Supernatural


Otra de series.

Hoy he visto el último capítulo de la irregular «supernatural», una serie de terror para adolescentes que no ha terminado de engancharme debido a que peca de discontinua.
Ok, es cierto, tiene algunos momentos que se alejan del terror adolescente y se adentran en el plano de lo inquietante para cualquiera.
Ok, es cierto que algunos capítulos son brillantes, sobre todo aquellos que siguen la trama principal. Y ese es su peor defecto. La serie es episódica, existe una trama central pero que se desarrolla tan solo en seis episodios salteados de esta primera temporada, y en cada capítulo restante te cuentan una historia diferente pero cortada por el mismo patrón, lo que la hace ligeramente repetitiva.
Dos hermanos se dedican a cazar seres malignos de todo tipo a lo largo y ancho de Estados Unidos mientras buscan a su padre, también cazador, que ha desaparecido tras los pasos de un demonio que años atrás mató a su mujer, madre de los dos protagonistas. Y lo cierto es que, aunque así contada parezca absurda, esta trama principal es la que tiene un mayor interés y por eso los capítulos que se alejan de ella no son tan emocionantes. Le pasa un poco como a Expediente X, que todos deseábamos saber más sobre la trama de la conspiración y los extraterrestres pero la mayoría de episodios se alejaban de esa trama. Solo que Supernatural no es ni de lejos tan buena como Expediente X.
Y como ya he dicho, las tramas del resto de episodios son un poco repetitivas. Los dos hermanos llegan a un nuevo pueblo donde hay algo maligno, desde demonios hasta casas encantadas, y realizan una investigación. En su camino se cruzan con alguna hermosa adolescente que decide ayudarles o acompañarles o es la víctima del mal y deben salvarla. Evidentemente, en pro de la continuidad de la serie, vencen al mal, y todos los capítulos terminan con los dos hermanos montándose en su coche y alejándose por la carretera.
Así que si le tengo que dar una puntuación se queda con el suficiente raspado.

Hopewell returns el regreso

Tras una semanita en el Algarve portugués regreso a la civilización, a la capital de las obras por excelencia. Siete días respirando aire limpio y ya se me había olvidado el polvo, los socavones, las gruas, la contaminación… y las noticias. Leo un periódico. Más muerte en el Líbano de la mano del neonazi estado de Israel, la mayoría niños víctimas de los ataques precisos de la aviación israelí. En el Congo van a votar por primera vez desde su independencia (eso es bueno). Gallardón oficia la boda de dos homosexuales y es descalificado por su partido, como era de esperar. Amenaza de catástrofe biológica por vertidos de petroleo en el Mediterraneo.
Joder, es que a uno le da bajón y quiere regresar a la playita donde nada de eso importa y el sol te pone moreno en el mejor de los casos o rojo si no has tomado precauciones.
En fin, que he vuelto, que estoy aquí de nuevo dispuesto a seguir colgando post de muy diversa índole. Seguramente los próximos sean de cine, porque quiero ir a ver Silent Hill en honor a tantas horas de intranquilidad frente a la play. Y está por ahí Poseidón, que Adri y yo iremos a ver para pasar hora y media corta descojonándonos de otra película más de Wolfang Petersen. Este tío es casi tan malo como Uwe Boll, pero tiene medios y un poquito de coherencia, que tampoco demasiada.
Saludos a todos.

Dammit

Yo que tu no agarraría de esa forma a Jack Bauer…
Ayer Adri y yo nos fuimos al cine a ver la aquí (mal) titulada «La sombra de la sospecha» (the sentinel). Íbamos dispuestos a aplaudir si Kieffer Sutherland decía una sola vez «drop the gun».
Y no lo hizo.Aunque si nos deleitó con un «dammit» murmurado…
Trama: La película cuenta una historia de intriga normal y corriente que entretiene pero tampoco da para mucho más. Hay un complot para matar al presidente, el personaje de Michael Douglas es acusado injustamente y se ve obligado a huír, mientras Kieffer Sutherland y Eva Longoria investigan para detener al culpable.
Los actores: Michael Douglas demuestra una vez más que es un gran actor. Se pasea por la película con elegancia y sobriedad. Kieffer Sutherland, que yo creí que iba a salir poco y sale mucho (que se oiga ese aleluya), demuestra que es un gran actor y que no se queda atrás en los bis a bis con Douglas. Para Sutherland podría haber sido muy fácil caer en los tópicos del agente Jack Bauer, porque a fin de cuentas son dos personajes que se prestan a comparaciones. Y sin embargo, Kieffer no cae en ninguno de esos tópicos y construye al agente especial David Breckinride en algo completamente diferente a Bauer; En cuanto a Kim Basinger, se limita a hacer de comparsa sin ninguna trascendencia; Y Eva Longoria, cuyo papel debió ser creado solo porque ella sale en Mujeres desesperadas, intenta poner cara de interesante durante todo el metraje a pesar de tener el personaje más intrascendente del film.
Justifico su aparición sólo por el momento en que llega por primera vez al despacho de Bauer… digo, Sutherland, y el recepcionista le mira el culo y después Kieffer la trata con extrema dureza. Fantástica secuencia.
Lo que menos me gustó es que parece que en EEUU no hay más actores, que los que siempre hacen de malos tienen que seguir haciéndolo. Es que, joder, cuando vas a ver una peli como Superman ya sabes que Luthor es el malo, pero cuando vas a ver una peli de intriga esperas que te intriguen hasta el final, pero si cuando le ves la cara a uno de los personajes tu mente dice «uy, este ya ha hecho de malo muchas veces, va a ser el malo aquí también» y encima resulta serlo, pues te arruina la película. Basta ya, por favor.
Y otra cosa, y esto va para el director, las cortinillas cutres se dejaron de poner en los ochenta y ahora sólo la utilizan los poperos. Ah, y el efecto para quedar guay de poner cámara lenta y distorsionada en las secuencias de peleas queda como el culo. Por favor, un poquito de seriedad.
En defintiva, una película que se deja ver y se disfruta, pero de esas que dentro de tres meses has relegado al mayor de los olvidos.

Donde pone el ojo…

George Lucas es el MAL

Hoy me han abierto los ojos. Hoy sé la verdad gracias a Alvaro Loman. Y es que siempre he crecido creyendo que George Lucas era algo así como el genio de la lámpara, un dios, un ser todopoderoso que todo lo podía. Asi de poderoso le creía yo.
Para mi era fuente de las mejores cosas de la vida, bueno, de al menos muchas de ellas. Su nombre aparecía ligado a La guerra de las galaxias, a Indiana Jones, a Dentro del laberinto, a las películas de los Ewoks, a la serie Droids, a Willow, a Howard el Pato (bueno, es que me hacía gracia…), a las figuritas de acción de Star Wars que inundaban mi cuarto, a la aventura gráfica Indiana Jones y la última cruzada… y a, señores por favor un aplauso, el genial Monkey Island.
Por lo tanto, después de todo eso, a uno no le cabe otra idea que suponer la siguiente ecuación: George Lucas = Paraíso.
Pero nada más lejos de la verdad. Lo cierto es que Lucas encierra un lado oscuro tenebroso y por fin alguien lo ha descubierto. No me gusta apropiarme de las cosas que escriben otros, así que no reproduzco aquí el artículo, pero sí os pongo un enlace y os recomiendo fervorosamente que lo leaís. Yo por lo menos me he reído un buen rato.

Superman y el señor de la guerra


Impresiones de las dos últimas películas que he visto en el cine.
Por supuesto, como cualquiera que haya crecido en los 80 (excepto Ali, que no vivió la misma década que todos los demás niños porque ni veía McGyver ni Dragones y Mazmorras ni V ni Los goonies… pero esa es otra historia) esperaba con ansia y devoción el estreno del último Superman, que además venía de serie con el impresionante buen curriculum de su director.
Así que allí nos lanzamos a verla, a Kinepolis. La historia del visionado ya la cuenta Adri en su blog, el infierno que sufrimos con el sonido, los cortes y los parones. Que si la peli es larga de por sí, esas dos horas y media se convirtieron en tres debido al mal funcionamiento del cine. Aunque me quedo con la experiencia solo por el grito del tipo ese que al ver entrar a un empleado del cine a la sala empezó a gritar «a por ellos, oeeeee».
En fin, que dos horas y media para contar una historia que podría haber contado en hora y media. Lo cierto es que Singer no realiza un buen trabajo, aunque tampoco malo, pero lo peor es la historia. Parece que los guionistas no se han leído un tebeo en su vida. Todo lo que cuentan ya lo hemos visto en los supermanes antiguos pero contado mucho mejor. Amén del detalle desastroso de meter al puto niño. Que ya me lo imagino con la capa y ayudando a papá en la secuela. Pero es que ahí no acaba la tortura, porque Superman y Lex Luthor sólo se encuentran una vez y es un enfrentamiento bastante cutre. Y para colmo el guión tiene incoherencias. Superman posa sus pies en la isla de kryptonita y las pasa canutas y recibe una paliza de órdago. Pero luego es capaz de levantar la isla sobre sus hombros y lanzarla al espacio. Vamos a ver, ¿Le hace daño o no la kryptonita?
En fin, que al final se me quedó un sabor de boca un poco agrio. Creo que me quedo con las antiguas.
Y ayer fui al cine a ver El señor de la guerra con Adri. Y bueno, me esperaba otra cosa, la verdad. Le pasa un poco como a Syriana, que la historia ya la conocemos y no cuenta nada nuevo y le falta ritmo. Eso sí, a esta le falta ritmo pero no tanto como al coñazo de Clooney. Joder, es que Syriana ha sido la siesta más cara de mi vida, porque me quedé dormido un rato viéndola. Y pagar seis eurazos de cine por dormir…
En fin, El señor de la guerra es lentorra, parece que le cuesta avanzar, fotográficamente no es ninguna maravilla y abusa en exceso de la voz en off de Nicolas Cage. Que quedaba muy bien en Adaptation pero aquí hay momentos de verdadero sopor.
¿Lo mejor? Algunas de las frases del personaje de Nicolas Cage, que te meas de la risa.
No brilla en ningún aspecto pero tampoco es rematadamente mala. Eso sí, se puede ver en el video sin problemas. ¡Ah! Brillante el momento en que un tipo empieza a disparar un fusil y el percutor hace el sonido de una caja registradora recaudando a los ojos de Cage.
Yo, a esperar el acontecimiento cinematográfico friki del mes. Adri y yo nos lanzaremos al estreno de The Sentinel, aquí titulada horriblemente «La sombra de la sospecha» o una mierda así. Y no iremos corriendo porque creamos que vaya a ser buena, de hecho yo no me espero nada de ella. Pero ver a Kieffer Sutherland empuñando un arma y gritando «Drop the gun» o «Put your hands where I can see them» es suficiente. Cerraré los ojos e imaginaré que es Jack Bauer el que habla en lugar del Agente Especial David nosequepollas.
Que dura es la espera entre temporadas…

El tiempo de las cerezas

El acontecimiento más importante del año tendrá lugar el 18 de Septiembre. Bueno, eso si la secta keniata esa que dice que el fin del mundo tendrá lugar el 12 de Septiembre se equivoca. Su lider se llama Wanjiku y dice que habrá un invierno nuclear con temperaturas inferiores a cero grados que harán que todos los no creyentes muramos. Ellos están construyéndose un bunker.
En fin, fuera de eso, que no me importa un pimiento, Enrique Bunbury regresa a la actualidad musical con «El tiempo de las cerezas», que será el título del álbum de «Bunbury & Vegas» y que verá la luz este 18 de Septiembre. Enrique Bunbury, el artista más ecléctico de este país, se ha unido a Nacho Vegas, otrora componente de Manta Ray, para crear este album doble con 20 canciones y que es esperado con ansia por los seguidores del zaragozano. Entre los que me encuentro.
El tiempo de las cerezas es un disco doble. Los discos alternan una canción de Bunbury y una de Nacho Vegas hasta hacer un total de 9 canciones diferentes por disco. La décima es, a modo de reprise, la primera canción pero cantada por el otro artista. Por el medio, una canción a medias (Latex) y un éxito de la época de nuestros padres que popularizó Bambino (Bravo).
Este es el track List:
CD1.
– Días extraños (Vegas)
– Puta desagradecida (Bunbury)
– Secretos y mentiras (Vegas)
– No fue bueno pero fue el mejor (Bunbury)
– Va a empezar a llover (Vegas)
– Latex (Bunbury & Vegas)
– La pena o la nada (Vegas)
– Ahora (Bunbury)
– Por la paz y la canción (Vegas)
– Días extraños, reprise (Vegas. Cantada por Bunbury)
CD2.
– El rumbo de tus sueños (Bunbury)
– Serie negra (Vegas)
– Welcome to El callejón sin salida (Bunbury)
– Cazador (Vegas)
– De esclavitud y cadenas (Bunbury)
– Bravo (Vegas)
– En la espina dorsal del universo (Bunbury)
– La fin (Vegas)
– El tiempo de las cerezas (Bunbury)
– El rumbo de tus sueños, reprise (Bunbury. Cantada por Vegas)

¿Sabes qué superhéroe eres?

Hoy he encontrado la página web friki del mes. Para mi, al menos. En ella aparece un cuestionario fácil y rápido de rellenar. Cuando lo has completado aprietas el botón «done» y aparece el resultado: ¿Qué superhéroe eres?
Yo he realizado el cuestionario y me ha salido que soy Flash. Mierda, yo quería ser Superman. Me ha tocado el pringado del rayo en el pecho. Bueno, al menos tengo supervelocidad. Y oye, tengo que sentirme aliviado porque por un cinco por ciento de mierda me salvé de ser Linterna Verde, que es un superhéroe que ni siquiera conozco. Y en tercera posición Supergirl. Será la parte femenina que hay en mi.
Adri, yo sé que te mola esa página. Haz el puto test y cuéntame qué superhéroe eres!!!

¿Qué superheroe eres?


Este fue mi resultado:

You are The Flash!!

The Flash 75%
Green Lantern 70%
Supergirl 67%
Spider-Man 65%
Wonder Woman 57%
Superman 55%
Robin 50%
Iron Man 45%
Batman 35%
Hulk 35%
Catwoman 35%

El apasionante mundo de la traducción de títulos

Hay una cosa que jamás he logrado entender ni creo que consiga hacerlo nunca, y es el modus operandi que se sigue en este país para decidir los títulos de las películas.
La primera opción es mantener el título tal cual. Así encontramos Kill Bill, Four Rooms, etc.
La segunda opción es traducir el título perfectamente. vease Amanecer de los muertos, La guerra de las galaxias, etc.
La tercera ya empieza a chocar en mi mente. Es la manía de dejar el título original pero poner un subtítulo en castellano para el espectador medio que no sea capaz de entenderlo. Así nos encontramos con:
– Closer: cegados por el deseo. Y bueno, aquí, por lo menos, el subtítulo de marras mantiene un poco el hilo de la peli.
– Scream: Vigila quien llama. Subtítulo idiota donde los haya y que evidentemente se perdió a los pocos días de estrenada la peli. Lógico, porque daba mucho más miedo la palabra Scream y además ir por la vida diciendo «oye, ¿has visto ya vigila quien llama?» no era muy divertido. En las secuelas el subtítulo ni existía.
– Cinderella Man: el hombre que no se dejó tumbar: Manda cojones. No he visto la película no ganas que tengo, pero si el título en inglés ya era cutre vinieron los españolitos a esforzarse y conseguir el peor todavía. Ya me imagino la velada amorosa diciendo «mi amor, vamos a ver el hombre que no se dejó tumbar». Patético.
– Con Air: convictos en el aire. No hacía demasiada falta el subtítulo.
– Brockeback Mountain: en terreno vedado. Subtítulo cutre, pero al menos mejor que la traducción del título que se le dio en latinoamérica: Secreto en la montaña. Vamos, que me extyraña que aquí no la tradujeran como «Cowboys en el armario» o algo así.
Pero es la cuarta opción la que me mata del todo. Es cuando llega quien sea el que traduzca los títulos y cambia el título de la peli poniéndole el que a él le sale de ese lugar oscuro donde nunca pega el sol y a veces parece que se hayan fumado varios porros antes de traducir. Aquí encontramos cosas como:
– El bar coyote: En inglés, coyote Ugly.
– La Jungla de cristal. En inglés Die Hard, o sea Duro de matar o muere dificil. Pero aquí el traductor la vio y se dijo «Ocurre todo en un rascacielos lleno de ventanas, espejos y cristales… ostia, cristales, podría llamarla La jungla de cristal que queda muy estético». Y eso hizo. Pero no pensó en las secuelas. Y claro, la segunda ocurre en un aeropuerto y hay menos cristales. Por suerte no les dio por llamarla «Jungla de aviones, jungla de cristal 2» que capaces son. Y bueno, ya de la tercera, que ocurre a lo largo y ancho de toda una ciudad y donde si aparecen cristales es porque los hay en las ventanillas de los coches….
– El bosque. Ok, tenemos una peli con una aldea rodeada por un bosque donde ocurre algo raro. El director llama a la película «The village», o sea, La aldea. ¿Por qué? Porque para él lo importante es lo que ocurre en dicha aldea. Pero llega a España y alguien dice «Pero si mola más lo del bosque» y le cambian el título, mancillando así la intención del director y desviando la atención del espectador del lugar donde el dire quería que estuviera. Fantástico.
– La búsqueda: Aquella bazofia codigodavincista con Nicolas Cage a la cabeza y que se titulaba en original National Tresaure. Yo hubiera entendido lo de Tesoro Nacional.
– El fuego de la venganza. En inglés, Man on Fire, o sea, Hombre en llamas. Pero aquí llega el listo de la traducción y dice «Me cae mal Denzel Washington, así que voy a hundirle la película y lo voy a hacer poniéndole un título cutre de película de acción ochentera». Y así lo hace. ¿Os acordáis de la sección de acción de los videoclubs allá por los ochenta? Había varias palabras claves como son Fuerza, Venganza, Acción, Fatal, Letal, Mortal, Fuego, Rabia, Odio… Combinabas cualquiera de esas palabras y tenías el título de alguna peli de aquella sección. Fuego Fatal. Venganza Mortal. Rabia Letal. Y sigue…
– Asesinos cibernéticos: Película futurista protagonizada por Peter Henderson Weller y que en original se llamaba Screamers, o sea, chillones, porque los asesinos cibernéticos a los que se refiere el título en español chillaban al ir a matar y era la única manera de reconocerlos.
– Y llegamos a mi preferida en el ranking de títulos ridículos. En inglés, Ice princess. Podrían haberla traducido como Princesa del hielo, pero no. Alguien tuvo la maravillosa idea de hacer un pareado, que siempre triunfan, y así nació «Soñando, soñando, triunfé patinando». Y se quedaron tan panchos.
Hay millones más. Puedes postear alguno que recuerdes y que sea gracioso…

Todo tiene su razón

esta noche voy a ver Superman Returns con Adri. Y ya teníamos ganas. Esta noche supondrá el reencuentro con uno de los mejores superhéroes jamás creados. O acaso el mejor. Esa es una cuestión que siempre pende sobre las vidas de todo ser humano que se precie (aquellos que no se preocupan sobre cuestiones tan interesantes e importantes como cuál es el mejor superhéroe o quién ganaría en una pelea entre Stallone y Schwarzenegger, no es un ser humano que se precie).
Decía Stephen King en un artículo muy bueno que él prefería a Batman porque tenía ese rollito oscuro y aterrador que a veces te hacía dudar de si era bueno o maligno. Algo que Superman no tiene. Superman ha sido siempre el bien por excelencia.
Y hasta Tarantino se permitió hacer un debate de tintes superhoísticos en Kill Bill, para poner su miguita de pan a tan discutido tema.
En fin, que después del buen sabor que nos dejó el Batman Begins de Nolan, sobre todo después de las dos últimas bazofias (perdón, películas), nuestra ansia por ver el nuevo Superman era cada vez mayor. Aunque a mi siempre me quedará la espinita de saber lo que podría haber sido en manos de Burton o Cameron. Pero teniendo en cuenta las dos últimas bazofias (perdón, películas) de Superman (la cuatro no la he visto, pero me valen unas imágenes sueltas para comprobar que debe ser penosa) lo cierto es que Returns tiene muy buena pinta.
Esta mañana me puse a divagar en Internet, y acabé encontrando en un blog la respuesta a una de las preguntas que más me han mosqueado siempre: La ridiculez de que la personalidad secreta de Superman se diferencie de Superman en llevar la ropa interior por debajo de los pantalones y en unas gafas de empollón. ¿Por qué nadie le reconoce? Bueno, pues en el blog de Jotacé se encuentra la respuesta a tal pregunta que yo aquí reproduzco atribuyéndole el mérito de mi descubrimiento a Jotacé. Eso sí, el adorna su diatriba con más imágenes del comic donde se desvela el misterio. Yo solo coloco una, así que el que quiera verlas todas, que viaje hasta su blog (por cierto, un blog muy friki pero muy divertido).
Pues bien, el hombre más poderoso del mundo está a unas gafas de distancia de su identidad secreta. En la primera viñeta que coloca Jotacé, puede verse a Clark Kent mirándose en el espejo y diciendo «Es el disfraz más estúpido que he visto en mi vida, ¿cómo voy a parecer una persona diferente?
En el número Superman 330, Superman se enfrenta a un villano que, durante un enfrentamiento, empieza a sospechar del disfraz del hombre de acero. Para confirmar sus sospechas, acude al dibujante del Daily Planet y le pide que haga un retrato de Superman y otro de Clark Kent.
El retrato de Superman es clavadito al original, pero el de Clark Kent resulta que muestra, como se puede ver en la viñeta que he colocado, a un Kent con entradas y envejecido.
«¿Comor? ¿Por quer?» se preguntaría Chiquito de la Calzada.
Fácil. Uno de los poderes secundarios de Superman es el superhipnotismo, y además las gafas de Kent están hechos de un cristal kryptoniano que favorece el superhipnotismo, y todo eso junto y revuelto produce el mejor disfraz jamás ideado.
Lo que jamás explicaron los guionistas de aquel comic es cómo se las ingenia Superman para hipnotizar a todos los que le rodean, a las cámaras de fotos, las cámaras de video, etc. En fin, es un comic y supongo que tampoco hay que buscarle más patas al gato.

Para terminar, una pequeña cuestión que a mi mente le resulta dificil de entender. Vamos a ver, la película se llama Superman Returns, y hay que ser muy lelo para no darse cuenta de que eso significa retorno, ¿verdad? Ok, no me parece mal cuando en España deciden traducir el título de las películas (siempre que lo hagan bien), pero una de dos, o lo traduces o no lo haces, pero no me coloques el título en inglés y debajo le pongas una especie de subtítulo en castellano porque queda ridículo.
Y es que los posters de Superman que podemos contemplar en todas las marquesinas de autobús dicen en letras grandes SUPERMAN. Debajo, en letras un poco más pequeñas pone RETURNS. Y en una tercera línea, aún más pequeña la fuente de letra, puede leerse: el regreso. Como si fuéramos gilipollas. O Superman el regreso, o Superman returns, o El regreso de Superman… pero señores, por favor, nunca Superman Returns El Regreso.
Miro el reloj… cada vez me quedan menos horas para disfrutar una vez más del vuelo del hombre de acero.