
¿Lo mejor? La cámara. En el minuto tres ya te has olvidado que se trata de una película de animación. Es in´creíble lo muchísimo que se mueve la cámara y los ángulos que plantea.
Otro punto a favor: el que al principio parece que va a ser el típico secundario cómico tocapelotas, el gordito Croqueta, resulta ser uno de los personajes más divertidos de la historia (ay que fuerte, que fuerteeeee).
¿Cosas a destacar? Por supuesto, Croqueta y la cámara. Y después, al policía negro, el momento en que los niños intentan engañar a la casa con un muñeco hecho con un aspirador (simplemente brillante), el desenlace… y un par de escenas hilarantes que no quiero destripar.
También me gustó comprobar que, aunque utiliza un tono oscuro propio del cine de terror, en ningún momento los niños que abarrotaban la sala se echaron a llorar (aunque estoy seguro que se cagaron en un par de momentos).
En definitiva, me parece una película entretenida y bien hecha. Me quedó la espina de verla en inglés por oír al siempre maravilloso Steve Buscemi poniéndole la voz a Nebercracker. Pero bueno, la verdad es que estaba bien doblada, con ausencia de famosetes de esos que van para cobrar y hacer publicidad pero no tienen ni pajolera de hablar. Como odio cuando una película la destroza Dani cantodelloco o cualquiera de esos.
Monster house deja un buen sabor de boca, os lo aseguro.