Desamores con Spielberg

Cinco capítulos he durado, cinco capítulos de Terra Nova han bastado para demostrarme que me aburría más que disfrutar y que no tenía nada interesante que contarme. Y hay demasiadas series en el mar televisivo como para perder el tiempo con una que no me dice absolutamente nada y a la cual, por cierto, no le auguro una segunda temporada.
De las tres últimas series del señor Spielberg, al que en el medio cinematográfico tenía por un Rey, sólo he terminado de ver una, Falling Skies, y más por inercia que porque verdaderamente me gustara. Tanto la serie de dinosaurios (¿de dinosaurios? ¿Puede haber una serie «de» en la que aparezca menos ese «de»? Sí, pero sería española, jurl, jurl, jurl) como The pacific las abandoné a medio camino movido por el tedio más absoluto. Y aunque antaño vi completita Band of brothers, tampoco me pareció ninguna maravilla.
No sé qué le pasa a Spielberg con la tele, pero me parece que se queda en «ideas grandiosas» que después no desarrolla bien. ¿Una serie sobre la guerra del pacífico? ¡Cojonudo! ¡Y encima con efectazos y buena ambientación! ¡Perfecto, será un bombazo! Pero por el camino, alguien se olvidó de desarrollar los personajes para que interesaran minimamente, para que preocuparan cuando morían o estaban en peligro. En The pacific, llegó a importarme un pito si moría fulanito o menganito. De hecho, me costaba reconocerles en muchos casos porque todos me resultaban iguales. Y no hablo de los japoneses.
¿Una invasión extraterrestre contra la resistencia humana? ¡Oh, dios, va a ser sensacional, la mejor serie de la historia! ¡Espera, metamos niños y muchas tramas de preocupación familiar! ¡Y añade mucha ñoñería! ¡Y hazla capitular! Seguro que mientras decían todo esto pensaban «ninguna serie les hará dormir mejor que ésta».
Se equivocaban.
Spielberg YA había producido Terra Nova.
Santo dios, qué sopor. En los últimos tres capítulos los dinosaurios han ocupado un máximo de dos minutos en pantalla, de ciento sesenta que suman los tres capítulos. Y la trama familiar es más aburrida que hacer una serie sobre una partida de parchís. Qué carajo, a mí el parchis me divierte. Los personajes son tan planos que se podría poner pelotas sobre ellos y no rodarían. Las tramas tan previsibles, tópicas y poco imaginativas que uno puede darle cuartelillo, sí, pero al final llega un momento en que hay que decir adiós. Sabes que no te quedará ninguna espinita clavada.
Primeval también va de dinosaurios y aunque los efectos son chusqueros es muchísimo más divertida.