Recibiendo Feedback

Algunas de las reseñas aparecen en blogs, medios informativos de internet o sitios destinados a la crítica de libros. Pero también hay muchas otras formas de recibir feedback sobre la novela. A veces me llegan mensajes como el que copio a continuación que, obviamente, me hacen sonreír. Ya sea por facebook o por twitter, la verdad es que la acogida de El cuarto jinete está siendo predominantemente positiva.

En la página de facebook de la novela contamos con un album dedicado a estas pequeñas perlas, podéis verlo AQUI. Para mí, es todo un honor que me hagáis llegar vuestras impresiones. Gracias a todos.

El cuarto jinete en el blog Infectados

En Infectados han reseñado El cuarto jinete, hablando sobre las cosas que le gustaron y las que le parecieron más flojas. Termina diciendo que estará atenta a lo que escriba, así como a la segunda parte de la novela… así que imagino que el resulta tiende al positivo.

Castle Hill es un pequeño pueblo americano. Allí todos sus habitantes conocen sus entresijos. La novedad del pueblo: El juicio que se celebrará a Jason Fletcher. Su delito ha sido incendiar una granja en la que han podido perder la vida varias personas. Hay suficientes pruebas para que Jason acabe con sus huesos en la cárcel, ya que el fotógrafo Brad Blueman ha tomado las instantáneas del delito perpetuado. Esta no será la única novedad en Castle Hill. Sin ninguno de sus habitantes saberlo, uno de los científicos de la base (algo parecido al área 51) situada cerca del pueblo, ha desatado por un descuido una terrible infección. Todo Castle Hill será testigo…

Si quieres seguir leyendo la reseña, ESTE es el enlace al blog Infectados.

El cuarto jinete en La barbería de Rasurador

He aquí una nueva reseña de mi primera novela, en este caso a manos de El Rasurador en su propio blog:

Mira, ven, que te voy a contar una historia. ¿Estas cómodo? ¿Quieres tomar algo? ¿Un refresco? ¿Palomitas? Veo que mi sofá es de tú agrado, pues si ya estas bien voy a comenzar.
Te contaré la historia de varias personas, gente normal que podrías encontrarte por la calle paseando, son los vecinos de un pueblo de EEUU, Castle Hill.
Seguro que el comienzo te recuerda un poco a “La cúpula” de Stephen King, por lo de “el último coche” que va a entrar en el pueblo. Es un homenaje de Víctor Blázquez a uno de sus escritores favoritos, creo que aprendió a leer con él (o eso dicen).
¡Lo estas viendo!, se ha desatado un virus en una base militar cerca del pueblo, nuestros vecinos y familiares se están convirtiendo en muertos vivientes. Son zombis corredores, despiadados, espero que estés en forma sino te darán caza, corre todo lo que puedas y no dejes que te muerdan.
Sin tregua, sin pausa, a un ritmo frenético, acción pura, contagiada de las mejores películas de los años 90, y comenzamos a correr.
Entre los supervivientes hay personajes típicos, con una

El resto, si os ha picado la curiosidad, lo tenéis AQUI. A mí me ha emocionado. Sigue la estela de la novela y es más que positiva… Sigue llenándome de orgullo ver que El cuarto jinete gusta. ¡Gracias!

Mark y Paula: la visión de Carlos Montero

Mark y Paula, dibujados por Carlos Montero

Este es el espectacular dibujo que ayer me regaló Carlos Montero y en el que se puede apreciar a dos de los protagonistas de El cuarto jinete, Mark y Paula, rodeados de un grupo de zombies entre los que se aprecia la figura del Padre Isidro. Los que hayáis leído Los caminantes, de Carlos Sisí, creo que le reconoceréis.

¡Gracias Carlos!

Fotos de la presentación de El cuarto jinete en Fnac Callao – Madrid

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Presentados de forma inmejorable por Juan Antonio Román, cofundador de ESMATER (Asociación de Escritores de Terror Madrileños), el sábado 8 de septiembre de 2012 se habló en la Fnac de Callao de dos novelas de la línea Z: El cuarto jinete, de un servidor, y El manantial de Alejandro Castroguer.

La velada fue interesante. En lugar de Alejandro contamos con la presencia de Abel, protagonista de la novela de Castroguer, recién salido del psiquiátrico, y charlamos un rato con los asistentes al eventosobre zombies, literatura y cine.

Cuando llegó el turno de preguntas, una de ellas recayó en mí: ¿Te gusta el chocolate? Me quedé en blanco, pensando «¿y esto a qué viene?» y me puse a contestar. Así que de repente me sacaron una tarta de tres chocolates y me cantaron el cumpleaños feliz. La verdad, fue un momento bonito y entrañable. Como ya he dicho en muchas ocasiones, lo mejor de haber publicado la novela es la gente a la que he conocido gracias a ella. Y este día se dieron cita en la Fnac muchas personas a las que ahora aprecio y cuento como amigos.

Gracias.

Alsgarán

Hoy me he despertado con un nuevo regalo de cumpleaños anticipado. Alsgarán, una de las integrantes del foro Somos Leyenda, ha dejado en él su crítica de El cuarto jinete. La verdad es que me ha emocionado. Me ha tocado la fibra un poco. El enlace donde encontrar la crítica es este, pero os la transcribo aqui:
Es de noche, la luna ilumina ligeramente el cuarto, a mi alrededor sólo percibo los ruidos normales de una casa antigua y la respiración suave de mi compañero. Bajo el edredón y sólo con la luz que proyecta mi ipad prosigo con mi lectura.
Avanzo un par de páginas más sumergiéndome un poco más en Castle Hill, comienzo a reconocer sus calles y a amar y odiar a sus habitantes. Arrugo la nariz cuando vuelve a aparecer en escena ese maldito reportero…
De repente un ruido extraño hace que mi atención se aleje del libro y me obliga a sacar la cabeza de debajo del edredón. «¿qué ha sido eso?» me pregunto mentalmente… con cuidado dejo marcada la esquina de la página por la que me he quedado y me incorporo de mi maltrecho colchón tirado en el suelo. Abro la puerta y me asomo por la barandilla de la escalera esperando con el corazón sobrecogido volver a oir el sonido y poder ubicarlo para tranquilizarme. No se repite, pero cuando mi mano ya toca el pomo de la puerta para volver a mi habitación, de nuevo un crujido me inmoviliza. Lentamente asomos con cautela la cabeza «Hello?» musito con la esperanza de que alguno de los británicos habitantes de la casa me respondan. Nada. Sólo el silencio.

Distintas imágenes pasan por mi cabeza, todas ellas enclavadas en los hechos que se están desarrollando en el libro, zombies, muerte, sangre… retrocedo un par de pasos y entro en la habitación para, acto seguido, echar el cerrojo con violencia. Mi compañero se revuelve incómodo en la cama, como quejándose en sueños del ruido que estoy haciendo. «Soy idiota» pienso mientras vuelvo a tumbarme en el colchón. Pero el extraño ruido vuelve a perturbar el silencio de la noche, mi corazón agitado y mi mente nublada por el miedo me empujan a cubrirme con el edredón, pero no para leer sin molestar a mi amigo que duerme, sino para protegerme de los zombies que seguro están rodeando la casa.

Cojo mi teléfono móvil y busco en la agenda «Víctor SL» comienzo a pulsar teclas, aún sabiendo que se va a reir de mi, aún sabiendo de parezco retrasada, le doy a enviar. » Victor, te odio, no puedo dormir, estoy acojonda y todo es culpa tuya…. el libro es la hostia»

Efectivamente y si, esa noche en la que no pude dormir, primero porque era incapaz de parar de leer y segundo porque estaba convencida de que un AZ se estaba desarrollando en Oxford, y para más inri en mi calle, le mandé un par de mensajes al autor para decirle que por un lado le odiaba y por otro me encantaba.
El Cuarto Jinete es ya una de las novelas del género zombie de referencia en este país. No sólo la capacidad de Victor para narrar, que es simplemente espectacular y motivo de envidia, sino porque toda su trayectoria profesional se ve relfejada en el texto. Viene a mi memoria ahora una parte del libro en el que uno de los bomberos rescata a la niña y su protector por la ventana de un hotel. Esa escena está tan magistralmente descrita y narrada que pueder verlo como un fotograma de una película. El hombre sacando por la ventana a la niña que asustada llora mientras sus cabellos son movidos por el viento, la cara de esfuerzo por levantar a pulso el peso de la niña, pero llena a la vez del temor de los zombies que golpean en la puerta para entrar. El bombero con su peto rojo y camisa amarrila de pie en la base del camión accionando la escalera mientras que golpea una y otra vez a los cientos de zombies que se agolpan contra el vehículo en su afán infinito de matar y comer.

Creo que todos aquellos que han leído el libro de Víctor, saben a qué me refiero cuando digo que es un libro con el que lo pasas mal, pasas miedo… y eso es difícil de conseguir. Otros autores españoles, gracias a que sus obras están ubicadas en ciudades españolas conocidas, consiguen aumentar el terror en la lectura, no hay nada peor como que te den un espacio para ti conocido y lo conviertan en un infierno. Eso es un punto a su favor a la hora de impresionar y llegar al lector, pero cuando lo haces de cero, sin ningún tipo de referencia real geográfica, como es el caso de Castle Hill es complicado. Pero de nuevo, se nos presenta un autor, que dada su historia, es capaz de mostrarnos y descubrirnos el pueblo de una manera tan clara, concisa y real, que llega un momento en el que dudamos de su inexistencia.

En general es una obra magnífica, esencial dentro del género, que para una servidora entra al olimpo de las obras zombies codeándose con el gran Sisi, Loureiro, Villán, Brooks… ahí es nada.

Enhorabuena Víctor, con ganas quedo de una segunda parte.