos del Papa del que es acusado un sacerdote americano que es también asesinado en un atentado con bomba. El hermano de este sacerdote, un abogado también americano, viaja a Italia a reclamar el cuerpo de su hermano, y acaba metido en una gran conspiración.
De los cuatro libros de Folsom, sin duda es el peor. Y con esto no quiero decir que sea malo, pero a diferencia del resto de libros del autor, a éste le cuesta más entrar en materia. Cuando lo consigue, el resto es tenso y emocionante, pero no puedo negar que el principio es lento, e incluso pesado en algunos momentos.
Le doy un seis.

Mi lista de libros leídos en 2010:

1) Historia natural del canibalismo, de Manuel Moros Peña.
2) Latitudes piratas, de Michael Crichton.
3) La cúpula, de Stephen King.
4) Septiembre Zombie, de David Moody.
5) La caza, de Clive Cussler.
6) La huída, de Allan Folsom.
7) El imperio del agua, de Clive Cussler.
8) Apocalipsis Z 2: Los días oscuros, de Manuel Loureiro.
9) La conspiración maquiavelo, de Allan Folsom.
10) Zombie planet, de David Wellington
11) Juegos de ingenio, de John Katzenbach.
12) Atlantis, de Greg Donegan.
13) Después del anochecer, de Stephen King.
14) Infected, de Scott Siegler.
15) La dama negra, de Stephen L. Carter
16) El terror, de Dan Simmons.
17) El ángel más tonto del mundo, de Christopher Moore.
18) Infierno en el paraíso, de Richard H. Weber.
19) La mujer del viajero en el tiempo, de Audrey Niffenegger.
20) El almacén, de Bentley Little.
21) El sótano, de David Zurdo y Ángel Gutierrez.
22) Odio, de David Moody
23) El símbolo perdido, de Dan Brown.
24) Cuestión de olfato, de Spencer Quinn.
25) El ocho, de Katherine Neville.
26) El alzamiento, de Brian Keene.
27) El día de la confesión, de Allan Folsom.

Sons of Anarchy

Como no quiero estropearle a nadie la serie, este será un post sin spoilers.
Llevaba mucho tiempo oyendo a hablar de Sons of Anarchy. Bastante gente me había recomendado que la viera, pero, por hache o por be, no acababa de atraerme. Un día, la misma persona que me recomendó aquella maravilla de serie carcelaria llamada OZ, me dijo que la viera. Y yo seguí sin convencerme. Hasta que hace un mes, alguien al que no conozco me dio el último empujón. El especialista Mike me dijo que le echara un vistazo a la serie, que merecía la pena. Y yo, que estaba ya en ese punto del casi-casi, cai de lleno en la curiosidad y me hice con la primera temporada.
Vaya por delante que en ese mes me tragué las dos primeras temporadas y lo que llevan de tercera temporada. Ya voy al ritmo de la emisión americana. Y después de eso, creo que es una de las mejores series que actualmente hay en pantalla y creo que se merece mucha más audiencia y reconocimiento que el que tiene.
La serie tiene un pero pequeñín que afecta a su nivel de enganche al principio. Y es que los cuatro primeros capítulos son muy episódicos. Dibujan el esbozo de una trama, pero no dejan de ser pequeños casos (llamémoslos así) que solucionan los protagonistas al finalizar el episodio. Y no están mal, pero no te dejan con la boca abierta y ganas de seguir viendo la serie.
Hasta que llega el episodio de la niña violada. Ese capítulo es cojonudo, y prácticamente te dan ganas de unirte a los Sons en su busqueda de venganza. Curiosamente, aunque completamente episódico, es después de este capítulo que Sons of Anarchy abandona ese estilo capitular y entra de lleno en el terreno de las series seriadas con una trama clara.
Empecemos por el principio. Sons of Anarchy cuenta la historia de un club de moteros, los SAMCRO (Son of Anarchy Motorcycle Club Redwood Original), cuya sede está en un pequeño pueblo llamado Charming. Desde allí, dirigen un negocio de venta de armas ilegales a la vez que mantienen el compromiso de tener alejada la violencia y las drogas de Charming. Son una especie de protectores del pueblo, aunque también son delincuentes. Tienen a parte de la policía comprada, pero no todos adoran a SAMCRO. Por la serie pululan también otras bandas moteras, como los Mayans, que son latinos dedicados al negocio de las drogas y con muchas rencillas con los Sons. Además, cierta agente del FBI les hará la vida imposible tratando de detenerles. Por ahí también se encuentra el IRA y demás gente del mundillo ilegal.
Curiosamente, y a pesar de su nombre, el club motero se rige según unas normas nada anarquicas. Hay una especie de consejo de nueve miembros, todas las decisiones deben estar aprobadas por mayoría dentro de ese consejo, existe un jefe (Clay, interpretado por el gran Ron Perlman), aprendices que son casi esclavos, y las mujeres del club… Digamos que las mujeres en esta serie no salen muy bien paradas. Suelen ser putas o acompañantes o meros floreros, a excepción de dos de ellas. Una, Tara, la chica con la que el protagonista (Jax) tiene sus mas y sus menos amorosos, y dos, la grandísima Gemma, la mujer de Clay, que ejerce de matriarca del club, ese tipo de personajes femeninos que ya quisieran pillar muchas actrices a esa edad. Las decisiones que toma Gemma por el club, su fuerza, su caracter… es probablemente uno de los mejores personajes de la serie.
No todo acaba ahí. El resto de personajes de los Sons están tan bien dibujados que, a pesar de ser secundarios, cada detalle que te proporcionan sobre ellos lo único que hace es que quieras saber más. Probablemente el mejor de todos ellos es Tigg, ese tipo que al principio parece un perturbado (y al final también), pero que daría su vida por Clay y Gemma. Tigg no duda en sacar la pistola (hay un momento, en la tercera temporada, cuando encañona a un policía simplemente porque no quiere dejar pasar a Gemma que es digno de reverencia).
Y hay más. Chibb, Piney, Medio-huevo, el poli mayor cuyo nombre ahora no recuerdo, Hale, la agente del FBI… todos los personajes están tan bien construidos que se convierten en una de las grandes bazas de la serie.
La primera temporada va subiendo en intensidad. Probablemente, el penúltimo capítulo te deje con la respiración cortada y la cara de imbécil que se nos quedó a todos. Aunque lo veas venir desde hace un rato, no deja de ser acojonante.
La segunda temporada empieza TAN fuerte… La entrada en escena de Zobelle y los suyos es TAN brutal. El primer episodio termina con una de esas secuencias en las que no sabes si apartar la vista o mantenerla en pantalla, una de esas secuencias fuertes que desagradan pero a la vez maravillan por la interpretación tan desgarradora que estás viendo. Y con eso, simplemente, plantan la semilla para una temporada digna de todo tipo de elogios. Un bravo altísimo que culmina con un clifhunger de esos que te hacen gritarle a la pantalla e insultar gravemente a los creadores de la serie por dejarte así.
La tercera temporada, actualmente en pantalla, empieza ligeramente más floja. No es que empiece mal, pero sí más floja. Poco a poco va subiendo en intensidad. En el capítulo tres, además, cuenta con un cameo genial de Stephen King, en la piel de un poco ortodoxo limpiador de cadáveres, al estilo del Señor Lobo de Pulp Fiction, pero más surrealista. Una aparición de aplauso. Luego la temporada sigue subiendo y subiendo. Y en el capítulo ocho, hacen una de esas cosas que parece que sólo los americanos saben hacer. Y como no quiero decir nada que pueda ser un spoiler, mencionaré simplemente que, con el cambio musical de la cabecera ya se ganaron todo mi entusiasmo.
Ahora mismo, la cosa está tensa y emocionante. Y le quedan tres capítulos… contando el que emitieron ayer.
Mi recomendación: vedla. Sin duda. Y no os dejeis vencer por esos cuatro primeros capítulos. Seguid adelante. Lo agradeceréis.

Pilgrim y Los otros chicos

Cuando me puse a ver Scott Pilgrim contra el mundo no sospechaba, ni remotamente, que estaba a punto de ver una de las películas más surrealistamente divertidas que he visto desde hace mucho tiempo. La historia (con fácil lectura para el mundo real) es la de un chico que se enamora de una chica, pero si quiere salir con ella tendrá que vencer antes a sus siete ex novios malvados.
Empecemos por ahí: Si no es la mejor sinopsis que habéis leido en mucho tiempo…
La película destila un homor desenfadado durante todo el metraje, con un guión fantástico, unas conversaciones capaces de sacarte de onda completamente y, por supuesto, unas maravillosas peleas de todo tipo. No sabría decir un momento que me pareciera el mejor de la película, porque tiene varios, pero supongo que me quedo con el ex novio vegetariano.
Claro que la entrada y lucha del primer ex novio también es brutal.
Se te queda cara de idiota, de hecho.
En serio, me divertí muchísimo con esta película. Es surrealista a más no poder. Y tiene un montaje IMPRESIONANTE.
Michael Cera está genial en el papel de Scott Pilgrim, Mary Elisabeth Winstead mantiene la compostura, aunque nos gusta más verla vestida de animadora en Death Proof. Pero si he de quedarme con un actor de la película, me quedo, sorprendentemente, con el hermano de Makauly Culkin, Rory, que se convierte en el roba planos y roba secuencias de la película.
Vedla.
Al día siguiente vi otra comedia. Que no os engañe el cartel. Samuel L Jackson y The Rock apenas tienen dos secuencias (eso sí, geniales, sobre todo el salto del edificio persiguiendo a los ladrones de una joyería que te deja un poco WTF). Eva Mendes tampoco tiene más de tres secuencias, aunque eso sí, son tres secuencias con las que no pude parar de reírme.
The Other guys está hecha a mayor gloria de Will Ferrell y Mark Whalberg. Y es una comedia de principio a fin, con momentos muy gamberros (sobre todo cuando Eva Mendes está en pantalla). Tal vez su problema sea que a veces peca de formalidad, cuando requiere ser más gamberra todo el tiempo. Luego, de fondo, tiene una trama policial a la que, en realidad, es complicado prestarle atención. Tiene unos cuantos momentos surrealistas, y a mi me pareció grandioso el detalle de que todas las mujeres intenten ligarse a Will Ferrell en la película.
Es divertida, y yo me reí bastante. Y aunque al parecer la trama policial es una especie de denuncia social contra el dinero que hacen las grandes empresas a costa de los trabajadores y los gobiernos, yo no llegué a entender ese punto viendo la película. Aunque sí lo hice con los créditos del final, que por cierto, son geniales.

Los seductores y The town

Voy a hacer dos críticas rápidas de las dos últimas películas que he visto, porque se me amontona el trabajo…
La primera fue «Los seductores», película que vi gracias a la promoción 2×1 que me regaló Cinesa. Amo esa tarjeta, por cierto.
Los seductores es una película francesa que intenta poner de nuevo en boga a la mujer de Johnny Deep. Es una comedia romántica, pero no es la típica comedia romántica, cosa que alguien como yo agradece profundamente. Sí, no me emocionan las comedias románticas.
Los seductores tiene un tono de humor durante toda la película que a mi me hizo sonreír en varios momentos (cada vez que ponía su cara de «quiero llorar» me descojonaba). Es un humor afrancesado, así que los que no gusten del humor de la tierra del queso, ya pueden olvidarse de reír.
La trama cuenta la historia de un hombre que trabaja rompiendo parejas al que encomiendan el trabajo de evitar que Vanessa Paradis se case con el tipo que ahora hace de Rick en The walking dead, Andrew Lincon. Obviamente, durante la ejecución de su trabajo se enamora de ella y blablabla.
Si me tengo que quedar con un par de momentos, elijo claramente y sin dudar el momento en que explican cómo trabaja este hombre mediante un montaje en el que repite su «famoso» discurso a varias mujeres distintas, y el momento culmen de la película, homenaje a Dirty Dancing, que es sencillamente brutal.
Igual para los que están acostumbrados a ver comedias románticas todos los días la película les pareció un coñazo. A mi me gustó bastante, la verdad.
The town es la segunda incursión de Ben Affleck tras las cámaras después de aquel peliculón que fue «Adiós, pequeña, adiós». En esta, el señor Affleck actúa además de dirigir, y nos mete de lleno en un barrio de Boston donde al parecer hay muchos atracadores de bancos. Y a eso precisamente se dedican Affleck y su pandilla, vestidos ahora de skeletor, ahora de monjas.
La cosa es que en el primero de los atracos se llevan de rehén a la directora del banco, de la cual acabará enamorándose el señor Affleck.
Ya lo dije cuando vi «Adiós, pequeña, adiós». Ben Affleck debería dedicarse a dirigir y dejar de actuar, cosa que hace infinitamente peor. Aunque es cierto que aquí no desentona el chico. El pulso de Ben tras la cámara es lento, pausado, pero firme. La película, con sus reminiscencias a Heat, mantiene una tensión interesante y te arrastra desde el principio hasta el final sin permitir que apartes los ojos de la pantalla.
Pero no es Heat.
The town está muy bien, sí. Y los tres atracos están perfectamente narrados, sí. Pero no sé por qué, me da la impresión de que dentro de unos años nadie recordará esta película. Tal vez porque no tiene nada que la haga novedosa, o porque no se centra en ser un drama ni tampoco en ser una película de acción y se queda en tierra media, ese lugar en el que creo que pocas películas pasan a la posteridad… a menos que nominen al oscar a alguno de sus actores, que por cierto, son lo mejor de la película.

Buried

Cuando hace tiempo vi el trailer de esta película me entraron ganas de verla al instante. La apunté en la lista de películas a no perderme. A medida que se acercaba el estreno, empecé a oír maravillas de ella. En la Fotogramas la catalogaban de obra maestra. En la Imágenes decían que todo era bueno y nada era malo en esta película…
Y me entró el miedo. Cuando hablan tan bien de una película suele decepcionarme. Así que al final, Enterrado se estrenó y, en lugar de ir a verla ese mismo fin de semana, lo postergé.
Pero la vi. Y por suerte soy una de esas personas que se deshacen de todo lo oído y dicho sobre una película en cuanto empiezan los fotogramas a correr.
Debo decir que disfruté Buried desde el principio hasta el final. Vale, al principio la voz que le habían puesto a Ryan Reynolds me desconcertó un poco, pero eso es culpa mía por ir a verla doblada.
Lo cierto es que la película es fantástica. Ni mucho menos la obra maestra que predicaban, pero sí es digna de todo tipo de elogios. Para ser una historia sobre un tipo metido en una caja que dura hora y media mantiene la tensión de puta madre. Y Ryan Reynolds está de lujo en el papel.
La verdad es que poco más puedo contar sin desvelar parte de la trama, así que me callo, con la recomendación de que la veáis y juzgueis por vosotros mismos. Abstenerse claustrofóbicos, eso sí.
Ah, y sí, me imaginé el final desde el principio. Pero si sirve de baremo, Cris no se lo imaginó. Desde luego, es el final que habría escrito yo. Sin dudarlo.
Ah, y para los que estábais preocupados por si Buried podía ser un plagio del cortometraje que Alex y yo dirigimos hace unos años ya, Escombros, os diré que sí, la película de Cortés empieza EXACTAMENTE igual que nuestro cortometraje, mechero y recorrido por el espacio incluido, y sí, las fotos del set de rodaje de Buried son extremadamente parecidas a las del set de Escombros… pero ahí acaba todo parecido.

El gran duelo de la televisión hispánica

Os lo juro: Me sentí tentado de empezar a desprotricar ayer mismo cuando llevaba veinte minutos de capítulo, pero me mordí la lengua y me obligué a esperar, pensando que vosotros me señalaréis y diréis que siempre critico el producto nacional… Y sí, cuando el producto nacional es malo, lo hago. Tengo que hacer la crítica de Buried, que la vi el otro día, y apenas hay menciones negativas en esa crítica.
En fin, que me obligué a esperar. Y hoy he buscado críticas positivas de la serie. Lo juro que lo he hecho. Pero aparte de las que provienen de la misma cadena o la gente que ha trabajado en dicha serie, lo único que he encontrado es negativo. Lo menos malo, uno que le da el valor de haberse atrevido a contar una historia distinta a lo típico de este país antes de ponerse a destrozarla.
Y sí, el valor de intentar hacer una serie distinta no se lo quito y se agradece. Pero poco más.
Empieza la serie, y yo no sé si es por vagancia o qué, pero me pregunto por qué demonios dejan la imagen de todas las series con ese aspecto de video tan horrible. Darle grano a la serie no es tan dificil. Pero no, en Hispania se limitan a mostrar esa iluminación plana y sin matices de tantas series hispanas. Por ese lado, horrible.
Mientras veía Hispania abrí youtube y le di al trailer de Spartacus, serie que, vaya por delante, no he visto nunca.
Me deprimí.
Sí, porque Spartacus parece una película, y aunque está claramente rodada delante de un croma, hay un claro trabajo de imagen, de luz… de todo, en general. Hispania, en ese sentido, es cutre.
Pero bueno, intenté borrar esa sensación de mi mente y seguí mirando. Hasta que Ballesta habló, con su acento de vallecas y su actitud de macarra de barrio a punto se sacarte la navaja para robarte la cartera. ¿En este país aprenderemos alguna vez a hacer un verdadero casting en vez de escoger a los actores a dedos basándonos en que la gente los conoce y ya?
¿O el verdadero problema es que no hay actores buenos en este país? Porque no sé vosotros, pero a mí la mayoría me sonaban forzados o fuera de lugar… o definitivamente malos. No todos, ojo. Lluis Homar como era de esperar estaba genial en casi todas las secuencias. En casi todas, porque recuerdo un discurso a su ejército que me dieron ganas de preguntarle si ese día estaba enfermo o qué, porque me pareció horrendo. Ana de Armas estaba bien. Vale que su acento le juega un poco en contra en algunas secuencias, pero al menos se le nota nivel. Bassave regular. Sé que ese chico puede llegar a más, así que tampoco me desesperó. Es de los que crecen con el papel.
El resto dignos de ser olvidados. Ballesta el primero, por favor.
Y qué más puedo resaltar… veamos… amén de secuencias tontas, como la de Ballesta colándose en el campamento romano y después escapando sin que todo un regimiento logre atraparle… vino la secuencia del capítulo: la gran batalla. Y vale, se agradece algo así, no está mal del todo y los efectos especiales cantan en tan sólo un par de momentos. Pero tampoco es nada del más allá. Está claro que aún nos queda mucho por aprender.
Por cierto… me dije «Al ser esta una serie que va de supreproducción, igual el estilo sea distinto», pero no, me cansé de contar después de la sexta secuencia que seguía al dedillo el esquema de realización de todas las series españolas: Travelling de inicio, personajes quedan frente a frente, plano, contraplano. Siguiente secuencia: Travelling de inicio, plano, contraplano…
¿En serio? ¿No sabemos hacer más cosas?
Veinticinco minutos fue lo que aguanté viendo Hispania. Por curiosidad, di el salto a Telecinco, que estrenaba su otra bomba: Felipe y Letizia, una historia de amor. O algo así.
Culebrón. Iluminación plana. Mismo esquema: Travelling de inicio, plano, contraplano.
Antes de que me diera un infarto, puse el canal auxiliar para ver el último capítulo de Rubicon. Acabé con la serie de intrigas de AMC, así que ya le haré un post. Porque también tengo mierda para repartir sobre ella, jejeje.

Misiones Imposibles

Continuando con la revisión de la saga Misión Imposible, hace un par de noches vi la segunda parte de nuevo. Aún recuerdo cuando la vi en el cine y al salir escuché comentarios del tipo «vaya fantasmada», y yo tuve que reprimir eso de «por supuesto que es una fantasmada, porque esto no es Misión Realista, sino Misión Imposible». Es una fantasmada, sí, pero no en un sentido peyorativo, joder.
De hecho, eso es lo que nos gusta de las películas de acción. Que se pasen los límites.
No estoy seguro ahora mismo, pero creo recordar que ésta fue la última película decente de John Woo. Porque la verdad es que la película es trepidante, y si bien es cierto que la relación entre las películas de Tom Cruise y la ciudad de Sevilla es surrealista, apenas concede minutos de relajación al espectador.
Pero es que además va in crescendo. A partir del robo en China todo es acción pura, y la recta final es digna de volver a verla.
Y por supuesto, ya que visité de nuevo Misión Imposible 2, me permití el lujo de meterme en los extras del DVD para volver a reírme con Misión Improbable y ese Ben Stiller disfrazado de Tom Crooze.
Y ayer terminé la trilogía.
Vistas las tres de nuevo, creo que la tercera parte es la mejor. En todos los sentidos, además, porque técnicamente es brutal (y contiene algunos planos que aún me pregunto cómo demonios los hicieron) y es absolutamente trepidante.
Phillip Seymour Hoffman es la clase de tipo que uno no espera ver en una película como esta, pero lo cierto es que su villano está por encima de cualquier otro villano de la saga. El inicio de la película, con ese interrogatorio, es impresionante, y sienta las bases de lo que va a ver: una descarga de adrenalina pura de hora y tres cuartos de duración.
Acción pura. J.J Abrams dirige de forma espléndida y nos regala algunas secuencias merecedoras de aplauso. La primera que me viene a la mente, sin duda, es el ataque aéreo al puente, una secuencia sublime. Pero hay más, como son toda la operación en el vaticano, el rescate en Berlín del comienzo, o «El Péndulo» en Shangai. Todo con un gran McGuffin como motor de la acción, la pata de conejo, y con unos diálogos salteados con dosis de humor, algo presente en toda la saga pero que creo que aquí cobra una mayor fuerza.
Me quedo con la frase de Lawrence Fishburne: «Me cortaría las venas para que la bandera de Estados Unidos no perdiera el rojo».